Partida Rol por web

7 - Marzo de 1926

15:45 de la tarde

Temperatura: 9 °C

Hora de llegada a la mansión.

Jon Whitelock vive en el oeste de Mayotteville, junto a una carretera fuera de la ciudad que cruza un desvencijado puente por encima de un peligroso barranco y atraviesa un escabroso bosque. Los únicos vecinos cercanos son el viejo trampero Ed Norris, una pequeña familia granjera apellidada Seyward y, el cuidador de la mansión Bensten. Aunque la distancia hasta el pueblo es corta, las carreteras suelen cortarse por la lluvia o árboles caídos.

Whitelock recibe a los investigadores como amigos, pero está claramente consternado. La casa es una estructura bien amueblada de siete dormitorios, erigida hace diez años y equipada con luz eléctrica. Un horno grande en la cocina provee de agua caliente. Hay una voluminosa radio en un rincón de la sala de estar. No hay teléfono.

Las habitaciones de la planta baja son de techo alto y cuentan con grandes ventanas, aportando luminosidad y sensación de espacio. En las plantas superiores, sin embargo, las habitaciones son más chicas, con techos más bajos, ventanas más angostas y muebles más pesados. Un único punto de luz en la entrada de cada habitación ofrece una pobre iluminación, y las abultadas camas y los armarios proyectan sombras oscuras en las esquinas de las dependencias.

El edificio está rodeado por delgados árboles, verdes durante la primavera y el verano, pero oscuros y de mal agüero por la noche. Hay dos habitaciones para invitados equipadas con una cama de matrimonio una de ellas y dos individuales la otra.

Durante la noche, en torno a las 2 de la madrugada, te despiertas por el ruido de unos rasguños fuera de tu habitación. Una suave brisa atraviesa los árboles, y echando un vistazo parece ser que el ruido probablemente no sea más que una rama chocando contra la madera.

Te levantas para responder a la llamada de la naturaleza sobre las 3 de la madrugada, y te diriges al baño pero todo el pasillo está a oscuras...

Todavía somnoliente Marcus se incorporó.

—¿Que diablos?...

Se levantó de la cama con la intención de buscar un vaso de agua a la cocina pero decidió acercarse a la ventana para ver si daba con el origen de los rasguños.

Te levantas algo somnoliento e investigas el origen del ruido mirando por la ventana, algo ha tenido que hacerlo supones... pero se ha quedado todo en silencio - ¿Quizás un animal?, ¿habrá huido por el ruido al levantarte? En la oscuridad de la noche iluminada por una brillante luna, la fachada del edificio no presenta ningún atisbo de que halla alguien andando por ahí... La cocina está abajo, ¿habrá sido un sueño?

El vino de la cena había hecho efecto al fin. Se había desvelado hacia las 3 de la madrugada con ganas de orinar. Su vejiga no aguantaba como cuando tenía 30 años. Suspiró contrariado.

A oscuras, con el pijama de franela a rallas y las zapatillas puestas, Lamar intentó encontrar el interruptor de la luz. 

El desconocimiento del lugar y el embotamiento de sus sentidos hicieron que fuera incapaz de encontrarlo. 

-Maldita sea... Murmuró al golpearse la espinilla con algún mueble. - Tendré que ir a oscuras...

Palpando las paredes y muy lentamente se dirigió baño. Si alguien lo hubiera visto a tientas, moviendo las manos en la oscuridad, intentando evitar los obstáculos que no podía ver, le hubiera hecho mucha gracia.

Meneó la cabeza un momento. En el rural era muy habitual este tipo de ruidos así que, sin darle mayor importancia, se volvió a la cama para dormir. Al día siguiente le preguntaría al anfitrión.

A las tres de la mañana escuchas algo pero esta vez en el pasillo, algo está palpando las paredes, y hace un movimiento extraño al moverse. Su silueta parece la de un animal que se arrastra, respira como un ser humano pero se mueve de una forma extraña. Se queda en la puerta de tu dormitorio que por cierto está abierta tanteando su marco, ¿para meterse en tu cuarto?, ¿QUÉ HACES MARCUS?

Empiezas a buscar el dichoso interruptor pero no lo encuentras, es más pierdes la noción de la orientación en el oscuro pasillo. No puedes casi avanzar de esa forma, y te dedicas a ir agachado apoyándote con las manos y arrastrando las piernas. Es algo más fácil que ir de pie mientras vas tanteando las paredes. Al rato ves que la pared desaparece crees que tiene que ser el pasillo que conecta al baño. Sigues tanteando agachado pues es la única precaución que ves, - Si no tuvieras tantas ganas... Tanteando otra vez encuentras la seguridad de las paredes hasta palpar que otra vez desaparece, y empiezas a tantear lo que es un marco, ¿qué haces Lamar te metes o sigues?, ¿será el baño?

Por fin. Aquello debía ser la puerta del baño. Lamar se incorporó lentamente. Menos mal que había llegado. Estaba a punto de reventar. 

Con la idea de haber llegado al baño, entro por aquella puerta.

Marcus se despierta sobresaltado. Por un momento siente un sudor frío mientras el miedo lo atenaza. ¿Está soñando? ¿O despierto? ¿Qué es eso? Sabiendo que aunque grite nadie podrá venir a ayudarle a tiempo se levanta y busca algo con lo que defenderse: una lámpara, una silla... cualquier cosa... mientras intenta discernir mejor que demonios es esa sombra.

—¿Ronald? ¿Caid? ¿Lamar? ¿Quién anda ahí?

Llama en alto. Sabe que lo que quiera que acecha en el pasillo no es uno de sus amigos pero espera que al escuchar su voz alguno de sus amigos despierte y venga en su auxilio. No quiere despertar a toda la casa, pensando en los niños, pero espera que alguien lo oiga hablar. O quizás esa sombra se asuste y se retire.

En su fuero interno desea acercarse y mirar que es pero el miedo le impide moverse. De pie, frente a su cama, se prepara para defenderse con lo que encuentre¹...

Escuchas una voz que proviene del interior... es la voz de Marcus que mira en tu dirección sobresaltado y habla en voz alta:

—¿Ronald? ¿Caid? ¿Lamar? ¿Quién anda ahí?

Mientras escuchas que se mueve intentando encontrar algo a mano...

Algo no encajaba en todo aquello... aquellas ¿manos?, y la silueta de un cuerpo que se erguía presentando una forma humana. Hablaste en voz alta... y aquella figura habló, ¡Era la voz de Lamar!, a la vez que encendía el interruptor del pasillo encendiendo la luz de tu cuarto. Caid al lado seguía durmiendo...

De esta forma Lamar, y gracias a la iluminación a causa de encontrar el interruptor aunque era del cuarto de Marcus y Caid, conseguiste orientarte hasta llegar al baño. De hecho Marcus dejó la luz encendida para que no tuvieras problemas al volver. - Le distes un susto de muerte a Marcus pero ya hablaríais de ello por la mañana dado el caso. Ahora los dos estabais de acuerdo que no queríais despertar a toda la casa, ni alarmar por algo que no había tenido la mayor importancia, si no era en vuestra imaginación.

Llegas al baño no sin antes encender el maldito interruptor, esta vez te fue más fácil de localizarlo, al haber podido por suerte localizar en la posición que estaba en el cuarto de Marcus. En el baño el interruptor estaba en la misma posición, fuera del baño y en el lado derecho a media altura, y a unos cinco centímetros del marco y a la altura de tu cintura.

Al otro lado de la ventana del baño escuchas un movimiento: Una rama que cruje, y al mirar observas que algo se desliza entre los matojos. Al parecer un mapache...

Por fin pudiste utilizar el baño y volver a la cama...

8 - Marzo de 1926

6:00 mañana

Temperatura: 6 °C

Cielo nublado

Domingo

Whitelock se levanta a las 7:30 de la mañana y se pone a preparar el desayuno... Todos coméis bien en el comedor con una mesa provista de fruta, nueces, bayas y arándanos. De bebida esta vez solo agua. Anna todavía no está levantada, Lamar y Marcus se disponen a partir, tras los buenos días, el deseo de John porque les vaya bien, y una ligera sonrisa de agradecimiento. El aspecto del contable está mejor, al parecer durmió bien. Cuestión que corroboráis con vuestro aspecto, todos habéis dormido bien a pesar de las eventualidades de algunos durante la noche.

Cuando le comentáis a Jon vuestro proyecto, el contable os dice que al ser domingo, casi todo estaría cerrado, abriría la iglesia y la comisaría, pero todo lo demás estaría cerrado.

Estaban compartiendo el desayuno, Caid estaba tomando algo parco y funcional que había insistido en preparar para el resto con el permiso de Mr Whitelock para no molestar a Anna: Zumo de naranja, un poco de café, y un par de huevos cocidos. Lo suficiente para tener energía en la mañana y poder concentrarse. A fin de cuentas, creía que el resto del equipo agradecerían ese empujón extra del zumo y el café. Una vez John les dió la mala noticia (Había pasado por alto que era domingo) Caid se dirigió a su compañeros:

- Si aún queréis ir al pueblo, no sería mala idea contactar con el Padre y sus parroquianos, así como con la policía para sus archivos. Sé que generalmente se requiere más autoridad, pero creo que las buenas habilidades sociales de nuestro buen Marcus, así como la posición social de Lamar, los contactos con los federales de Doc y mi credencial de investigador, deberían abrirnos las puertas. Una a una, id probando todas las opciones, y confío en que os abrirán las puertas. Luego ya sabéis donde mirar, y ambos sois buenos con documentación si mal no recuerdo - Dijo esto último con una sonrisa, como tentando a sus compañeros.- Podemos con esto, compañeros, hoy desperté con esa sensación optimista.

Marcus asintió.

—Estoy seguro de que mucha gente con la que queremos hablar irá al oficio de esta mañana. Hace bastante que no piso una iglesia y no me vendrá mal desempolvar un poco mi fe.— admitió con una sonrisa breve —Como mínimo allí estará el reverendo y seguro que es alguien que puede darnos información. Y en un ambiente distendido puede que el jefe de policía esté más dispuesto a charlar con nosotros.

Se volvió hacia el ama de llaves:

—Anna ¿dijo usted que acudiría a la iglesia hoy? ¿Le molestaría que fuéramos con usted?

Y luego respondió a Caid:

—Ya sabes que me muevo como pez en el agua cuando se trata de documentación... otra cosa es que nos den acceso a la misma.— concluyó guiñando un ojo.

- ​​​​​-Yo le acompañaré, Marcus, como teníamos planeado. Seguro que sacamos información valiosa.

Lamar agradeció el desayuno preparado por Caid, y disfruto del café y el zumo.

A Lamar noble había parecido ver crucifijos, estampitas ni vírgenes en la casa. Así que preguntó a Ana. - Que religión es la que practican, señora Ana. Si me permite preguntar.