Partida Rol por web

Se gira hacia el capitán, para hablarle:

- No se moleste capitán, creo que sólo lo dijo porque no supe contestar a su halago y quería seguir conversando. Pero como puede ver, tampoco yo soy muy hábil con la palabra. Aún así - dice girándose de nuevo hacia Otto - le agradezco el cumplido. Y tampoco hace falta que me llame de usted, al fin y al cabo, entre los de mi raza, soy muy jóven - sonríe, dándose cuenta que al ser todos humanos, podría considerárseles a todos más viejos que ella.
- Y puede que hayan vivido más experiencias remarcables que yo. - piensa.

El viaje en el Cortante fue cómodo y transcurrió sin mayores contratiempos. Habiendo partido a una buena hora, el viaje transcurrió tanto de día como bajo las estrellas, por decirlo de alguna manera, pues pese que se encontraban aquella estación tan veraniega que debería estar haciendo, el cielo se encontraba cubierto de amenazantes nubes. Los aventureros, algunos de ellos poco acostumbrados al balanceo del navío, se quedaron en cubierta viendo pasar por los márgenes del rio arboles y más arboles. En ningún momento se cruzaron con otro barco que surcara el rio, lo cual les hizo pensar que los servicios del capitán Durec puede que si fueran tan escasos como había dicho.

En plena noche y sin previo aviso, el barco descubrió frente a proa unas altas murallas que únicamente fueron visibles gracias a las antorchas que sobre ellas se habían colocado. Estaban llegando a Nul, y el capitán Durec desde su posición tras el timón, pues no dejaba a segundos el mando de su nave salvo en graves circunstancias, torció el gesto al saber lo que se avecinaba. Ahora es cuando parte importante de esas 300 coronas pagadas por el viaje desaparecen entre manos avariciosas, os lo aseguro. Gruñó al ver como un bote bien iluminado se acercaba con intenciones de abordar el barco.

Efectivamente, del bote subió a bordo un grueso recaudado de impuesto que casi vuelca la débil chalupa al intentar abandonarla. Con una apagada que parecía la bolsa de una gaita, intercambio serias palabras con el capitán de la embarcación, y a luz de su farol pudisteis ver el brillo de unas monedas relucientes al cambiar de manos. El gesto de Durec no era nada apaciguador, y todo decía que si seguía presionándole acabaría colgado del palo mayor de la embarcación. Gracias a Sigmar eso no sucedió, y el recaudador y su obesidad exagerada se fueron por donde habían venido con la bolsa llena y habiendo dejado los papeles pertinentes en manos del capitan Durec.

¿A Aldorf dijimos verdad? !Ja! Por ahora ha sido un viaje tranquilo, esperemos que siga siéndolo. Toquen madera y crucen los dedos. Esperemos que su buena estrella no se apague justo ahora... Las palabras del regio capitán sonaron extrañamente preocupadas, pero en verdad todas las que salían de su boca eran difíciles de interpretar. ¿Lo decía por preocupación genuina o era tan solo por atemorizar un poco a sus pasajeros? El viento arreciaba y los marinos se pusieron entre las sombras de la noche a extender todas las velas posibles para ganar velocidad. Eso era bueno, pues a fin de cuentas, la velocidad era esencial en la empresa que los "Entusiastas" estaban llevando a cabo.

Sí, a Altdorf dijimos...

Como si no se acordara. Otto ignoró el comentario y contempló la ciudad a medida que la embarcación discurría por el río, esquivando botes de pescadores, barcazas, transbordadores y otros buques de pequeño calado. Vio un par de galeras fluviales atracadas. Estaban desarmando las palos para volver a fletarlas. Reparaciones de guerra. ¿No había terminado la guerra? Otto sonrió con tristeza. Siempre hay guerras en las que luchar. Las guerras de otros.

Durec no parecía dispuesto a hacer escala en Nuln, tenía excesiva prisa por deshacerse de sus pasajeros. Sin duda cometía el error de no comprar manufacturas de Wissenland y venderlas río abajo. Sus razones tendría...

Esperemos que la buena estrella se mantenga, pero tampoco parece que tengamos que preocuparnos mucho, ¿no? Por como ha vendido el barco en caso de que el río se ponga bravo parece lo suficientemente recio como para que solo tengamos que preocuparnos de los vaivenes y mantener el estomago en su sitio. ¿O acaso hay algo mas que le preocupe capitán? pregunto con la intención de clarificar las ambiguas palabras del capitán.

¿Hay mucho tráfico en el Reik en esta época del año? -preguntó el escudero a su capitán fluvial.

Bueno, antes solía haberlo, en verano esto se llenaba y los muelles siempre estaban a rebosar, pero ahora es muy diferente... Dejó la frase en el aire con cierta melancolía. Tiempos difíciles... Tener un viaje tranquilo últimamente es haber tenido mucha suerte, por lo que esperemos que la cosa continúe y no haya... nada que lo estropee todo a última hora. Suele ser muy típico. Comentó un par de ordenes con su segundo al mando y luego, girándose otra vez hacia ti comentó: Ya estamos cerca, una vez ahí, nuestro contrato habrá finalizado. Mientras comentaba eso, en el horizonte la ciudad de Aldorf comenzó a surgir, grande y poderosa como siempre lo había sido.

Altdorf, hogar del poder y de la corte imperial. Otra maravilla urbana de la que no podemos disfrutar. Otto echó una hojeada al capitán Heimdirch, intentado escrutar sus pensamientos.

¿Cómo llegaremos a Middenland? Su bolsa mágica puede proporcionarnos transporte o tendré que montar mi caballo. Lo cierto es que el pobre necesitaría recorrer muchos kilómetros para compensar el tiempo encerrado.

La opción más rápida para llegar a la capital del Lobo Blanco es coger otro barco en Altdorf dirección norte. Al ser la capital debería de haber más barcos donde elegir y por lo tanto tarifas más asequibles pero no se si podemos permitírnoslo lanzo una mirada de reojo al capitán de la guardia en busca de su reacción a mis palabras.

Si no siempre podemos unirnos a una caravana de mercaderes como guardias. Es más lento si, pero normalmente sale gratis o incluso si el comerciante está muy desesperado puedes ganar unas pocas coronas. Mi maestro y yo lo hemos hecho un par de veces, al parecer los servicios de los adeptos en el arte están muy solicitados.

Eira se quedó en silencio mientras se hablaba del estado de un río por el que era la primera vez que viajaba. No podía opinar de lo que no conocía, aunque sí quiso dar su opinión cuando se habló del camino que habrían de recorrer.

- No nos reclutaron para esta misión para que nos lo tomáramos con calma y tiempo, sino para ir lo más rápido que podamos, asi que espero que lo entregado al Capitán Heimdirch pague de sobra el camino más rápido. - se gira hacia el aludido. - ¿Puede decir si es así?

Ei ei eiiii. Algo todo el mundo. Mi contrato no especificaba nada de facilitar otros transportes. ¿Queda claro? Se me dijo que tendría que llevarles a ustedes hasta aquí y eso estamos a punto de completar. Un trasporte rápido y eficaz. Lo más rápido que nadie ha hecho esta travesía. ¿Queda claro? Inspiró con calma un par de veces y luego siguió manejando el timón con mano experta en sus últimas maniobras de aproximación a la ciudad, pues a su alrededor, a parte de botes anclados cera de las orillas se podían ver otros mercantes, de cercanías, y botes de pescadores alzando algunas redes prácticamente vacías. Lo que hagan vuestras mercedes para encontrar luego transporte no es de mi incumbencia, lo que ahora haré será dejarlos en el puerto y emprender el camino de vuelta. ¿Por que habían pensado que les "facilitaría" transporte?

Tranquilo capitán, no nos referíamos a usted le respondo calmadamente al iracundo capitán del barco con las manos alzadas en gesto de paz sino al otro capitán que se haya en este barco, aunque este sea de la guardia. Es a el al que preguntamos cual cree que es la más viable de las opciones, al fin y al cabo el es la persona al mando en la misión que se nos ha encomendado.

Supongo que la Inquisición también estará muy interesada en quienes contratan a los que dominan tu "arte"...

No creo que un poco de ayuda no comprometedora sea mucho pedir después del desembolso -dijo Otto, pero el capitán no se lo tomó bien. Sin duda había pensado que el escudero le había llamado avaro, y aquello no le sentaba bien a nadie, menos a los avaros-.

El escudero observó la bulliciosa ciudad, el populoso puerto y el barrio fluvial. No sería difícil encontrar otro transporte, y a mejor precio que éste.

El barco atracó en uno de los grandes embarcaderos y rápidamente se bajó a tierra el caballo de Otto Dusseldorf, que parecía realmente nervioso y pálido. Bien era sabido que a aquellos animales los viajes en barco no sentaban muy bien. El propio capitán Durec bajó a tierra y estrechó la mano de los aventureros deseándoles suerte en su misión, fuera cual fuera, tal y como añadió antes de despedirse del grupo. Con pasos rápidos se fue en dirección a la oficina naval de la zona, seguramente para ver si había algún encargo que realizar que incluyera el regreso a casa y así obtener más provecho de aquel viaje.

La ciudad, siempre bulliciosa, parecía mitigada en este caso. Había gente por las calles, y se veía bastante movimiento, pero lo cierto es que la guerra había hecho mucho daño a aquel aspecto alegre y ajetreado que siempre tenía aquel lugar. Ahora todo el mundo parecía muy centrado en sus cosas, y se movían con pasos rápidos y caras tristes. ¿En cuántos aspectos ha dejado el caos su impronta? Desde luego no ha sido únicamente en los huesos de los caminos, o en los muros mellados.

La primera parte del viaje había transcurrido sin incidentes. Casi parecía más un viaje de asueto que una misión para salvar el imperio. Pero a partir de ahora las cosas no serían tan fáciles. Según nos vayamos acercando a nuestro destino las posibilidades de encontrarnos con problemas aumentarán de forma increíble. Y más si en lugar de en barco vamos hacia la ciudad del lobo atravesando los peligrosos bosques del imperio.

Bueno finalmente llegamos a la capital. Ahora solo falta encontrar transporte hasta Middelheim. La pregunta es, ¿estamos en condiciones de pagarnos un nuevo pasaje fluvial o tendremos que buscar una caravana comercial? le pregunto directamente al capitán de la guardia para comenzar a buscar el transporte lo antes posible.

El señor Hiemdrich se encoje de hombros y abre con discreción su bolsa de monedas, ahora muy floja. Bueno, 50 coronas es lo que hay. Dice con un susurro. Sabe de buena experiencia que no es bueno ir alardeando de coronas en la bolsa en aquellos entornos. Fluvial o terrestre, será como mucho por ese precio, pero recuerden que yo no sé hacer más monedas, y tendremos que comer así como que pueden suceder imprevistos. No me gustaría estar con las tripas fuera y no tener para pagar a otro galeno. Dicho lo cual se encoje de hombros de nuevo, y le devuelve "la pelota" a la joven maga.

No creo que encontremos otro capitán Durec. Fijaos en el aspecto de esa gente -y de la ciudad fuera dicho paso. Aquella no era la Altdorf de su infancia, pompa y frivolidad, sino una ciudad que había perdido población autóctona, reclutada a la fuerza para la guerra y había ganado refugiados y criminales-, nos llevarían hasta Norsca por unas monedas. Sólo hay que encontrar a alguien lo bastante desesperado, y no muy peligroso. Tal vez alguna de esas pesadas barcazas que llevan pescado en salazón, o un buque maderero.

Aunque tal vez lo mejor sea ir por tierra. La carretera de Middenheim fue la primera en despejarse. Hay muchas bestias, es cierto, pero tarde o temprano encontraremos una patrulla numerosa que se dirija al norte, y están obligados a permitirnos acompañarles. Muchos buhoneros trabajan así.

La desesperación convierte a todos en peligrosos. Sería conveniente buscar a alguien que este necesitado pero no desesperado. Creo que la mejor opción sería la de buscar alguna caravana de mercaderes y ofrecernos como escolta. De esta forma nos ahorraríamos los costes del viaje y estaríamos arropados. A la hora de realizar un viaje tan peligroso cuantos más seamos mejor. El principal problema radica en que no es la vía más rápida de viajar. Por eso estaría bien saber si una opción tan lenta es viable para descartarla en caso contrario comento mirando fijamente al capitán de la guardia para ser el que tiene prisa y el que esta al mando de la misión bien que le cuesta tomar decisiones. Seguro que es de los que si las cosas salen bien se echa todos los méritos y si al final todo se fastidia nos echa la culpa a nosotros.

A mi me parece una buena opcion. Quizás sea algo más lenta, pero hemos ahorrado muchisimo tiempo en estas dos etapas del viaje hasta aqui, creo que puede ser conveniente. Vayamos a preguntar. Sugiere el Capitán de la guardia haciendo un gesto con la mano que indica "Las damas primero".

Tal vez no sea necesario preguntar por viajeros al norte. Hoy descansaremos en la capital y mañana por la mañana nos unimos a un grupo que viaje al norte. Nadie viaja a Middenheim sin un símbolo del lobo blanco. Buscadlo y ya tendremos compañeros.

No pondré mas objeciones aparte de que me siento más cómodo con tierra bajo mis pies...-Suspiró el viejo perro de batallas,por primera vez había salido de su camarote en toda la travesía,camarote en el que había dormido a pierna suelta para curar sus heridas y olvidar que se encontraba en la forma de transporte menos segura para su gusto que jamás había conocido.