Partida Rol por web

Kalith avanzaba por el bosque mirando al suelo y viendo las huellas que había entre las hojas, eran claras y bien marcadas, por lo que el negocio era cosa hecha, en nada daría alcance al Berger y vería que estaba... El elfo oscuro se quedó bien quieto y tieso, algo había llamado su atención por el rabillo del ojo. ¿Como podía ser que no lo hubiera visto antes? Claro... siguiendo las huellas... Pero a él tampoco lo habían visto, y ello le divertía.

Lentamente se dio la vuelta y observó la situación. Sus compañeros se acercaban a un punto donde tendrían que cruzar entre dos grandes árboles, que el sigilosamente había rodeado. Aquello que le había llamado la atención eran dos figuras que agazapadas tras cada uno de los arboles, esperaban con las armas en las manos a que los compañeros del Drow que venían a cierta distancia, cruzasen entre los dos árboles para echárseles encima.

El elfo se encontraba a 5 metros de aquellos individuos que se refugiaban tras sendos arboles, uno era delgado y fibroso, y portaba dos largas espadas que bien se parecían a Katanas, y el otro era un fornido hombre con un hacha tremenda en sus manos. Los compañeros del elfo oscuro se acercaban a los arboles, y ya estaba a unos 2 metros de cruzar la línea que separaba a los dos bandidos.

Kalith levanta la mano para avisar a sus dos compañeros que se ponen en guardia, con dos sus dedos señala a los dos enemigos en sendos arboles, luego se esconde entre unos matorrales con visibilidad adecuada y acto seguido dispara su ballesta con tranquilidad pasmosa.....

El hombre que tenía en sus manos las dos espadas listas para entrar en acción recibió un virotazo en el brazo derecho que gracias a su ligera armadura no resultó un gran daño. Con un gesto de dolor pero sin pronunciar palabra alguna, extrajo aquel proyectil de madera con un fuerte tirón y lo partió por la mitad, observando las características de ese proyectil. Sorprendido por el repentino ataque comenzó a mirar a su alrededor buscando el origen del ataque, pero sin éxito. No cavia otra alternativa, aquellos sujetos sabían que estaban esperándolos, ¿Como si no ese ataque?

Por lo que sin dudarlo un segundo dio la vuelta al árbol que le servía de protección y saltó sobre el Mago con sus dos espadas silbando. Con un rápido barrido horizontal lanzado mientras corría, una de sus armas cortó el aire hacia el mago. Aquella aparición fue como un ataque animal, como si al pisar las hojas una serpiente enrollada y al acecho se hubiera lanzado como un muelle a por el mago. En un segundo lo único que vio fueron sus ropas verdes y sus ojos igualmente verdes y amarillos acercándose hacia él.

El hombre fuerte que portaba en su mano un hacha a dos manos, al ver que su compañero había sido herido por un disparo de una flecha se puso igualmente alerta, y sin dudarlo un segundo dio también la vuelta al árbol rodeándolo y gritando: !Waaaa! Al otro lado del árbol se topó con el Nórdico Sura, que con su escudo y su espada no había bajado del todo la guardia tras el anterior incidente.

Fue un segundo también, pero solo bastó eso para que Sura viera como un hacha que bien podía servir para derribar baluartes defensivos de un solo golpe, se acercaba hacia su cabeza silbando y cortando el aire. Tras el hacha una gran mata de pelo negro y unos ojos encendidos de ira cargaban contra el guerrero. Por lo menos aquel individuo debía medir una cabeza más que Sura, y eso ya era decir, pues el Nórdico no era ningún enano. El hacha pasó peligrosamente cerca de su cabeza, gracias a los dioses, sin tocarlo.

Con aquella mujer a tus espaldas dándote empujones con el mango de su arma, no puedes vitar oír lo que a todas luces sabes que es un grito de carga. En medio de los arboles suena: !Waaaa!. La mujer mira preocupada hacia atrás y te urge a ir más deprisa. Vamos venga. Está claramente preocupada y no sabe bien qué hacer, pues si sus compañeros han entrado en combate es que los otros dos compañeros, los arqueros, han caído. ¿Cómo demonios...? Nunca les había pasado nada semejante. Así que tirando de ti un momento y dándote un toque en la cara interna de la rodilla te hace caer de rodillas y aun con las manos a la espalda te quita la mordaza mientras te pone un cuchillo en el cuello. Ni una palabra más alta que otra ¿Entendido? Solo vas a contestar a lo que te pregunte. Mira hacia atrás y entonces te dice al oído: ¿Quién demonios son los otros tres y por qué no se despegan? Contesta... Un fino hilo de sangre resbala por la afilada hoja de la daga. Un poco más de presión y…

-¡Cuidado!-

gritó Volker cuando dos bandidos se les echaron encima. Con cierta soltura - ya que el mago era un tipo curtido en mil batallas- paró el ataque del hombre que blandía dos espadas.

Luego canalizó los vientos de la magia y dió un leve golpecito con su espada al tipo que intentaba sajarlo. Pero no sucedió nada.

-¡Perro sarnoso, morirás con tus compañeros!-

le gritó el mago con enfado

     Ante un oponente así, y mas estando herido, cualquier otro habría reculado, pero la sutileza no era una de las virtudes de Surga. En el último momento se acordó de sujetar a los caballos para que no escapasen. Vio como el hacha de su enemigo pasaba rozándolo y con un bramido de rabia se dispuso él mismo a atacar. - ¡MMMmmmaaarrggg! Lanzó con precisión un tajo con su espada contra la cabeza del atacante, intentando causarle graves daños lo antes posible y acabar así la contienda.

El mago del grupo puso su mano sobre el guerrero pero este se revolvió inquieto cuando comenzó a sentirse mal. Enseñándole los dientes a Volker, le dio un empujón zafándose de el con los pomos de sus espadas, con las dos al mismo tiempo. Por otra parte, el jefe de los bandidos recibió un fuerte tajo cuando Sura tras atar los caballos a una rama soltó un tajo fuerte y precios contra aquel gran hombre.

-Dos contra uno, podran con el? -una leve sonrisa broto de sus labio -Pero el otro es mio sin duda

Aquel hombre que emanaba esa sensación peligrosa reaccionó mal al intento de dormirlo que había llevado a cabo el mago Volker. Era un tipo sumamente supersticioso, y la magia lo atemorizaba, y el temor, en un sujeto como él, era lo peor que se podía aplicar, pues reaccionaba como una cobra acorralada, atacando furiosamente.

Tras apartar al mago de un ligero empujón, siempre sin tocarlo debido a sus supersticiones, con los pomos de sus armas, decidió que debía emplear las partes cortantes de las mismas, y en un doble barrido, dirigido hacia las dos direcciones con sus dos armas, lanzó un par de furiosos ataques contra el mago, mientras siseaba de un extraño modo, similar a como lo haría una serpiente.

El hombre del hacha atacaba con frenesí brutal a Sura, pero parecía que la ira y la furia se habían apoderado de él, no en el modo en el que quizás el guerrero Nórdico lograba hacerlo, sino de un modo descontrolado e irracional, y su hacha segada la naturaleza en torno a Sura sin llegar a tocarlo en ningún momento. "Shhhinnn" "Shhhhinnn" Sonaron los dos cortes que de haber golpeado al guerrero lo habrían hecho picadillo casi sin duda alguna. !!Warrrgg!! !!Warggg!! !!No saldreis de esta bastardos!! Gritó cuando vio que no acertaba en sus golpes, contra todo lo que la logica indicaba que debia decir.

     - ¡Voy a sacarte los ojos y a mearme en las cuencas! Le contestó Surga lanzándole un tajo que golpeó su brazo izquierdo. Por desgracia su golpe no fue muy potente pues había perdido un tiempo precioso, poniendo su cuerpo fuera del alcance del hacha de aquel tipo.

-¡Argh!-

grito Volker cuando la espada del Bandido hendió su cuerpo y brotó la sangre. El enemigo estaba demostrando ser duro de pelar. El mago volvió a intentar su sucio truco pero de nuevo, los vientos de la magia no estaban de su parte y no pudo dormir al oponente.

{{ NUEVO TURNO }}

Kalith: (8/14 Heridas)
Serpiente: 0 Heridas. (¿?/¿?)
Jefe de los Bandidos: 5 Heridas. (13/18)
Sura: (6/12 Heridas)
Volker: 5 Heridas. (7/12)

El Druchii dispara su ballesta en dirección al hombre de las dos espadas. El disparo paso veloz entre los guerreros y el mago, para clavarse en un árbol justo detrás del combate. Desenfundo su espada y se prepara para asaltar en silencia a uno de los guerreros

El hombre con pintas de serpiente había calado muy bien al mago, y no solo le había visto ejercer sus poderes, o intentarlo, sino que también los había sentido. Tomando distancia con su objetivo, pues las malas sensaciones y los malos augurios le decían que cuanto más lejos mejor, y cuanta menos vida en su interior mejor, le lanzó a una distancia de una espada dos rápidos tajos que cortaron el aire muy cerca de la barriga del aprendiz de hechicero. "Siiiiuuu Siiiiuuu". Sonaron los dos filos mientras cortaban el aire.

Por otro lado, el gran hombre enfundado en armadura que era el jefe de los bandidos a todas luces, enfurecido por la situación y que su objetivo se defendiera tanto ante sus ataques, pues quizás no estaba acostumbrado a ello, lanzó su hacha en dos rápidos ataques contra Sura, intentando segarlo como quien corta un tronco resistente y que está dando más problemas de los que uno había pensado encontrar. El tipo gruñía mientras volteaba la pesada arma de un lado a otro.

     Surga gruñe dolor y de frustración ante el ataque incesante de su oponente. El muy cabrón lucha al estilo de los nórdicos, blandiendo su enorme hacha con fuerza. Le recordó por un momento a su hermano Sven... se distrajo unas décimas de segundo, pero un profundo corte le devolvió a la realidad. - ¡Arggg! Con toda la fuerza que pudo reunir su brazo, el berserker golpeó de refilón el hacha del jefe de los bandidos para evitar que le golpeara de nuevo. ¡Clonkkk! El sonido de metal contra metal golpeó los tímpanos de ambos contendientes. No estaba dispuesto a permitir que el muy cabrón se fuese limpio de aquel combate. Quizás ganase, pero recordaría el resto de su vida a Raudi, el norse. Aunque dolorido y debilitado por las heridas, lanzó un golpe contra el pecho de su atacante, pero fue mas débil de lo que le hubiese gustado.

Volker sonrió al ver las precauciones que tomaba el enemigo. Después de lanzarle dos tajos poco certeros fue el momento propicio para el mago que en vez de atacar al tipo se limitó a rozarlo con su espada, lo justo para musitar unas breves palabras y lanzar toda su energía en un hechizo de sueño que aletargaría al pobre diablo lo suficiente como para ayudar al bueno de Surga, que las estaba pasando canutas.

- Dulces sueños, pequeño-

dijo Hammet.