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[DM 22/11] Dragonlance - El Pico de Malys

Capítulo III - De vuelta en Wayreth

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04/01/2023, 23:59
Dungeon Master

El mundo se desvanece a vuestro alrededor y reaparecéis en el gran salón de audiencias de la Torre de Alta Hechicería de Wayreth, frente a los tres suntuosos tronos tapizados con terciopelo blanco, rojo y negro respectivamente. En el lugar, no hay nadie más esperándoos que un elfo silvanesti vestido con una túnica de colores blanco y plata.

Los tres magos toman asiento en sus respectivos sitiales y dos de ellos guardan silencio mientras Coryn Brinefolk, la Señora de la Torre, toma la palabra.

—Este Cónclave tiene preguntas y tiene también importantes noticias para vosotros, Héroes de la Desesperación —comienza con actitud formal, antes de añadir con un tono más cercano—: Y estamos seguros de que vosotros también tenéis las vuestras. Por favor, sentíos libres de expresaros en nuestra presencia. Estamos todos entre amigos, os lo aseguro.

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06/01/2023, 00:17
Enrielle "Flechas de Muerte"

Al comprobar que no había salida más que por donde habían entrado, Enrielle se agazapó cerca de Kylian, los kenders supervivientes y el cuerpo de Lluvia, esperando que en cualquier momento el dragón regresase a terminar con ellos. Apenas habían pasado algunos minutos, que a Enrielle le parecieron horas, cuando aparecieron los tres magos en la mismísima cueva. Enrielle no se lo creyó por un momento, pensando que eran una ilusión o algún tipo de truco, pero en su desesperación igualmente accedió, aunque antes de partir les informó con unos trémulos balbuceos que tenían el artefacto. Con un colosal esfuerzo y suplicando la ayuda de Kylian y a Klunurig, entre los tres recuperaron la lanza mágica que lord Vulhir había puesto en un lugar tan preferente y que había matado a Lluvia nada más tocarla por primera vez.

Y de pronto le legionaria se vio de nuevo en la Torre de Wayreth, con los tres magos conocidos y un cuarto que también había de serlo. La embargó una profunda sensación de irrealidad. Estaban vivos, aunque era capaz de entenderlo. Drey no lo estaba, y Lluvia tampoco. Al menos el cuerpo de Lluvia lo habían podido traer. El del desdichado sureño en cambio se había quedado pegado en la pared de la cueva. Se estremeció y volvió a sentir el estómago recuelto. Aún podía leerse el miedo en los ojos de la muchacha.

—Gracias por traernos de vuelta. Nos habéis salvado la vida. — empezó. Tenía la garganta seca y la boca pastosa — Temíamos que no pudiérais hacernos regresar. Drey... ya es tarde para él.

Rememorar los gritos y la visión de tan dantesco espectáculo hizo que le temblaran las piernas, y Enrielle se tuvo que sentar en el suelo. En algún momento ella o alguien, no lo recordaba con claridad, había dejado la lanza mágica en el suelo junto al cuerpo de Lluvia. Se quedó mirándola, pero su mirada se fue perdiendo al infinito.

— Tenemos noticias, sí... — dijo finalmente con voz fatigada — Esa lanza es una de ellas. Un tipo llamado Lord Vulhir había preparado dentro del volcán un ritual, y estaba en el centro de una estrella de sangre con cinco cabezas de dragón, una en cada punta. Creemos que era un ritual que intentaba traer a Takhisis de vuelta de algún modo, no lo sé. Andaba también sacrificando unos kenders que... —se interrumpió para buscar con la vista a los supervivientes, confiando en que no habían quedado allí abandonados — Bueno, eran más. No ha sido fácil. Pero derrotamos a Lord Vulhir y nuestra amiga interrumpió el ritual. Ahora ella está muerta también. — se abrazó las rodillas, sentada en el suelo abatida — ¿Tenéis agua, por favor? Tengo sed, y esos pobres seguro que también tienen hambre. — miró a los tres magos, pero se centró en la Señora de Wayreth. Miraba con pesar aún con todo lo logrado, pero el precio había sido altísimo — ¿Cuáles son vuestras noticias, Coryn?

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06/01/2023, 02:24
Dungeon Master

—De modo que estaban tratando de llevar a cabo un ritual de resurrección para traer de vuelta a Takhisis —comenta para sí misma la falsa Thorwyn—. No es de extrañar que no pudiéramos ver lo que ocurría en el interior del volcán. Para llevar a cabo algo así, ni los mismísimos dioses deben enterarse.

—Podéis retiraros a descansar si lo deseáis —os asegura la Señora de la Torre, señalando una puerta detrás de vosotros que hace un instante no estaba allí—. Ya sabéis que aquí siempre sois bienvenido. Esta conversación puede continuar en otro momento si lo preferís así.

—Vuestra amiga no está... —interviene el Túnica Negra, antes de que uno de sus frecuentes ataques de tos le interrumpan.

Tapándose los labios ensangrentados con el dorso de su mano izquierda, chasquea insistentemente los dedos de la derecha hasta que un sirviente fantasmal acude a su lado desde quién sabe dónde con una humeante tacita de porcelana llena de agua. Con movimientos espasmódicos, el anciano extrae de uno de sus saquillos unas hierbas secas y machacadas y las espolvorea en el interior de la taza antes de apurar su contenido con ansia.

—Ah, mejor... —suspira con alivio. A continuación, carraspea un poco y añade dirigiéndose a Enrielle—: ¿Y dices que el Lord Mariscal de la Calavera Roth Vulhir está muerto? Probablemente sea uno de los fanáticos religiosos más importantes entre los caballeros de Neraka. El mayor de ellos, tal vez. ¿No habéis oído hablar de él? Yo estaría encantado de hacerlo para que podáis daros cuenta de la magnitud de vuestra hazaña.

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06/01/2023, 18:40
Kylian Brickstone

Tarde... - Pensó Kylian al ver llegar a los tres reyes magos. - De haber llegado antes Drey seguiría vivo y en cambio... - Apretó los puños. 

No le dio tiempo a ninguna reflexión más y tampoco pudo abrir la boca. Si cuerpo empezó a diluirse y pronto su entorno cambió por completo. Habían regresado a la Torre de Hechicería y estaba a salvo. ¿Debía fijarse de los magos? Probablemente sí, sin embargo, no podía. 

Lluvia... - No estaba con ellos. - ¿Dónde estás? 

Escuchó las palabras de los arcanos. Cualquier excusa, alabanza o explicación era de agradecer, pero no era una urgencia para él... Ella. Lluvia era su prioridad y devolverla a la vida su único objetivo. 

Se acercó al cuerpo aparentemente inerte de su amiga. No respondía y sus conocimientos y habilidades no eran suficientes para saber cuál era la razón de su catatónia. Volvió a examinarla sin demasiado éxito. Miró entonces a los magos. 

Si esas historias sobre el cultista pueden darme respuestas sobre el estado de Lluvia Estelar, adelante. - Hizo una breve pausa. - De no ser así, no descansaré hasta hallar respuestas...

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06/01/2023, 19:12
Maestro Theodore

El tembloroso anciano mira a Kylian con el mismo paternalismo con que uno miraría a un niño pequeño o a un anciano demenciado.

—Por supuesto que la historia de lord Vulhir no ayudará a vuestra amiga. Si acaso os dará un poco de entendimiento, aunque está claro que eso no os interesa a los jóvenes —comenta con actitud ofendida.

Su incredulidad sería todavía mayor si supiera que su interlocutora es en realidad una asceta de la Gran Biblioteca de Palanthas.

Refunfuñando para sus adentros, se baja de su trono y se acerca al cuerpo inerte de la mística que-shu. La examina de cerca, le abre los ojos y los labios, le toma el pulso y lanza sobre ella algunos conjuros mientras su mal humor va dando paso a una curiosidad científica.

—No está muerta. Tampoco puede decirse que esté del todo viva y, desde luego, no es una muerta viviente, eso está fuera de toda discusión —sentencia, tras llevar a cabo su minucioso examen—. Está en una especie de trance, de animación suspendida si queréis llamarlo así. Es como si su mente estuviera viajando por otro Plano de existencia, si bien su cuerpo todavía sigue funcionando por sí mismo; aunque está claro que no lo hará por mucho tiempo. Los cuerpos necesitan alimentarse, moverse, llevar a cabo sus necesidades fisiológicas... ya me entendéis.

»No sé cómo traerla de vuelta —reconoce sin sonrojo—, ni sé de nadie que pudiera hacerlo que no fuera la mismísima Mishakal. Pero sí sé cómo preservar su cuerpo para que esté protegido contra los estragos del tiempo y de todo daño exterior. Es una magia tan poderosa que solo está a mi alcance, pero si de verdad ha sido ella quien ha detenido el ritual de resurrección, como decís...

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06/01/2023, 20:02
Klunurig Tzé

Klunurig observaba la escena con poco entusiasmo. Los druanti-asesinos habían aparecido por fin, y, como prometieron, les habían sacado de aquel lugar de muerte ígnea. No habían podido traer de vuelta al guerrero-greñudo, que estaba muerto, ni al gran depredador-cobarde, Makuwa Ambawi, del que nadie se acordaba ahora. Ya era hora de recordarle y hacerle justicia.

- ¡Humph! El gran depredador Makuwa Ambawi, siervo de Krik'k lettz, cazador del gran pantano, atrapó la pierna de ese guerrero de metal que llamáis Vulhir. ¡Sí, la destrozó con sus poderosos colmillos, llevando la muerte a su ritual! Otros lo remataron, pero nadie habría podido si Makuwa no le hubiese sujetado para ser golpeado hasta la muerte. Gracias a eso, detuvimos el ritual, y la reina-de-los-gusanos no podrá volver a comandar al infecto gusano negro Mohrlex.

Si el druanti alguna vez mostró una emoción distinta del enfado o la euforia asesina, fue entonces. Unas lágrimas húmedas le corrieron por el barro del rostro, y gotearon por el musgo de sus barbas.

- Pero el gusano-rojo, asesino de fuego, abrasó su cuerpo y lo carbonizó. Ahora sus restos alimentarán la tierra-de-fuego, para que algún día en ella vuelva a crecer la vida. ¡Humph!

Tras relatar aquella cuestión, de gran importancia, Klunurig quedó en silencio, dejando que aquel druanti-asesino de ropas negras siguiese hablando sobre cosas que él no entendía demasiado.

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06/01/2023, 20:58
Dungeon Master

Tras el enérgico panegírico de Klunurig en memoria de su mascota muerta, se hace un incómodo silencio en la sala.

Los Magos de Alta Hechicería se miran entre sí con cara de desconcierto y se encogen de hombros. Algunos abren la boca como si fueran a responder algo pero la cierran rápidamente sin saber muy bien qué decir.

—Ehm... Está bien —dice al fin el anciano Túnica Negra, después de carraspear tres o cuatro veces—. ¿De qué estábamos hablando?

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06/01/2023, 22:04
Enrielle "Flechas de Muerte"

Enrielle asintió a Klunurig con solemnidad. Había presenciado la llegada de Makuwa durante el peregrinaje al pantano, de modo que el discurso le llegó al corazón, a pesar del rencor que le había acumulado desde que casi le arrancase la pierna y sus innumerables demostraciones de ser un inútil, pues al final había resultado ser realmente un depredador formidable. Tuvo la tentación de acercarse a darle un abrazo o algo así para compartir su dolor, pero podía ser que Klunurig lo interpretase al revés. Desconocía cómo los bakalis se comportaban en este caso. ¿Quizás dándose un cabezazo? Como fuere, no tenía fuerzas para intentarlo.

—Si aún está con vida entonces hay esperanza de que pueda regresar, ¿no es así? — preguntó Enrielle, poniéndose en pie, esperanzada de que algún día podrían recuperar a Lluvia Estelar, aunque no entendía qué significaba realmente que su mente estuviera viajando por otros planos de la existencia y no sabía qué secuelas podía dejar eso. — Si hasta entonces podéis conservar su cuerpo estaremos profundamente agradecidos. Fue nuestra amiga quien se atrevió a penetrar en el espantoso símbolo de sangre y recoger la lanza con sus manos desnudas, así que también le debemos mucho.

La esperanza había imbuido algunas pocas fuerzas en la legionaria, y decidió no retirarse a descansar por el momento.

—Gracias también por la hospitalidad. — asintió a Coryn. El lugar seguía resultándole desconcertante con esas puertas que aparecían y desaparecían, y aún distaba mucho de que fuera acogedor, pero al menos empezaba a sentir un mínimo de calidez.  — Ciertamente necesitamos descansar, y es lo que más deseo ahora mismo después de los horrores que he visto, pero antes sí me gustaría escuchar acerca de ese Lord Vulhir. Corazas negras con un lirio en llamas era su símbolo.

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06/01/2023, 23:21
Maestro Theodore

—Oh, claro, claro, supongo que siempre hay lugar para la esperanza —comenta el viejo Túnica Negra de forma vaga, aunque visiblemente animado por la inesperada atención de la joven legionaria—. Solo tenéis que escoger su lugar de descanso y yo me aseguraré de que quede protegida de todo mal.

Se acerca a Enrielle, la coge del brazo y comienza a hablar con ella en actitud confidencial, mientras echa a andar de regreso hacia su trono de terciopelo negro.

—Sí, sí, te hablaré de lord Vulhir. Eres una muchachita curiosa y eso está muy bien. Pero primero tendrás que perdonar esta pequeña lección de historia, querida, porque creo que te ayudará a comprender mejor la situación. Trata de imaginar el mundo hace cincuenta años, cuando tus abuelos eran jóvenes y tus padres seguramente no había nacido siquiera.

»Sobre sus ciudadelas voladoras, como esa que tenéis ahí fuera, la orden recién fundada de los Caballeros de Takhisis conquista Ansalon prácticamente sin hallar oposición durante el verano más ardiente del que se tienen registros. El Segundo Cataclismo.

»El Padre de la Nada, el dios Caos, se libera de la gema en la que estaba encerrado y trata de destruir Krynn. Por fortuna, las naciones se encuentran gobernadas por el puño de hierro de los Caballeros de Takhisis. No más libre albedrío, no más gobernantes caprichosos anteponiendo sus propios intereses y los de su gente por delante de los de otros pueblos. Un Ansalon unido por la voluntad férrea de unos caballeros disciplinados y guiados por la gloriosa Visión de Takhisis —a medida que va hablando parece sentirse cada vez más animado y enérgico, rejuvenecido incluso, como si estuviera recordando más que aleccionando—. Dragones, elfos, hombres, minotauros... todos luchando contra los engendros del Caos allí donde aparecían mientras los dioses del Bien, el Mal y la Neutralidad combatían al Padre de la Nada.

»Muchos de los héroes más grandes de esa guerra fueron Caballeros de Takhisis, como Steel Brightblade, en cuya memoria su madre adoptiva fundaría la Legión de Acero. Pero estoy seguro de que eso ya lo sabías y yo estoy divagando.

»El caso es que durante el Segundo Cataclismo, Takhisis robó el mundo. Unos teorizan que lo quería para ella y no deseaba compartirlo con otros dioses. Otros, que lo hizo para protegerlo de Caos mientras las demás deidades lo mantenían distraído. ¿Quién sabe? Pero lo cierto es que amanecimos en un Plano de existencia diferente. Con estrellas diferentes y sin las lunas de la magia. Sin nuestros dioses. Solo nos quedaba Takhisis pero estaba tan debilitada por su gesta que apenas era una sombra de sí misma. La olvidamos, pensamos que la habíamos perdido también junto con todo lo demás.

»Para llenar ese vacío de poder aparecieron dragones como nunca antes los había habido. Dragones enormes venidos quién sabe de dónde que comenzaron a aniquilar a los dragones autóctonos de Krynn, alimentándose de ellos y apropiándose de su magia en lo que se conoció como la Purga de Dragones. Los dragones supervivientes, los autodenominados Señores Supremos, se repartieron Ansalon entre ellos y Malystryx la Roja fue la primera y más terrible de todos.

»No entraré en detalles que seguramente no te interese conocer. Baste decir que las verdes y prósperas tierras orientales del continente se convirtieron en la Desolación que habéis contemplado y sus gentes, en muertos, esclavos o algo peor... dracs: engendros draconianos corrompidos por el poder de los grandes dragones.

»Sin Takhisis para guiarles, sus caballeros estaban perdidos. Cambiaron su nombre por Caballeros de Neraka y comenzaron a asesinarse entre ellos para tratar de convertirse en el nuevo gran maestre de la orden, en el Señor de la Noche. Se dividieron en facciones. Se vendieron a los Señores Supremos...

»Los más fanáticos de ellos se pusieron a las órdenes de Malystryx y fundaron la fortaleza de Darkhaven. Se afeitaban la cabeza, adoranaban sus armaduras negras con emblemas ardientes, se tatuaban con dragones rojos envueltos en llamas... Y Roth Vulhir era uno de sus líderes, el piromante más poderoso de todos ellos.

»Cuando Malystryx fue destruida, él y el Lord Mariscal del Lirio Terence Forsyth mantuvieron el control sobre la región, aliándose con los dragones vasallos de la Señora Suprema Roja y reclamando sus tesoros ocultos. Dicen que fue lord Vulhir quien instigó a Malystryx para que tratara de ascender a la divinidad con el propósito secreto de que Takhisis pudiera apoderarse de su cuerpo cuando lo hiciera. Si alguien debía ser el primero en tratar de traer de vuelta a su diosa muerta, no me sorprende que haya sido él. Pero no será el último, de eso estoy convencido.

»Y lo sé porque Lord Vulhir no tenía en su poder ninguna de las reliquias de Takhisis mencionadas por los caballeros de Neraka en sus cartas y tal vez por eso fracasase en su intento de resucitarla. En lugar de esos artefactos parece que trató de usar otro de inconmensurable poder que habéis traído con vosotros, aunque no estoy seguro de que sepáis lo que es.

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07/01/2023, 00:46
Kylian Brickstone

Que Lluvia Estelar no estuviera muerta era una buena noticia. Que tampoco estuviera viva del todo, una mala. Lluvia estaba en trance y era posible que sólo ella pudiera encontrar el camino que le devolviese entre los vivos. Preservar su cuerpo era lo mínimo que podían hacer por ella. 

¿Y si pudiéramos viajar allí dónde está la bárbara? - Se preguntó Kylian. - ¿Qué debo hacer Gilean? ¿Cual es el camino? ¿Por dónde sigue la senda? - Resopló. 

Necesitaba consejo de su dios patrón y puede que no quisiera descansar, pero si que necesitaba tranquilidad y tiempo para lo que se proponía. 

Escuchó atentamente la historia del líder de los duranti -asesinos y cuando concluyó sólo confirmó lo que sospechaba: Gilean les estaba guiando en el buen camino y todo cuanto hacían estaba predestinado a la consecución de un bien mayor, el restablecimiento del divino equilibrio. 

Voy a necesitar algunos inciensos y otros materiales... - Intervino el gnomo. - ¿Es posible que me los proporcione el consejo? - Preguntó.

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07/01/2023, 01:10
Coryn Brinefolk

—No encontrarás mejor lugar que la Torre de Wayreth para conseguir los ingredientes que necesites —responde la lideresa del Cónclave, con evidente orgullo a la petición de Kylian—. Solo dinos lo que necesitas y nos aseguraremos de proporcionártelo en la medida de nuestras posibilidades.

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07/01/2023, 08:43
Enrielle "Flechas de Muerte"

Enrielle miró a Klunurig y a Kylian. Era descorazonador que sus únicos compañeros supervivientes fueran ellos dos, que los quería, pero cada uno, a su modo, estaba un poco como una regadera. Echaba tanto de menos a su amiga, que siempre sabía hacer lo correcto... Buscó con la mirada a Jilhazí. 

—Creo que a Lluvia le gustaría estar en nuestra fortaleza flotante. Así la tenemos cerca si... si despierta. Pero también es cierto que pasamos mucho tiempo fuera de ella, y puede que esta torre sea más segura. ¿Qué pensáis vosotros? — preguntó a sus compañeros y al pequeño dragón.

Se dejó llevar por el viejo túnica negra muy pendiente de la historia. Parecía mentira que sus abuelos vivieran en tiempos tan convulsos en los que el mundo estuvo cerca de ser destruido por un dios. Le resultó muy interesante y tal y como el Túnica Negra dijo le fue de ayuda para comprender mejor el mundo y la tarea que poco a poco se había impuesto, si bien por sus palabras le pareciese que él mismo la venerase en cierto modo y lo mirase con incredulidad y desconfianza por un momento. Entonces se dió cuenta de que el escenario era mucho más complejo y que posiblemente los caballeros de Neraka se viesen a sí mismos como los salvadores del mundo corrupto y caótico. Y si las teorías de aquellos que afirmaban que Takhisis habia protegido y salvado el mundo de la destrucción eran las verdaderas, entonces...

Enrielle desechó esos pensamientos bruscamente. Una fuerza que usaba la extorsión y el asesinato para sus fines, fueran los que fueran, debían ser detenidos a cualquier precio.

Enrielle se detuvo a mirar la lanza mágica que descansaba junto al cuerpo de Lluvia.

Más allá de que debe contener una magia muy poderosa y que por eso fue colocada en el centro del ritual... No, me temo que no sabemos lo qué es, señor Túnica Negra. Pero me interesa saberlo. — le respondió.

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07/01/2023, 12:20
Kylian Brickstone

...entonces... - Repiqueteó la voz chillona de Kylianyla goblin en la cabeza de Enrielle. - ...puede que no todo lo malo sea tan malo, ni todo lo bueno sea tan bueno. El equilibrio entre el bien y el mal es lo que manta unido al mundo entero. 

¿Lo había escuchado realmente o era producto de su subconsciente y sobre todo, de las mil y una veces que el bibliotecario les había deleitado con su sabiduría? ¿Tendría Kylian razón a fin de cuentas? 

Incienso, mirra y algo de oro. - Intervino el gnomo sacando a la arquera de sus profundas reflexiones. - Debo preguntar a Gilean por el estado de nuestra amiga y sobre todo, por la forma en que podemos revertirlo. Ella es fundamental para el futuro de nuestro grupo. Es quien pone la cordura en todo lo que hacemos. De ella depende el divino equilibrio. Sin ella, no haríamos llegado muy lejos. - Afirmó con rotundidad. Miró entonces a Enrielle. - Mi idea es sacarla de su trance cuanto antes. - Le dijo muy serio. - No me planteo seguir adelante sin ella y mucho menos que hacer con su cuerpo si no sale del trance. Gilean nos guiará y sacará a Lluvia de allí donde se encuentra. - Y dicho aquello, se propuso a seguir a los magos hasta su laboratorio o el lugar donde quiera que estuvieran los materiales necesarios para practicar el conjuro de adivinación con el que pretendía que Gilean intercediera por Lluvia Estelar.

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07/01/2023, 12:42
Jilhazhí

—Mamá querrá encontrarse en su cama cuando despierte —afirma categórico el pequeño dragón de Latón al ser preguntado al respecto—. Y yo me quedaré a su lado hasta que lo haga para que esté segura y no esté sola.

A continuación, mira a Kylian y asiente enérgicamente a cada una de sus palabras, con fe ciega en que la sacerdotisa de Gilean será capaz de encontrar una cura a los males de Lluvia Estelar, cuales quiera que estos sean.

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07/01/2023, 14:00
Ailaserenth Sëlanar

Hasta el momento he tratado de permanecer en un discreto segundo plano, entendiendo que el interés del Cónclave lógicamente está puesta en este grupo tan peculiar y en sus andanzas. Y confieso que, después de haber escuchado la sencilla indiferencia con que narran sus desventuras, estoy bastante impresionado.

Cuando la dama Coryn me habló de ellos ayer y de las proezas que había llevado a cabo en Nordmaar, me los imaginaba más altos, más fuertes, más como figuras extraídas del relato de un bardo. Ahora me doy cuenta de que son gente engañosamente sencilla capaz de llevar a cabo gestas extraordinarias. No cabe duda de que la Señora de la Torre los ha escogido sabiamente antes de enviarlos al Pico de Malys. Ahora entiendo el por qué de sus indicaciones de que debían ser protegidos a toda costa.

Escucho en silencio el relato del Maestro Theodore, como un alumno ávido de conocimientos. Mucho de lo que le escucho decir lo conocía ya e incluso parte de lo que calla, pero otros pasajes me eran ignotos y me resultan fascinantes. Sin embargo, no puedo evitar estremecerme al percibir el peligroso fanatismo que subyace a su discurso, ni preguntarme cómo tiene un conocimiento tan estrecho de los caballeros de Takhisis y sus más recientes maniobras y oficiales.

En cualquier caso, no me corresponde a mí poner en tela de juicio las motivaciones de mis superiores en el Cónclave. De mí se espera lealtad, compromiso, competencia... Por eso no puedo evitar intervenir cuando la dama Enrielle afirma desconocer la naturaleza del arma que han traído. Algo que hago con una precipitación y torpeza impropias de mí, motivado por el deseo de agradar a los desconocidos e impresionar a mis superiores.

—Es un artefacto de un poder abrumador.

Esa no es una conjetura, es la constatación de la potencia del aura mágica que emite y que impide a mis ojos mirarlo de forma directa. No conozco ningún poder terrenal que emita un aura semejante, ni siquiera los tres Magos de Alta Hechicería del Cónclave juntos. En la forja de este arma tuvo que intervenir necesariamente una fuerza divina.

—Por su forma, composición y el modo en que penetró las escamas del wyrm Rojo, solo puede ser una Dragonlance mayor. Una lanza de caballería que únicamente puede forjarse con el metal dragonil más puro y usando tanto el brazo de plata de Ergoth como el mazo de Kharas. Un arma fabricada con el propósito expreso de matar dragones y diseñada para ser blandida por combatientes montados; a menudo sobre dragones en combate aéreo contra otros dragones. Armas como esta fueron esenciales para la victoria de las fuerzas de Piedra Blanca durante la Guerra de la Lanza y de nuevo durante el Verano de Caos, ya que demostraron ser efectivas también contra los dragones de fuego que surgieron del Océano Turbulento.

Orgulloso de mí mismo y de mis conocimientos guardo silencio de nuevo, esperando recibir una merecida felicitación por parte de mis maestros.

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07/01/2023, 15:09
Dungeon Master

—No es una Dragonlance. Es la Dragonlance. La primera —puntualiza Coryn Brinefolk al engreído silvanesti—. La que el caballero de Solamnia Huma Dragonbane empleó para desterrar a Takhisis y a todas sus huestes al Abismo durante la Tercera Guerra de los Dragones, mil quinientos años atrás. El Emperador os pagará lo que pidáis por ella.

—¿Comprendéis ahora lo asombroso de vuestra proeza? —interviene el maestro Theodore, dirigiéndose específicamente a Enrielle—. Habéis asesinado a uno de los más influyentes caballeros de Neraka, habéis destruido su santuario, habéis recuperado la Dragonlance original y puede que incluso hayáis frustrado temporalmente el regreso de la mismísima Takhisis. Todos y cada uno de vosotros merecéis ser recordados y ensalzados por ello —mira a Klunurig antes de añadir—: Especialmente ese Mafuba, por supuesto.

—Y han liberado a unos prisioneros kender, no lo olvidemos. Merecen más que reconocimiento, merecen una recompensa, ¿no creéis? —sugiere la falsa Thorwyn a sus compañeros.

—Por supuesto, tendrás lo que has pedido —accede la señora de Wayreth a las peticiones de Kylian.

—Y a propósito de los kenders —insiste la líder de los Túnicas Rojas—, ¿qué pensáis hacer con ellos? Aquí no pueden quedarse, eso está claro —comenta con un involuntario escalofrío—. ¿Vais a llevarlos con vosotros o preferís que nos ocupemos nosotros?

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08/01/2023, 00:23
Kylian Brickstone

- Pueden vivir en la fortaleza y cuidar de ella, si así lo quieren. - Intervino Kylian comenzando por el final y por lo que cualquiera entendería que era lo de menor relevancia. - Han sufrido demasiado. - Afirmó. - En la fortaleza no les faltará comida y tampoco alojamientos, como es evidente. - Se acercó a los kender. No los conocía, ni tan solo sabía sus nombres, pero por alguna razón creía estar en deuda con ellos. - ¿Cómo os llamáis? - Les preguntó. - ¿Queréis cuidar de nuestro castillo? Podemos pagaros por ello. - Les preguntó sin saber muy bien si comprendían lo que les estaba ofreciendo. 

La dragonlance original, un cultista eliminado, su guarida destrozada y un ritual arruinado. - Kylian se permitió el lujo de sonreír. - Gracias Gilean por interceder por nosotros. - Le agradeció a su dios patrón de todo corazón. -  No obstante, el equilibrio aún no ha sido restablecido. - Suspiró. 

Gracias. - Les dijo a los magos en cuanto le comunicaron que dispondría de los componentes solicitados. - Tenéis tiempo para pensarlo. - Les comunicó a los kender. - Si me podéis facilitar ya los componentes, os lo agradecería. - Afirmó. - Debo consultae con Gilean. - Dijo de forma rotunda y sin posibilidad de réplica. 

Puede que ellos tengan tiempo para historias, pero puede que a Lluvia se le esté acabando. - Apretó los labios y frunció el ceño. - El equilibrio debe ser restaurado. Lluvia me necesita...

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08/01/2023, 00:35
Kender aquejada

Los dos kenders miran hacia Kylian con cara de pena, es mejor que la cara de pánico al dragón, pero tampoco es muy edificante. El primero se encoge de hombros en silencio.

—Yo soy Bugambilia. Él no sé cómo se llama, le cortaron la lengua —aclara su compañera con los hombros caídos y voz apática—. ¿Para qué querríamos dinero? El dinero no calentará el frío de nuestros corazones. El fuego de un hogar... tal vez. Suponiendo que podamos volver a llamar "hogar" a algún sitio. Vimos los nuestros arder. Nuestras casas, nuestros jardines, nuestras pertenencias y a nuestros familiares y amigos también. Esos fueron los afortunados. A los que no ardimos las cosas nos fueron peor.

Escucharla es realmente deprimente. No se parece en nada a ningún kender que hayáis conocido, con su cháchara alegre y su actitud infantil y despreocupada.

Un kender normal ya habría hecho desaparecer unas cuantas de vuestras pertenencias en el interior de sus saquillos y andaría correteando de acá para allá tirando a Jilhazhí de la cola para hacerle hablar o preguntando a los magos si podrían convertirles en gatos o en liebres.

Estos dos se limitan a sentarse en el suelo, a mirar al vacío en silencio y a hablar solo cuando se les pregunta. Ni siquiera se quejan cuando sus tripas comienzan a rugir de hambre. En cierto sentido es un alivio, aunque también es algo estremecedoramente triste.

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08/01/2023, 01:00
Enrielle "Flechas de Muerte"

Enrielle se descubrió mirando a Kylian con una extraña calidez, y tenía la misma sensación que cuando despertó recordando aquel extraño sueño convencida de portar un dedo podrido. ¿Podía ser que las tonterías de la neutralidad con las que siempre daba la murga no fueran tan descabelladas...?

Se puso los dedos en las sienes y se masajeó. Estaba muy cansada, necesitaba dormir.

—Kylian, este buen hombre ha dicho que no sabe quién puede traerla de vuelta, y que quizás sólo sea algo al alcance de los dioses... Pero cuenta conmigo si puedo ayudarte.

Asintió a Jilhazí y le pasó una mano por su cabeza en apariencia peludita. También el tacto lo era, gracias al gorrito de Thorwyn.

Reparó entonces en el elfo que llevaba presente todo el tiempo, que en ese momento había roto su silencio. Por como hablaba parecía haber estado presente en el combate, si había visto a Drey empuñando la lanza. Quizás hubiera tenido algo que ver con aquellos chillidos y contribuido en algo a la batalla perdida contra el dragón. En cualquier caso, parecía saber mucho también, y le impresionó saber esos datos sobre la lanza. Pero cuando los magos del Cónclave añadieron los siguientes datos, se empezó a sentir abrumada.

¿La primera lanza fabricada para matar dragones... tiene más de mil quinientos años? — miró incrédula la lanza, que seguía brillando en el suelo.

Sí, era evidente que a todas luces era mágica, pero al parecer no era cualquier cosa por como hablaban de ella.

— Pero... ¿cómo es posible? Supongo que ha debido estar perdida mucho tiempo y ese Vulhir la debió encontrar en alguna parte. — dijo encogiéndose de hombros. — Pero como sea, no necesitamos reconocimiento alguno... Lo que se ha hecho, se ha hecho y ya está. Aún queda mucho por hacer.— respondió, algo incómoda.

Por último, se giró hacia los kenders. Había conocido algunos kenders en Kalaman, pero esos dos no lo parecían. Estaba muertos en vida, y no era para menos después de lo que habían debido vivir. Ojalá estuviera Lluvia Estelar para darles palabras de aliento. Ella seguro que sabría que decirles. Quizás... quizás si hablase con el corazón, como ella hacía...

—Bugambilia y... bueno, como sea que tú te llames. — dijo arrodillándose frente a ellos con las manos en los muslos. Les miraba a los ojos. — Sé que habéis perdido mucho, y no me puedo ni imaginar lo que habéis debido sufrir. Si ya no tenéis un lugar donde volver, podéis quedaros en nuestro castillo con nosotros, como bien ha dicho mi amigo. Que no os engañe su voz. Se llama Kylian. Y aquel otro de allí es un bakali un poco extraño que se llama Klunurig. Yo soy Flechas de Muerte. —les dijo con una sonrisa cansada, aunque arrugó el gesto ligeramente. Presentarse como Flechas de Muerte igual podía ser un poco desagradable para los kenders, quienes no habían visto más que muerte en los últimos días, semanas... o los dioses sabrían cuánto. Carraspeó. — En nuestro castillo estaréis bien, y puede que algún día lo consideréis algo parecido a vuestro hogar. Pero la decisión es vuestra. Si preferís ir a cualquier otro lugar los magos os podrán ayudar, o nosotros mismos, puesto que el nuestro es un castillo volador. — terminó manteniendo la sonrisa, como si aquello fuera a llenar de ilusión sus vacíos corazones.

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08/01/2023, 01:49
Kender aquejada

—Un castillo volador está bien, supongo —comenta la escuálida kender, con un desganado encogimiento de hombros mientras su compañero se limita a asentir una y otra y otra vez sin parar. Definitivamente no son normales—. No es Kendermore, pero tampoco es una mazmorra en un volcán. Tampoco es que tengamos otro lugar al que ir así que si nos tiráis algún trozo de pan duro de vez en cuando, nos dejáis beber de los abrevaderos de vuestros animales y no nos dais muchas patadas... estará bien.