Partida Rol por web

Elenair sabía que su fuerte no era el ataque cuerpo a cuerpo, pero tampoco podía usar su arco contra aquellas criaturas. Estaba demasiado cerca de ellas y además estaban rodeadas por sus amigos. Si lo hacía podía acabar dañando a alguno de sus compañeros y eso si que no se lo permitiría. Por ello decidió desenfundar su espada larga y lanzar un ataque contra aquella bestia.

La elfa ya armada con su espada se coló entre Dwama y el conde para tratar de asestarle un buen espadazo a aquel ser y contra todo pronóstico y como ya pasara tiempo atrás en el combate contra el licántropo, su intento fue demoledor. La espada de Elenair atravesó el cuello de la criatura saliendo la punta por el otro costado. El lagarto se movió desorientado de un lado para otro, hasta que finalmente cayó muerto al suelo rodeado por un reguero de sangre.

- ¡Toma ya! - Alzó la voz. Creía imposible la suerte que había tenido.

Godofredo fue testigo de como la pequeña dama Elenair había sido de nuevo capaz de una gesta semejante. Cierto era que los impactos del urgrosh enano, el estoque de Jack y su propia maza habían debilitado mucho a aquel ser híbrido producto de la locura de un mago con aires de grandeza, pero fuera como fuera, había sido en efecto la elfa quien le había asestado el golpe de gracia.

El pequeño Timmy y Ruff estaban bastante superados por la bestia que les estaba atacando a ellos. Timmy tan solo alcanzaba a poder defenderse mientras que Ruff... ¿Qué había hecho? Sus armas, las dos, habían caído al suelo tras el último intento de matar a aquel ser. Esa si había sido una jugada de mala suerte.

Godofredo agarró su maza y trató de golpear a la bestia que estaba encarada con Ruff y Timmy, avanzó hasta ésta y lanzó un demoledor ataque contra la cabeza del dracoraptor. Sin embargo, en el último momento, éste desvió la cabeza impactando únicamente contra el aire.

- ¡Recojones! - Exclamó el conde enfadado ante su errático intento.

El dracoraptor supo esquivar la maza de Godofredo y aprovechó el momento para abalanzarse sobre el semiorco. Sus espolones penetraron a través de su armadura rasgando de una manera dolorosa su piel a la altura del bajo vientre. Por suerte no alcanzaron las partes nobles del pícaro. Acto seguido un golpe con una de sus patas delanteras impactó contra su hombre provocándole una fuerte contusión.

- ¡Yiiihaaa! - Aulló la bestia con un sonido de viento que helaba la sangre. 

¿Estaba llamado a refuerzos? No lo sabían, pero sólo esperaban que no fuera así.

Dwama se movió rápidamente para tratar de asestar un nuevo golpe a aquella bestia. Debería ser un golpe definitivo y letal. De eso sabía mucho su urgosh. Sin embargo, al tratar de asestar un hachazo sobre aquella criatura falló de forma estrepitosa. No obstante, el destino de aquella criatura estaba sellado, si no Timmy, Elenair o el propio Jack le darían su merecido.

- ¡Mierda! - Exclamó al fallar su ataque. - ¡Jack, ataca a la bestia por detrás! - Sugirió de forma imperativa.

El joven explorador no quería volver a sufrir la ira de aquel ser, por lo que dio un paso para atrás intentando salir de su rango de ataque.

La primera flecha salió muy errada debido al movimiento y el daño en el brazo, pero la siguiente fue muy certera.

El miedo a la muerte era claramente patente en la cara del niño

"La cagué"

... es lo que pensé en el momento en que vi como las dos armas, no solo es que no acertasen a la bestia, sino que se me resbalaron y cayeron graciosamente al suelo... lo de graciosamente es porque si ves que lo hace un novato en un entrenamiento, te meas de risa, pero en este caso, hay vidas en juego...

La respuesta del animal fué inmediata y contundente, y el muy felón sabía a lo que iba... a cortar lo que pende; por ventura mía y de mi posible desdendencia, no acertó a rebanar lo que quería cercenar, y "solo" me rajó la tripa.... un corte por el que afortunadamente no salían las tripas en mortal profusión casqueril, sino "solo" sangre y dolor, peor que el más infernal retortijón de cuantos pudiera recordar.

El dolor me hizo doblar la rodilla.. y ya puestos, mientras me sujetaba el bajo vientre, siempre intentando asegurarme de que no había perdido nada de lo realmente importante que por ahí anda, doblé la otra, y a cuatro patas, mejor dicho, gateando entre subrimientos, me fuí a buscar mis armas; por ahí debían andar; mientras , a dos palmos por encima de mi cabeza, las hostias y tajos volaban intentando cargarse al animal.... cuando oí su grito..., un sonido que me helaba sangre en las venas...

-Mierdaaaa, que parece que pide refuerzos!!
 

Aquella temible criatura viéndose acorralada dió un salto hacia atrás. Su cuerpo presentaba numerosos cortes y heridas sangrantes por lo que su instinto le conminaba a poner tierra de por medio con aquellas criaturas que había tomado por presas y habían resultado ser depredadoras.

Y estaba a punto de salir a la carrera en dirección a la maleza cuando una flecha del joven explorador entró por el lateral de su cabeza, dando muerte instantánea al dracoraptor, que  cayó al suelo sin vida, como si de un muñeco de trapo se tratase.

Durante unos segundos todos mantuvieron la respiración tratando de captar algún sonido o esperando a que algo ocurriese, si bien la tranquilidad fue la única respuesta que encontraron.

-La victoria es nuestra, pero a partir de ahora, hemos de ser todo vista y oidos, hemos podido ver su ferocidad e inteligencia; son capaces de trazar elaboradas emboscadas, no es como enfrentarse a meras sabandijas de los bosques negros.-

-Mirad si en  las pertenencias de Robert hay alguna cosa que podamos aprovechar, él ya no las va a necesitar alli donde ha ido; apartemoslo del camino y cubramoslo con algo de maleza, no tenemos tiempo para hacerle un entierro digno ahora, el tiempo apremia, quien sabe si nos toparemos con más de esas criaturas.-

Podia parecer a ojos de mis compañeros que soy una persona fria y sin sentimientos, pero hay momentos para llorar y hay momentos para actuar, y ahoramismos este es de los de actuar, quedarnos a llorar la muerte de Robert solo nos haria las cosas más compilcadas de lo que ya estan.

Dwama hace caso a Jack en una cosa. Se acerca al cadáver de ese tipo al que no conocían desde hacía más de diez minutos y comenzó a rebuscar entre sus pertenencias tratando de encontrar algo de utilidad. En lo que no le hizo caso fue en perder el tiempo tapándolo con algo de maleza. Como bien había dicho el bueno de Jack, el tiempo apremiaba y aunque le sabía mal la muerte de aquel hombre, no se iba a parara llorar por él, pues no lo conocía. Además... ¿Para qué perder el tiempo escondiéndole entre unas pocas ramas si el olor a sangre iba a atraer tarde o temprano a alguna de aquellas bestias que acabarían por devorarlo?

- Señor conde, es necesario que revise las heridas de nuestros compañeros mientras yo rebusco entre las pertenencias del explorador. - Sugirió la enana. Al manos Ruff parecía bastante herido.

El joven Timmy, herido tanto en cuerpo como en alma, ser acercó al cadáver de la criatura y con un par de certeros tajos de su daga le cortó varias de sus afiliadas garras, espolones e incluso unos dientes, sin duda trofeos como la capa de lobo terrible que llevaba.

Luego se acercó a su compañera elfa y le ofreció un recuerdo. Dama Elenair, quiere vuestra merced que le disponga un recuerdo de esta víctima de su certera espada?

El niño intentaba copiar la forma de hablar de su Conde, pero aún debía mejorarla más.

Mientras me apaño un vendaje con un trozo de tela, para mantener prieto el cuerpo y que la herida no vaya a mayores, me dirijo al reto del grupo; la aparición de estos seres es un aviso de lo que nos puede pasar si nos quedamos mucho en esta situación.

-Chicos, centrémonos, tenemos que movernos y arreglar la brujería esta del clima, o la cosa podría ir a peor... Timmy, ¿tenías la varita que nos orientaba, no?, pues intentemos llegar al lugar en que hay que poner la piedra, y hagámoslo. Luego nos preocuparemos de otras cosas..., que creo que habrá de qué preocuparse, porque si estos bichos estaban sueltos, a saber qué más habrá por ahí

Si Ruff, yo la tengo, pero antes aseguremos la zona y comprobemos que tiene el explorador muerto, por lo pronto lleva otra ballesta y así tanto tú como Elenair podréis llevar un arma a distancia!

El niño se puso a revisar la zona, las huellas de esos seres, oteó el follaje h agudizó el oído intentando captar algo.

Por último se acercó al cadáver y rebuscó entre el descabezado busto a ver si había algo util para ellos.

Mientras el grupo se prepara y el joven Timmy rebusca en el cadáver yo sigo atento escuchando y mirando alrededor por si se acerca alguna otra criatura a sorprendernos.

-No os entretengais, el tiempo apremia-.

Tras asegurarse de que no parecía haber más criaturas acechándoles desde la espesura, el grupo reanudó su marcha, no sin antes aprovisionarse del equipo del malparado Muldoon que, al fin y al cabo, no le iba a ser a él de ninguna utilidad.

Del avezado explorador consiguieron una ballesta pesada de bella factora, así como un arco corto de no menor belleza, una espada larga y  cinco viales de pociones., así como una bobina de cuerda élfica.

Con la vara de intuir la dirección marcando el camino, el grupo se abría paso por senderos y zonas de vegetación baja, abriéndose paso con sus armas cortantes.

La marcha duró no menos de media hora debido a la orografía del terreno y a las dificultades que entrañaba la selvática vegetación, si bien llegados a un punto la vara mágica empezó a vibrar con intensidad, marcando sin duda la cercanía de su destino.

Sin demasiada dificultad el joven explorador encontró un espectacular cercado metálico de no menos de 25 pies de alto que hasta aquel momento había estado oculto tras la espesura que les rodeaba. La vara marcaba inequívocamente más allá de aquella verja interminable por lo que aparentemente iban a tener que cruzarla si querían encontrar la base el cristal mágico.

La joven elfa tenía nuevamente esa extraña sensacion. Derrotar con la fuerza de sus brazos a un enemigo le había hecho sentir bien, pero no le gustaba matar. No guardo su arma para no ensuciar el interior de la vaina y camino junto a sus compañeros a la espera de alcanzar el destino.
Debemos cruzar ¿No habrá más... Criaturas, no?- Una pregunta que no hacía falta contestar. Ante la inmensidad de la vegetación podría ocultarse cualquier ser. Grande o pequeño pero mortal. Un peligro que esa isla les deparaba y que querían evitar que se extendiese por el resto del mundo -No os quería parados ¿Vais a hacer que la única dama vaya primero? La cortesía a muerto-
Trataba de animar al resto en ese clima de desolación, frío y agua que los rodeaba. Una carcajada nunca venía mal

Dwama se puso delante de Elenair mostrando una sonrisa.

- Tienes razón, esta pandilla de hombrecillos no entienden lo que es cortesía. - Dijo en tono de broma. - ¡Qué dos mujeres tengan que ponerse al frente! ¡Qué vergüenza! - Soltó una carcajada que interrumpió en cuanto recordó dónde se encontraba.

Y en efecto, se encontraba en un lugar peligroso, lleno de seres escamosos de prominentes incisivos. Se trataba por lo que había visto hasta ese momento, de seres rápidos sigilosos e inteligentes. Podría ser que estuvieran siendo observados en ese preciso instante sin que pudieran darse cuenta, por lo que era imprescindible mantener todos los sentidos bien alerta.

En el momento en el que llegaron junto a aquella enorme valla la enana se planteó abrir un buen agujero y seguir avanzando  a través del boquete, sin embargo, enseguida se dio cuenta de que para romper aquellos barrotes iban a necesitar unas muy buenas herramientas y un buen rato para lograrlo. No tenían tanto tiempo, así que lo suyo iba a ser trepar la valla y pasar al otro lado, a no ser que existiera ya algún punto abierto por el que pudieran pasar.

- Creo que si no vemos algún agujero en la valla, tendremos que subir por ella... - Dijo Dwama. - No me quiero imaginar el ser que tratan de mantener tras esta valla teniendo en cuenta su tamaño... - Añadió. - Ahora más que nunca tenemos que ser sigilosos...

Al llegar a aquella inmensa valla metálica mi primera reacción fue de asombro, construirla y colocarla tuvo que llevar mucho tiempo y esfuerzo; verdaderamente no habían reparado en gastos.

Me acerque a aquella gran valla, pero antes agarre un palo del suelo, cuando estuve frente a ella lance aquel palo a la red del vallado para ver si por casualidad aún tenia electricidad circulando por él.

Doblado todavía por el dolor de vientre (cual retortijón traicionero), y con la ballesta pesada recuperada del cadáver , llego con los demás ante la valla...

Prudentemente, veo como Jack intenta descubrir si el vallado está bajo el influjo de las energías meteorológicas domesticadas por el Anciano Mago,... pero lo pongo en duda, pues sin el cristal que portamos, parece que todos esos mecanismos maravillosos son meros anuncios.

Por si acaso,... tomo una de las redomas que hemos recuperado.... la destapo, la olisqueo con recelo... y me la tomo de un trago: a las buenas, me cura algo y me deja de doler el bajo vientre; a las malas, resulta que era un veneno y la palmo, dejándome también de doler, lo cual no es mal trato, me parece en estos momentos de dolor...

Mientras espero a ver si la palmo o si remonto, comento a los compañeros:

-Las vallas suelen ser para que algo no salga, o para que algo no entre... (frase candidata al campeonato nacional de obviedades, categoría semi-orco) ... El sitio para poner el cristal, o está dentro del vallado, o al otro lado de una segunda valla más allá; sea como fuere, si seguimos aquí fuera, puede haber más alimañas como esas dos de antes; el camino más corto es el recto, así que.... habrá que subir, echar un vistazo desde arriba, y bajar a la espesura del otro lado

... me encojo de hombros, y decido probar; mis manos contactan con la valla, con la intención de trepar por ella para pasar al otro lado...

Tras un rápido vistazo ninguno dio con una manera de cruzar aquel cercado que no fuese encaramándose a él. Y contra pronóstico fue la enana la primera en lanzarse contra la vaya y empezar a treparla.

Por suerte para todos, el entramado metálico formaba una suerte de escalera de mano bastante asequible y, pese a estar húmeda por la lluvia todos conseguisteis trepar hasta arriba sin demasiadas dificultades. A la hora de bajar, sin embargo, fue cuando se presentaron los problemas, pues hacer la transición de un lado al otro de la verja resultó ser más complicado de lo esperado. Las cortas piernas de Dwama se mostraron una dificultad importante para acometer esa prueba, si bien la guerrera estaba acostumbrada a ellas, no en vano había lidiado con ellas desde su nacimiento por lo que se desenvolvió lo suficientemente bien como para no caer al vacío. Ruff, Elenair y Jack Cuchillas bajaron casi con la misma facilidad con la que subieron y el conde, impedido en parte por su pesada armadura, tardó algo más que el resto en lograr la maniobra.

El pequeño Timmy había iniciado el ascenso con bravura, si bien al alcanzar la cúspide, al pararse un momento a comprobar el terreno fue consciente de la altura a la que se había encaramado de forma tan precaria y le entraron las dudas. Y fueron aquellas inoportunas dudas las que hicieron que su pie resbalase sobre una de las cadenas horizontales que cruzaban el cercado y que les habían estado sirviendo de peldaños. Al perder pie todo su peso al infante a escurrirse hacia abajo, lográndose agarrar en última instancia con su mano buena y salvándose así de una caída que podría haber resultado muy peligrosa. La torpeza del Conde fue el golpe de suerte que equilibró la balanza puesto que al encontrarse aún tratando de cruzar la parte más alta pudo reaccionar a tiempo y ayudar al niño a volver a aferrarse a la estructura y por ende, a la vida.

Una vez superado el sobresalto, pudieron proseguir su camino marcado por la vara mágica.

Apenas 25 metros separaban el pedestal de la valla que acababan de sortear. En cuanto la localizaron se dieron cuenta que desde su posición aún podían ver partes del cercado que sobresalían sobre algunos árboles más bajos que el resto.