Partida Rol por web

Carretera del noroeste. En búsqueda de los asaltantes, día 24 de hiltan del año 532.

Las pistas de la actividad de los asaltantes de camino les llevó al noroeste, siguiendo una carretera comercial que conectaba con todas las aldeas de la zona occidental de Jasania y también con las aldeas más sureñas del Gran Reino, con las que si bien el comercio no era regular, si que de tanto en cuanto se producía pese a las desavenencias existentes entre ambos gobiernos. Al fin y al cabo, la gente del centro del continente siempre había mantenido relaciones más o menos cordiales con la del sur, salvo en tiempos de guerra, claro está.

Fuera como fuera, caminaron por aquella carretera, que pese a su dejadez, se notaba que no se cuidaba demasiado, se mantenía bastante entera. Se trataba de una calzada adoquinada, construida posiblemente centenares de años atrás, y pese al paso del tiempo, aún conservaba la mayor parte de sus adoquines. Era una carretera bastante ancha al principio, no obstante, a medida que se iba alejado de las ciudades de más al este, iba perdiendo grosor. Pasó de ser una vía lo suficientemente ancha para que pasaran dos carruajes en paralelo con cierta holgura, a que tan solo pudiera pasar uno con dificultad.

A media mañana del tercer día de viaje, la carretera empezó a discurrir por una zona boscosa. Allí, su trazado empezaba a difuminarse con la vegetación. Siguieron avanzando hasta el mediodía cuando se detuvieron para almorzar algo frugal. Para ese entonces, el camino tan solo se intuía y la vegetación empezaba a ser tan abundante que casi no pasaban los rayos de sol a través del techo del bosque. Sin duda, aquella era una buena zona para llevar a cabo todo tipo de tropelías contra viajeros incautos. Podía ser un buen sitio por donde empezar a buscar.

- 532 de la primera edad, en el reino de Jasania, muy cerca de la antigua Natrucia.

Al parecer no hubo más posibilidades de regateo con Van Hooper, ante la única pista que tenían y la recompensa de las 2000 monedas de oro el grupo siguió hacia aquella dirección. Eldon se sentía contento de dejar aquella aldea llena de chabolas, de gente de mal vivir, de pícaros entrometidos y jugadores tramposos. Aunque Eldon era un pícaro se distinguía de los demás por haber conseguido cierto prestigio en sus misiones.

El camino al noroeste fue tranquilo: - Por cierto mi nombre es Eldon Bajorrama, adorador de Mutul, a vuestro servicio, dijo haciendo un ademán a su espada larga, como intentando decir que llevaba el arma predilecta de su Dios. - No he mentido al comerciante, soy aventurero, mediano, y mis aventuras han sido siempre exitosas, espero que esta termine de la misma manera y con un buen aprovisionamiento de mi bolsillo, dijo con una sonrisa y feliz. - Estoy contento de haberos encontrado, esta misión no es para un solo mediano, sino para un grupo bien pertrechado, creo que podemos ser muy eficaces si ponemos nuestras habilidades al servicio común. Comentó Eldon que iba junto a los demás en una clara muestra de aprecio.

Mientras iban por la carretera que comunicaba el norte con el sur, Eldon habló: - ¡Congratulado sea el Rey Pelau!, por hacer esta gran calzada, camino, carretera que conecta el norte con el sur. Nos quita de muchos problemas que si tuviéramos que ir a campo a través. Seguro que el Rey no le gustaría ver lo que está pasando en su territorio con ese tal Naz, brujo del demonio. Argumentó Eldon en voz alta mientras seguía esa carretera que con el transcurso de ser una calzada ancha se empezó a estrechar. - Como sigamos así nos vamos a quedar sin camino cada vez es más estrecho.

Cuando pararon para una comida frugal Eldon comentó: -  Se nota que esta parte que estuvo en guerra con Jasania antes de anexionarse no ha sido reformada, quizás por ello ha provocado un malestar en el reino, aunque es un decir. Después de comer echó una ojeada en el bosque en busca de pistas. - Es un buen lugar para una emboscada quizás encontremos algo por aquí, o en la lejanía si encontramos esa granja...

Al no tan joven Jack le pareció un tanto extraña la facilidad con la que hablaba y se "venia arriba" en las conversaciones su otro compañero de viaje, Eldon, nunca había conocido a otro mediano con ese impetu, ya que como había leído durante su juventud, los medianos son una raza bastante reservada fuera de sus tierras; aunque hay excepciones y muchos de ellos se "aburren" de la buena vida y deciden salir al mundo y explorar en busca de aventuras.

-Creo que tienes razón Eldon, este lugar es perfecto para tender emboscadas, el camino es dificil de seguir en caso de querer huir, la vegetación ofrece buenos escondites a la espera de que pasen incautos viajeros, esta lejos de lo que parece ser la civilización; me sorprende que aun no nos hayan asaltado.- 

Tras sus palabras miró a su compañero de aventuras Timmy:

-Timmy, ¿crees que podrías subirte a lo alto de alguno de estos arboles para ver si en este mar de arboles hay algún claro?, quizá en él encontremos la granja o algún asentamiento en el que poder empezar a investigar- 

No tenia mucho sentido seguir por el camino a la espera de ser asaltados, nos meteríamos nosotros mismos en la boca del lobo, o como solian decir en las ciudades, ofrecernos en "bandeja de plata", no, si podemos atraparlos por sorpresa, sería lo mejor.

Timmy, quien se encontraba callado pendiente de todos los susurros y movimientos del bosque, escuchó la petición de sus amigos y buscó el árbol más grande y fácil de subir de la zona, se ató con sus cuerdas y empezó a subir.

Cuando estuvo arriba trató de encontrar algo que le llamara la atención.

Timmy subió a lo alto de un árbol. Desde allí tan  pudo otear las copas de los árboles. No había claros a la vista y todo el territorio que quedaba al norte era bosque y hacia el sur se encontraban las llanuras que habían dejado atrás. Sin duda alguna aquella zona, como bien habían sugerido Eldon Jack, era un lugar propicio para ser emboscados. Tan solo alguien que, conociera bien el bosque podría atravesarlo ain, perderse. Por suerte tenían a Timmy.

Para cuando el joven explorador descendió de la copa del árbol sus compañeros ya habían empezado a preocuparse por su tardanza. Cuando les desveló lo poco que había descubierto se sintieron desesperanzados. Pero fuera como fuera, estaban tras la pista correcta y tardeno o temprano darían con lael siguiente.

Avanzaron durante una hora aproximadamente,cuando Timmy, que iba al frente del grupo tratando de estar atento a todolas, se detuvo, pidió silencio y calmala. Señaló hacía un lateral del camino y se aproximó a dicha zona con sumo sigilo. Lo que acababa de localizar se encontraba a no más de cincuenta metros del lugar donde hizo detener al grupo.

Cuando al fin llegó junto al hallazgo lo examinó por encima y lanzó una mirada a sus compañeros, donde se podía leer una mezcla de terror y asco. Les hizo una seña y se acercaron, pudiendo comprobar lo que acababa de descubrir.

Eran los cuerpos de tres personas. Estaban muertos y ya habían empezado el, proceso de descomposición. El olor era nauseabundo y gusanos y moscas se arremolinaban sobre los cuerpos. Se trataba de dos hombres y de una mujer. Por su apariencia y vestimenta, no parecían combatientes.

Timmy se tapó la nariz, puso cara de asco y trató de buscar rastros alrededor de los cuerpos, lo de saquear era cosa de su amigo Jack.

A ver qué encuentras en ellos Jack, quizás tengan algo que nos cuente su historia! dijo mientras miraba alrededor buscando rastros.

Eldon siguió buscando huellas mientras que Timmy estaba subido a un árbol y tardó un buen rato en bajar... fue entonces cuando indicó un lugar. Le acompañaron un trecho más o menos unos cincuenta metros y a un lado del bosque encontraron tres cadáveres en descomposición... - Buena Timmy, ¿quienes serían?... Dijo Eldon echando un vistazo a sus ropas, y en los alrededores por si encontraba algo que le llamara la atención hacia la próxima pista.

Cambiar el poblado chabolista por el bosque había puesto de buen humor a Váldenar; en vez de su habitual gesto avinagrado, sólo tenía una expresión hierática. El bosque le traía buenos recuerdos. Había vivido gran parte de su dilatada existencia en uno e incluso había pasado un tiempo en compañía de una ninfa.

Dejó actuar a sus compañeros, que parecían saber lo que hacían. Unió las yemas de los dedos y su mirada se paseó por la espesura en busca de algún enemigo emboscado que pudiera sorprenderlos mientras buscaban los cadáveres y rastreaban en busca de huellas.

El explorador encontró un rastro que se adentraba en el bosque en dirección norte. No era un rastro fresco, pero las dotes del bueno de Timmy eran más qie insuficientes como para poder seguirlas si le dedicaba el tiempo necesario para ir siguiendo las pistas. Además, pudo diferenciar un total de no menos de cuatro tipos de huella diferentes, podían ser más, aunque tampoco muchas más.

Por otro lado Eldon se agachó junto a los cadáveres. Su intención era la de encontrar alguna evidencia sobre lo que les había sucedido, pero también les registraría por si llevaban algo útil. Jack, como buen ladrón le ayudó en dicha tarea.

Por supuesto ninguno de ellos llevaba nada de utilidad encima. Por no llevar, no llevaban ni zapatos. De hecho, llevaban ropa porque estaba totalmente ensangrentada, pues de no haber sido así, muy posiblemente hubieran sido despojados hasta de sus indumentarias. Tenían heridas por todo el cuerpo. La mayoría causadas por armas de filo. Sin embargo, la causa final de la muerte había sido por desangramiento. Los tres habian sido, degollados.

Por su parte el huraño y quejica Váldenar, se mantuvo atento a todo lo que les rodeaba en busca de enemigos. Aquello le olía a emboscada, aunque realmente a lo que olía era a podredumbre. Por suerte o por desgracia, aquella emboscada que el mago estaba convencido de que llegaría, no sucedió.

Tengo un rastro! No es reciente, pero es algo de lo que tirar!!! dijo ilusionado el joven.

Seguidme mis valientes, vamos a cazar a un asesino. Su mirada era firme, su determinación inquebrantable. Miró por el rabillo del ojo los cadáveres podridos, si era posible volvería a sepultarlos.

-Buen trabajo- Dijo el mediano al no tan joven Timmy al encontrar un lugar por donde empezar a buscar. 

Tras sus palabras se acercó a los cuerpos y rebuscó entre sus pertenencias por si encontraba algo que le llamara la atención, una nota, algún documento, alguna pertenencia, lo que fuera. Por suerte, el hedor que emanaba de los cuerpos no le afectaba mucho, estaba acostumbrado a los hedores nauseabundos por las cosas que le sucedieron tiempo hace ya.

Antes de abandonar el claro en pos de Timmy, Váldenar frotó un retal de cuero entre las manos y murmuró una letanía mágica ininteligible.

Tyra negó con la cabeza, no le gustaba nada lo que estaba viendo, tenían que acabar cuando antes con aquella crueldad. Vio como Váldenar lanzaba uno de sus hechizos protectores, así que la sacerdotisa preparó su espada para tenerla lista en caso de un posible enfrentamiento.

-Deberíamos apartar los cadáveres del camino y dejarlos a un lado. No quiero dejarles así, pero no podemos perder tiempo preparando una pira funeraria para ellos. Cuando acabemos nuestra misión, les daremos el funeral que merecen.

"Vamos, tenemos una misión que cumplir. ¿Por dónde?" -preguntó a Timmy.

La sacerdotisa esperó a que el explorador indicara la dirección y ella misma encabezó la marcha.

Sin más se desviaron del camino para seguir el tenue rastro que los asesinos de aquellas pobres personas habían dejado. Pese a que Timmy era considerado por quienes le conocían, como un gran explorador, le estaba costando seguir las marcas que habían quedado impresas en el entorno. De hecho, tuvieron que detenerse en más de una ocasión, volver tras sus pasos y dar un rodeo, hasta que el bueno de Timmy lograba dar con algo, una sutil pista, una piel de fruta, una rama donde no debería estar o una leve pisada de bota marcada en la tierra húmeda, que le devolvía al camino correcto.

Llevaban unas cuatro horas internándose en la arbolada, cuando comenzó a chispear. Muy pronto estalló la tormenta y comenzó a castigarles de forma severa. Muy pronto estuvieron empapados. Pese a llevar botas para situaciones como aquella y ropa para protegerse de la lluvia, el agua estaba venciendo y les estaba complicando mucho el seguir la pista de los asesinos. Timmy se estaba poniendo nervioso, pues cada vez le costaba más seguir el rastro. Además, la lluvia borraría las pocas huellas que todavía quedaban.

Llegó un momento, tras dos horas de tormenta, en el que tuvieron que detenerse. Hasta la ropa interior estaba empapada y por mucho que lo intentaran, no había ya más pistas que seguir. El agua lo había borrado todo y difícilmente podrían recuperar el rastro. Timmy maldecía por no haber previsto la llegada de la tormenta. Un buen explorador lo habría sabido. Lo cierto era que no eran raras las tormentas repentinas en esa época del año y aún así, poco o nada podría haber hecho Timmothy para evitar aquel desenlace, pues él, no controlaba el tiempo.

Media hora después de haber perdido definitivamente el rastro, dejó de llover. Para ese entonces, estaban calados hasta los huesos y el suelo totalmente embarrado, lo que dificultaba el avance. Aunque a decir verdad, no sabían hacia donde seguir avanzando, pues aun pudiéndose orientar, no podían deducir la dirección que habían tomado sus perseguidos. Estaban convencidos de que estaban cerca o al menos en buena dirección, pero a partir de ese momento, debían decidir hacia donde seguir o que diantre iban a hacer.

—No tienes ni la más remota idea de dónde estamos y de dónde se encuentran Naz y su banda ¿verdad? —le dijo Váldenar a Timmy, expresando en voz alta lo que todos pensaban.

El mago extrajo una perla de poder de entre sus pertrechos, se concentró en ella y absorbió su poder para recuperar el hechizo que había lanzando antes de ponerse a dar vueltas por el bosque sin ton ni son. Había cometido el error de pensar que Timmy podía apañárselas en el bosque, llevarles hasta la guarida de Naz para que pudieran matarlo y estar de vuelta a la noche para llevarse algo caliente al estómago.

Desde que viajaba con Tyra, había empezado a pensar que había humanos capaces de hacer las cosas igual de bien que un elfo, y por ello había bajado la guardia pero, evidentemente, se había equivocado. Ahora estaban irremisiblemente perdidos, calados hasta los huesos y tiritando de frío. Y eso le ponía muy, pero que de muy mal humor. Especialmente la parte de haberse equivocado en algo.

—¿Podrías al menos encontrar leña seca y hacer una fogata al reguardo de la lluvia para que podamos secarnos la ropa? —le preguntó con un deje amargo en el tono de voz.

Joder macho había escuchado lo puñeteramente bordes y la superioridad con la que hablais de las razas que vivimos menos pero no me lo creía, pero eres tal cual lo que había oído!! dijo sorprendido el muchacho.

Vale que era joven incluso para ser un humano, pero había pasado por muchas cosas en su vida par que le faltarán al respeto por no poder seguir un rastro antiguo a través de un bosque en mitad de una gran tormenta.

Y no Señor elfo, no voy a buscarte maderitas para hacerte un hoguera que te calientes las orejas, y no porque este molesto y me niegue a ayudarte, sino porque soy un explorador bastante bueno y no se me ocurriría ni harto de vino a encender un fuego para avisar a los asesinos que estamos buscando de dónde estamos! Timmy hizo un ademan para no seguir la discusión y buscó un sitio donde descansar a resguardo y cambiar a la muda de repuesto .

Tyra, calada hasta los huesos, llena de barro, con el cuerpo fatigado por haber pasado muchas horas caminando bajo la lluvia con la pesada armadura y el mandoble en las manos, estaba más que agotada. Quería comer, dormir y descansar. También quería quitarse la armadura y secarse la ropa. Algo lógico y normal, ya que se habían perdido y ya no podían seguir el rastro. Se dejó caer entre unas raices y aflojó algunas de las correas del peto para calmar un poco el sur. En eso, el pequeño Timmy decidió encararse con Vàldenar. Si había algo que Tyra no aguantaba era que se metieran con la actitud de su compañero, porque sólo ella podía hacerlo.

Se levantó cuan larga era y miró a Timmy.

-​​​​​Que nos hemos perdido es un hecho, no hables de lo que no entiendes -dijo, inflamada con la actitud del muchacho-  Todos estamos cansados, pero no es razón para ser descortés y Váldenar no lo ha sido... no lo has oído ser descortés, yo sí. Y no tienes ni la más remota idea de lo que es la vida o la muerte, ni de lo largo que pueden ser unos segundos o lo cortos que pueden ser unos años. Si quieres respeto, muestra respeto. Y sus orejas ya las calentaré yo, ahora solo necesitamos fuego para secar nuestra ropa. ¿O quieres que nos presentemos ante Naz con un resfriado?

Váldenar, el quejicoso, arrogante, y muchas veces racista, miró a Timmy como un ser humano miraría a un simio arrancar y comerse los piojos de otro. Se pellizcó el puente de la nariz, en un gesto de agotamiento y alzó las manos para mediar entre la disputa entre Tyra y Timmy con un gesto agotado. Se puso a explicar con palabras sencillas lo que a él le resultaba evidente.

—Puedo conjurar un espacio extradimensional que...

No, quizá esas no eran palabras sencillas.

—Lo que quiero decir es que puedo crear un espacio seguro e invisible, a salvo de la banda de Naz y de otras bestias salvajes, donde secarnos y descansar —reveló el mago, masajeándose las sienes. Sintió que le arrancaban la piel a tiras antes de pronunciar las siguientes dos palabras—. Por favor...

Tuvo que carraspear para aclararse la garganta.

—Busca leña seca y yo me ocuparé del resto, ¿quieres?

El cansado Timmy miró furioso a la mujer. QUE NO TENGO NI IDEA DE LO LARGOS QUE PUEDEN SER UNOS SEGUNDOS???? gritó furioso. Lo tengo bien claro, tan claro como lo tienen mi padre, mi madre y los otros pobres desgraciados a los que ese clérigo nos degolló hace unos años!. Dijo mostrando una cicatriz en el cuello casi totalmente incompatible con la vida, que además parecía una macabra sonrisa en la carne del joven explorador.

Si no fuera por la presteza del Gran Godofredo de Miramonte, clérigo de Sant Cuthberto el honroso, no estaría aquí, como no está mi familia, para la que fue demasiado tarde,... por unos segundos.... El joven parecía ahora un niño, en su cara se mezclaban las gotas de lluvia y de lágrimas al recordar ese momento traumático que dictó el final de su niñez.

Si he molestado a tu varón me disculpo... y no dijo nada mas, se dirigió a buscar algo que ardiese en ese condenado bosque empapado. El día había sido muy duro, tanto como la presión de un joven explorador al que le hacían las cuentas tras horas de desesperación al ver que el rastro era ínfimo y que el agua lo acababa de destruir todo, reduciendo al cero mas absoluto las posibilidades de encontrar a ese malnacido.