Partida Rol por web

[DM 22/01] Dragonlance - La Calzada de Haekel

Capítulo I - Caravana hacia el Este

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28/12/2021, 00:10
Dungeon Master

La arpía que ha huido se lanza en un vertiginoso picado hacia el fondo del precipicio, donde comienza a darse un banquete con los cadáveres que llueven a su alrededor. La mayoría de vosotros no podéis verla, pero Thorwyn todavía cuelga del abismo y, al mirar hacia abajo, descubre la macabra escena.

Decidido a salvar a tantos como pueda, Kylian avanza hacia el límite de la sima y ordena a su bastón encantado castigar una última vez más a la cantarina asesina antes de desvanecerse. El arma sagrada impacta a la criatura, pero su disparo de ballesta se pierde junto con el fallido flechazo de Lowen y las vidas de muchos compañeros de viaje.

La arpía responde a los ataques de la pareja disparando al clérigo de Gilean y haciendo diana en él con una de sus infalibles flechas. Por fortuna, se ve obligada a emprender la retirada cuando el arcanista enano, izado a pulso por su salvador, la asaetea con sus proyectiles mágicos.

Consciente de que ella sola en su actual estado no podrá haceros frente a los tres tiradores mucho tiempo ahora que habéis demostrado ser capaces de resistir su canto espectral, la sádica arquera se zambulle en el abismo en pos de su compañera; deseosa de darse un festín con los cuerpos que la aguardan en el fondo.

Tan pronto como el canto cesa, cesan también los intentos de suicidio entre aquellos que todavía se encontraban forcejeando con familiares, amigos o compañeros de desgracias. Todos volvéis a ser dolorosamente conscientes de lo ocurrido y del irreparable daño que ha sufrido vuestra caravana.

—Eres... eres un brujo enano... —comenta incrédulo el cultista que le acaba de salvar la vida a Thorwyn viendo el prodigio que éste acaba de realizar. En su voz hay respeto y temor—. Sabía que había algo especial en ti y veo que no me equivocaba contigo, pero ya tendremos tiempo de hablar esta noche. Ahora hay que recuperar lo recuperable y salir de aquí antes de que vuelvan esos monstruos.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Lluvia Estelar (15) → 30/34
Arpía 2 (14) → herida grave y huida
Kylian (11) → 22/28 [conjuros gastados: "curar heridas leves", "arma espiritual", "protección vs mal"]
Briand (9) → 14/28
Thorwyn (7) → 16/16 [conjuros gastados: "impacto verdadero", "proyectil mágico"; perla de poder: 0/1 usos disponibles]
Lowenherz (5) → 36/36

Todos vosotros obtenéis permanentemente un bonificador +1 de circunstancia en los TS contra conjuros y efectos de encantamiento por haber escuchado el canto de las arpías y haber sobrevivido a la experiencia.

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28/12/2021, 03:20
Kylian Brickstone

Tan solo dos seres malignos como aquellas dos harpías, habían causado un enorme dolor en toda aquella gente que viajaba en aquella caravana. Familiares y amigos habían muerto de manera terrible, pues influenciados por aquel canto, se habían dejado caer por el acantilado para acabar convirtiéndose en comida para aquellas criaturas perversas. 

Cuando todo pasó. Kylian se apresuró en valorar la situación. Lo primero que hizo fue buscar entre los supervivientes a sus compañeros. Vio a maese Runavieja, también a Lowen. Lluvia se encontraba en el interior del carromato junto al pequeño dragón, pero... a la que no vio fue a Briand. Enseguida corrió hacia el abismo y miró hacia abajo temiéndose lo peor y allí se encontraba la joven noble. Había sobrevivido por algún tipo de milagro, aunque lo tendría difícil para subir hasta la carretera sin ayuda.

Kylian se dio la vuelta y analizó entonces al resto de viajeros. Su prioridad ahora, además de sacar a Briand del abismo, era sanar a aquellos que necesitasen de sus servicios. Buscó entre los cultistas y el resto de miembros de la caravana a aquellos que se encontrasen en peores circunstancias y poder así aliviar su dolor y sanar sus heridas.

¿Hay alguien herido? - Preguntó en alto. - Alguien que le tire una cuerda a la joven del acantilado. - Señaló en dirección a Lady Le Besco dejándola atrás y centrándose en la sanación.

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28/12/2021, 11:57
Thorwyn Runavieja

El mal estaba hecho, su tapadera parcialmente descubierta. A partir de ese momento los cultistas sabrían que el enano albino era capaz de lanzar hechizos. Pero también que no era un mago de las torres de alta hechicería, lo que redundaba a su favor. Y, lo más importante, seguían desconociendo la relación que tenía con el resto de compañeros.

Thorwyn hizo un vehemente gesto para indicarle a su salvador que bajara el tono, mirando a su alrededor para ver si alguien le había oído.

─Gracias por… ─le dijo el enano indicando con la cabeza el abismo del que le había salvado para, a continuación, retroceder un par de pasos hacia tierra firme mientras evaluaba los daños producidos por las harpías a la caravana.

El enano arcanista hizo un leve asentimiento de cabeza a las palabras cargadas de sentido común del nerakano.

─¡Vale, hay muertos y heridos, pero no tenemos tiempo para lamentaciones! ¡Que se hayan ido esos monstruos alados no quiere decir que no vayan a volver ellos o algún congénere! ¡Aquí estamos expuestos! ¡Avanzad en cuanto podáis!

Acto seguido Thorwyn repasó el estado de sus caballos y carro, luego de sus acompañantes vivos y luego de los muertos. A los muertos los saqueó sin contemplaciones si nadie se oponía, despojándolos de todo artículo de valor o útil y pidiendo ayuda para lanzar los cadáveres por el acantilado.

Fue entonces cuando se percató: Briand no había caído, o al menos no del todo.

─¿Mi buena señora, le interesa una buena cuerda de cáñamo, enganchada a un garfio aquí arriba por el módico precio de 10 monedas de acero? ─preguntó socarrón el enano desde lo alto del precipicio, directamente sobre la cabeza de Briand.

Notas de juego

Me esfuerzo en no mostrarme empático. Más bien todo lo pragmático que fuera razonable sin buscarse problemas.

A los compañeros (u otros, incluídos enanos y gente afín, si ha sobrevivido alguno) sólo les ayudo si me lo piden directamente.

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28/12/2021, 15:00
Lowenherz Bremer

Lowen observó con desesperación cómo la segunda criatura alada descendía para darse un festín con los cadáveres de los caídos. Desde donde estaba, apenas alcanzaba a discernir el fondo del barranco, pero la evidencia de lo que ocurría le llevó a maldecir entre dientes.

Después escuchó a Thorwyn. El enano saqueaba sin piedad los cadáveres, mientras ironizaba mirando a Briand, ofreciéndole un precio por lanzarle la cuerda. Había sido un milagro que la noble se salvase de la caída, y sin embargo el enano parecía encontrar la situación divertida. Lowen no entendía nada, y a punto estuvo de comenzar a lanzarle improperios al enano, pero luego recordó la misión que les había traído hasta allí. Tal vez aquello era parte del disfraz del enano, o tal vez aquella raza no tenía los mismos sentimientos que los humanos.

Apretó los puños, maldiciendo su desgracia. Quería acudir a consolar a quienes habían perdido a un ser querido, pero, en su afán de parecer lo que no era, se contuvo. Echó mano de la cuerda, lanzándosela directamente a Briand.

- Será mejor que se ate, señora. - dijo - Trataremos de subirla.

Después de aquello, insistió en lo mismo que Thorwyn.

- ¡Recoged a los heridos y dejad a los caídos! - gritó en derredor - Esos monstruos pueden volver en cualquier momento.

Notas de juego

Desde donde estamos, ¿podría disparar contra las arpías?

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28/12/2021, 16:44
Lluvia Estelar

Extenuada, observo el estropicio que yo misma he creado con mi daga en las lonas que cubren la jaula. Desgarrones que tendré que coser en algún momento o pedirle a Kylian y a Thoweyn que usen su magia para repararlos. Pero eso tendrá que esperar.

Sonrío bobamente al darme cuenta de que he logrado escuchar el canto de las arpías y sobrevivir a la experiencia. En mi tribu creo que nadie se lo creería si se lo cuento.

Y entonces reparo en que estoy atrapada en el interior de la jaula y que no puedo salir. ¿Y si fuera han muerto todos? La idea me parece aterradora, pero no tardo en empezar a oír voces que me llegan amortiguadas desde el otro lado de los barrotes.

—¿Hola? ¿Hay alguien ahí? ¡Auxilio!

Estoy convencida de que Jiłhazhí  podría salir y traerme las llaves de vuelta, pero prefiero que no se exponga si puedo evitarlo. Le acaricio la cabeza y le susurro:

—Tranquilo, seguro que lo peor ya ha pasado y que todos están bien. ¿Mamá te ha asustado con sus gritos? Lo siento mucho, pequeñín. Esa canción me estaba volviendo loca pero ya ha terminado y pronto podremos irnos muy, muy lejos. Donde no tengamos que volver a escucharla nunca más.

Notas de juego

Pues lo dicho, a esperar a que algún alma caritativa se acuerde de mí :)

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28/12/2021, 21:06
Briand Le Besco

Tras varios minutos de fuerte jaqueca, Briand comenzó lentamente a recobrar la consciencia o mejor dicho, la cordura. Así como a procesar lo que justamente acababa de ocurrir en el plano real. Sus heridas físicas, si bien sumamente dolorosas, no lo eran nada a comparación de la herida en su orgullo y figura. No quería ni pensar lo bochornoso que debió haber sido de su parte, el haberse arrojado voluntariamente casi a un suicidio, por seguir a un tonto animal. Realmente humillante.

Pronto comenzó a escuchar las voces de sus compañeros desde la superficie, varios metros arriba. Por mucho que le disgustase tener que depender siempre de ellos, allí estaban nuevamente... Salvándola y ayudándole sin exigir nada a cambio. Bueno, a excepción de Thorwyn, aunque aquel pago no era más que una formalidad. Era algo que le frustraba, personalmente, porque a estas alturas ya comenzaba a convertirse en algo que no sabía cómo retribuir. Además de que eran claros símbolos de debilidad, los mismos que sus hermanos le acusaban abiertamente y que tanto se esforzaba en encubrir...

- Sí. Sólo arrójala. - Respondió con seco humor a la oferta de Thorwyn, mientras trataba de sentarse en una posición segura mientras se sacudía la tierra y rocas de sus ropas y brazos. Era obvio que la quería, pero más aún lo molesta que se hallaba consigo misma, a tal punto de no tener ningún ánimo de seguirle la actuación a su compañero enano.

Mientras lo hacían, se tomó su tiempo e hizo lo posible por concentrarse, para susurrar el nombre de su deidad alada y comenzar a sanar su cuerpo por medio de su cinto sagrado. Había demostrado debilidad mental, pero algo que no podía demostrar era debilidad física, emergiendo con tan graves heridas ante la superficie. Al menos podía pretender haber salido totalmente ilesa, sólo parte de sus ostentosas ropas algo sucias por la dura caída.

...

Tras subir con la ayuda de sus amigos, Le Besco finalmente se recompuso y termino de limpiar su vestimenta, no mucho después de lo que reparó de que su carruaje seguía parcialmente en pie. Con precaución, se apresuró en acercarse y abrir una de sus puertas, puntualmente la del lateral donde sus pertenencias y la mayor parte del peso residía. Presionó el amuleto nobiliario de su pecho, susurrando el nombre de su original heredero, para invocar una plataforma ovalada y translúcida flotante a su lado.

- Desciende lentamente y con cuidado. Yo retiraré mis pertenencias de aquí. - Le indicó en voz baja y seria a Demien, para que no entrase en pánico ni realizase movimientos bruscos, antes de comenzar a cargar en el disco su pesado bolso de viaje donde llevaba prácticamente todas sus provisiones y equipamiento de viaje, luego su ondulado espadón y por último el objeto de mayor peso, su largo escudo torreón. Tras ayudar al chico a bajar sano y salvo, ningún objeto de valor restante en el interior del coche, la malhumorada noble se dio el lujo de desquitarse empujándolo de una fuerte patada al precipicio. No requirió mucho esfuerzo, sin peso encima probablemente terminaría cayendo por sí mismo de todas maneras y a estas alturas, era un bien insalvable. Con suerte le caería en la cabeza de una de esas malditas aves.

Respirando hondo y preparándose para el tramo más arduo del viaje, la joven se calzó su larga espada envainada a sus espaldas, y por detrás de él se enganchó con su correspondiente arnés su pesado escudo. Su ballesta calzó a un lado de su cinto junto con sus virotes, y su estuche de pergaminos colgando un poco más por debajo junto a su morral. El resto de sus cosas las dejó en su mochila, sobre el disco flotante. Por último, se acercó nuevamente al enano con sus diez monedas de acero en mano, dejándoselas en las suyas. - Aquí tiene. - Le dijo formalmente, dejándole el dinero pactado públicamente.

...

El resto de los viajeros, entretanto, ya parecían volver a componerse, arrojando a los muertos sin salvación y sanando a los heridos más superficiales. Aunque los daños materiales y lesiones graves eran notorios en todos los rincones. Sus compañeros animaban a voces a forzar la marcha antes de que el peligro regresase, por otro lado... La noble percibió una oportunidad que quizás podría aprovechar.

- El peligro ha pasado, mas probablemente más nos aguarde por venir. Aquellos heridos de gravedad y sin los medios para continuar o resguardarse durante el viaje, les sugiero regresen a Kalaman por su propio bienestar. Hasta que la ruta sea asegurada. - Sugirió en voz alta y ya un poco más calma la emisaria de Kalaman, en una conclusión que no era del todo errada. El camino recorrido hasta ahora había demostrado ser seguro, y aquel por venir, no. Aquella gente que no estuviese en condiciones podía tener la oportunidad para salvarse y comerciar otro día. Esperaba poder convencer a una buena porción de la gente, en especial porque le ayudaría aún más a filtrar los verdadero burgueses de quienes no lo eran. Y, le daría la oportunidad para algo más...

- Tiradas (3)

Notas de juego

Utilizo dos de mis Cargas Diarias del Cinto de Shinare por separado, para restaurarme 15 PG.

Utilizo el Talismán de Certret. Son 3 Horas del Disco Flotante de Tenser, donde llevo la Mochila con las pertenencias que antes figuraban en Transporte. Conmigo llevo la Bolsa de Cinto, donde llevo el Odre, la Antorcha y mi dinero.

Le pago las 10 pa a Thorwyn.

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28/12/2021, 23:09
Dungeon Master

Nadie alza la voz cuando los cultistas de Takhisis disfrazados de comerciantes requisan para sí la carreta del mercader de pieles. A fin de cuentas, él ya no las va a necesitas para nada y ellos no solo son todavía el grupo más numeroso sino que cuentan con un clérigo y un mago entre sus filas tras haber reclutado aparentemente a Kylian y a Thorwyn para su causa.

El clérigo de Gilean ha perdido su montura, pero sus nuevos compañeros de viaje insisten en que se acomode tranquilamente entre las pieles después de que haya atendido las leves contusiones que estos han sufrido durante la emboscada. La mayoría de ellas, a manos de sus propios camaradas para impedir que estos se suicidaran.

Un coro de carcajadas acompañan el ofrecimiento de Thorwyn de sacar del abismo a Briand, junto con peticiones de "trescientas piezas de acero por ayudar a su muy noble persona" por parte de los cultistas, que no han olvidado cómo lady Le Besco trató de aprovecharse de su situación unas jornadas atrás.

Por fortuna para ella, el enano le tira su cuerda y Lowenherz acude en su ayuda provisto de otra y de su propia montura y entre ambos consiguen izar a la malherida embajadora. El carruaje de Briand ha quedado inutilizable y sus caballos se han despeñado por el precipicio, pero sus pertenencias han resistido el ataque y Dèmien ha sobrevivido gracias a la oportuna intervención de Lluvia Estelar. Sin el coche de caballos, el muchachito no sabe muy bien qué hacer y se limita a mirar embobado a su patrona mientras ella va rescatando sus posesiones del interior del vehículo.

Tras haber sacado tajada de la desgracia de su compañera, Thorwyn y sus nuevos socios no tardan en saquear el carro del maestro cervecero. El infeliz semielfo ha quedado aplastado bajo el vehículo y, sin atención rápida, ha terminado falleciendo a causa de una hemorragia interna. Tampoco la mayoría de sus brebajes han salido bien parados del accidente pero el pálido theiwar consigue rescatar un barrilete de buena cerveza tostada y un par de botellas de hidromiel élfica para su alijo personal con el que lastrar un poco más a su ya sobrecargado animal.

Al escuchar los gritos de Lluvia Estelar pidiendo ayuda, un hombrecito delgaducho con gafas de montura dorada se le acerca a socorrerla. Según le cuenta muy educadamente, es un cartógrafo que viaja para ampliar su repertorio de mapas que ofrecer a quien quiera contratarle. Hasta el momento se ha mantenido bastante apartado de todos los grupos en un discreto segundo plano pero, visto lo visto, considera que es un buen momento de empezar a hacer amigos y la mística que-shu parece ser uno de los individuos menos peligrosos.

También la familia que ha perdido a su bebé acude, magullada y desesperada, en busca de un milagro tras haber visto cómo Lluvia sanaba a Dèmien, pero la criaturita está más allá de cualquier posibilidad de salvación.

Después de haber perdido a sus escoltas, el joyero enano se suma a la búsqueda de aliados dentro de la caravana y lo hace en las figuras de los guerreros que habéis identificado como posibles seguidores de Takhisis pero que no forman parte del grupo de Kylian y Thorwyn.

Quien no quiere saber nada de nadie es el matrimonio de elfos tras haber perdido a uno de los integrantes a causa de los disparos de las arpías. Ambos se ofenden gravemente cuando Lluvia Estelar les ofrece oficiar el funeral de su pariente; a diferencia de la familia humana, que se muestran muy agradecidos con la dulzura con la que la sanadora despide a su pequeño.

Tras de seis días de viaje, diezmados y casi sin comida ni agua, ninguno de los presentes opta por seguir el consejo de Briand de regresar por donde han venido, temiendo que el camino de vuelta en un grupo tan reducido sea todavía más peligroso que seguir adelante.

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28/12/2021, 23:45
Lluvia Estelar

Me siento profundamente apenada por la situación de los pocos viajeros que todavía nos acompañan. Los que no se han ido marchando estos días y que más valía que lo hubieran hecho cuando tuvieron oportunidad. Las Astivar son un lugar peligroso, como nosotros sabíamos bien y acabamos de confirmar.

Experimentando en mis propias carnes el dolor de la joven madre, apelo al poder inconmensurable de Sahanahráy-iiná para que le devuelva a su difundo recién nacido, pero el Espíritu de la Vida desoye mis desesperados ruegos; entendiendo tal vez que ya se ha mostrado demasiado clemente con todos nosotros. El alivio físico que puedo proporcionar a sus magulladuras es insignificante en comparación con el alivio emocional que les niego.

No son más que una pareja sencilla, dejándolo todo atrás para viajar con sus niños en busca de un futuro mejor. Deberían haber estado seguros viajando con nosotros, pero les hemos fallado. Lloro con ellos sobre el pequeño túmulo que construyo con mis propias manos para su bebé, sin importarme si las arpías regresan o no. El luminoso e inocente espíritu no entiende lo que le ha ocurrido y necesita una guía que le muestre el camino para no quedar atrapado para siempre en esta inhóspita cordillera.

Quisiera poder darles más, mucho más, pero no puedo ofrecerles que viajen en la carreta. No con Jiłhazhí ahí dentro. No puedo arriesgarme a que descubran lo que realmente es, pero puedo compartir con ellos mi comida mientras me dure y ofrecerles algún apoyo material para que su nueva vida sea menos horrible que la que dejamos atrás.

Intento ofrecer también mi consuelo a los elfos, pero su dolor es demasiado intenso. Han visto extinguirse una vida de décadas con cientos de años por delante. Muy pocas cosas en el mundo son comparables con eso. Es estremecedor, como ver talar un árbol centenario. La muerte violenta es casi la única forma de acabar con la vida de los longevos elfos y está claro que estos sencillos ebanistas no esperaban encontrarla en este viaje. Honran a sus muertos a su modo y yo solo puedo respetar su cultura y su dolor.

Al cartógrafo le ofrezco un trabajo remunerado hasta que lleguemos a algún lugar seguro donde poder despedirnos. Es la forma más honesta que tengo que darle las gracias por haberme sacado de la jaula sin que sienta que le doy una limosna. Además, me vendría bien conseguir un mapa de la región tan detallado como pueda proporcionarme y uno del continente si fuera posible. Imagino que no serán bienes económicos de conseguir, pero ahora mismo no ando escasa de acero.

Notas de juego

Ofrezco 50 pa a la familia que ha perdido a su bebé y compartiré con ellos mi comida hasta que lleguemos a algún sitio donde puedan comprar la suya. Además, pagaré al cartógrafo por su trabajo lo que me pida siempre que la cifra no sea disparatada.

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29/12/2021, 00:40
Dungeon Master

8 Corij 433 AC

Como si el cielo mismo llorase vuestra pérdida, una ligera lluvia comienza a caer sobre vosotros al poco de alejaros del lugar de la masacre y lentamente va arreciando hasta convertirse en un persistente aguacero que os acompaña casi de forma interrumpida las dos jornadas siguientes.

Esto dificulta el avance de vuestros carros y mina la moral de toda la caravana. Una moral ya maltrecha por el hambre que sufrís la mayoría de vosotros. A Briand todavía le quedan provisiones para un par de días, pero Lluvia Estelar se ha prodigado con tanta generosidad con los viajeros más desafortunados que ayer repartió sus últimas provisiones entre ellos y hoy lleva toda la jornada en ayunas. Pero quien peor lo está pasando es Lowenherz, hace tres días que no prueba bocado y cabalga medio desmayado sobre su caballo.

Ni Thorwyn, ni Kylian han tenido que preocuparse por la comida, puesto que ambos gozan ahora de la hospitalidad de los cultistas, decididos a reclutarlos para sus superiores como caballeros de la Espina y de la Calavera respectivamente.

El cartógrafo os ha informado de que había una posada a una milla al sur de la calzada y todos coincidís en desviaros del camino para comprobar si sigue en pie o si ha sido destruida como la última que dejasteis atrás hace días.

Empapados, buscáis el lugar pero no lo encontráis hasta que cae la noche y las luces del comedor se convierten en la única iluminación de los alrededores a parte de los relámpagos.

Agradecidos a los dioses, os apresuráis en llegar hasta el edificio pero encontráis la puerta firmemente cerrada. Debéis llamar con insistencia antes de que el propietario, un individuo corpulento, calvo, bigotudo y con cara de pocos amigos salga a recibiros con una robusta clava de madera en la mano.

—Largo de aquí, maleantes, si no queréis que os suelte a los perros —os dice, mirándoos a todos de pies a cabeza con mala cara. Empapados y hambrientos, la verdad es que presentáis un aspecto lamentable—. La posada está completa. Volved cuando haya amanecido o, mejor, no volváis.

Desde el interior surge el cálido y apetitoso aroma de papatas picantes con carne, el sonido conversación animada acompañada de música alegre y el dorado resplandor de la chimenea. Un claro contraste con la negra y lluviosa noche que os espera si no conseguís convencerle de que os deje pasar.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Por 3 pa, el cartógrafo dibuja para Lluvia Estelar el siguiente mapa de la región. Las medidas no son demasiado precisas pero podéis haceros una idea y ahora entendéis por qué su limitado talento le obliga a viajar en lugar de instalarse cómodamente en Kalaman y vivir de copiar los mapas de otros.

Lowen sufre 5 puntos de daño no letal a causa de la inanición y su estado es "fatigado" (-2 FUE, -2 DES, no puede correr, ni cargar).

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29/12/2021, 11:09
Lowenherz Bremer

Lowen había contemplado el saqueo perpetrado por los nerakanos con una mezcla de náusea y rabia, pero sin intervenir ni decir nada. Ya se las cobraría todas juntas cuando les entregase, junto con su cabecilla, al Consejo Solámnico. Jurándose a sí mismo que lo haría, implicase lo que implicase, volvió el rostro hacia el camino, y continuó con el viaje.

Después de aquello, había venido el hambre. Atroz, incesante, llevó a Lowen al extremo de plantearse sacrificar a su caballo para disponer de provisiones para bastante tiempo. En el pasado, Lluvia había encontrado piezas de caza cuando las provisiones se habían agotado, pero ahora no podía ni pedírselo. Sintió cierto alivio al ver una posada en la lejanía, pero la desagradable respuesta del posadero reavivó sus frustraciones.

- Tranquilo, amigo. - dijo débilmente, tratando de calmar al hombre - Solo somos una caravana mercante, que ha sufrido un ataque por el camino. Podemos dormir en el exterior, pero si tenéis algo de comer, os lo agradeceremos. Podemos pagaros un precio adecuado. - mostró algunas piezas de acero.

Aunque se sentía agotado, Lowen hizo un esfuerzo por sonreir, conteniendo su orgullo. Si el tipo insistía en amenazarles con echarles a los perros encima, no sabía muy bien cómo reaccionarían los nerakanos. Sospechaba que no muy bien.

- Tiradas (1)
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29/12/2021, 18:31
Kylian Brickstone

Oiga... - Intervieno entonces Kylian. - Que visitamos como asaltantes de caminos, tengamos la apariencia de asaltantes de caminos y portemos armas, no quiere decir que seamos asaltantes de caminos. - Sonrió. 

Nada más decir aquello supo que no había sonado demasiado bien. Siempre se había creído un gran diplomático, pero la realidad solía ser muy diferente a esa creencia. 

Tan solo queremos dormir calientes por esta noche. - Añadió. - Nos han atacado en el camino unas harpías. Hay niños y mujeres en el grupo. Por favor, tenga un poco de corazón. - Regó. 

Realmente esperaba comprensión por parte de aquel posadero. No sólo por las mujeres y los niños que viajaban con ellos, sino por el mismo. Dormir en una cama caliente después de unos cuántos días de viaje, siempre era apetecibles. 

Por otra parte y por raro que pareciera, empezaba a sentirse demasiado bien entre los nerakianos. Le trataban mejor que gran parte de las personas con las que trataba habitualmente, desde el propio posadero que tenía frentes a él en ese mismo instante, hatsa los Le Besco, quiénes aunque le habían acogido en su hogar, siempre le habían considerado una molestia. En cambio los nekarianos, no solo le trataban como uno más, sino que le deban de comer y le dejaban viajar entre las pieles del carro. De no saber que era algo que hacían por puro interés, casi aceptaría la propuesta de unirse a ellos.

- Tiradas (1)
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29/12/2021, 20:57
Briand Le Besco

El trayecto se volvió mucho más tedioso a pie. Aún con el disco flotante cargando la mayoría de su peso por ella, su capacidad no duraría toda la jornada. No obstante, no parecía ser la única que había quedado en esas condiciones, por lo que no necesariamente se vería muy atrasada del resto de la caravana. El muchacho, aún parecía seguirle, algo perdido. Le miró con cierta dureza.

- El carruaje ya no es más, así que no poseo ningún trabajo para ti. - Le dijo con tajante sinceridad. La realidad era que no había hecho ningún buen trabajo en conservar y controlar el carruaje, sino todo lo contrario. - De ser tú, yo tomaría la primer caravana de regreso a Kalaman. Eres libre de aceptar la oferta de la Que-Shu y viajar con ella, o con quien desees. - Fue su consejo, y el mejor que podía darle, ya que de acompañarla a ella sólo el peligro le seguiría y aquel hombre había demostrado no estar listo para esto, pese a haber acatado tales condiciones en su trabajo. Ella sólo era su empleadora, no su niñera. - Este disco no durará para siempre. Cuando él no esté, puedes cargar con la valija y te pagaré lo mínimo por ello. Es todo lo que te puedo ofrecer. - Zanjó en su última oferta, que no era para nada generosa, sólo un formalismo si es que no tenía dinero para comer. Ya no estaba en condiciones de seguir brindando una paga generosa, ni él de brindarle ningún servicio relevante. Lo mejor sería que tomase la primera oportunidad que viese para retirarse o conseguir otro trabajo.

No mucho después procedió la llovizna, y la noble se vio obligada a retirar la manta de su bolso de viaje para usarlo como abrigo y cubrir su cabeza, hombros y espalda. Una vez más se hallaba atravesando condiciones de viaje indignas, mas al menos aún poseía sus reservas de comida, a diferencia de muchos. Se encargaría de racionarlas bien, en lo que quedaba del viaje.

Habían dado con una posada, mas en lo que le permitía su distante percepción, no había una muy abierta predisposición por parte del posadero. Aparentemente, Lowenherz y Kylian se acercaron a negociar con él. Ella ya prácticamente no poseía dinero, y no se hallaba sufriendo hambruna en gravedad, si bien agradecería un techo y una cama real. Prefirió abstenerse, su intervención en ese grupo naturalmente no ayudaría.

Notas de juego

¿Contaría como un servicio de Diligencia? Si es así, le pagaría un equivalente a 3pc por milla (Las recorridas exceptuando las 3 horas de dura el Disco Flotante). Sino, le pago como un empleado no entrenado, 1pp por día. Queda en él si lo acepta o lo deja.

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30/12/2021, 23:06
Posadero

El sujeto mira a Lowen de arriba abajo. Éste lleva una semana durmiendo al raso, sin una tienda de campaña, ni una triste manta siquiera sobre la que tenderse. Las dos últimas noches, lloviendo y en campo abierto, es un milagro que no se haya cogido una pulmonía de dormir sentado sobre el lodo. De todos vosotros posiblemente es el que aparenta más ser un pordiosero y eso conmueve un poco al malhumorado propietario de la posada.

—A ver esas monedas, que yo las vea —gruñe, asintiendo complacido cuando el caballero de la Corona hace tintinear el saquillo que cuelga de su cinturón.

Sin embargo, vuelve a fruncir el ceño al escuchar a Kylian.

—Mira por dónde aquí está el gracioso del grupo. Pues por gracioso, tú y tus amigos vais a disfrutar de esta noche tan bonita aquí fuera. ¿Qué te parece?

—Me parece que si no entras en razones vamos a tener que hacerte tras ombligos nuevos —replica el cultista que le salvó la vida a Thorwyn en el paso de las Astivar, desenfundando una daga—. ¿Qué te parece a ti, grandullón?

El posadero sonríe sin humor y le salta los dientes con su garrote, tumbándolo de espaldas. Tres grandes mastines acuden junto a su amo corriendo desde el interior del comedor, enseñando los dientes y ladrando furiosamente.

—Vosotros no entráis —sentencia el corpulento individuo, señalando con su clava al grupo de cultistas con el que viajan Kylian y Thorwyn, al ver que varios de ellos han echado mano de sus armas para responder a la agresión contra su compañero—. Los que no tengáis nada que ver con esos tipejos, podéis pasar si os lo podéis permitir. Cinco piezas de plata por cabeza para entrar a calentaros y otras cinco por cada bebida que pidáis. Una pieza de acero por cada uno que se quiera quedar a dormir en el comedor, otro tanto para el que quiera cenar y dos por cada día de provisiones adicionales que queráis comprar.

Los precios son un auténtico disparate y algunos de vuestros compañeros de caravana así lo manifiestan enérgicamente. Entre ellos el airado joyero enano, que asegura que por ese dinero podría comer en el Castillo Kalaman a la mesa del mismísimo gobernador.

—Es lo que hay y a quien no le guste, ya puede ir buscándose otra posada donde pasar la noche —dictamina con cara de pocos amigos, haciendo oír su voz por encima del ladrido de los perros—. Os deseo buena suerte para encontrar alguna en 20 millas a la redonda. Y al primero que me de un problema...

No necesita terminar la frase porque unas elocuentes palmaditas a su garrote es cuanto hace falta para que entendáis cómo acaba.

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30/12/2021, 23:53
Kylian Brickstone

- Son unos precios abusivos. - Replicó entonces Kylian. - Eso que acaba de hacer contra mi compañero... - Señaló al desdentado cultista, a quien acto seguido tocó y tras rezar en voz baja una pequeña oración, sanó las heridas que acababa de producirle aquel garrote. - ...no es de buen anfitrión. - Le miró de forma severa. - Reitero que somos viajeros. Estamos cansados y tenemos hambre. El dinero no será un problema, aunque no a ese precio, quizás a la dos tercios de lo que nos ha pedido. - Hizo una breve pausa mirándole de forma muy seria. - Podríamos simplemente coger lo que que queremos por la fuerza, pero se lo estamos pidiendo amablemente... - Esbozó una simulada sonrisa de amabilidad. - ¿Y bien?

Aquel hombre estaba siendo un grosero. No habían hecho nada para que les tratara como si fueran escoria, por ello Kylian reaccionó de aquella manera. No le acababa de gustar tener que actuar de aquella manera tan poco diplomática, pero cuando no funcionaban las buenas maneras, a veces tenían que usarse las malas. Además, de esa forma quizás se ganase todavía más el favor de los nerakianos. Sólo esperaba que aquello no desembocara en un baño de sangre. Eso le sabría bastante mal.

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31/12/2021, 01:08
Posadero

El posadero avanza un par de pasos para situarse directamente frente a Kylian, lo cual resulta algo cómico porque el clérigo de Gilean le saca varios centímetros de estatura.

—¿Tú y cuántos más como tú vais a entrar en mi casa por la fuerza a robarme, mequetrefe? —le pone la mano en el pecho y trata de empujarle hacia atrás, pero se sorprende al descubrir que su oponente aguanta la posición trastabillando apenas.

Lejos de acobardarle, la resistencia pasiva de Kylian solo consigue enfadarle más.

—He dicho que tú y tus amigos no entráis y no entraréis. Aquí no hay nada para vosotros. Tenéis diez segundos para largaros u os echo a los perros —y añade muy convencido, señalando por encima del hombro la puerta situada a la espalda—: Ahí dentro tengo a unos tipos que no dudarán en daros una paliza si los llamo.

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31/12/2021, 01:48
Kylian Brickstone

Kylian sonrió. Por dentro tenía miedo de lo que ese hombretón pudiera hacerle. Cierto era que había sido un maleducado con ellos desde el principio, pero eso no quería decir que no le supiera mal tener que hacerle daño llegado el caso. 

Kylian sin moverse del sitio ni un centímetro. Miró atrás buscando a sus amigos nekarianos. Ellos sabrían lo que tenían que hacer. Por desgracia, no sabía si lo que acababa de decir sobre unos hombres duros que aguardaban allí dentro a sus órdenes de lanzárseles al cuello como perros, era cierta o no. 

Pronto lo comprobaría si todo salía como Kylian tenía pensado y los nekarianos hacían su trabajo. Si todo salía bien, muy seguramente se los ganaría para siempre y entonces podría empezar a sonsacarles alguna información que de otra forma no habría obtenido nunca. 

El posadero y sus guardaespaldas podían sufrir algún daño, pero... En ese caso el fin justificaba los medios. 

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31/12/2021, 01:57
Dèmien

—Señor, yo no tengo nada que ver con esta gente pero le recomiendo que tenga cuidado con esa mujer —interviene el joven carretero, cuya relación contractual con Briand no ha terminado de forma nada amistosa—. Embaucó a mis padres y a mí mismo prometiéndome que me pagaría lo acordado por mis servicios como cochero. Pero no hace ni dos días que intentó matarme y después tiró por un barranco ella misma su carruaje para, a continuación, acusarme de haber hecho un mal trabajo y negarse a pagarme lo debido a pesar de haber cumplido en todo momento sus órdenes. Aprovechándose de que me ha llevado lejos de mi casa y no puedo volver por mis propios medios, ha tratado de usarme como bracero por un precio diez veces inferior a lo pactado. Yo me he negado, por supuesto y pienso llevar mi caso ante el gobernador de Kalaman, ante el Consejo de los Caballeros de Solamnia o ante el mismísimo Emperador si fuera necesario. Ya está bien de que los nobles vayan atropellando por ahí a la gente honrada solo porque se han hecho ricos estafando a los incautos y a los humildes.

»No tengo mucho dinero pero le daré todo lo que tengo y, si no fuera suficiente, trabajaré en su posada para pagarme la estancia hasta que pase por aquí otra caravana que me lleve de vuelta a mi casa. Soy pequeño, no como mucho y ocupo poco sitio. No me importa dormir en el suelo y trabajo duro, por favor, apiádese de mí y no me deje seguir viajando en semejante compañía.

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31/12/2021, 01:58
Posadero

El posadero abre la palma de su mano y deja que el muchachito derrame sobre ella la pequeña fortuna que ha logrado reunir trabajando para Briand la última semana.

—Será suficiente —afirma, tras contarlo con avaricia—, por un tiempo. ¿Alguien más va a aflojar su bolsa para entrar o preferís hacer compañía a esos tipejos? Vamos, no tengo toda la noche, tengo un negocio que atender.

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31/12/2021, 01:59
Dungeon Master

Notas de juego

Tienes la sensación de que el posadero está convencido de que lo que dice es verdad. Si te está mintiendo, no es mal mentiroso.

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31/12/2021, 02:37
Lluvia Estelar

Los días desde que sufrimos la emboscada en las montañas han sido espantosos para mí. Los cielos plomizos han traído a mi memoria la tormenta sobrenatural que cayó sobre Belleria durante la feria y el recuerdo del ataque que prácticamente la destruyó. Y también han traído consigo el temor a que Ysalla apareciera sobrevolándonos en cualquier momento y terminara de arrasar nuestra menguada caravana para reclamar el botín de los sectarios, a Jiłhazhí y su pospuesta venganza contra nosotros por haber entrado en su guarida.

Este temor es mucho peor que la lluvia, que el frío y que el hambre. Comparto lo poco que tengo entre los más desfavorecidos y no tardo en quedarme sin nada. Compré provisiones pensando en que serían más que suficientes para mí, pero no en que tendría que alimentar tantas bocas. Y, aunque me calienta el corazón saber que estoy haciendo algo bueno por los demás, siento un enorme alivio y alegría cuando mi amigo cartógrafo nos informa de que sabe dónde está la siguiente posada.

Una alegría que se desvanece tan deprisa como el maleducado propietario sale a recibirnos o, más bien, a echarnos de allí. Si tuviera alternativa, no dudaría en hacerlo, pero no solo es que yo necesite de su hospitalidad, sino que también la necesitan el pobre Dèmien y la familia a la que estoy tratando de ayudar. Además, el dinero no seca la ropa mojada, no calienta los pies helados, ni llena los estómagos vacíos.

Me preocupa que los fanáticos de Takhisis estén dispuestos a matarlo para coger lo que quieren y la actitud del posadero no le ayuda nada en absoluto. Sé bien de lo que son capaces los individuos que viajan con nosotros, ya les hemos visto robar a los muertos y estoy convencida de que no temblarán en matar a quien haga falta. Tampoco parece que Kylian y Thorwyn estén dispuestos a apaciguarlos, casi diría que todo lo contrario con tal de ganarse su favor. Pero para mí no todo puede valer para cumplir esa misión que les han impuesto a mis compañeros y que yo he accedido a compartir con ellos.

—Nadie tiene por qué hacer daño a nadie —avanzo a pie, tirando de las riendas de mis bestias de tiro y hablando con mi marcado acento extranjero—. Necesitaré un sitio en el establo donde dejar mi carro esta noche, si lo tiene. Por supuesto, pagaré por él y también por la hospitalidad de su casa para mí y la familia que viaja conmigo —rebusco en mi saquillo y extraigo una pieza de platino y cinco de acero—. Con esto deberíamos poder disfrutar de un buen lugar junto a la chimenea, una cena caliente y un suelo seco con algo de paja sobre la que tendernos a dormir esta noche. Si el servicio que recibimos es correcto, habrá más dinero del lugar del que salió este para comprar provisiones y agradecerle que haya accedido a abrirnos las puertas de su posada tan tarde.