Partida Rol por web

El campamento del Ejército de Tani
Un descanso entre pruebas

Parece que el tal Pepe Livingstone está ocupado con algo... ¡qué alegría! ¡Así no tenéis que responder a sus preguntas en las entrevistas! Podéis relajaros tranquilamente en vuestro campamento, que se parece un poco al de la imagen sólo que mucho más cutre, con menos tiendas y menos organizado... No, pensándolo bien, no se parece nada al de la imagen.

El caso es que podéis tomaros un descanso entre pruebas y afianzar las relaciones con vuestros compañeros. ¡A pasarlo bien!

Belnaldino, con sus andares bananeros, escogió una tienda céntrica. Se acomodó y duchó y luego empezó con lo importante: su oficina de reclutamiento.

Con una mesa, un letrero y un par de sillas, todo sacado de algún misterioso lugar, montó su puestecito y se sentó, como si de venta de limonada se tratase.

—Pueblo de China. Me conocéis como Belnaldino, pelo mi nomble leal es No Xinping, helmano gemelo bueno de Xi Jinping, falso plesidente de China.

Continuó poniendo a parir a Xi y siguió hablando de lo guay que sería China con él de dictador presidente.

—Bien, entle vosotlos he visto glandeza. Y yo quielo gente glande junto a mí. ¡Lo veo! ¡En mi sueño, yo mando y me lodeáis glandes, lo máa glandes de China! ¿Quién me apoya? ¿ Quién se apunta? ¿Quién quiele sel glande y dilimil el futulo de China junto al pleidente legítimo? Que soy yo, el plesidente, digo. No Jinping, no Xi Jinping, es decil, que sí No Jinping y no Xi Jinping. 

Belnaldino empezó a sudar por cómo se estaba complicando su discurso y pronto se calló y se quedó en su puesto de limonadas a 5¥ oficina de reclutamiento. Paciente, esperó a que alguien se acercara con sus dudas y a firmar el acta de reclutamiento

El doctor entró en una de las tiendas orgulloso de haber pasado todas las pruebas. Aprovechó el tiempo para limpiar su bata, afilar sus instrumentos de cirugía y llamar a su madre:

—¡Hola mami!..—

—Sí, estoy bien,... sí, me dan de comel... no, no he opelado a nadie aún,...no, no ha muelto nadie... sí,  ya he dicho lo de las ofeltas...sí, ya me ha llegado la fiamblela..— dijo mientras sujetaba el teléfono móvil haciendo pinza con el cuello y el hombro e intentaba abrirla para ver su contenido.

—¡Son lollitos de plimavela! ¡y de velano! !lellenos de jamón de yolk!..— exclamó emocionado —..glacias mami eles la mejol. Dale un ablazo a Mizifú de mi palte...Adiós— añadió, cortando la llamada, pues las constantes preguntas de su madre le aburrían si no tenía ningún paciente que operar, además, tenía mucha hambre. Acto seguido dio buena cuenta de los rollitos, devorándolos.

Estaba limpiando su bigote de los posibles restos de comida, cuando escuchó a Belnaldino, dar su discurso. No supo si fue la fuerza de sus palabras o el flato por haber engullido tantos rollitos de primavera casi sin masticar, pero Tekuro sintió algo en su interior. Así que decidió acercarse a su puesto.

—Hola Belnaldino, o No Jinping..— saludó —..mi nomble es Tekuro Otimato, doctol Otimato pala los amigos. He oído que vas a gobelnal China. Si no me equivoco, pala ello, necesitalás un buen equipo de consejelos y ministlos..— hizo una pausa y sonrió —..pues tengo una ofelta que hacelte: Te apoyalé en tu campaña si me haces ministlo de Salud. Piénsatelo polque cleo que tienes madela de lidel—

Huan Cho entró también al campamento. Venía andando raro, porque el barro en el que se empeñaban en bañarlo una y otra vez se le estaba secando y hacía costra.

-Buenas, compañelos. Además de ganas de dominal mundo y de recibil tápels, ¿sabe alguno dónde hay lavadola y duchas? Que tanto plingue me está dejando una piel de escándalo, pelo mi túnica se está quedando más tiesa que mojama. Ya disen ansestlos, allá donde fueres, higienisarte debes. Al acabar os enseñaré unos artículos de venta que me he tlaído pol si tenía ocasión y encontlaba plingad... estooo... amables compladoles.

Juntando las dos manos como para rezar, les hizo reverencia.

Yotoko se acercó al autodeclarado presidente legítimo de China. Ya llevaba algunos posts algún rato sospechándolo, pero ahora  que Huan Cho había vuelto a abrir la boca, lo había confirmado. Aquel hombre que decía regentar un negocio, concretamente "una tienda china", hablaba con un acento peculiar. Su dominio del amarillo era bueno, pero pequeños fallos con la letra "r" le delataban.

- Usted palece alguien impoltante. - Le dijo al pseudo-mandatario. - Sospecho que el señol de la balba, en lealidad no es un chino, sino un infiltlado... - Formuló su hipótesis. - Ha dicho valias veces la letla que nosotlos los amalillos no plonunciamos nunca y sustituímos por una "l". ¿Clee usted que es un inflintado de Takeshi o algo aún peol?

-¿Cómo te atleves a dudal de mi chinosidad? La plonunsiasión depende de cómo ande yo de sueño, ¡no de inflitlasiones! ¡Qué osada es la ignolansia! Te clees que si estuviese enchufado me ilía tan mal en las pluebas? Si casi voy de lepesca en lepesca! (Y tilo polque me sale de la yesca)... Ya velás las zambulguesas!

- ¡Hola, queridos espectadores! ¡Soy yo, Pepe Livingstone! ¡Sí, sí, de verdad! - dice el joven vestido de reportero de guerra, señalándose. - Bueno, vale, en verdad soy el becario. Es que Pepe está muy ocupado con las pruebas de repesca, y me han dicho que venga a hablar con los concursantes que han quedado fuera de concurso. Lo que es una encuesta de atención al cliente. ¡Vamos a ver si los encontramos!

- Ola, k ase?

- ¡Pero si es Dolores Conichigua! Dolores, ¿qué haces aquí? Ese meme ya es muy viejo, eh. 

- Bueno, sí, pero es que no quería que acabara la partida sin aparecer. - explica. - Y he visto que han eliminado a unos concursantes y he venido a ver cómo están.

- ¡Ah, claro, que eres la Defensora del Concursante! - recuerda Pepe2. - ¿Y cómo crees que lo han hecho?

- Pues bastante mal, la verdad. - replica Dolores. - Mucho caerse al agua pero poco porrazo. En mi época las zamburguesas eran de piedra y te ibas de boca contra ella.

- ¡Pero mujer, entonces se harían daño!

- Sí, claro, de eso se trata.

- Ah. Bueno, bueno... entonces, ¿tienes algún consejo? ¿Algo que podamos hacer para mejorar?

- ¡¡DADLES CAÑA!!

Tras una eterna llamada de su madre para decirle que deje de poner caras en el programa y que ni se le ocurra mancharse más el chándal, Ping Gao consigue salir de su tienda y ver cómo van los demás. Por un lado parece estar el señor de los glandes, Belnaldino o Xi-No-Alomejor Jinping. Ping Gao se acerca y le aplaude un poco. Se supone que es lo que hay que hacer en los discursos, ¿no? Pero como solo aplaude él, queda un poco cutre.

Por otro lado, el amable y para nada timador Huan Cho está discutiendo con el hombre de la botella de plástico. Mejor no meterme... sigo sin saber quién es. Y finalmente, parece que a lo lejos están haciendo una entrevista a alguien. Ping Gao se acerca con curiosidad, porque parece que no es Pepe, sino otro chico vestido igual que él. Y entonces la ve.

¡Esas gafas de pasta...! ¡Y ese peinado de los ochenta...! ¡Y ese estilo...! Da igual que sea una mujer que le duplique o triplique en edad, o que tenga la misma porque con ese estilo es un poco viejoven, Ping Gao tiene una cosa clara: Sah' 'namorao. Así que acercándose poco a poco al plano de cámara, saluda a Dolores con la mano de forma incómoda.

- Yo te puedo dar caña. O sea, en las pruebas... Es decir... - viendo que la cosa no está saliendo nada bien, intenta pensar otra estrategia. ¿Cómo se liga con las chicas? Y entonces recurre a la primera cosa que se le viene a la mente - ¿Te vienes a mi caravana? A ver, no es mía, pero he oído que tiene cosas muy chulas y seguro que me la prestan un rato...

- Pero qué dices, niño. - es la respuesta de Dolores, que aunque no le gusta lo que le ha dicho Ping Gao tampoco se aparta. Muy al contrario, parece enfrentarle. - Pero tú te has visto, con esas patas enclenques, con esos brazos de palillo, esas gafas... que las gafas estarían bien si fueran redondas, con estilo, ¿qué haces con las gafas cuadradas estas? Te quedan fatal, no me extraña que hayas ido a la repesca, si es que no debes ver nada con eso. Aunque da igual porque igualmente no tienes coordinación ninguna, que te he visto ahí saltar las zamburguesas y parecía que estabas bailando una jota, es que los jóvenes de hoy en día... En mis tiempos, que eso sí eran buenos, pasabas las zamburguesas corriendo o no las pasabas. Nada de ir despacito. Si te tropezabas pues te dejabas los dientes en el bordillo y a por otra cosa. ¿Y la muralla? No había cuerda, trepabas a saltos o no trepabas. Y los rollitos de primavera no eran de gomaespuma, eran troncos de madera y raspaba que no veas. ¿Y lo de la caravana? ¡En mis tiempos lo de la caravana ya estaba anticuado, imagínate ahora! ¡Si es que a los jóvenes de hoy en día hay que...!

Ante esa tremenda somanta de palos verbales, Ping Gao no puede hacer otra cosa que bajar la cabeza y quedarse en silencio, alejándose lentamente a pasitos mientras Dolores sigue quejándose del resto de pruebas. Cuando consigue desaparecer del plano a base de pasitos, el chico sale corriendo detrás de una tienda y empieza a llamar a alguien, secándose las lágrimas por debajo de las gafas.

- ¡Mamá, mamá...! Me ha... me ha... snif... Me ha hablado una chica, mamá, ¡¿qué tengo que hacer ahora?! ¡¿Le pido casarnos?! - se le escucha, llorando emocionado. 

Animado por haber pasado la prueba de la repesca Tekuro se acercó a las tiendas a echar un vistazo a ver si encontraba a alguien dispuesto a ofrecerse como conejillo de indias para sus extravagantes prácticas médicas. Había oído que la prueba consistió en superar un terremoto y los ojos comenzaron a brillarle.

—¿Estáis todos bien? ¿Alguien que se haya tolcido alguna alticulación? ¿Algún miemblo que extilpal? Os lecueldo que tengo talifas estupendas..— continuó con su verborrea —La gente me plegunta, ¿tienes título? y yo le contesto ¿Quieles a un titulitis sacacualtos o un plofesional balato que se pleocupa pol la gente?—

—¿Quieles un ejemplo? Vale. Si viene un homble pala tlatal un dolol de muelas, un titulitis le lecomendalía un analgésico. ¿Sabes que es mejol? una patada en los cojones. En cuanto se lo aplicas le desapalece el dolol de muelas al instante y no te gastas dinelo en dentistas— añadió convencido de su sabiduría.

Cuando terminó de hablar descubrió que los participantes de "Terremoto en Yamamoto" habían hecho la prueba entre cojines.

—¡¿Entle cojines?! otla plueba sin pacientes, me temo— 

Konehito Saltalín se dio una vuelta por el campamento para ver como estaban las cosas. Hacía mucho que no veía a la falsa mujer, aunque la que tenían ahora era peor. Pero bueno... mejor esa que la otra loca tirando sus DVD's favoritos por ahí.

El hombre-gato-conejo ve al chico emocionado por su conversación con esa mujer tan... en fin... para que luego asomase el médico. - Yo estal bien. - Le dije con una sonrisa. - El bluto ese no me hizo nada. No necesito ni médico ni vetelinalio. - Pero si necesitaba agua para beber al menos, que estaba seco después de tanto mojarse por fuera, se le había pasado hacerlo por dentro.

- Voy a vel que me encuentlo pol aquí antes de la siguiente plueba. - Dijo antes de que el médico quisiera hacerle un checkeo básico y apareciese el tal Livingstone con su micrófono y la zanahoria en su caravana.

La CaputanaM-A-RVL-004 sabe que la van a seguir persiguiendo en cuanto salga de aquí, asi que decide seguir escondida cerca de donde Livingstone. Supongo.

"Pueeees... esto no es justo ¡No es justo! ¡Es Rubiofóbia! Es porque soy rubia ¿Verdad? Me habeis eliminado por rubia ¡Malas personas! ¡Siesos!"

- ¡Calla! - Yotoko abofeteó a la rubia. - No te han eliminado por rubia, sino porque seguramente sepas demasiado... 

O demasiado poco. Las rubias tenían fama de no ser demasiado inteligentes y aquella comebarro no había dado demasiados motivos como para contradecir tal aseveración. No obstante, fuera por un motivo o por otro, Tukosita se quedó bastante agusto tras el tortazo y al menos por un momento el nivel de griterio descendió. A saber cuales serían ahora las conscuencias de sus actos y la desmedida reacción de la Caputana y del resto de asombrados participantes de aquel extraño y demente juego de supervivencia.

Tras recibir el bofetón, la CaputanaM-A-RVL-004 explota.

De rabia, hombre. Explota de pura rabia

"¡Tu lo que eres es un guarro, cochino, marrano, indecente, inmoral, cínico, impúdico, procaz, malaje, mala persona, incívico e indisciplinado!"
"Como me fiche Hollhywood para hacer películas, NO te regalaré entradas y las tendrás que pagar tu de tu bolsillo, hala"

El despistaó de turno llego a un pueblo extraño, lleno de pequeñas casas de tela y del mismo color, al parecer los pueblos chinos eran tan pobres que ni ladrillos tenían.

Sin pensarlo demasiado metió la cabeza en la primera "casa" que encontró y pregunto con perfecta dicción:
-¿Hola? ¿Machete? ¿Tienen algún machete o helamienta palecida pala ablil un coco? -Aun con el fruto dorado en la mano, las tripas le crujían y era incapaz de abrirlo. -Aunque igual con un saca colchos vale, polque palece que esta un poco pocho. -Al golpear para comprobar la madurez de aquella pelota de plástico no auguraba que fuera muy comestible.

Mientras tanto...

- ¡Efectiviwonder, el Cajón de barro! Madre mía, hasta yo me doy cuenta de que no estoy a la moda. ¡Pero qué más da! - dice Pepe Livingstone a la cámara, al mismo tiempo que le hace señales a Ping Gao para que se acerque al cajón de arena lleno de barro que todos ya conocen. - ¡Pues nada, te toca buscar una pepita dorada, que no de oro, en medio de todo este barro! ¡Tienes tres minutos! ¡Venga, que ya empieza!

En eso, de entre los barros, sale la CaputanaM-A-RVL que estaba comiendose los deliciosos barros de gran calidad (Y aprovechando para esconderse)

"Ñam Ñam Ñam"

Y se vuelve a hundir entre los barros, para seguir comiendo ¡y que no la pillen los esclarecedores!

Belnaldino llegó empapado al campamento. Estaba cabreadísimo, pero aún estaba más mojado. Se secó, cambió y fue a dar un paseo para urdir una nueva forma de hacerse con el poder.

Esta vez buscaría ayudantes.

Al ver a la Caputana comiendo barro, se le acercó. Podía ser útil para hacerse buena imagen en occidente y asaltar el poder desde allí.

—Eh, tú. Cliatula comebalo. Podrías selme útil. ¿Tú quiele sel actlis famosa? Si te ayudo, me ayudas. ¿Sí?

"¿Actliz famosa? ¿Eso es dificil?"

"Tu solo dime que es lo que hay que hacel, y yo lo hago. No quielo volvel al sitio de donde me sacalon" dice la buena de la Capu, mientras una docena de esclarecedores estan acechando con sus pisto-lásers.

Entonces en el comunicador de uno de los esclarecedores suena una voz sintética, informática, del siglo XX. Si, como la de la peli "Wargames

"Uy, queridos esclarecedores. Soy vuesto amigo el ordenador. Si esta tipa se pone a hacer películas para los comunistas chinos del exterior, entonces estará haciendoles mas daño del que le harían cien esclarecedores"

"Dejadla, dejadla actuar ¡Juas juas juas!"

Chun-Lo descubre el campamento por fin, donde todos los participantes descansan, lleno de barro y un brillo dorado incrustado en sus nalgas observa como algunos de ellos se dan de ostias, seguramente porque están apunto de servir el cuarto desayuno y hay que luchar por ello, así que sin pensarlo se lanza contra ellos al grito - Yataaaaa!!!-.