Partida Rol por web

En cuanto oigo el aviso afirmativo de Ander asiento a Karel y tiramos juntos para subirlo rapidamente. Una vez subido a las rocas abro los brazos y lo bajo hasta nuestro nivel. "Pesan mas de lo que esperaba pienso algo sorprendida".

Bueno no es el momento.

En cuanto estamos todos juntos tiro de la mula y comienzo a señalar a sitios donde podriamos ir refugiandonos de la lluvia de rocas.

"Como me encuentre a esos a un nivel mas asequible van a comer acero" digo ajustando la empuñadura de mi arma.

-Gracias amigos -dice Ander.- Ahora a protegernos. 

La emboscada gracias a la percepción y habilidad de nuestros aventureros no resultó como los bandidos esperaban.
Lo bueno de aquel incidente es que habían perdido de vista a los hermanos Pin y Pon.

Por lo visto todo quedó en un susto y el viaje pudo continuarse sin más incidentes. El paisaje iba cambiando conforme se adentraban más en el desierto, las montañas se hacían menos altas, menos rocosas y más areniscas, al mediodía solo quedaban enorme dunas. Que poco a poco iban también haciéndose más pequeñas.
Hasta salir del todo de ese lugar.
Ahora la vista era diferente se presentaba como un mar de arena ardiente, como una sartén y algun que otro sobresaliente rocoso, como si fueran muelas rocosas.
Por la tarde el calor era intenso y las ganas de beber todo el rato insoportables casi más que de comer.
Además desde ese punto comenzaba el terreno de "las lombrices"

Contemplando aquel mar árido Ander alienta a sus compañeros de misión -Debemos permanecer atentos no solo por lo que seguramente encontraremos adelante sino por lo que se supone dejamos atrás- toma un poco de agua y cubre su cabeza para evitar que los rayos de sol penetren directamente

Acaricio a la mula tal cual nos alejamos del peligro, susurrandole palabras tranquilizadoras y agradeciendo que no haya salido espantada tras todo el caos de hacia unos minutos. Al menos no habia sido algo peor.

Tras caminar largo y tendido entre la arena ardiente comienzo a agradecer tambien el hecho de que pillaramos suficiente agua la verdad. Espero que sea suficiente. 

Me ajusto las telas que me cubren y la mascara. Ir tapada bajo el sol puede dar calor, si, pero tambien me protege y ayuda a que no tenga TANTA sed. De vez en cuando le doy agua al animal. 

Y me mantengo en silencio mientras avanzamos.

-Malditos bandidos, maldito desierto, maldita arena y maldito calor.

Voy renegando para mis adentros mientras vamos avanzando por el desierto. De los cuatro, yo soy el que peor lo está llevando. La arena se me mete por todos los lados, haciéndome rozadura con la armadura de cuero. Las botas me pesan cinco veces mas de lo normal y cuando me las quito para vaciarlas de arena, a los diez minutos ya las tengo llenas otra vez. ¡Hasta se me ha metido arena en mis posaderas! Que unido al sudor, se queda pegada. Odio el desierto y todo lo que hay en él. Serio y malhumorado sigo detrás de los demás. La sed ya empieza a causarnos estragos y eso que solo llevamos un día aquí. Como perdamos la mula y el agua de reserva, lo pasaremos muy, pero que muy mal. Los tipos que nos perseguían desaparecieron cuando el ataque de los bandidos, así que no creo que volviéramos a verlos.

-¡Es que nunca se va a poner el sol! ¡Hace más calor que en una forja enana, por las barbas de mis ancestros!"

Una vez superado el paso de la montaña y la emboscada, continuamos nuestro camino y nos adentramos en un desierto de dunas. El calor es terrible, pero nuestros sombreros y ropa clara es de gran ayuda. La marcha se hace difícil y tenemos que beber agua, debido a las altas temperaturas. En estas condiciones mejor no hablar demasiado tan solo lo justo.-Tendremos que racionar el agua, si la agotamos vamos a vernos en serios apuros.-Tras un rato vigila a su espalda, a ver si vuelven a aparecer los jinetes, no deberían poder pasar por el camino que hemos seguido, ya que las monturas no podrían superar las grandes rocas, a no ser que las hayan dejado atrás. Así que cada cierto tiempo vigila a su espalda y también en los alrededores, esta zona estaba señalada con "lombrices de arena" tenían que estar alerta, por lo que esto podría suponer, de seguro que una nueva amenaza.-Estar atentos, no sabemos que son esas lombrices de arena, mejor que no nos pillen por sorpresa.-

P: personajes

#: Arena.

&: Sobre saliente rocoso

Posición (B1)

Cuando los personajes comenzaron a penetrar el territorio vieron al poco a unos metros de ellos

( C1) restos de ropas y enseres de otros viajeros, aún peor vieron huesos de cuerpos humanos entre la arena. Como si hubiesen sido escupidos y esparcidos sus desechos del subsuelo al cielo como un volcán de desechos, huesos y enseres.

Medio enterrados por la arena y medio corrompidos por el sol. Era una imagen fúnebre, y desoladora.

Un poco más al frente ( A2) se alzaba una de estas zonas rocosas con forma dentada de unos dos metros.  Arriba podía dormir perfectamente seis personas sin tocar la arena.

Pero aún quedaba 6 horas de buen y ardiente sol.

-Pisar la arena supone un peligro evidente -dice Ander-. Lo más seguro es pasar por esos sobresalientes rocosos. Pero en cualquier momento tendremos que tocarla y por los restos parece una muerte segura. -Luego  anota- ¿Ahora cuántas criaturas de esas habrá?

El sol me ciega y la tension de antes hace un poco de mella en mi, asi que me veo incapaz de concentrarme como para responder al mediano. 

- Te sigo Ander- tiro de la mula un poco y me mantengo alerta. Al minimo movimiento en la arena espero estar lista para defenderme a mi y a nuestros viveres.

-Vamos, tratemos de ir rápido hasta el primer grupo de rocas, pensando que posiblemente sea en la arena donde podamos ser atacados por esos gusanos de arena.-Comento a sus compañeros, mientras observaba por si veía algún peligro en la zona.

Nos paramos en seco, observando el mar de arena que llegaba hasta donde la vista alcanzaba. Aquí y allá se veían pequeños salientes rocosos, como dedos pétreos que salieran de la nada. Esos puntos serían nuestra salvación, ya que había de suponer que los gusanos de arena no podían llegar ahí, si no que reptaban bajo la arena, su medio natural. Entre saliente y saliente tendríamos que exponernos, pero era un peligro que debíamos de afrontar con valentía.

-"Bien, no hay más que discutir. Lo más seguro es ir de saliente en saliente y descansar allí si no salimos de este maldito mar de arena. Creo que lo mejor será andar algo separados y despacio. Supongo que estas criaturas cazarán por las vibraciones y el sonido."

Me ajusto bien todo mi equipo y me preparo para seguir al resto.

Sus compañeros secundan su idea, aunque parece que Uri está un poco tocada por el sol y el calor entonces el mediando se  acerca a ella y toma su mano para preguntarle si coincide con la estrategia planteada -Uri, sigamos a Tobías y a Karel esos salientes parecen seguros y podremos descansar un poco ahí. Evitemos al máximo la arena -continúa- y tendremos más posibilidades de salir ilesos. 

Uri asiente tras notar la pequeña mano que tira de ella. Al menos uno de nosotros mantiene la alegria entre tanta tension y malestar del calor. Es adorable, piensa la humana, aunque no lo dirá en voz alta.

Sigue a los demás guiada por aquella diminuta figura tirando de la mula para que no se desvíe y ahora tratando de respirar profundamente para mantenerse alerta.

Tras pensar un rato en lo que ha oído de las lombrices de arena, Tobías le comenta al grupo.-Este es un enemigo formidable, para tratar de evitarlo hemos de cruzar de noche cuando el frío hace que las lombrices sean menos activas, y con el máximo de sigilo posible, ya que el ruido y nuestras pisadas pueden alertarlas. Así que mejor buscamos alguna sombra, o al menos un sitio donde poder extender unas telas y estar descansando al resguardo del sol, hasta que caiga la noche. Habrá que comer y tratar de dormir algún rato, aunque propongo que hagamos guardias, no sabemos quien o que puede moverse por esta zona.-Y a la espera de ver que pensaba el resto del grupo, fue mirando si había algún lugar adecuado en las proximidades.

Ander hace lo propio luego de escuchar a Tobías y se pone a buscar el mejor lugar posible que les permita esperar hasta la noche y emprender la huida del desierto. Estaba claro que  era imposible enfrentar directamente a las lombrices.