Partida Rol por web

[DM 07/19] Asuntos pendientes

Escena 3.1- Ascenso en la Tormenta

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22/07/2019, 21:30
Jack Sunrise

Cita:

¿De qué ostias hablas?
Te veo en 30 mins en el callejón donde me haces los encargos y me lo explicas en cristiano.

Jodido gilipollas. Siempre con sus mierdas de códigos... pero todo el mundo sabe que a los Brujah hay que explicarles las cosas despacito y con palabras sencillas, ¿verdad?
;)

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22/07/2019, 21:40
Director

Notas de juego

Dumas:

Íntimo sí que parece, pero si te refieres a "Movimiento de intimidad" estos solo se dan entre dos personajes jugadores.

Bien visto lo del refugio. Encontráis un lugar donde pasar el día a salvo del príncipe.

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23/07/2019, 16:43
Cucaracha

Llego a mi refugio. Tengo un lugar oculto y seguro en el, pero no es como en las películas, donde una sección de la pared se desplaza con un estruendo dramático. En lugar de eso son los propios escalones los que se levantan. La primera vez chirriaron como un demonio, y tuve que emplearme a fondo, pero tras engrasar con cuidado los viejos goznes van de maravilla. Fueron diseñados para que se movieran incluso décadas más tarde, como todo lo demás aquí abajo. Este lugar fue preparado para que fuera un refugio seguro para un vampiro durante todo el tiempo que pudiera durar el sueño de su dueño.

Bajo las escalones, un empinado túnel desciende en espiral. Me tengo que encorvar y hasta incluso agacharme un poco. Pero pronto estoy inmerso en el frescor subterráneo, después de recodos y ángulos que la luz del sol nunca podrá transitar. Llego a la cámara acorazada. Incluso aquí, a este lado de la puerta... es un sitio bastante bueno para estar.

En el interior, el suelo de acero ha sido tapado con una alfombra persa, y las paredes de acero elegantemente recubiertas con paneles. Del techo cuelga una araña de cristal, que todavía tiene velas a medio derretir. Un escritorio de madera de cerezo ocupa una de las esquinas, y una otomana y una silla de recargado tapizado otra. La pared de enfrente de estos artículos está ocupada por una tumbona. Hay una mesa baja en cada uno de sus extremos, con unas cuantas pequeñas estatuas blancas colocadas ordenadamente encima de ellas. Al lado de estas, está el teléfono rojo; es un teléfono fijo, una línea segura.

No estoy seguro de como jugar mis cartas en esto; ya no confío en nadie. Mi nombre está manchado a ojos de Lawrence y, aunque su reinado es bastante débil y patético, el nuevo orden que pretende implantar ese loco de Morfeo parece un mal aún mayor. Realmente todo me importa un carajo. Me voy a largar de Encrucijada Vieja y que les den. La pregunta es: ¿qué ocurrirá después?. ¿Que desenlace me beneficia más?. Si los Nosferatu controlan la ciudad, adiós libertad. Adiós a mover mierda por las calles y llenarme los bolsillos de pasta. Si Lawrence vence, bueno... seguiremos con la misma mierda que conocemos hasta ahora, pero podremos seguir haciendo negocios sin que nos toquen demasiado las pelotas. Eso es mejor que un borrado de memoria o un sueño forzado.

Levanto el teléfono. Me lo pienso, pero finalmente marco el número de Lawrence.

Suena el primer tono...

Si. Sonrío. Estoy es lo mejor. Hay que nivelar la balanza.

Segundo tono...

Lawrence y Morfeo se destrozarán.

Tercer tono... empiezo a ponerme nervioso...

Cuando todo pase volveré a Encrucijada Vieja y recogeré los pedazos.

Cuarto tono. Lawrence coge el teléfono.

 

—Príncipe —le digo—, tengo que contarte algo...

Le cuento todo. Todo el plan de Morfeo y los suyos, la trampa del Gangrel y los movimientos de Circe y Dumas. Lo pongo al día con Jack y sólo le pido un favor a cambio: que deje a Circe con vida.

 

Si, así soy yo. Un traidor, ¿y qué?. Un superviviente. Una cucaracha oculta en su refugio nuclear.

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23/07/2019, 17:02
Director

Notas de juego

Mmmm así que has engañado a Morfeo. ¿Realmente le has engañado o forma parte de su plan?
Quiero ver esa tirada de engañar a alguien.

El príncipe no necesita que lo convenzas. No te creerá de ningún modo a priori, pero con que esté sobre aviso, le basta.

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23/07/2019, 17:16
Cucaracha
- Tiradas (1)

Notas de juego

Ahora si la he liado parda xD.

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23/07/2019, 17:21
Director

Cucaracha:

Al otro lado del teléfono interceptado, el propio Morfeo te escucha atentamente y, simulando a la perfección la voz de Lawrence te replica.

Has elegido tu bando con sabiduría. Circe será salvada de la purga en deferencia a ti. Tu lealtad recibirá su justa recompensa.

Al terminar la conversación dice a uno de los suyos. - Cucaracha tenía algo que me gustaba. No se podía confiar en él, era capaz de todo por sobrevivir... pero esta vez ha sido previsible.

Notas de juego

Cucaracha:

Haz una tirada de "Escapar de una situación". Si tienes éxito, tu personaje evita ser atrapado y se larga de Encrucijada Vieja. Te espero en el epílogo. Si fallas... kaput. Hacen relleno de pierogi contigo. ¿Los pierogi van con relleno? He buscado en internet y da la impresión que sí.

Morfeo es Nosferatu, te ha seguido, conoce tu refugio secreto. Quizá te dan caza sus chiquillos, o quizá pone a la inquisición sobre tu pista. Decide cuando te dan caza (no tiene porqué se esta noche ni la siguiente, te pueden dejar marchar ya que no has podido avisar a nadie y cazarte un año después) y cuéntanos cómo escapas... y si no escapas, cuéntanos como mueres de forma definitiva.

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24/07/2019, 18:21
Cucaracha
- Tiradas (1)

Notas de juego

Elijo: · Dejas atrás algo importante (Judy).

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24/07/2019, 20:00
Cucaracha

Se que algo va mal. Yo también tengo multitud de ojos y oídos repartidos por Encrucijada Vieja y me han susurrado que Morfeo viene a por mi. Antes de que lleguen me escabullo por la salida trasera de mi refugio y me pierdo entre las sombras. Las facciones de Encrucijada Vieja estarán bastante ocupadas matándose unos a otros, lo que me da un margen de un par de noches para largarme con seguridad de la ciudad. Voy a tener que dejar a Judy atrás, me duele, pero no hay nada que pueda hacer al respecto. Mi querida nieta... Imagino que estará bien, de todas formas ya no le queda mucho. Aún así, tengo que solucionar el asunto de ese cretino del cuidador suyo. Ese tal Cal.

Sobre las doce menos cuarto aparco el coche, le doy una buena propina al encargado, y me encamino hacia la residencia de Judy. Tengo un montón de tiempo, seis horas y media hasta el amanecer, y mi traje está hecho un desastre. Tiene manchas, pequeños agujeros donde se está pudriendo, y, ¡vaya!, una cucaracha. ¡Dios mío! Bueno, dicen que estas pequeñas cabronas pueden sobrevivir a un holocausto nuclear, yo también. ¿Acaso se supone que yo voy a poder hacer algo contra ellas?. Eso me reconforta.

Cuando Cal Cromwell sale de la residencia, ni se me ve ni se me oye y, hum, tiene que haberse cambiado de ropa terriblemente rápido para salir tan puntual a las cuatro y diez, cuando ha terminado de trabajar a las cuatro en punto. A menos que se esté escaqueando, largándose del trabajo antes de la hora. El cabrón...

Va andando calle abajo. Dirección equivocada, Cal. No podemos permitirlo.

Respiro profundamente, y me concentro en una batalla campal. Cuerpos mutilados, amputados por el filo de un sable o hundidos por un mazazo; cráneos abiertos, con el cerebro ennegrecido caído sobre la arena; sangre coagulada en las comisuras de una boca con las encías hendidas; un yelmo que encerraba para siempre el rostro sorprendido de un caballero que se había creído al abrigo de la muerte.

Cal frena, y luego se para. Está algo desconcertado. Está nervioso y no sabe por qué. Está intentando decirse a sí mismo que no hay ningún motivo. Dejo que mis labios rocen su oído.

—Cal...

Se gira del todo, a punto de cagarse por la pata abajo; pero por supuesto, no ve a nadie.
Me pongo detrás de él, y cuando ha dado unos cuantos pasos hacia su coche empiezo a silbar. La canción es Lullaby of Birdland, aunque no es que eso tenga la menor importancia. Cuando estás solo en la oscuridad y alguien a quien no puedes ver está silbando, te asustas. Cal cree que está asustado. Pobre Cal. No tiene ni idea.

Cal se está alejando poco a poco, pero sin correr, así que pienso en corazas convertidas en ataúd que ejércitos de insectos revestían con un segundo caparazón; zumbidos de alas y élitros; maxilares y mandíbulas en acción; chasquidos de ganchos y pinzas; sobresaltos; vacilaciones; danzas de aguijones, labros y palpos; antenas, lenguas y trompas horadando, lamiendo, aspirando, entrando y saliendo de las heridas, de las cavidades de los muertos. Excitados por el festín, los cuervos saltaban de un cuerpo a otro, sin saber por qué manjar comenzar; luego uno de ellos se acercó a un soldado medio muerto para deleitarse con los humores de su ojo.

Empieza a jadear.

—¿Quién está ahí? ¿Hay alguien ahí?.

Estoy a centímetros de él cuando susurro:

—Nadie, Cal.

Ahora sí que corre.

Me lanzo a toda prisa detrás de él, con el viento haciendo aletear mi abrigo y mis pantalones como si fueran las alas de un murciélago. Mis colmillos se clavan en su cuello y es su fin.

Ahora puedo largarme de esta maldita ciudad.