Partida Rol por web

Es jueves por la noche, víspera del inicio de las fiestas patronales de LagunaAlta, y te encuentras en tu casa aprovechando el último rato libre que tiene antes de que tu padre te envíen a dormir. Mientras escuchas en tu walkman unas cintas de Black Sabbath y Deep Purple (recostada en el sillón del salón) tenías puestos tus pensamientos en las fiestas que comenzaban al día siguiente.

De repente, tanto luces como aparatos eléctricos dejaron de funcionar (el Walkman dejó de emitir esos impresionantes riffs). Entonces todo quedó a oscuras. Tu padre, no sin soltar un taco de acompañamiento, se fue a comprobar si habían saltado los plomos de la casa; y tú, mientras tanto, miraste por la ventana del salón, de manera instintiva: comprobaste que el apagón era general y que afectaba a toda la ciudad.

Es jueves por la noche, víspera del inicio de las fiestas patronales de Laguna Alta, y te encuentras en tu casa aprovechando el último rato libre que tiene antes de que tu padre te envíen a dormir. Mientras ves uno de los episodios de la última temporada de MacGyver, tenías puestos tus pensamientos en las fiestas que comenzaban al día siguiente.

De repente, tanto luces como aparatos eléctricos dejaron de funcionar (no supiste si al final MacGyver se lograba desatar de esas cuerdas o no...). Entonces todo quedó a oscuras. Tus padres fueron a comprobar si habían saltado los plomos de la casa; y tú, mientras tanto, miraste por la ventana del salón, de manera instintiva: comprobaste que el apagón era general y que afectaba a toda la ciudad.

Es jueves por la noche, víspera del inicio de las fiestas patronales de Laguna Alta, y te encuentras en tu casa aprovechando el último rato libre que tiene antes de que tu padre te envíen a dormir. Mientras ojeas un libro-enciclopedia de especies sudamericanas en extinción, tenías puestos tus pensamientos en las fiestas que comenzaban al día siguiente.

De repente, tanto luces como aparatos eléctricos dejaron de funcionar (la lamparita del salón que iluminaba tu libro parpadeó antes de dejar de emitir luz). Entonces todo quedó a oscuras. Tu madre fue a comprobar si habían saltado los plomos de la casa; y tú, mientras tanto, miraste por la ventana del salón, de manera instintiva: comprobaste que el apagón era general y que afectaba a toda la ciudad.

Jueves por la noche y tengo el planazo montado ganchitos y MacGyver nada mejor, salvo las fiestas de Laguna Alta, eso si que es un planazo y empiezan mañana.

De repente se apaga la tele. - Pero si aún no es la hora. - Digo suplicante a mis padres ¿Iba a lograr escaparse? Ahora nunca lo sabré. Vaya, parece que es cosa de los plomos de la casa según mis padres, en fin, me asomo a la ventana y veo que la cosa general.

Estaba subido sentado al sofá, con las piernas dobladas, en plan posicion del loto, embebido en mi lectura. Estaba fascinado por aquellos animales tan curiosos, fantaseando con la posibilidad de algún día poder explorar yo mismo esos lugares e incluso escribir un libro, un diario de viajes. En realidad lo intentaba, es decir, sumergirme en las páginas de la enciclopedia, pero la verdad es que la cabeza se me iba a las próximas fiestas, que ya empezaban mañana. Amigos, salidas, risas…chicas, Jo. Chicas, conocía mejor a las fieras de Australia que a las fieras femeninas. Necesitaba darme un cierto impulso en ese sentido, tal vez en las fiestas…Hasta ahora no es que me hubiesen interesado demasiado, pero la verdad es que se había despertado el interés en mí.

Y ahora la luz. Al mirar por la ventana estana todo muy oscuro. Apagón general. Espero que no tarden en arreglarlo. Bueno, total, si ya me voy a acostar.

Estaba nerviosa e impaciente porque llegara el día siguiente, ya que empezaban las fiestas patronales. Siempre me habían encantado, con todas las atracciones que solía haber. Nos juntábamos todos los amigos de la pandilla y disfrutábamos de nuestra compañía. Además, que podía estar hasta más tarde en la calle. Solía haber multitud de gente y alguna vez incluso conocí algún chico de otro pueblo. Tumbada en la cama, escuchaba en mi walkman Paranoid, de los Black Sabbath, uno de mis temas favoritos. De repente, algo sucedió. Todo se quedó a oscuras, en silencio, hasta mi walkman se paró. Le di un par de golpecillos, para ver si funcionaba. Las pilas solían consumirse en muy poco tiempo.

Me quité los cascos y dejé el aparato a un lado de la cama. Me levanté y escuché a mi padre rumiar por la casa dirigiéndose hacia el cuadro eléctrico. Yo me asomé a la ventana y me di cuenta que todo el barrio estaba a oscuras, solo iluminado por la poca luz que daba la luna. Veía algún vecino que también se asomaba a la ventana. Miré alrededor, atenta a toda mi línea de visión.

-"¿Qué extraño?"

Al observar por la ventana, te diste cuenta de que el único foco de luz que se percibía procedía de la vieja zona industrial, lugar donde se había emplazado la feria de atracciones. En ese momento la luz volvió a toda la ciudad, y además, como colofón, tu padre decidió dar por terminado el día para tí, con el correspondiente "ya es hora de que te acuestes, ¿no?". Y así, el día acabó para tí.

Al observar por la ventana, te diste cuenta de que el único foco de luz que se percibía procedía de la vieja zona industrial, lugar donde se había emplazado la feria de atracciones. En ese momento la luz volvió a toda la ciudad, y además, como colofón, tu madre decidió dar por terminado el día para tí, con el correspondiente "ya es hora de que te acuestes, ¿no?". Y así, el día acabó para tí.

Al observar por la ventana, te diste cuenta de que el único foco de luz que se percibía procedía de la vieja zona industrial, lugar donde se había emplazado la feria de atracciones. En ese momento la luz volvió a toda la ciudad, y además, como colofón, tus padres decidieron dar por terminado el día para tí, con el correspondiente "ya es hora de que te acuestes". Aunque claro, no podía faltar el típico "Borja: saca la basura, que ya es hora". Y así decidiste hacerlo, sin rechistar demasiado, no fueran a mosquearse justo en la víspera de la época de feria...

Esa noche, antes del apagón momentáneo, toda la familia habíais cenado pescado, y tu madre no quería que todo el piso quedara impregnado de ese olor. Una vez afuera, en la calle, cuando estabas a punto de lanzar la basura al contenedor, escuchaste un timbre familiar. Al principio no lo reconociste, pero de repente recordaste que ese timbre pertenecía a la bici de Rafa, otro alumno del colegio que tenía como afición darte collejas y robarle el almuerzo cuando tenía ocasión. Hasta que dejó de hacerlo cuando falleció hace dos años por culpa de un cáncer...

Rafa apareció montado en su bici (estabas seguro de que era él) al otro lado de la calle, y al verte exclamó el típico "¡Alucina! ¡Si ahí tenemos al tontolaba de Borjius”, momento en que encaró su BMX hacia tí y comenzó a acelerar a base de pedaladas. Quedaste entonces como petrificado (tal vez de la impresión de ver al malogrado Rafa, ahora delante de tí). Y justo cuando esté a punto de llegar a la altura de nuestro protagonista la figura de Rafa empezó a desdibujarse para acabar desapareciendo (como si fuera una especie de holograma o algún efecto parecido de película) dejándote totalmente solo en la calle.

Una vez en casa y en la seguridad de tu habitación, no contaste esto a nadie de tu familia, y te metiste en la cama sin hablar demasiado con ninguno de tus tres hermanos mayores.

Al día siguiente...

El viernes os despiertó con una sonora traca de petardos que sirvió de pistoletazo de salida a los festejos. Como habíais quedado el día anterior, hoy era momento de reuniros por la mañana, antes de ir a la feria, en el refugio de la pandilla (la casa-árbol situada en la linde del bosque del Baluarte, a la altura de "Talleres Paco"). Desde allí iríais a divertiros a la feria juntos, para celebrar así los últimos días antes de regresar a las malditas clases... Las ganas locas que todos teníais de montar en los coches de choques, la noria, el "hombre-masa", el pulpo o el Canguro eran totalmente evidentes... Bueno, Borjuis fue el último en llegar a la casa-árbol, y tras subir por las escaleras de madera Iron Maiden y Torres comprobaron que no traía muy buen cara... ¿qué le pasaba al graciosillo de Borjius? ¡Si era tiempo de feria!

Los petardos que anunciaban las fiestas me despertaron sin piedad. Me levanté, preparé y desayuné rápido como una bala y me fui para el refugio.

Por el camino pensé en las atracciones y los planes que habíamos hecho y aún así no pude quitarme de la cabeza la cosa tan rara que me pasó anoche, seguro que fue una tontería. Una vez en refugio subí las escaleras y como habíamos quedado allí estaban. - Ey, que pasa coleguis. - Digo sin conseguir alegrar la cara como de costumbre.

Traté de dormir pero me desperté varias veces, excitado por el inicio de las fiestas y la visita a la feria. Vuelta para aquí, vuelta para allá. También recordaba el apagón nocturno, pensé que leería el periódico que compraba mi padre por si ponía algo. Luego pasó lo habitual en estos casos, que cuando pillé el sueño profundo la traca de petardos me dio un sustazo que e despertó de golpe.

Me lavé, desayuné algo, busqué en el periódico * . Un beso rápido a mamá y salí corriendo, no sea que les diera por mandarme a algún recado o cosa semejante. ¡Vaya! La cama. La dejé sin hacer y mi madre era una maniática para eso. Uy. Peor ya no iba a regresar. 

En el refugio ya estaba Ana. Era una tía majísima, me molaba cantidad el rollo que se marcaba -Hola, Iron. -Luego apareció Borjuis, sin su sonrisa de guasa de siempre.

-¿Qué te pasa? Toma, una galleta, ¡alegra esa cara, que hoy tenemos grandes planes!

Nada más despertarme, me fui al baño a desahogar la vejiga; había bebido mucha Coca Cola por la noche. Me lavé la cara y me fui a vestir. Mi camiseta de los Maiden, recién lavaba y reservada para hoy. Volví al baño y me peiné rápidamente, dándome unos tirones que me hicieron cerrar los ojos del daño. Abrí la ventana de la habitación para que se fueran los malos olores nocturnos y cogí mis cosas: algo de suelto, un mechero, mi navaja, un par de tampones, paquete de clines y de chicles, y mi preciado walkman. Eché todo en una pequeña mochililla, que me colgué en la espalda. Antes de que mi padre se despertara de la borrachera, fui a la cocina y le di un trago al cartón de leche. Acto seguido, salía por la puerta de casa, montada en mi monopatín de Tony Hawk, con pegatinas de calaveras.

Al cabo de un buen rato llegué a la guarida. Iba con la música a todo trapo, con los Iron Maiden. Algunos ya estaban allí. Recogí el monopatín y escalé para llegar arriba. Saludé levantando la mano. Al rato vinieron los demás.

-"Hola Borjius. Te veo mala cara."

Siempre venía sonriendo y hoy estaba algo apático. También vino Torres.

-"Hola Torres, ¿qué tal?"

-Genial, Ana. ¿Y tú? -respondo, muy animado- ¡Me quiero montar en todas las atracciones, en todas! He ahorrado, espero que me llegue, y mis padres me han dado un poco más de dinero.

Estoy excitado -Qué ganas. ¿Cuál es vuestra atracción preferida? Venga, Borjius, ¿qué problema hay?

No os lo iba decir, pero ya que insistis tanto... Es para flipar, no os lo vais a creer. - Espero que no me tomen a broma o se piensen que sea una de mis historias.

- Os acordáis del apagón de anoche verdad, pues después salí a la calle a tirar la basura y a que no sabéis a quién vi. - Hago una pausa dramática, de las que me gustan para adornar las historias y miro a mis amigos. - Os acordáis de Rafa, si, ese tio del cole que le dió por fastidiarme una temporada, el que murió de cancer. - Esperé a ver su reacción, a ver si se acordaban. - Pues ese sí, se me apareció delante de mi en la calle, con su bmx y vino a por mi el muy... Y justo cuando me iba a dar puff desapareció. Una locura.

Rafa, si, el chaval que vosotros tres conocíais por meterse con Borjius un tiempo, quien siempre iba con su BMX... ¿Qué diantres estaba contando Borjius? Maiden y Torres no supieron qué decir (al menos al principio). Lo que es cierto es que Borjius no solía contar chistes macabros o de mal gusto...

Pese a aquello que estaba contando Borjius, en principio no le dísteis mayor importancia, ya que las ganas locas que todos teníais de visitar la feria de atracciones era mayor que cualquier otra cosa en esos momentos. Tras salir de la casa-árbol, pusísteis rumbo andando hacia la zona industrial antigua, lugar donde se ubicaba el recinto de las atracciones.

Tras un rato caminando, veíais que los vecinos de Laguna Alta (y seguramente de los pueblos de alrededor) acudían bajo el caluroso sol a la feria. Una vez allí, la feria ya estaba llena de familias y críos. Junto a las esperadas atracciones (el Saltamontes, el Barco Pirata, la Montaña Rusa, la Noria, el Baby Cadenas, la Pista de coches...), la feria también disponía de varias casetas ocupadas por tómbolas, tiendas de chuches y de juguetitos, mientras que en una explanada adyacente se podían ver las caravanas donde vivían los feriantes durante esos días.

Eso sí, había tres lugares donde los chavales y chavalas se agolpaban para gastar sus ahorros, hacer cola y disfrutar de unos minutos de placer y diversión:

La caseta de las escopetas de balines (la "balinera", conocida así por todos), donde es podían conseguir estupendos llaveros, mecheros y otros regalitos si uno acertaba a un palillo firme y fino.

Los autos de choque, donde los más avezados solían picarse y competir entre sí.

El toro mecánico, lugar para demostar equilibrio y destreza.

Y el pasaje del terror, donde no todo el mundo se atrevía a entrar.