Partida Rol por web

El familiar sonido de los motores de la valquiria suena en vuestros tímpanos, el nerviosismo esta patente en todos, tanto veteranos que saben que esta puede ser su ultima batalla y los reclutas, que son la viva imagen de algunos de vosotros con su prepotencia y ganas de luchar dignas de la nobleza imperial, sin saber que su linaje no sirve de nada en mitad de un campo de batalla, ignorando el verdadero plan que se ha gestado, que no han conseguido engañar a los que volvéis de la cruzada, pues sabéis que el plan de que vosotros solos os bastáis para eliminar a la flota xenos no os cuaja en la cabeza, y que en realidad no sóis mas que simple carne de cañón que va a entretener a los eldar oscuros mientra una flota de los vigilantes de espartia y la flota de subsector se coordinan para destruir la retaguardia xeno sin que estos se dieran cuenta para evitar que la sacrificasen en un intento cobarde como son esa despreciable escoria de escapar, provocando un gran daño en su flota, pero el sonido de la luz que os dice que estáis en posición para salir de la aeronave os saca de vuestros pensamientos.

Antes de salir, vuestras miradas se unen en un joven comisario, de no mas de ventipocos años, pero que ha demostrado ser un lider capaz, y aunque las apariencias puedan engañar en la nobleza y ser el de mayor edad gracias al juvenant, no lo es, "Vale" dice mientras de da unas palmas y coge su pistola bolter y su espada sierra, "Sargento Metaxas, su escuadrón ira primero, luego de del sargento Tehocopuli" sentencia sin ningún miedo, veis la sonrisa del otro sargento en su rostro, vosotros os levantáis y os acercáis a la puerta "por la gloria del glorioso dios emperador inmortal de la humanidad, mande a esa escoria de vuelta a la repugnante lugar del que salgan" os dice mientras abre la puerta y saltáis, debajo vuestra hay muchas naves xeno, pero también valquiria donde vienen mas soldados del regimiento tirándose a por el enemigo, el descenso es rápido y os llena de adrenalina, y caéis en una nave eldar, que esta compuesta por varios guerreros de la cabala que se preparan para el combate, listos para iniciar la contienda, pero vosotros no tenéis mucha suerte, ya que un par de miembros de vuestro escuadrón como parte importante del escuadrón del sargento que os acompaña mueren por las lanzas o espinas, o sufren alguna herida grave o no llegan a la misma y siguen cayendo, pero eso no importa ahora, sino los cinco guerreros que se adelantan para ir a por vosotros, alegres de una victoria que no le daréis sin sangre.

Comenzaba el descenso y pronto pudo ver las grotescas figuras de los alienígenas. Apretando los dientes comprobó el no tener puesto el seguro del arma antes de aterrizar, de no mirar a los ojos de ninguno de aquellos pobres desgraciados que no hubieran podido aterrizar con vida y rezó a El Emperador para que los protegiese una vez más.

- Nobleza obliga y sangre arrecia, Expedius Tercia; Dios Emperador, vela y aprecia -murmuró para si misma a modo de callada oración antes de liberar plomo y acero sobre los invasores xenos.

La sonrisa de Tehocopuli le molestó, se dirige a la tropa.
Ya habéis oído al camarada comisario tenemos la oportunidad de enseñarle al escuadrón del homorable Sargento Tehocopuli como se extermina a aquellos que tratan de destruir nuestro hogar.
Tras esto desenfunda la pistola arranca su espada sierra y salta en primer lugar.

Nikolaos Se pasó los minutos previos al descenso revisando meticulosamente todo su equipo. Era algo que le mantenía ocupado y le ayudaba a sobrellevar la tensión del momento.

Para cuando el comisiario Stratos dio la orden, Ya se encontraba perfectamente pertrechado y listo para saltar, sentado en la bancada con el resto de sus compañeros, con el arnés puesto y la mirada perdida en el techo. Como si un resorte se activase en su cerebro, fue recibir la orden y con un movimiento ya mecanizado después de tantas misiones e instrucción, se soltó el arnés y salió a paso ligero hasta la escotilla de descenso.

Ese momento siempre le producía una cierta sensación de vértigo, que se disipaba en cuanto se hallaba en caída libre.

El descenso fue un tanto complicado. La sensación de velocidad provocó un subidón de adrenalina. La sangre se acumuló en las mejillas y una cálidad sensación de euforia se apoderó del guardia imperial.

Dos de sus compañeros de escuadra no lo habían conseguido por poco y Nikolaos a punto estuvo de pasarse de largo. Pero en el último momento se quedó pendurado del fuselaje de la nave Eldar. Por fortuna, pudo incorporarse con una sencilla maniobra, para acabar sobre la cubierta.

No tardó en divisar al enemigo y con un gesto mecánico, fruto de centenares de ensayos, echó mano de su lanzamisiles a su espalda volteándolo hasta situarlo sobre su hombro, mientras que con la otra mano cogía un proyectil y lo introducía en la recámara.

-...vela y aprecia-dijo acompañando a su compañera al final de su letanía-Moskouri en posición, señor.Por poco

Agathon avanzó maldiciendo en voz alta al ver a los primeros caídos, mientras seguía a sus compañeros y oía sus plegarias al Emperador.

Cuando se aproximaron los eldar, dirigió su bolter hacía ellos.

- ¡Caed escoria alienígena!

Uno de los guerreros de la cabara se gira y os señala, dice varias palabras en el idioma de los eldar, y los demás se ríen, lo único que podéis entender es la palabra "Mon-keigh" que ya sabéis que es como los eldar llaman a las razas que considerán inferiores, y por extensión a la humanidad, y se vuelven contra vosotros al pararse y ponerse a disparar desde su posición.

Un grupo de los guerreros de la cabara se pone a disparar sobre vosotros, pero su disparos se chocan rozando vuestra armadura antifrag y desviando los disparos, en el que oís lo que puede traducirse en una maldición, al darse cuenta que sus fusiles están en semiautomático, aunque uno de ellos le da al recluta que acompañaba Nikolaos en el hombro, por lo que se aparta un poco del combate.

le echáis un vistazo a vuestro alrededor, veis que no hay ninguna caja que usar de cobertura, pero si hay un poco mas adelante de vuestra posición hay unas escaleras que podréis usar de cobertura*, a unos 2 metros, así como uno de los mastires de la nave como cobertura*, unos 5 o 6 metros, por el contrarío, los eldar oscuros no disponen de nada parecido.

Agathon aprieta los dientes y da un salto hasta la cobertura parcial de las escaleras, mientras dispara su bolter hacia la mitad de la formación eldar, aunque no parecían tan certeros como sus bravuconadas.

- ¡Malditos xenos! ¡Comed bolter!

A pesar de intentar llegar el primero el descenso había sido demasiado arriesgado. Al caer los xenos nos recibieron con sus débiles armas incapaces de penetrar las armaduras de la humanidad. 

-¡ADELANTE! TOMAD ESA COBERTURA Y DEMOSTRAR A ESA ESCORIA XENOS COMO SE DISPARA. Tras esto levanto la pistola para devolver el disparo fallando estrepitosamente mientras avanzo a la cobertura en la que cabemos todos.

el par de eldar que no habían disparado porque estaban poniendo en semiautomatico a sus armas, apuntan sobre Agathon al fijarse en su bolter al hacer daño a unos de los suyos, por lo que disparan sin piedad, pero su puntería no da para mucho por lo que solo aciertan a su alrededor.

Europa cruzó miradas por un instante con Nikolaos y asintió, agradecida por el que le acompañase en aquel rezo tan escueto pero tan importante para ella, mujer de tradiciones como era. Corrió entonces junto a su ayudante a ponerse a cubierto tal y como había indicado el sargento antes de alzarse y liberar andanadas de plomo sobre aquellos enfermizos monstruos.

- Abriendo fuego, Barón -confirmó con orgullo a medida que impartía castigo imperial sobre los éldar antes de volver a bajar la cabeza para cubrirse en aquella parte del extraño navío.

Se fijó entonces en la herida del novato que acompañaba a Nikolaos, un buen chaval que, sin embargo, había logrado estrenarse en futuras cicatrices de las que presumir. En caso que sobreviviera a aquel tiroteo, claro está, la Medicae sólo dejaría de disparar bajo órdenes de su superior o en caso de ver a alguno de sus hermanos de armas de verdad agonizando.

Nikolaos se apresuró a disparar un misil de fragmentación intentando alcanzar a un grupo de eldars que estuviesen más o menos agrupados, pensando que esto le serviría para darles la cobertura necesaria para llegar sin más dificultades a una cobertura segura.

-¡Vamos, vamos!¡Os cubro!

Así que tomándose el tiempo mínimo necesario para apuntar, abrió fuego y echó a correr hacia esas escaleras.

Agathon animó a su compañero.

- ¡Vamos Niko o no quedaron xenos para ti!

A vuestro alrededor se esta desencadenando una cruenta batalla, en los que se escuchaba los gritos de los guardias imperiales, así como de sus escopetas de combate y el bolter del comisario, pero volviendo a vuestro combate,  uno de los eldar parecía estar muerto, pero se levanta y vuelve al combate, a la vez que vuestro compañero por el impacto de la granada de fraqmentación, pero estos no parecen estar muy destrozados, salvo por sus armaduras que han conseguido parar los impactos.

Tras levantarse, los eldar se levantan un poco desorientados por el golpe, pero bastante furiosos, por lo que avanzan a una velocidad que os asombra, y se colocan enfrente vuestra, donde intentan dispararos desde mas cerca, pero el aturdimiento todavía deja mella en alguno, que no aciertan sobre vosotros.

Agathon puso el arma en semiautomático y disparo al mismo eldar que antes y a su compañero a la izquierdo, logrando impactar un par de veces al primero.

- ¡Sargento! ¡Estan acercándose! ¡Estan aquí! ¡Por el Trono Dorado! ¡Estan aquí!

el par de eldar que faltaban se echan un poco atrás al ver como le bolter de Agathon remata a su compañero, y uno de estos aprovecha para disparar sobre el victoriosos soldado, impactando en la cabezota, el otro se pone a disparar sobre la medicae, pero las balas la rozan, pero no consigue rozar la armadura antifrag de Europa, pero no impactar.

-¡CALAD BAYONETAS DEMOS MUERTE A ESTOS XENOS QUE OSAN HOLLAR NUESTRO HOGAR! Tras esto cargo directamente contra el xenos que ha profanado mi armadura con su ridícula arma.