Partida Rol por web

Las cosas se habían salido de madre.

Naomi usó una mesa como ariete para alcanzar el umbral de la puerta. Sobre todo porque había visto como Lady Blackbird había intentado detener al tal Brack y lejos de lograrlo se había caído al suelo con él. Y como Brack no sabía de que iba la cosa acababa de sacar un puñal con el que amenazaba a Natasha¹.

Por su parte Cyrus estuvo a punto de ser ensartado por una buena cantidad de puñales cuando Kale, casi por los pelos, logró tirarlo boca abajo logrando que se zafara de acabar como un colador. El problema es que ahora estaban rodeados por tres individuos que no sólo vestían exactamente igual (jubón azul de cuero, botas altas, sombrero negro) sino que tenían el mismo aspecto (perilla rojiza, ojos saltones, orejas prominentes) y las mismas armas (dos dagas bien grandes, una en cada mano). ¡Eran los famosos Clones de Puertoumbrío! Unos piratas de muy mala catadura y peor fama con el que la mayoría de la gente prefería no enfrentarse.

Se quería quitar al tipejo de encima, pero la peste que desprendía no la permitió concentrarse y el conjuro de viento en que apoyó su intento de empujarlo lejos de sí resultó insuficiente. Por el rabillo del ojo vio a su amiga acercarse y rezó a todos los dioses para que tuviera tiempo suficiente para evitar que el tal Brack la clavase la asquerosa hoja del arma que esgrimía.

¿Un cuchillo? ¿Alguien había osado sacar un cuchillo contra Natasha? Naomi estaba divirtiéndose zarandeando un goblin con cada mano, como si fueran niños pequeños cuando de pronto vio la situación. Brack, el tipo con el que tenían que hablar, había sacado un cuchillo para atacar a Natasha. 

No podían matarlo. Lo necesitaban.

Había sacado un cuchillo. Contra Natasha. 

Naomi dejó caer los goblins al suelo, sin prestarles la más mínima atención y, como un toro enfurecido resopló. Y fue entonces cuando el tiempo se paró...antes de ponerse a velocidad de crucero. Brack estaba a punto de descubrir lo terribles que eran las leyes de la física cuando se ponían en tu contra. Con un bramido, la mujer se acercó a la carrera hacia el hombre del cuchillo. ¡Hubiese podido jurarse que se le habían puesto los ojos rojos! Todo parecía perdido para Brack, que se levantó, tambaleante, para apartarse. Iba a ser aplastado, demolido, triturado, machacado, hecho pulpa y luego sus restos serían pisoteados...Parecía que era el fin. Pero Naomi tenía otros planes. 

Aprovechando el desconcierto de su embestida, la mujer chocó contra él, golpeando con su codo la cara del pobre desgraciado, mientras que con una llave agarraba la mano en la que el hombre llevaba el cuchillo para retorcérsela, inmovilizándolo por completo antes de lanzarle por encima del hombro...a su espalda. Una vez bien agarrada su presa, Naomi se giró

–¡Dejad de jugar a las casitas o vuelvo a poner orden!– vociferó antes de irse con  paso firme hacia el Búho con un aturdido Brack a cuestas

Pudo salvar a Cyrus con suerte, su amigo pocas veces daba las gracias. Pero las cosas no iban bien.

Kale no se esperaba que de repente aparecieran esos sujetos,  así que trató de pelear contra uno, pero con tan mala suerte que no pudo con él para sacarselo del paso, el hombre se avalanzó hacia él como un gorila,  y Kale  aunque peleo, no estuvo al nivel necesario.

Lo último que habría deseado encontrarse allí eran los malditos Clones de Puertoumbrío. Realmente veía difícil que las cosas se complicaran más y debido a los problemas que tenía encima nisiquiera pudo ver lo que Naomi había conseguido hacer, así que tuvo que apañárselas como pudo junto a su compañero Kale. ¡Ya habría tiempo de agradecimientos más tarde!

—¡Sois cobardes todavía de lo que recordaba, patanes!— el patán que estaba en el suelo era él, pero rodó hasta uno de ellos para levantarse y tratar de pegarle una patada en el pecho y propinarle una estocada en todo el muslo que le clavara de rodillas y así apartarlo de un empujón: lo primordial era restar problemas de en medio y allí se habían juntado DEMASIADOS problemas.

—¡Kale, escabúllete y huye al Búho, yo puedo irme si es necesario! ¡ES UNA MALDITA ORDEN!—

¿Se habría ido Kale de tener la oportunidad o habría desobedecido a su capitán? Pues nunca la sabremos porque el tercer clon acababa de tirarlo al suelo y le ponía el cuchillo en el cuello mientras sonreía ampliamente.

—¿Y ahora qué guapito?— le dijo el pirata echándole su aliento maloliente al rostro¹.

Mientras tanto Cyrus acababa de desarmar al primer atacante haciendo una finta con su espada. Aún con su brazo inerte logró usar el movimiento pero atestar un cabezazo que dejó a su oponente sangrando a borbotones por la nariz, tumbado en el suelo².

El resto de la taberna parecía congelada desde el momento en que los Clones de Puertoumbrío se habían decidido a participar en la pelea. Aquello ya no era una divertida pelea de taberna: se había convertido en algo mucho más siniestro y mortal. De hecho el tercero se giró hacia Naomi, que estaba en el pasillo con Brack agarrado a sus espaldas.

—¡Vete a jugar a las cocinitas zorra!

Los dos puñales volaron con eficacia mortal hacia la ex-gladiadora³.

Trató de desligarse del hombre que  trata de apuñalarme, pero si bien  hago buenos movimientos no es suficiente para  salir de ahí. Las palabras de Cyrus hacen sentir a Kale que esta por su cuenta y que sería capturado mientras los demás saldrian de ahí. Era un problema enorme, si bien podía ser afortunado, cuando la suerte le daba la espalda se la daba con toda.

-Huyan- gritó- no me esperen... salgan de aquí.

Kale no comprendia como sus amigos no pudieron aguantarse las ganas de pelear y evitar así un lio, ahora, para Kale todo estaba bastante oscuro, si no lo mataban estaría en una prisión por el resto de sus dias

Había problemas. Problemas graves, y por primera vez no le incluían directamente a él. Ahora que había tumbado al tipo pudo ver como Naomi estaba en problemas con el tercer Clon y el segundo tenía a Kale en una situación muy, muy, muy jodida. Su amigo había malinterpretado totalmente su mensaje pero daba realmente igual: nadie entendía nunca a los verdaderos héroes. Cargó contra el primer oficial y el tiparraco que tenía encima saltando por encima de una mesa para caer sobre él y agarrarse a su espalda con fuerza. No pretendía derribarle, ni hacerle daño, sólo...

Cyrus se cayó de bruces al suelo cuando el Clon desapareció de la vista de todo el mundo. Con el caos era posible que nadie que no estuviese muy cerca, como Kale, se percatara de que la figura del pelirrojo se había distorsionado un segundo antes de desaparecer para no ser visto... en un rato, al menos. Pese a lo complicado de la situación y lo que le dolía el brazo no pudo evitar una carcajada al imaginarse la cara del tipo al encontrarse totalmente solo en el sótano cerrado del Borracho Sterling, unos metros más abajo de donde se encontraban. Eh, al menos debía estar alrededor de un montón de botellas polvorientas de vete tú a saber qué licores.

—¡Usa tu magia! ¡Hay que tumbar a ese desgraciado!— le grito a Kale señalando al que está lanzando sus cuchillos a Naomi

Cuando Kale ya lo daba todo por perdido y el otro hacía el movimiento letal de su daga ¡despareció! Sobre él, a horcajadas, estaba Cyrus que había aparecido casi de la nada. Bueno: en realidad el que había desaparecido era el otro. ¿A dónde había ido?

El primer pensamiento de Naomi fue usar a Brack como escudo. Aquel desgraciado había intentado matar a Natasha. Pero claro. Lo necesitaban. Tenía que evitar que le hiciesen tanto daño que no pudiese hablar.
Con la brutalidad que la caracterizaba y los trucos aprendidos en sus combates, donde había desarrollado la capacidad de usar cualquier cosa de su entorno, Naomi entró en acción. La joven, viendo que no podía esquivar y queriendo mantener la integridad de Bran, pegó un pisotón en el suelo para levantar uno de los tablones. La mujer había notado que chirriaba
-Y encima ni me darás las gracias, jodido...

¡Clank! ¡Clank! Los dos cuchillos se clavaron en el tablón a escasos centímetros del cuerpo de Naomi pero ella ni pestañeó.

Uno noqueado, otro desaparecido y una luchadora capaz de evitar cuchillos sin soltar a su prisionero. No sabemos que pasaría por la cabeza del último Clon en pie pero seguramente algo así como 'igual no soy el más duro de este bar' era algo adecuado.

—Urrrr..... Verran...— el tipo mostró una sonrisa desdentada —Sí, son buenos... Muy buenos...— se agachó para recoger al hermano que le quedaba allí —Errr.... ¡Nostrrrrrosss pagamos la siguiente rrrrondaaa! ¡Porrrr unos oponentes de calidad!

El resto de la taberna se mantuvo en un tenso silencio observando a los tripulantes del Búho. ¿Aceptarían brindar con quienes se disponían a matarlos unos minutos antes por pura diversión?

Kale vió la muerte por un  momento y notó que el clon había desaparecido.

Se levantó , y  asustado  y aún sorprendido  por lo que acababa de pasar, miró a Cyrus y con la voz entrecortada por la adrenalína le dijo: - Gracias.

En su interior dudo de repente de él, y Kale se sIntió  tremendamente mal por eso.

Y fue que escuchó la frase.

"Nostrrrrrosss pagamos la siguiente rrrrondaaa! ¡Porrrr unos oponentes de calidad!" ⁽¹⁾

Las risas y los vítores de repente estallaron en el bar. "!Que nos inviten a todos, a todos!". Kale notó que el Clon que hablaba tenía una A en dorado en la solapa. Eran parte del grupo de los que querian derrocar al jefe. Y así se lo comunicó entre murmullos a todos. Eran del imperio sí, pero no eran tan fieles al mismo.

Fue entonces que comenzaron a rondar las cervezas.

Después de lo ocurrido y sabiendo que no era buena idea otra pelea, el equipo aceptó el ofrecimiento dado que  estuvieron a punto de morir. Sin embargo no confiaban del todo, y sabían que debían irse de ahí rápido. Kale no dabía si Cyrus les propondría un trato como signo de paz.

-Black-  Kale se acercó a él hablandole sin agresividad- no somos tus enemigos,  solo queríamos tu ayuda. Necesitamos combustible para la nave. Eso es todo.

Sin quitarse a Brack del hombro, Naomi se acercó de dos zancadas al clon. En aquel momento, su mayor deseo era romperle el cráneo pero el muy cobarde se había rendido y, además, tenían prisa. No había tiempo para más peleas absurdas, de modo que, cuando se inclinó amenazadoramente sobre él no lo hizo para pegarle un cabezazo que le dejase K.O

–¡BUU!– exclamó alzando la voz– No solo vas a invitar a todo el bar a una ronda. Tú y tu amiguitos vais a limpiar todo el estropicio. No quiero volver y enterarme de que lo ha hecho otro. Y tienes suerte que no te ordene que lo limpies con la lengua.

Naomi era muy orgullosa y no iba a perdonar un insulto a su persona. Tampoco le gustaban los matones que atemorizaban a pueblos enteros, y al parecer, esos gallitos se creían los dueños del garito. La mujer se volvió a Kale, alejando involuntariamente al ladrón de Brack.

–Nosotros nos vamos. Ya beberemos cuando terminemos el trabajo y terminemos de hablar con Brack– movió el hombro donde cargaba a Brack a modo de palmadita– Tranquilo chaval, ahora te dejo en el suelo, cuando estemos en un sitio más privado. Vamos.

Dicho esto, salió del aquel tugurio. 

Cuando Naomi salió al exterior, lo primero trastabilló con alguien pequeño, que resultó no ser otro que la retorcida versión de ella misma en la que se había convertido Snargle: llevaba su sombrero, la peluca dorada de Kale, un sostén de Natasha colgado del cuello y el maldito ukelele. El rostro del goblin se ensanchó en una de sus sonrisas afiladas y llenas de dientes, mientras con las garras arañaba las cuerdas para darle un acompañamiento melódico a su puesta en escena. 

—¡Oh! ¡Hola, querrrrrrrida! ¡Hola, Brrrack! ¡Juá! ¡Cuanto tiempo! —entonces se inclinó hacia un lado, agitando la guitarra en miniatura para saludar al resto de la tripulación— ¿Me he perrrrdido algo? 

Naomi miró de arriba a abajo a aquel esperpento enano que estaba ante ella...con su uno de los sombreros que usaba para ocultar la cicatriz de la frente. La mujer empezó a resoplar pero entonces se fijó en algo más.

–¿No es ese el ukelele del que tanto se quejaba Nate?– la mujer fijó los ojos en el goblin y apretó sin darse cuenta las pantorrillas de Brack con más fuerza de la necesaria para que este no se escapase.– Y... ¿has estado...revolviendo...nuestra ropa interior?

El pobre Brack soltó un quejido. Nunca se había visto en una igual, vapuleado y llevado como un saco de patatas por una moza a la que sacaba una cabeza. Y que encima parecía perder delicadeza cuando se enfadaba. Y que se encontraba ante uno de los seres más irritantes del Salvaje Azul.

Kale cuando se dió cuenta de la presencia del goglin y sus vestiduras sintió un poco de "pena ajena" al ver que parecia un Goblin transexual bastante extraño.

- Tú que llegas, y nosotros que nos vamos- le dijo Kale mirando nuevamente a Black al  cual le decía- ¿nos ayudarias a repostar?,  queremos evitar problemas, tengo dinero, sólo necesito que nos des una mano.

Un rato después estaban todos en el Búho con el depósito completo. Brack se había hecho de rogar lo justo. En el fondo le debía favores a Cyrus y quizás la vida a Naomi. No porque se la hubiera salvado pero si al menos porque se la había perdonado. Entre unas cosas y otras estaba claro que sabía de la situación de sus viejos colegas:

—No os recomiendo ir a Puertoumbrío. Ahora mismo hay una buena recompensa por vuestras cabezas y allí sólo encontraréis cazarecompensas que os estarán esperando. Es el punto más obvio de parada antes de lanzarse a los Restos. Escuchadme: no sé donde tiene exactamente Uriah su base pero sí que os puedo dar una referencia cercana. Le he dejado las coordenadas de vuelo a Snargle. Si las seguís deberíais acabar en el Último Faro. Es un lugar hechizado. Sí, con fantasmas. Son los Restos ¿qué os esperabais? Pero el farero no es un espíritu maligno. Eso no quiere decir que no haya guardianes peligrosos... os pondrán a prueba. No puedo deciros como porque cada uno pasa ahí sus propias pruebas. Es un rollo místico. Yo no me he atrevido, no he tenido necesidad alguna de hacerla. Pero vosotros... en fin. Si queréis probar suerte allí podréis pedirle al farero que alumbre el camino hacia aquello que deseéis con toda vuestra alma.— se encogió de hombros antes de alzar un dedo—Sólo una petición por tripulación. Los fantasmas tienen reglas muy estrictas.

Se dirigió hacia la escotilla del Búho.

—O siempre podéis probar suerte en Puertoumbrio y que alguien allí os diga cual es la ruta hasta la base de Uriah, sorteando a los posibles cazarrecompensas. ¡Es vuestra decisión! Pero partid de inmediato. Es cuestión de tiempo que alguien de ese bar dé el chivatazo a la gente adecuada y esto se llene de cazarrecompensas.

El hombre abrió la escotilla para despedirse con un saludo.

La decisión, como siempre, era cosa de la tripulación...

Se habían librado por los pelos, pero aunque lo había visto todo muy jodido Cyrus se marchó de allí tras beberse media jarra de cerveza de un trago ante la celebración para evitar una catástrofe mayor. Al menos nadie habría sufrido daños mayores y Brack les había dado información de dudoso valor pero clara utilidad. Puertoumbrío le parecía un lugar muy peligroso dadas las circunstancias y viendo lo discretos que habían sido en Bolóxido tenía claro que allí las cosas serían mucho más desastrosas... y la Dama Fortuna ya les había sonreido una vez allí, aunque fuese de lado y con unos cuantos dientes menos.

Despidiéndose del tipo con un gesto de mano se giró al resto para cruzarse entonces de brazos... malamente, ya que le costaba horrores moverlo bien. —Necesitamos un médico. ¿Alguien conoce alguno por la zona al que le podamos soltar unos billetes y que nos haga un apaño? Por otro lado creo que deberíamos ir al Último Faro, no quiero arriesgar más nuestro pellejo y creo que no es la mejor manera de llegar... pero si la más segura. Fantasmas incluidos.— dió su opinión y no una orden, pero cinco segundos después ya estaba haciendo los preparativos para arrancar hacia allí mientras el resto contestaba...

Kale escuchó a Black y sus indicaciones. Ir a Puerto Umbrio era un suicidio, para ir allá era necesario estar muy armado, y estar muy loco,  se cumplia la segunda condición pero no la primera. Había escuchado antes lo de los fantasmas, pero no sabía que podian pedir. Lo que querían en últimas era dejar a la mujer con su amante y  tener un poco de paz. Kale se preguntó como sería la vida de todos luego de entregarla a su amante. Los tres hombres del buho estabamos  ahora señalados de terrorismo y de huir al arresto.  Tendrían que vivir como prófugos, habría que buscar un planeta o un lugar donde pudieran tapar sus pasos.

Pero por el momento, Kale pensó que primero lo primero, entrar a la nave y prepararla para el viaje.

- No sé porque siempre tenemos que hacer un desastre  por donde vamos- reglamó de mal humor Kale al volver a la nave y ver el desorden que había dejado el Goblin- !Snargles!-  dijo el mecánico del Buho - !Se que esperas que arregle todo esto, pero  no voya recoger la ropa interior de ..!- Kale en ese momento detalló las bragas que estaban en medio de la cabina del capitan  y se preguntó  de cual de las dos pertenecía esa ropa sexi, iba a decir algo pícaro pero decidió no hacerlo, pero si continuó con la bronca al Goblin-  !Ensucias y pretendes que yo limpie!, !pues no!, !esta vez no lo haré!

Kale se tocó la frente...

-La opción de los fantasmas parece la mejor, aunque no tengo ni idea que tipo de pruebas pueden pedir...

Por fin todo se había resuelto en la taberna de mala muerte y estaban de regreso en el Búho. La advertencia de Brack sobre lo que les esperaba en Puertoumbrío reforzaba las sospechas de que no les iban a dejar en paz. Por el momento, habían esquivado bastantes balas, pero no estaban aún a salvo. 

Lo de los fantasmas sonaba un poco desolador, pero no tenían más opción. 

—Yo estoy de acuerdo con ir a Último Faro. En cuanto a esos fantasmas-movió la cabeza con pesar-, si lo que cuentan las leyendas es cierto, tendremos que enfrentar pruebas individuales. Ahora bien, al Farero sólo le se puede hacer una sola petición, que sólo puede ser la de guiarnos hasta Uriah. Sino, todo esto no habrá tenido sentido.

Hizo un gesto con los brazos abarcando todo a su alrededor. Ante la petición de Cyrus de un médico, se acercó y le tocó el brazo.

—Yo puedo curarte, ya lo intenté cuando salimos de la Mano del Pesar, pero creo que estabas muy dormido para acordarte. Déjame ver dónde te molesta aún-añadió a la espera de que el capitán señalara y se puso a cantar:

"Cura sana, cura sana,

culito de rana. 

Si no se cura hoy,

se curará mañana"

No estaba muy segura de si funcionaría, pero sí que iría aliviando los moratones y el malestar derivado de la última pelea. Después fue haciendo lo mismo con Kale y Naomi. Pero al llegar a ésta, se dio cuenta que había forzado la máquina lanzando hechizos de forma tan seguida. En un combate, la adrenalina te mantiene en pie, pero ahora no estaba en combate y sintió un ligero mareo. Miró a Naomi y negó suavemente.

—Tendré que esperar un poco para intentar quitarte el resto de tus moratones, amiga... Prefiero no forzar la máquina ahora. Aún no hemos salido de este lugar y quizá tengamos que freír a más tocacojones.