Partida Rol por web

El sirviente desaparece de un fogonazo y el cetro cae inerte en el suelo.

- Vaaale, ¿probamos el lado de plata ahora?- preguntó Allen claramente ya acostumbrado a que esas cosas ocurrieran.

- Sí, claro, un momento - contestó a Allen sin darle más importancia mientras iniciaba el ritual para invocar un nuevo Coralino.

Tocando con el pomo de plata en el dibujo de la corona se empezó a escuchar un retumbar en la sala y el trono empezó a descender como si se hundiera en la piedra del suelo, al poco rato pudisteis ver como dejaba acceso a un pasillo secreto de 5 pies de ancho.

- Supongo que eso era el cerrojo y llave. Guardad la corona y el cetro como parte del botín si queréis por lo demás diría de ir avanzando como siempre. Caballo delante y los demás atentos a posibles trampas o puertas secretas. ¿Os parece?- comentó el clérigo dispuesto a avanzar.

- La corona podria ser el anillo de metal ese que comentaba. - indicó con un encogimiento de hombros - Pero esperad un momento, voy a identificar las propiedades de ambos.

La corona parece otorgar a su portador el poder ver en la oscuridad como si fuera de día así como tocar las columnas sin problema. También parece que al ponérsela recibes algún tipo de pista o mensaje de su creador.

El cetro parece tener dos partes funcionales que en contacto con la 'corona', la parte dorada y la parte plateada, aunque el efecto o el funcionamiento quedan borrosos ante el conjuro.

Mientras Abe examinaba e identificaba los objetos el resto os asomasteis al pasillo y mirasteis como el caballo andaba tranquilamente por el pasillo y subía las escalinatas hasta la puerta.

Las paredes de la zona de delante son paneles de cobre incoloros y brillantes entre maderas raras con incrustaciones de marfil. El techo es plateado, formado para reflejar y amplificar la luz que entra en el lugar. La cámara se ensancha hacia el sur, donde un conjunto de escalones suavemente inclinados conduce hacia arriba. Los seis peldaños, del más cercano al más lejano, son de ónice, mármol rosa, lapislázuli, mármol negro, serpentina amarilla y malaquita.

Era un vestíbulo maravilloso de contemplar.

Algo brillante y pequeño parecía estar en el escalón de mármol negro pero no se veía suficientemente bien desde esa distancia.

- Vale, la corona insisto en no ponerla por mucha pista que pueda darnos y el bastón ya ha sido utilizado así que ahora solo sirve como joya cara que vender. Así que solo quedaría avanzar por el pasillo especialmente decorado y atentos a cualquier cosa.- según fueran avanzando en la formación común el clérigo hacia caso a sus propias palabras y se iría fijando tanto en las paredes como techo. Una vez ya lo suficientemente cerca centraría su atención en los escalones, en especial el negro y aquello que le había llamado la atención desde lejos.

- Espero que recuerdes como quitar una maldición, Allen. - le dijo Abe con una media sonrisa de seguridad antes de ponerse la corona a camara lenta.

La bruja se alejó de Abe, sin perderlo de vista. No quería perderse detalle de lo que estaba por pasar, pero tampoco quería estar tan cerca como para que lo que pase la afecte.

Mientras tanto aprovechó a decirle al diablillo que se prepare para abrir la puerta si fuera necesario escapar.

Te pusiste la corona, te quedaba realmente bien. Notabas su peso en oro y gemas pero eso era parte del encanto. De repente podías ver en esa sala como si estuviera perfectamente iluminada. También supiste enseguida que no te la ibas a poder quitar pues estaba maldita.

Escuchaste una voz que te susurraba al oído.

— Con el cetro podrás quitarte la corona, tocándola con una de las puntas, así de fácil.

- Efectivamente. Estaba maldita. - afirmó Abe con calma y sin agobio - Allen, ¿Puedes quitar maldiciones o me arriesgo con el cetro? Yo diria que seria con la punta de plata, como con el trono, pero conociendo la mente retorcida de Acererak quizás sea al revés. - se encogió de hombros - Aunque de momento no parece haber prisa por quitarmela y quizas sea interesante probar a ver que pasa cuando toco esas columnas con ella puesta...

Tocaste las columnas, frías de piedra pulida y trabajada. Por un momento pensaste en quien o como ha construido este lugar, habrá requerido de muchos trabajadores, expertos en sus áreas y muchos años. Luego, ¿porqué nadie sabía de esta tumba? Acererak mató a todos sus empleados una vez hubieron terminado ¿no? Preguntas sin respuesta.

No sucedió nada.

Allen niega con la cabeza cuando el pícaro se pone la corona como si tal cosa.

- Debería dejar que la llevarás un tiempo para que aprendieras la lección pero será mejor prevenir que curar. Acércate.- le dijo con tono algo molesto mientras preparaba una plegaria para liberar de su maldición.

Una vez acabado el ritual, miro hacia el pasillo... otra vez.

- Avanzamos?

Tras el hechizo de Quitar Maldición parecía que la corona seguía anclada a la cabeza de Abe, no dolía ni nada parecido pero era incapaz de quitársela.. había algo mas que evitaba eso.

Tras asomaros varios por el pasillo visteis que lo que había en aquel peldaño parecía una llave.