Partida Rol por web

Die Glocke

Un mundo nuevo (Capítulo I)

Cargando editor
18/03/2017, 00:53
Damien Krieg

Krieg se sienta a una distancia prudencial del prisionero, sentandose en la silla en la que estaba Hagall, aunque Krieg se la pone al reves, de manera que la parte de la espalda la usara para apoyar los brazos.
Estaba claro que no iba a entenderle ni J, pero eso no quitaba que lo pusiera nervioso al hablarle con un tono intimidante, del mismo modo de cuando da ordenes de diestro a siniestro, cuando anda cabreado.

Sus claros ojos azules, tan frios como él, miran al prisionero.

b] - Asi que quiere agua... -[/b]- estaba claro que no le iba a entender ni papa...

Krieg derrama un poco de agua al suelo...

Escucha el nombre de su mujer, parece que el rostro de Krieg se haya encendido de rabia, se le remarcaba las venas de la sien, con una mirada de verdadera rabia, mira al recluso...

- ¡¡ por su bien, espero que hable mi idioma o entienda lo que le diga !! - le dice en un tono intimidante.

- Margot, hable de Margot.. - le hace señal para si colabora, le den el agua.

Si su mujer estaba alli, queria saberlo...

Notas de juego

Cargando editor
18/03/2017, 06:31
Hagall Wirth

-la mujer que llevaba el nombre de la guerra. Margot-
¡¿Cómo!? No podía ser una casualidad… ¿Krieg estaba casado? ¿Sería esa Anu su esposa? De pronto entendió su laconismo. Joder en esa colonia tenían todos secretos como para parar un tren ¿Qué sería lo siguiente? ¿Qué a Dietrich le gustara comer niños crudos?
Y por si la sorpresa no fuera suficiente, encima, traidora… menuda patata caliente…
El prisionero siguió hablando, claro, no tenía ni idea de que con lo poco que había dicho ya los iba a dejar más blancos que el papel “¿Profeta Helmut… en Rajpur? Interesante… muy muy muy interesante” entonces sintió unos pasos aproximándose cual bisonte a punto de embestir y como sospechaba se trataba de Krieg que les había oído. No hacía falta saber idiomas para distinguir un nombre conocido, máxime si es el de alguien a quien buscas.

-¡Detengase, por favor!- rogó la sacerdotisa posando sus manos sobre el pecho del ingeniero y sosteniéndole la mirada. Respiró profundo para que él se acompasara y eso le serenara –Está hablando vale? Está colaborando- hizo gesto de asentir con el mentón –mantengamos la calma…- difícil estaba cuando se veía que aquel hombre era todo un carácter. Parpadeó –Ingeniero… Margot… es su esposa verdad? Y deduzco que forma parte de los científicos desaparecidos, por eso está usted aquí…- hubo un asomo de severidad en el gesto de su cara –debió decírmelo…- emitió un chasquido con la lengua. Sosteniendole por los hombros siguió hablando –su mujer… está viva- soltó aire –Pero- enfatizó el pero con una pausa –ha traicionado al Reich y ahora sirve a los señores feudales de este planeta- le miró intensamente para intentar mantenerle, ya que no calmado (eso era imposible) al menos no iracundo –otros de los nuestros lo hacen obligados, ella… parece ser que no…- apretó los dedos en sus hombros a modo de gesto de afecto –este hombre- dijo señalando al preso –no tiene la culpa, de hecho es uno de sus siervos, el último mono para ser más exactos…- dibujó una brevísima sonrisa de circunstancia suplicando su paciencia –déjeme seguir hablando con él ¿Sí? Quédese si lo desea pero… sea paciente. Por lo pronto parece que hay otro de nuestros científicos perdidos que sí se mantiene fiel en Rajpur. Un tal Helmut ¿Le suena? El podrá darnos más datos seguro-

Cargando editor
18/03/2017, 07:04
Damien Krieg

- El único Helmut que me suena es nuestro científico - dice de manera bastante extraña

- Si, es mi mujer, también es jefa de ingenieros, mucho mejor que yo, gracias a ella, salí de donde estaba y estudie ingeniería... - dice claramente enojado. 

Mientras dice esas palabras, quiere flanquear a la sacerdotisa, para que le dijera aquel hombre, algo mas de su mujer.

- Mi mujer traidora..., no me gusta nada como suena eso... - con un movimiento de su mano, la mete en un bolsillo interior de la camisa.

De no fuera por que saca de ahí una cartera, cualquiera habría creido que iba a sacar un arma y liarse a tiros con la buena doctora y el preso.

Claramente enfadado, nervioso,conteniendo la ira, saca un par de fotos de la cartera, una de su mujer a solas, en un campo de la zona de Mosela, otra con Krieg con ropa deportiva, con una copa y su mujer al lado.

- Margot, mi esposa en ambas fotos, al parecer no fue del todo una ilusión alucinógena, verla al llegar al planeta, pensé que era algún efecto secundario, al recién llegar.., llévese esta en la que sale sola, confirme si es ella - esta bastante acalorado , casi parecía a punto de reventar las venas de los costados de su cabeza.

Luego mira a los ojos a Hagall, están llenos de una furia que casi parecia aflorar, en aquellos ojos azules gélidos..

-.... si realmente es ella...,le juro que nadie ,ni usted ni el mismísimo Dios podrá impedir que tenga unas palabras con el preso, de su mano está ayudarme al traducir, enseñarme el idioma, o haré que aprenda alemán a golpes - respira hondo y se intenta relajar un poco.

Se aleja unos metros, junta los brazos ,dejándolos cruzados en el pecho, pero la extraña aura que desprende, esa mirada asesina, que muy pocos han visto en su vida, lo dice todo, asegurando el augurio de lo que ha dicho a Hagall.

Cargando editor
18/03/2017, 15:35
Daman

El prisionero no sabía muy bien que pasaba. El hombre le agarró y comenzó a decirle cosas en su extraño idioma. Tuvo algo de miedo. Estaba disparando a ciegas, sin saber muy bien si iban a matarle después de que terminara de ser útil, o algo así. La mujer habló con él y pareció calmarse, de momento... Luego sacó una especie de miniatura, una lámina que le representaba a él con su antigua ama, pero más joven. Observó la calidad de la pintura, realista como la vida misma, aunque era en solo dos colores (blanco y negro). Parpadeó, mirando al hombre y luego a la foto. Si, eran el mismo.

Entonces ató cabos. Había oído historias sobre el ama. Se decía que antes de que Rama la forzara no quería tomar varón alguno, diciendo que tenía un matrimonio con otro hombre. Ese debía ser él, sin duda alguna. Pero él parecía casi igual, no había envejecido un solo día. Aquello era bastante incomprensible, pero no del todo. No del todo...

-Venís del otro planeta. De Ki. Ésto es Nbiru, si. Los amos vienen de Ki, las leyendas dicen que procedemos de ese mundo. El mundo azul en el cielo...

Miró la foto de nuevo.

-Si, es el ama. El ama Margot, la Anu. Ella se sienta a la derecha del señor Rama, es su amante y consejera. Ha jurado que pondrá éste mundo patas arriba...

Cargando editor
18/03/2017, 18:50
Hagall Wirth

Se mantuvo próxima al ingeniero aunque dándole espacio para que respirase y se serenase. El hombre se dio cuenta del arranque de furia del que había sido presa y procuró bajar la intensidad aunque el nerviosismo seguía ahí, casi podían oírse los latidos de su corazón aporreándole las costillas. Suerte que había elegido el camino de la ciencia, de haberse hecho militar habría sido temible.
Lo que quedaba claro es que profesaba una inquebrantable devoción a su esposa, arqueó la ceja al oir eso de “la visión”, tendrían que hablar más de eso, pero luego. Tomó las fotos y las observó compartiendo un gesto amable con él –Que guapa… le sienta bien sonreir- dijo intentando confortarle (ciertamente era un hombre muy atractivo, y cuando no tenía esa expresión rígida que acostumbraba era enteramente un Apolo alemán). Se inclinó junto a Daman para mostrarle las imágenes –¿Reconoce a esta mujer? La estamos buscando…- no sabía si quería que le dijera que sí o que no, en cualquier caso era un problema, más  o menos complicado pero un problema.

Dado que Krieg estaba tan crispado, Hagall, decidió traducir de viva voz cuanto iba diciendo, Ojalá Bernstein hubiera estado ahí para oírlo y disipar sus reservas en cuanto a los Annunaki. Cuando se confirmó la identidad de la mujer titubeó a la hora de traducir. Levantó una mano frenando a Krieg, ya que habían vuelto a nombrar a su mujer –Espere- le dijo. Sonrió al preso –Tranquilo, no se ponga nervioso, poco a poco- puso el dorso de la mano en su frente indicando que se preocupaba por su bienestar “Ha jurado que pondría este mundo patas arriba…” aquello le sonó familiar, jodidamente familiar ¿Junto a las más altas esferas, imbuida de poder y ansiando destruirlo todo? Respiró hondo, necesitaba confirmar lo que sospechaba, de hecho le costó decirlo –¿Sabes si Rama forzó a tu señora?- … temblaba por dentro creyendo saber ya la respuesta, la intuición femenina no falla en esas cuestiones.

Cargando editor
18/03/2017, 20:38
Daman

Miró a la mujer y luego al hombre. Si era su esposo, seguro que la verdad le enfurecería. En ese momento calibró las implicaciones. ¿Le matarían en ese momento, o le perdonarían la vida si decía la verdad? Quizá era peor mentir, por que si luego se enteraban podían enfurecerse todavía más, dejar de confiar en él y ejecutarle. Si todos los hombres de Doichslan eran como su antigua ama, sabía que no les temblaba la mano a la hora de matar a mentirosos y traidores.

Hizo de tripas corazón, sintiendo un nudo en el estómago.

-Me temo que si... eso he oído, cuando llegó a éste planeta y la compró como esclava, siendo todavía príncipe de Rajpur. Poco después fue cuando comenzó su campaña para apropiarse de Halaf y comenzar sus conquistas. Dicen... -dicen no, lo sabía, pero se hizo el tonto- que ahora están "muy unidos". Que no solo es su consejera, si no también su amante.

Parpadeó. Se vió en la necesidad de añadir algo más. Algo que posiblemente podría salvar su vida.

-Yo se como llegar hasta esos lugares. A Umad, a Halaf... a los territorios de Rama. Se como son sus fuerzas, y donde están acampadas. Os imploro que me salvéis la vida. Solo quiero ayudaros, lo juro...

Cargando editor
19/03/2017, 00:24
Damien Krieg

En cuanto con duda y miedo, mas por el preso que por nadie mas, al escuchar lo de amante, parecía un toro embravecido, apunto de embestir aquel preso, aunque Hagall se interponga.

Hizo amago de hacer tal acción, pero a punto de ir contra la sacerdotisa y preso, se dio la vuelta, pateo una silla que había cerca y salió de aquel lugar, se iba a ir directo al otro preso, para descargar tida su rabia, mas solo le echo una mirada asesina y se aparto de todo.

Ahora mismo no queria estar con nadie, hablar o lo que sea, solo un hombre con una rabia incontenida, intentando seguir conteniéndola.

Bien se le paso por la cabeza, coger el solo el Vimana e ir a por su mujer, para ver con sus propios ojos las palabras de aquel preso.

Mas solo se limito, a entrar al vimana para estudiarli, ese era su trabajo y ahora mismo, necesitaba urgentemente pensar en otra cosa y centrarse en eso, solo y con sugerencia a los soldados que vigilaban el Vimana, que nadie,absolutamente nadie, le molestara.

Iban a dar algún tipo de replica, pero ver como estaba de cabreado Krieg, se lo pensaron dos veces, una vez dentro Krieg,se pone de lleno a analizar e investigar el Vimana.

Mas que nunca, necesitaba estar centrado en algo que no fuera su mujer, por el bien de todos y sobretodo de la seguridad de los presos.

Notas de juego

Cargando editor
19/03/2017, 01:47
Hagall Wirth

Un abismo inesperado se abrió en el corazón de Hagall, de hecho se le cayó un lagrimón pesado sin mohín alguno. Sabía perfectamente lo que pasaba (o eso creía) en la cabeza de Margot, el odio hacia todo, las ansias de destrucción que, ansias que… en el fondo, no eran más que el deseo de la propia destrucción. La incapacidad de soportar más dolor…
Aquel hombre dolorido y asustado, aparentemente insignificante en el orden de su mundo, un extraterrestre, un completo desconocido acababa de ponerle un espejo ante sus ojos causándole un shock tremebundo.
Bajó la cara y tradujo de forma somera el mensaje, quiso añadir algo más por consideración al ingeniero, pero abrió la boca y no salieron las palabras, no podía hablar porque hacerlo sería hablar de su propio drama y si esas palabras se pronunciaban… abriría las compuertas de algo incontrolable que le haría perder el control de su vida.
Aunque esa mujer se hubiera convertido en el mismísimo demonio Hagall la comprendía.
Tampoco es que hubiera servido de mucho hablar con Krieg, en esos momentos era un hombre herido en lo más profundo, burlado, traicionado… incapaz de razonar. Habría que esperar.
Por su parte Hagall no sentía menos rabia, en ese instante sería capaz de internarse en el bosque, gritar, patalear, cortar a diestro y siniestro con su machete, pero como Margot… como mujer… debía tragarse ese veneno y lidiar con él en silencio.
Se dio cuenta de que aun tenía las fotos.
Rapidamente se recompuso (tampoco es que hubiera mostrado una gran afectación, era más un proceso mental) pero se dio cuenta de que el prisionero estaba blanco como la cera, sin duda Krieg le había puesto contra las cuerdas.
Desde luego se le veía dispuesto a hablar hasta de la primera papilla que le dieron, les sería muy útil y contar con él entre sus filas también sería un golpe de imagen de cara a la población local. Tendría que enseñarle alemán claro… pero no le desagradaba nada la idea de contar con un equipo propio nativo, como en sus expediciones. Pero de momento había que darle de comer y dejarle descansar –Ahora estás bajo mi protección- le dijo imponiéndole la mano a modo de bendición –dispondré que te curen y te den de comer- lo iban a hacer igual pero no iba a perder la oportunidad de alimentar el halo en torno a ella –Descansa Daman, te veré mañana-
La sacerdotisa salió de la tienda haciendo acopio de fuerzas para mantener el tipo, todo era cada vez más complicado, más loco, más difícil ¿Cómo habían pasado de explorar un nuevo planeta a formar parte de una guerra civil? Se masajeó las sienes antes de caminar hacia donde estaban Topf, Dietrich y el otro rehén.
Les comunicó que el interrogado iba a ser una fuente inagotable de información que les ayudaría a conocer el terreno no solo geográfico si no también político y militar. Que confiaba de tal manera en su palabra que ella asumía la responsabilidad sobre él. Por todo ello pidió que lo atendieran lo mejor posible para que se repusiera pronto y pudieran ponerlo a trabajar lo antes posible. También sugirió un plan con el rehén díscolo, ya que no hablaba y se mantenía fiel a su señor… bien podían usarlo para otro fin. Se le había ocurrido llevarlo a Jat y, tras hacer públicas en el pueblo sus intenciones, que los propios habitantes dispusieran de él. Eso era una sentencia de muerte asegurada y un tanto que se apuntaban frente a la población local. Propaganda 100%

El día siguiente iba a ser más agotador si cabe…
Estaba hecha fosfato, sin embargo no pegaría ojo si no se sacaba todo el ruido que llevaba dentro y para eso solo había una solución: un buen baño y peinarse el pelo a la luz de la luna.

Cargando editor
19/03/2017, 02:07
Director

La noche transcurrió, silenciosa e inquietante. Cada cual se sumió en sus pensamientos, y cayó dormido bajo la protección de los militares que se turnaron para mantener las guardias. Krieg no durmió mucho, por que tenía el ánimo turbado y sed de venganza.  La larga noche venusiana, de más de 14 horas, daba para dormir a pierna suelta. El amanecer era largo, y con él las temperaturas iban ascendiendo nuevamente hasta el sofocante mediodía que habían experimentado el día anterior.

No hubo que esperar tanto. Por la mañana, desayunaron en silencio y poco después ese silencio se rompió por el aviso de Schumann. A través de los prismáticos, Topf pudo ver como una pequeña columna de vehículos se acercaba por el llano. Finalmente, los refuerzos estaban allí. Encabezaba la marcha un Puma, seguido de una tanqueta armada con una MG-42 y un camión Opel Blitz que transportaba suministros y personal vario (soldados, algunos científicos e incluso algunas mujeres).

Llegaron hasta el campamento, deteniéndose para saludar a sus compañeros. Topf dió un informe de lo sucedido al teniente, que bajó del Puma de un salto, y se dió orden a los soldados para que ayudaran con la tarea de disponer de los cadáveres del enemigo, a los que antes no se había sepultado por falta de medios y brazos. Se les fotografió y documentó antes, haciendo requisa de algunas de sus armas y uniformes.

Se examinó luego el vimana, que se fotografió por dentro con mucho detalle. Krieg y Bernstein explicaron su funcionamiento, y el teniente escuchó con mucho interés todo lo que le dijeron sobre el particular. Al término de éste exhaustivo informe, se reunieron a puerta cerrada, dentro del propio vimana, para decidir lo que había que hacer a continuación.

Cargando editor
19/03/2017, 02:41
Damien Krieg

Damien tenia un aspecto bastante inquietante, su rostro aun reflejaba esas venas hinchadas en la sien, aun con la cara roja, ojeras , pero sin descuidar su arreglada y aseada indumentaria, al parecer no había dormudo mucho y algo le peturbaba ,teniendolo en un estado, como el leon que esta a punto de saltar y devorar a una gacela.

- Debería de estudiar en mas profundidad y con mi equipo, este ingenio volador, para dotarlo de una manera mas eficiente de pilotaje , ademas de encontrarlo los puntos débiles, por si otras como esta, vienen a atacarnos.De monento no he encontrado algún tipo de armamento, aunque si se podría disponer, de colocar algún cañon o ametralladora, el mayor problema es su control y el necesitar de dos personas, para moverlo con fluidez - explica Krieg al grupo.

- por otra parte, debe de diagnosticarme la señorita Dietricht si sufri alguna especie de alucinación, porque de no serlo, el complejo sigrido esta en peligro, ya que conocera el enemigo, una de las partes enfrentadas en este planeta, la ubicación y sabrían como y de que manera atacarla...- corta de hablar, su cara aun parece encenderse mas...
- ...disponen,de una ingeniera jefe que sabe como funciona el complejo y nuestra tegnologia - sus palabras suenan con rabia.

Notas de juego

Cargando editor
19/03/2017, 02:58
Rudolph Fegelein

Estaba admirado por todos aquellos progresos, pero también preocupado por el cariz de la información que habían obtenido. Estaban al borde de implicarse con una guerra civil entre señores feudales, cuando quizá la mejor postura era no mojarse en ese enfrentamiento. Sin embargo, todo el asunto de la profecía podía jugar tanto a su favor como a su contra.

-Discutí con el coronel éste asunto antes de partir -les confesó- Y está preocupado. Sin embargo, es muy posible que debamos posicionarnos claramente optando por el menor de los males. Ahora mismo, una alianza con ese tal Rama sería mal vista incluso por los nuestros. No en vano, fue su gente la que vendió como esclavos a nuestros científicos, y son ellos los que pretenden romper el delicado equilibrio entre señores feudales en éste planeta.

Parpadeó, mirando a Hagall tanto como a Topf.

-Debo recalcar lo impresionado que estoy con su trabajo. Como han sabido manejar la situación, repeliendo el ataque al campamento, capturando ésta aeronave enemiga y obteniendo toda ésta valiosa información. Ahora bien, hay que dar un golpe de timón. De momento, tenemos cierta fama entre los nativos. Una fama de gente intrépida, de potenciales libertadores y guerreros míticos que han sido prometidos en una profecía que debemos agradecer a nuestros pioneros en éstas tierras...

Se mesó la barbilla. Había muchos factores a tener en cuenta, y por eso era necesario que estuvieran de acuerdo en como iban a proceder en adelante.

-El coronel tenía una idea, y creo que el tiempo está demostrando que posiblemente sea la mejor. Tenemos que procurar la amistad con la reina de Rajpur, que es ahora mismo el poder que está siendo puesto en entredicho. Tendríamos razones más que suficientes para apoyarla en un conflicto con su hijo. Es más, podemos jugar la carta del honor alemán. Vengar lo que la gente de Umad hizo a los nuestros, demostrando que no pueden tomarnos por poca cosa... Una demostración de fuerza, del poder de nuestras armas y el carácter de nuestro orgullo, servirá tanto para soliviantar a los enemigos como para acercar a nuestros aliados.

Miró a la señorita Wirth. Parecía algo contrariada, como pensativa. Era una expresión infrecuente en ella, que le intrigó bastante.

-Hay que asegurarnos de que contactamos con esos "seguidores" que tenemos en el planeta, a través de ese tal Helmut en Rajpur. Esa gente puede sernos de mucha ayuda, incluso podríamos plantearnos usarlos como refuerzo en la colonia, convertirlos en trabajadores e incluso en tropas auxiliares, como hacíamos en la guerra con los rumanos, los holandeses o los italianos. Todo lo que consigamos por ésta parte será una ganancia. Sin descuidar, por supuesto, los grandes contactos y alianzas con éstos señores Nuaki. Ofrecerles nuestra ayuda en ésta lucha contra ese usurpador, pero actuando de forma muy... taimada. No podemos desperdiciar hombres y material, no a cambio de nada. La gente de éste planeta sabrá donde conseguir las materias primas que necesitamos para expandir nuestra colonia o fabricar más armamento.

Miró al ingeniero Krieg.

-Creo que usted es el más indicado para supervisar éstos intercambios. Si somos capaces de averiguar si existen minas o fuentes de valiosos recursos que estén cercanas a ésta zona de operaciones, podremos extraerlas nosotros mismos. En cuanto a materiales más raros o sofisticados, habrá que preguntar a los nativos o comerciar con ellos en la medida de lo posible.

Miró luego a Topf, Krieg y Bernstein.

-Quiero que usted regrese junto a Bernstein a la colonia, llevándose este aparato volador con ustedes. Krieg les acompañará para enseñarles a pilotarlo, aunque luego le traeremos de vuelta usando uno de nuestros aviones. Será un efecto calculado, para impresionar a los nativos con nuestra tecnología. Quiero que lleven el artilugio a la base e informen personalmente al coronel de la situación. Doctor, me gustaría que estudiara el cacharro y la tecnología enemiga, especialmente si podemos aplicarla para reforzar la producción de energía para poner a la campana a funcionar de nuevo al 100%, o aplicar el principio que hace volar éste aparato para crear aviones 100 veces más avanzados que los que estamos utilizando ahora.

Se dejaba algo en el tintero, pero luego cayó en la cuenta.

-Hemos traído material médico suplementario y a dos de sus compañeras, señorita Dietrich. Nada llena más los corazones de la gente humilde que un médico itinerante que les ayuda con sus problemas. En África siempre se ha obrado maravillas en éste sentido, y supongo que aquí también nos ganaremos su confianza fácilmente. Deslumbrelos.

Revisó la hora en su reloj de pulsera.

-¿Me dejo algún asunto en el tintero?

Cargando editor
19/03/2017, 04:28
Hagall Wirth

Terminado el interrogatorio, viendo que el ambiente en el campamento era de recogida y que ella misma no estaba para muchas zarandajas, sin miedo, Hagall se sumergió en la oscuridad de la naturaleza con una mochila al hombro.
Caminó sin necesidad de linterna pues “Urd” iluminaba con mayor fuerza que el plenilunio de la Tierra. Observó que había una gran cantidad de bioluminiscencia en la flora y fauna venusiana y que los insectos eran particularmente activos. Cuando llegó a la rivera del lago la estampa era de una belleza extraña y fascinante.
Durante la cena en Jat había preguntado al anciano si eran seguras esas aguas, de no haberlo sido se habría librado muy mucho de andar por allí sola, pero le dijo que era un lago apacible en el que ellos mismos lavaban sus ropas y se bañaban en los días de calor. Así que fiel a sus costumbres se desnudó* y se metió poco a poco en el agua, tentando el suelo con los pies. Necesitaba limpiarse de gente, de pensamientos, de palabras, de tensión, intriga, contradicción, desilusión, desesperanza… se sumergió lo más hondo que pudo, apretó los ojos y se acurrucó sobre sí misma como si quisiera hundirse, perderse. Así estuvo un buen rato, tenía aguante, pero entonces, sin venir a cuento, le vino a la cabeza el tonto chiste de Bernstein “somos alemanes, no franceses”. La risa bajo el agua le hizo soltar el aire e instintivamente emergió con fuerza llenandose los pulmones igual que un delfín ¿Había intentado…?
Le vino a la mente ese tal Rama, lo que le había hecho a Margot, recordó también a su padre, aquella espantosa noche, aquel espantoso mes, la larga lista de hombres que habían horadado en ella una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez…
Nadó entonces con fuerza, a grandes brazadas, a un lado, al otro, surmergiendose y volviendo a emerger, respirando hondo, clavando sus manos en el agua como cuchillos, avanzando, avanzando, avanzando… hasta que se cansó de huir. Hiciera lo que hiciera no había resquicio de oscuridad donde refugiarse, la luna lo iluminaba todo incluida ella, sacudiendo los polvorientos trapos de su alma. Bajo su reflejo Hagall recuperó el resuello observando el astro y gritó tan llena de rabia que fue un grito sordo.
Aquello le sentó de maravilla, descargada la tensión nadó más tranquilamente, dejándose acariciar por el líquido elemento, fluyendo con él y recuperando en esa ondulación cíclica la calma que tanto necesitaba.
Al cabo de un rato regresó a la orilla, donde se sentó en el alto de una roca y esperó a secarse para vestirse mientras se peinaba. Era enteramente la imagen de una lamia con su cepillo de oro. La melancolía de la noche venusiana volvió a inundarla –Tienes que calmarte, ya no estás en la Tierra, ellos ya no pueden alcanzarte. Has venido para crear un mundo nuevo, un mundo mejor. No lo olvides… mantente firme, lucha…- al final puede que si fuera una soñadora…

Notas de juego

*Sí, se baña en pelota picada

-->Mañana pondré otro post ya continuando con el turno que ha puesto el DJ.

Cargando editor
19/03/2017, 15:31
Ilse Dietrich

La enfermera no quiso saber más de lo que pasaba con los dos presos mientras durase en interrogatorio. Se alejó unos pasos para mantenerse sumida en sus propios pensamientos, poniendo orden en su botiquín y estudiando con atención la composición que Hagall le había dado de aquella nueva y extraña medicina.

Hagall… Se estremeció involuntariamente. Aquella mujer le ponía los pelos de punta por su forma de actuar y de pensar. En cada discusión que había mantenido con cada uno de los miembros de la misión, ella siempre tenía que acabar teniendo la razón, siempre tenía algo que decir, siempre sabía lo que había que hacer incluso por encima de gente más preparada que ella. Había cruzado palabras con el sargento, con el ingeniero, con el doctor Bernstein, aunque con este último su relación era un tanto peculiar, incluso pretendía ganarse su confianza aunque Ilse no compartía nada del planteamiento moral y las formas de actuar de aquella mujer.

Se daba cuenta que su papel en la misión era el de mera cuidadora de la salud de sus componentes y que ni su opinión ni sus palabras tendrían importancia y mucho menos peso en aquel variopinto grupo. Se durmió pensando en si habría sido buena idea haber dejado todo atrás para sumergirse de lleno en la alocada misión de llegar a otro planeta, y llegó a la conclusión de que sí. La causa era justa y necesaria, y que el sacrificio por parte de unos pocos traería el renacimiento y hegemonía del pueblo alemán.

Durmió… y descansó, algo que necesitaba y que sabía era beneficioso para su propia salud. A la mañana siguiente una sorpresa les esperaba con la aparición de los refuerzos esperados y, lo que a Ilse le interesaba, más suministros médicos e incluso ayuda.

Sí, desde luego. Curar sus males será una gran forma de llegar hasta ellos. —Le dedicó una sonrisa a Fegelein encantada con la nueva tarea que tenía por delante. Por fin se iba a sentir más útil de lo que se había sentido hasta el momento—. Además que me servirá para saber qué tipo de enfermedades son las más comunes en este planeta y, si son desconocidas, descubrir sus remedios.

Cargando editor
19/03/2017, 23:30
Helmut Bernstein

Bernestein estaba de mal humor aquella mañana. Aún no tenía datos concluyentes de lo que pasaba allí, y al final no sabía como había ido el interrogatorio, aunque al diablo con él. Lo que pudieran decir aquellas gentes era algo sesgado y subjetivo al estar amenazada su vida. Además de ser agotador eso de esperar la traducción de cada frase por la srta. hagall, que era otro punto a favor para que le mensaje se transformara, de forma involuntaria, bajo la idea preconcebida de la sacerdotisa.

No le apetecía hablar. No aquella mañana. Aún tenía muchos datos que necesitaban explicación. Uno de ellos era la procedencia de esos nativos que hablaban una especie de védico. Pero lo que le quitaba le sueño, y que creía clave para todo el asunto era saber si estaban en un pasado o un futuro, como él creía.

Llegó la columna del teniente y le explicaron con detalle el funcionamiento del vimana. Era algo con lo que el doctor se explayó a gusto. Así sí que se sentía a gusto, aunque a veces le parecía que se mostraba claramente aburrido con sus divagaciones. El ingeniero daba el contrapunto de concisión fría como un bisturí. De hecho el ingeniero estaba de peor talante que el propio Bernstein.

Luego, en el vimana, se puso al día, junto al teniente de todo lo sucedido. Ponía cara de saber pero estaba sorprendido con algunos datos. 

¿Tienen una ingeniera jefe? Debe de tratarse de alguna científica de las que desaparecieron durante aquel incidente... Como los otros que sabemos que acabaron como esclavos. ¿Qué mujeres desaparecieron? Parece especialmente afectado el ingeniero Krieg. Como si fuera algo personal...

El teniente va indicando a cada uno lo que se espera de ellos. Parece que a él le va a tocar volver a la base. Le agrada la idea de volver a la seguridad de la base. El confort... Aunque le empezaba a gustar la vida aventurera en el campo. ¿De verdad? Nooo... Le gustaría creerlo, de hecho se lo cree, aunque no es cierto. Se muere por un baño, una copa y un buen puro. Y renovar sus menguadas existencias de struddels.

¿En serio? Quieren esa tecnología para hacer aviones? Militares... 

Él creía poder ser más útil sobre el terreno, con el tema de las minas que no haciendo aviones. La ingeniería no era lo suyo, pero le parecío cansado tenerle que explicar eso al teniente. El coronel sabría.

Este vimana es una maravilla tecnológica, señor. Podremos sacar mucho uso de él. Aunque intuyo que lo más gordo está por llegar. Deben de tener otros artilugios más maravillosos. Los vimanas son un transporte... O al menos en un principio, claro. Este aparato necesita un estudio más detallado. En ciertas áreas me vendría bien la colaboración del doctor Krieg.

 

 

Cargando editor
20/03/2017, 09:58
Damien Krieg

Sin decir mucho, Krieg recoge sus cosas para estar preparado para volver a la base.

Le pasa los carretes de video y fotos al Doctor Bernstein, ademas de una especie de libreto, donde ha ido tomando apuntes, sobre lo que estuvo investigando del Vilmana Krieg en la noche.

- Iré con ustedes como se me ha ordenado, les enseñaré a pilotar el Vilmana, más o menos unas cuantas ideas para que hacer con el Vilmana, como el estudio del Xerum de la nave, parece mas efectivo que el nuestro. La mayoría de cosas están escritas en este libro /cuaderno, en mi ausencia, podrá usar esos apuntes para hacerse una idea o ayudarle en sus estudios... - le dice con un tono inusualmente serio y preocupado.

- No se exactamente para que me necesitaran luego aquí, pero volveré en el avión como me han dicho. Tengo varias cosas de las que preocuparme, muy personales.. - dice mirando a la doctora Hagall.

Cargando editor
20/03/2017, 13:01
Hagall Wirth

Descubrió que llorar le daba dolor de cabeza.
Así se había dormido, atormentada por sus demonios y dudas, de puro agotamiento, pero no podía decirse que mentalmente hubiera descansado mucho. Tenía la sensación de no haber entrado en sueño profundo. Sea como fuere, siguiendo su costumbre, tras 6 horas se despertó y se puso manos a la obra, detestaba estar ociosa. Mientras fue aun demasiado oscuro encendió una linterna y estuvo revisando notas de su cuaderno de viaje, apuntando ideas y haciendo un esquema para ordenar cuanto tenía que contar al teniente. Cuando ya clareaba se puso el bañador y regresó a la roca de la noche anterior para hacer yoga. Le dedicó más tiempo del habitual a los ejercicios, quería estar serena y despejada para afrontar el largo día. Un rápido chapuzón y regresó a la tienda para cambiarse y preparar los bártulos.

En todas aquellas horas despierta echó de menos sus libros, necesitaba consultar cosas, muchas cosas, y quería repasar otras tantas. Pensó en la cuestión idiomática, tendría que empezar a enseñar a unos cuantos, tanto alemanes como venusianos ¿Se le daría bien ser profesora?
Cuando la actividad bullía con el desayuno ella se acercó a la tienda donde había dejado a Daman. El hombre tenía mejor color. Le llevó el desayuno (ración doble porque incluyó el suyo propio) y le preguntó que tal había pasado la noche, lejos de la frialdad habitual de Hagall, con aquellos que integraban sus expediciones (los indígenas) era siempre muy amable. De esa gente solía depender tu vida en los momentos cruciales.
Le comunicó que iban a viajar, para que no se asustara, y que era necesario que se cambiara de ropa o por lo menos se quitara la brigantina con la librea de Rama –Confie en la sanadora*, está en buenas manos- le dijo antes de irse llevandose con ella la prenda.
Caminaba examinándola cuando anunciaron la inminente llagada del contingente. Tiró el chaleco donde habían amontonado los uniformes de los milicianos muertos y corrió a poner a punto el equipaje. Para cuando lo tuvo listo ya estaban bajando de los vehículos.

El ruido del aumento de actividad y los motores acentuó el dolor, o se tomaba una aspirina o iba a estar intratable. Se acercó al botiquín y pidió una. Se la tomó sentada a la sombra del árbol junto a su moto, empujándola con infusión de bayas y cerrando los ojos.
Estaba mal mal, porque de haberse encontrado mejor estaría rabiando por entrar en el vimana.
Un soldado le dio aviso de que la requerían.

Por fin veía el interior de la nave, tan bonito como por fuera, distribuido de un modo similar a las estructuras que había visitado en la India.
Saludó con educación a todos, ninguno parecía demasiado entusiasmado esa mañana así que se abstrajo del ambiente escudriñando los detalles. Inevitablemente esto la llevo a pensar en como sería el mundo en el que la esposa de Krieg llevaba envuelta tantos años (había calculado más o menos 6) “6 años…” debía odiar aquello tanto como ella el partido. Vivir inmersa en aquello que te hace daño, tener que participar de ello, volverte insensible, inhumana, destructiva, para sobrevivir y a la vez desear… ni siquiera estar muerto si no… no haber existido nunca.
Hagall tenía la sensación de que le crecía un pozo en el pecho, su retiro dorado se había convertido en una fuente incesante de preocupación tanto que estaba dejando de hacer fotos (su afición) y de cumplir con sus deberes religiosos. Había prometido a la comunidad un templo… pensándolo… aquel alto donde estaban acampados era un lugar apropiado para levantar un altar, agua cerca… un bosque… lo consideraría seriamente. Ahhh… como habían cambiado las cosas en tan solo un día… que difícil de explicar iba a ser…

Mientras se rebanaba los sesos yendo de uno a otro tema el teniente dejó el organigrama más que claro cristalino, haciendo honor a sus dotes organizativas. Sus órdenes eran lógicas y prácticas, muy eficiente, encomiable. Muy alemán. Y contaba con la ventaja de ser hombre y oficial, nadie se iba atrever a replicarle como hacían con ella…
Que alabara el trabajo de Topf le cayó como una piedra pero así eran los militares, habían obtenido una pequeña victoria y eso alimentaba su ego.
Le sorprendió que le causara tanto asco el plan para con la población local. Era lo lógico, sin embargo ella pensaba en las expectativas que se les había generado (a los venusianos) pintando a las gentes de “Doichlan” como libertadores, ciertamente traerían cambios… pero no estaba segura de que les fueran a gustar…
Parpadeó al oir que mandaba a los científicos de vuelta, la orden le causó un pellizco en el corazón que no sabría explicar muy bien. Bueno sí, no le entusiasmaba la idea de estar rodeada de militares sin ningún intelectual y, porque no decirlo… le hubiera encantado ver la cara de Bernstein al comprobar que lo que ella contaba no eran supercherías. En fin…
Krieg regresaría, parco consuelo…
Aumentar el equipo médico le pareció una política muy sabia y que fueran todas mujeres la llenó de orgullo.

-Debo añadir…- dijo alzando el dedo a media altura como si pidiera turno –que uno de los rehenes, es el piloto de esta nave. Se muestra plenamente colaborador y confío en su palabra, sin duda cuando esté en mejores condiciones será una fuente inagotable de información no solo sobre el vehículo sino también sobre este mundo. Pude comprobar anoche que estaba muy bien informado. Si me lo permite, teniente, deseo tomarlo bajo mi tutela. Por otro lado- tragó saliva -como bien ha informado el ingeniero, hemos sabido que Rama tiene como mano derecha a la ingeniera jefe de los científicos perdidos. Es cuestión de tiempo, no tardando mucho, que conozcan la ubicación de nuestra base. Sin duda la desaparición de este vimana será la piedrecita que de desencadene la avalancha. Hemos de estar alerta-

Hagall, que tenía los ojos ligeramente enrojecidos, correspondió a la mirada de Krieg, antes de que partiera de vuelta a Sigfrido quería hablar con él. También tenía algo que decirle al doctor.

Notas de juego

*Llama a dietrich sanadora ya que el término enfermera no existe en védico y así de paso la dota de mayor respetabilidad a ojos de los nativos

Cargando editor
20/03/2017, 13:25
Damien Krieg

Antes de partir, se acerca a la doctora Hagall, por la respuesta en la mirada de aquella mujer, posiblemente tenía algo que decirle. En cuando se prepararan para partir, antes, ira a hablar con la Doctora Hagall.

Al cabo de unas horas, están a punto de partir, como había pensado, va a ver a la Doctora Wirth..

- ¿  y bien ?, daba la impresión de que quería hablar conmigo de algo, en cuando a lo que ha dicho ya conoce la ubicación del complejo Sigfrido. Nada mas llegar al planeta , me pareció verla en la lejanía con un extraño traje, casi vaporoso, no se si había sido una alucinación, espejismo o es verdad, pero visto que mi muj..., a la señora Margot... - ya parecía hasta notar un extraño dolor, al  llamarla mi Mujer.

En parte sabría que era una superviviente, pero la imagen de mujer fuerte y trabajadora, se vino abajo con la conversación traducida de la doctora.

 

 

Cargando editor
20/03/2017, 15:04
Hagall Wirth

Una vez todos hubieron dado sus pareceres y el teniente les dejó libres* para organizar la marcha el ingeniero se acercó a ella. Dudó a la hora de nombrar a su mujer, dato significativo en cuento a su estado de ánimo.
-Sí, acompáñeme por favor- hizo un gesto con la mano indicando el camino hacia su tienda (que en breve sería desmontada) para hablar en privado.
-Señor Krieg…- comenzó a hablar en un tono serio pero suave y ligeramente compungido. Tardó en seguir buscando las palabras –quiero pedirle disculpas por haber llamado a su esposa traidora en un primer momento… conforme el rehén se explicaba fui comprendiendo y… he estado toda la noche dándole vueltas- inspiró le iba a costar decir lo que iba a decir –le ruego que no juzgue precipitadamente a Margot. Creame si le digo que se lo que es estar en su posición- sus ojos temblaban vidriosos –y creo que entiendo lo que está haciendo, no puedo asegurarlo al 100% pero quizás no está perdida por completo. Le tiene a usted… yo… habría matado por tener a alguien que viniera a rescatarme- claramente se estaba aguantando las lágrimas –usted es su rayo de esperanza, le está esperando, y creo que por eso la vio al llegar aquí- sacó sus fotos del bolsillo –porque comparten un vínculo muy fuerte- las extendió hacia él para que las cogiera –Temo que escucharemos cosas muy duras sobre ella, algunas que seguro le resultarán particularmente hirientes, por favor, trate de no perder la confianza en ella- le tomó de las manos y le miró intensamente, probablemente los ojos de Hagall nunca habían vibrado con tal energía fijos en alguien –No tiene ni idea de lo que es capaz una mujer por venganza y sospecho que eso es lo que Margot está haciendo. Rama no se reveló contra su madre hasta después de comprarla ¡Que casualidad! Tan casual como que sea su mano derecha… Creo que su esposa planeó esta guerra civil para ponérnoslo fácil, para poner a todos en contra de su amo y precipitar su caída. El rehén me contó que la oyó decir que iba a poner este mundo patas arriba… ¿Lo entiende?- parpadeó esperando ver comprensión en sus ojos –para lograr este fin habrá tenido que hacer de todo- le temblaron los labios –para que confiara en ella…- no iba a verbalizarlo pero sabían de lo que estaban hablando, ella mejor que nadie. Se dio cuenta del gesto tan familiar que había tenido con él y le soltó de inmediato temiendo haberse sobrepasado. El asunto la estaba volviendo descuidada.
-Se… que ahora mismo está confuso y lleno de rabia pero… como me dijo ayer el doctor- dibujó un gesto risueño –somos alemanes, no franceses… nosotros no nos abandonamos a las pasiones- cerró el puño -Nosotros tomamos ese dolor y lo convertimos en el combustible para lograr nuestros objetivos- inclinó la cabeza e hizo una pausa. Debía dejar reposar las palabras para que prendieran en el corazón del ingeniero. Se enjugó los ojos y tras arrugar el ceño como pensando en algo rebuscó bajo el cuello de la camisa. Sacó una cadena de la que pendía una llave
-¿Puedo pedirle un favor?- tenía aun la cara enrojecilla por el llanto contenido, inspiró un poco mocosa. Se acercó a una mochila de la que cogió una libreta, apuntó algo y arrancó la hoja –dele esto al doctor…- puso el colgante en sus manos –es la llave maestra de mis baules de libros- dobló el papel y se lo dio también –y esta es la signatura de los que le recomiendo. Son miles de tomos y sin eso perdería mucho tiempo buscando. Son los que versan sobre védico, le serán útiles para aprender el idioma y desentrañar los secretos del vimana… perdone que se lo pida a usted es que…- parpadeó huidiza –no quiero que nadie me vea así… dígale… que esos libros… son mi bien más preciado. Confio en su discreción-
Suspiró, no sabía que más decir.

Notas de juego

*Digo esto dejando margen para que el master haga lo que tenga que hacer mientras dure la reunión y tal

Cargando editor
21/03/2017, 02:38
Damien Krieg

El rostro de Krieg, era un tímpano de hielo, las palabras de la doctora en parte era como pensaba.Aun no sabia cierto que era aquella vision de su mujer.

Sin cambiar un ápice su expresión, toma la llave y la nota.

- Me asegurare de que le lleguen ambas cosas al doctor Bernstein - le dice a la doctora Hagall, mientras toma y mete en sus bolsillos ambas cosas.

- Cuando regrese, tendra que enseñarme el idioma. Entiendo lo que dice de mi mujer, pero, ¿ cómo debería de reaccionar ?, si realmente logramos rescatarla, ¿ piensa que me miraría de la misma manera que antes, la miraría yo igual ? - volvia a calentarse de la rabia.

- Lamento no haber estado ahí para ayudarla, que ella fuera la que vino al planeta y yo fuera el que se transporto por el accidente.Mi mujer es fuerte, pero, las cosas que habrá hecho, eso no estoy seguro de como lidiar con ello- su tono parecía volver a entrar en razón.

Sin mas sale de la tienda, nuevamente alterado, a punto de salir...
- En cuando aprenda el idioma, iremos a rescatarla, se lo debo....- hay extrañeza en esas palabras.

Al poco ,sale de la tienda, para terminar de prepararse , para volver a la base.

Notas de juego

Cargando editor
21/03/2017, 05:47
Hagall Wirth

-Cuando regrese, tendrá que enseñarme el idioma- La exigencia ya la dejó bastante fría “¿Hola? Un gracias o un por favor?” pero lo que estaba por venir iba a devolver el corazón de Hagall a su habitual estado de congelación ¿Qué tenía el apellido Krieg que la impresionaba de aquel modo? Si Margot era el espejo que le recordó el pasado Damien era el vivo reflejo del presente. Impávido, duro, indiferente.
Los hombres esperaban que las mujeres fueran como esas mosquitas muertas de las radionovelas, seres pasivos que les guarden la ausencia y preservaran su “honor”, penélopes, sitas, lucrecias*…  mientras ellos toman cuanto quieren “Tu mujer lucha por su vida y tú no sabes si vas a poder perdonarselo?” pensó, la emotividad de sus ojos desapareció de un plumazo. No respondió ¿Para qué? Ya estaba todo más que dicho, mejor dejarle ir.
Se quedó de pie, parada, digiriendo el bofetón de realidad. Al cabo de un rato, ya sola, recitó -Wer mit Ungeheuern kämpft, mag zusehn, dass er nicht dabei zum Ungeheuer wird. Und wenn du lange in einen Abgrund blickst, blickt der Abgrund auch in dich hinein.*-
No había esperanza, ni perdón, ni nadie para ella… para ninguna de ellas. O se ayudaban entre mujeres o les daban por el culo. Así de claro.
Se limpió la cara y empezó a desmontar la tienda. Volvía a ser la de siempre.

Notas de juego

*Referencias a tres paradigmas mitolígicos de la buena esposa:
-Penélope: mujer de Ulises, la cual pasó 20 años esperando su regreso sin hacer caso de ningún pretendiente
-Sita: mujer de Rama, la cual fue desterrada por él mismo ya que (aunque sabía que era inocente) se había cuestionado publicamente su fidelidad
-Lucrecia: mujer de Colatino, fue violada por el rey Tarquinio y se suicidó para no traer la deshonra a su familia

*Cita de Nietzche:
"Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti."