Partida Rol por web

- ¡Cass! - señala a cachorrito, en cuanto su mirada se enturbia...

Por algún motivo, vuelve a mostrar su predilección por Adam corriendo para agarrar al chico del hombro y apartarlo de su compañera mientras mantiene la mirada en Tsintah antes de desviarla en absoluto silencio hacia una loba que observaba la escena desde la arboleda cercana y la cachorra siente como su ira se canaliza hacia aquel animal (Garras Inquietas)... como si fuera su objetivo desde el principio. 

- ¡Mierda!

Antes de llegar a interponerse entre Cristine y Alexis ya había asumido su forma crinos, como una forma de poder resistir mejor el embiste del cachorro.

Se planto ante él, sosteniéndole la mirada y gruño una sola palabra.

- ¡Alto!

Al parecer estaba permitido hablar durante un duelo de miradas. Adam, de algún modo, provocó que Tsintah perdiera el control de sí misma. En realidad, yo no me di cuenta, pero así debió ser, pues Hierro Frío intervino para apartar al chico y desviar la mirada de la joven hacia otro lugar.

Lo que sí me dejó de piedra fue la explosión de Rabia de Alexis (nunca habría supuesto que sería así). Se transformó en Crinos frente a Cristine, y Cassandra, en la misma forma, tuvo que interponerse entre los dos.

Estimé oportuno esperar al desenlace de tales sucesos antes de afrontar mi reto. Poco podía hacer. Estaba bastante sorprendida.

Al ver como dos miembros del grupo perdieron el control de su ser, un ligero escalofrío recorrió mi espalda.
Me quedé alucinando con la facilidad que habían logrado manejar la situación Hierro Frío y Cassandra.
Agito la cabeza de un lado para otro y vuelvo en mí.

Bueno, ¿empezamos nosotros? L e pregunto a Brenda que estaba espectante de lo que estaba sucediendo.

Sorprendida y algo asustada, Cristy da un paso hacia atrás y entonces ve como Cass se interpone entre ambos. Pero algo dentro le dice que tal vez Cassandra no pueda con él y, que demonios, ella tiene ganas de demostrar que no era una cachorra asustada así que trata de adoptar también su forma crinos para defenderse.

Tal vez fuera la tensión del momento o tal vez que estaba realmente asustada pero el cambio no se produjo en absoluto.

Parecía estar logrando provocar algo en la navajo, que quizás no era tan de hielo después de todo. Aquello jugaba a favor de Adam, una herramienta de la que pretendía abusar hasta que ese duelo de miradas fuera suyo gracias a métodos poco convencionales. Lo que no esperaba es que la atractiva joven estallara...

Hierro Frío lo sacó de la zona cero de inmediato, el muchacho ni se lo vio venir y simplemente se dejó llevar con los ojos como platos, cual pelele. Ni era consciente al completo de lo que ocurría —es más, parecía que había más follón en otro duelo—, pero a él solo parecía importarle una cosa:

—¡Hey, maestro Hierro! ¡¿He ganado, no?! —preguntó, emocionado.

Antes de que Brenda me contestase, giré mi mirada y vi como Cristine intento transformarse. ¿Porqué intenta transformarse? Voy hacia ella corriendo y le extiendo la mano.

Será mejor que te alejes de aquí, ya tendrás tiempo para demostrar lo que vales.

- Si, has ganado chico... pero no provoques así a tus compañeros, joder. La gracia esta en encontrar su límite, no en sobrepasarlo... - explicó, aún algo inquieto por como terminarían Tsintah y Garras Inquietas, aunque sin dejar de vigilar al resto de cachorros de reojo - si no llego a estar aquí te parte la cara 

Rabia, ira desmedida ante un desafío amistoso donde su afán de demostrar su valía se convirtió en desastre. Ojos furiosos desvían su mirada, su presa se aleja pero él no puede hacer nada, los ojos lo clavan al suelo y la voz... 

Una palabra, y una voz que resuena en su mente, que cambia de tono haciéndose más joven, y mientras a retrocede en el tiempo encuentra al niño. El hombre reacciona y toma al lobo por el cuello, internamente el duelo dura instantes y finalmente el hombre gana. 

Alexis pierde el fuego y con él la forma, mira avergonzado a su prima, no por estar desnudo, sino por haber perdido el control. Busca a su oponente con la mirada y la ve asustada -​​​​​​ Perdón - susurra y se arrodilla. - Perdón - dice en voz alta, y baja la cabeza, vencido.

Alexis consiguió calmarse. Cayó de rodillas, más avergonzado que vencido. Erik estaba ansioso por empezar el duelo, como lo había estado yo. Ahora casi toda mi atención se centraba en Tsintah, al parecer entregada en Frenesí a la Alfa del Clan.

—Vamos —dije al muchacho, preocupada por cuanto estaba sucediendo—.

Busqué un lugar retirado y me senté en el suelo. Era más alto que yo y quería afrontar su mirada al mismo nivel. Supuse que no le importaría. Me crucé de piernas y esperé que tomara asiento. No lo había hecho a propósito, pero quizá le resultaba más incómodo que a mí. Sería una pequeña ventaja.

Había manifestado a Hierro Frío que necesitaba que me lo pusiera difícil, que eligiera el rival que más miedo pudiera darme. Finalmente, yo misma había elegido a Erik, y había acertado de pleno.

Gruñí (algo incómoda en esta forma) y lo miré a los ojos con gesto serio como hacía con tanta gente y tan a menudo. Casi al instante me di cuenta de que Erik tenía la mirada helada como un glaciar. Tuve la inquietante sensación de que podría mantenerla sin pestañear durante milenios, el mismo tiempo que tardaría en derretirse un río primigenio en Asgard.

- Bueno, pues yo elijo al rival mas fuerte.-

Se gira y mira a la chica rubia.

- Samantha. ¿Haces los honores?.-

Y le hizo un gesto para que se reuniera con ella.
Porque la llamaba la rival mas fuerte. Era una duda para todos que aun quedaría en el aire algunos días. 

Boris Vian

Estaba disfrutando de los duelos de miradas como si estuviera en el cine sentada en una butaca comiendo palomitas cuando escuché mi nombre. Aquello me alertó un poquito, digamos que me aterrorizó porque claro, allí se hablaba de duelos y no era precisamente hábil en fuerza bruta.

- Sí, Samantha soy yo, soy yo - igual se había equivocado, a ver, era fácil equivocarse con los nombres, eramos muchos y confundirse era relativamente sencillo. Por circunstancias que escapan a mi control, el chico rubio me había escogido para el duelo. Repasé mentalmente si estaba en mi lista de agraviados pero no, y eso no era lo más extraño, según él era "el rival más fuerte". Entiendo que fue una broma, sarcasmo puro - cachondo, que eres un bromista - sea como fuere, me levanté y traté de ajustarme a la forma crinos pero seguramente no estaba yo muy convencida del duelo porque, no se produjo el cambio es más, tal y como me acerqué en forma lupus, fue en cierto sentido totalmente chulesca, como si pasara de crinos, hispos y demás folclore.

- Vamos a esperarnos un poco - no reconoceré que, seguramente la tensión y la improvisación estaban dificultándome la transformación - estoy adecuándome al ambiente, ya sabes... respirar hondo, sentir como la brisa peina mi pelo, cómo la hierba masajea mis patas, cómo los espíritus me envuelven y me dejo aconsejar por la madre naturaleza - la verdad es que me estaba saliendo un discurso que ni un político, ni siquiera como un pastor - ahora voy - hasta me permití olisquear un poco la hierba. Necesitaba tiempo para convencerme de que necesitaba pasar a la forma crinos, aunque hacerlo implicaba dar el primer paso camino del duelo y no había visto yo que, el frenesí famoso que se había disparado ya allí, mostrando la verdadera naturaleza salvaje de la bestia fuera un modelo a seguir - ya estoy yendo - no las tenía todas conmigo, pero me acerco pausadamente, sin prisa - llegando - un pasito para adelante, dos para atrás, me animo con un baile de patas pugilístico - mira qué juego de patas, corro como una gacela y pico como una avispa - joder eran palabras del gran Alí, seguro que me daba suerte.

Una vez se ha calmado todo, Brenda me respondió afirmativamente a mi pregunta, nos dirigimos a un lugar apartado, nos sentamos y empezamos el desafío.

Los ojos de Brenda rezumaban fuerza, pero también algo de incomodidad, no se porque sería.

Brenda empezó con un suave gruñido, me pareció algo gracioso, una leve sonrisa se dibuja en mi cara.Bien, ahora me toca a mí...

Empecé con un gruñido algo potente para marcar, pero de repente mi vista se empezó a nublar, mi razón a desvanecerse. Una sed de sangre brotaba de mi ser, sentía la necesidad de cazar a mi presa...

—Como no ha ocurrido no podemos saber a ciencia cierta si me hubiera partido la cara o no —replicó Adam con cierto deje divertido.

Continuó pendiente de las acciones de Tsintah, esperaba que le pararan el frenesí de una manera de lo más "suave" posible, sin ensañarse, como habían hecho con Alexis, que al final era él solito el que había terminado de rodillas y eso. 

Adaptó sus cuerdas vocales a su nueva forma y miró a Cristine.

- Has ganado el desafío porque tu rival ha perdido el control. Enhorabuena, tranquila, ya está controlado. Gracias

Dijo agradeciendo a la cachorra que intentara apoyarla con Alexis.

Después miró a éste y suspiró.

- Levanta Alexis, no te pongas más en ridículo... Estáis aquí para aprender y tu has aprendido que debes controlar más a tu lado más bestial y salvaje. Ahora ya conoces en dónde debes mejorar... Dale la mano a tu compañera y hermana, pues debes felicitarla por ganar el duelo. 

Alexis miró a su prima y asintió, si ella decía que estaba haciendo el ridículo tendría sus razones, el estaba cotento de no haberle arrancado la cabeza a su compañera.

Se levantó y ofreció su mano a Cristy. - Has ganado, felicitaciones. - Le dijo con una sonrisa sincera.

Una vez más Hierro Frío jugaría la misma carta: redirigir el cachorro en Frenesí a Garras Inquietas.

Todo ocurrió muy deprisa. Los ojos de Erik parecían pasar de hielo a fuego, a ansia incontrolable de matar. No me moví, supongo que por temor y sorpresa. Hierro Frío reaccionó con rapidez y lo apartó de mí, llevándoselo hacia donde había desaparecido Tsintah. Estaba aturdida. El duelo que tanta importancia tenía para mí desapareció de mi mente. ¿Por qué había reaccionado así? Prácticamente estaba vencida. Preocupada, sin el más mínimo sentimiento de victoria, una revelación sorprendente impregnaba mi juicio: mi ambición era muy superior a mi fuerza de voluntad. En ese momento, apenas importaba; solo una sensación de derrota aderezaba mi inquietud.

Boris estaba viendo cómo se desarrollaba todo desde el centro de claro. Empezó a entender porque esos “duelos de miradas” eran tan importantes.

O eso, o es que todos eran muy novatos con aquel tema.

Él había entendido que perdía quien quitara la mirada primero, y de momento lo que hacían era perder los nervios. Menuda memez.

Luego escucho a Samantha hablar, y sé quedo mirándola fijamente.

- Mira, no hagas el payaso ahora. Los dos sabemos que eres la novata mas hija de puta de todos los que estamos aquí.-

Si lo decía en broma no lo parecía, de echo, parecía estar convencidisimo. Más incluso de cómo ella lo sentía. Lo cierto es que sonaba sincero, y lo que decía de tal manera que parecía irrefutable. No parecía un comentario al azar, ni algo dicho para menoscabar la seguridad de Sam, todo lo contrario.

Realmente el tenia claro que ella era el rival más fuerte. Y si ella no lo era, algo de lo dicho en el pasado, o de lo echo, hacia llevado a que Boris así lo creyera.

Se acerco a ella reduciendo el espacio entre los dos, igual de serio, igual de convencido, o incluso apasionado. Pero no había en su movimiento corporal nada que indicara que quería menos preciarla.

Le tenido una mano, lo cual pillo por sorpresa a todos los que no estuvieran metidos en sus propios problemas.

- Ven y dame la mano. Y luego empezaremos el duelo. Confío en que seré un rival digno para ti.-

Incluso ahora, no parecía ni borde ni chulo, aunque pudiera interpretarse como algo prepotente. Le estaba tendiendo una mano amiga para realizar la tarea que tenían asignada, y lo hacia mirándola a los ojos, aun sin haber empezado el reto, Boris solo tenia ojos para Sam. Y parecía que quería que ella creyera en aquel duelo con él.