Partida Rol por web

La Espiral Verde les condujo de nuevo a un callejón sin salida. Habían logrado dar con Naz, habían estado muy cerca de acabar con él, pero en el último momento, como solía acostumbrar aquel tipo, les había dado esquinazo. Un cobarde como él, siempre sabía como ingeniárselas para escapar y salvar el culo y en ésta ocasión además, lo había hecho con las manos llenas. Una verdadera pena, pero la caza a Naz, no acababa allí. Timmy y Jack seguirían buscándole hasta el fin de sus días o hasta que sus fuerzas dijeran basta.

Por otro lado habían hecho un bien por aquella zona. Las rutas comerciales eran de nuevo seguras en la región y el poblado chabolista podría empezar a prosperar. Si comenzaban a llegar más comerciantes, todo el mundo saldría beneficiado. Se reactivaría el comercio, las posadas se llenarían, los tascas también e incluso los prostíbulos tendrían más y mejores clientes. Podía ser incluso, que aquellas cutres casas de madera y cartón, acabaran por ser reemplazadas por casas de piedra, pero eso solo llegaría con el tiempo, con mucho tiempo...

Los aventureros no se hicieron ricos con el botín que habían reunido. Vendieron las armas mágicas que habían saqueado de los muertos del campamento del bosque y con eso se llevaron un buen pico. Decidieron por otro lado, vender en el Puesto de van Hooper, todas las mercancías encontradas en la fortaleza ocupada por Naz y sus secuaces. Van Hooper les compró la mercancía a buen precio. Regateó con ellos, pero al final cinco mil quinientas piezas de oro se llevaron y en vez de quedárselas, las repartieron entre los más necesitados de la aldea.

Aquel gesto les convirtió en héroes y elevó su nombre a leyenda. Serían recordados por mucho tiempo en aquellos lares y tendrían siempre un lugar en el que pernoctar, lavarse o comer cuando pasaran por allí, pues sus gentes les estarían eternamente agradecidos. Al menos hasta que se olvidaran de ellos, lo que al final podía suceder en pocos años si en una cuenta humana se refería. ¿Veinte, treinta años? Fuera como fuera, hicieron lo correcto y eso no se lo iba a quitar nadie...

FIN.

El mediano se reunió con el no tan niño Timmy, le puso una mano sobre el hombro y dijo -Se nos ha vuelto a escapar, esta vez casi lo logramos Timmy, pero no te preocupes, pronto le daremos fin a su despreciable vida.- Tras estas palabras entrecierra los ojos, le envuelve un aura de oscuridad maligna y suena una música tenebrosa. -Y ten por seguro que no sera para nada rápido e indoloro-

Estará el mediano Jack volviendose un ser maligno por culpa de su sed de venganza, estara arrastrando con él al bueno de Timmy; lo veremos en las proximas aventuras de "El no tan niño Timmy y el mediano Jack".

Chan chan chaaaaaaaan.

Tyra había cumplido parte de su misión, habían liberado aquellas tierras de la influencia de Naz y su trabajo ya estaba hecho. El sacerdote había escapado, pero sus fuerzas estaba mermadas, tardaría un tiempo en volver a tener la influencia que ellos le habían quitado y no sería una amenaza hasta el futuro. La sacerdotisa guardó aquella misión en su lista de tareas, pero por ahora se tomaría un descanso, pues desde su regreso al mundo de los vivos, no había tenido, lo que se dice entre el resto de la gente común, unas vacaciones.

Así que, mientras Váldenar hacia sus cosas, Tyra fue a buscar un asentamiento aislado en un lugar del bosque, el lugar favorito del mago, y cuando lo tuvo todo preparado, se lo hizo saber al elfo.

Al menos, durante dos semanas, vivirían en una cabaña del bosque los dos solos, aislados del mundo, hasta que el destino volviese a llamarles a la aventura.

Lo que ocurrió en la cabaña... (+18)

La huida de Naz enfureció a Timmy, otra vez escapaba, otra vez el clérigo era libre de seguir con sus fechorías...

Os equivocais si creéis que por matar a diez de sus hombres le hemos jodido su plan,... Ha huido con oro y varios subordinados y eso es más que la última vez y mirad lo que ha montado... Sin duda el chico estaba enfadado, no habían hecho nada.

Y vosotros... dijo a los trasgos, quienes dieron un respingo al entender que les hablaban a ellos. Trasgo bueno... Trasgo muerto!... y tras esas palabras y varios gritos de dolor y espanto, los cadáveres de los grandes trasgos estaban tendidos en el suelo con varios flechazos en la cabeza. No los íbamos a llevar a la civilización y punto.

La vuelta al pueblucho fue silenciosa, al menos habían sacado algo de valor. Hicieron la buena obra del año, entregando una gran cantidad del botín a esa pobre gente bajo la premisa de que hicieran un monumento en honor a su amigo caído y él se quedó con el cinto que le ayudaría a no estar desprevenido ante un ataque al día.

Disfrutad de vuestra luna de miel, vámonos Jack, el Conde nos espera en Papencourt. Esa fue la fría despedida con la pareja, no habían hecho migas, pero habían luchado contra el mal juntos y eso no lo olvidaría, si algún día le necesitaban, ahí estaría.

Váldenar se había separado de su compañera durante unos días para ella, aunque para él habían sido, en realidad, meses. Había visitado el reino feérico, había consultado a ninfas, faunos y otras criaturas del mundo de las hadas. Había preguntado, incluso, a una antigua amante, una mujer peligrosa, acerca del paradero de Naz. Y es que Váldenar no era el tipo de persona que dejaba las cosas a medias.

Hecho que se evidenció cuando regresó al plano material, se encontró a Tyra, y recordó por qué se había enamorado de una simple humana. Naz podía esperar. ¿Qué era algo tan fugaz como unos meses en compañía de Tyra en comparación con la dilatada existencia de un elfo?