Partida Rol por web

- Estupendo… - dijo antes de dar un salto fuera de la sala antes de que se cerrase la puerta – Si no os importa voy a hacer un par de pruebas antes de encerrarme en esa habitación. La primera, comprobar que Paquillo puede efectivamente volver a abrir la puerta él solo. La segunda, regresar al pasillo de entrada y mandar a Abejorro por la boca verde, a ver si aparece aquí y si lo hace en cuál de las dos bocas. – miró como seguía cerrándose la puerta – Si queréis quedaros ahí mientras hago esas pruebas, no os lo tendré en cuenta. – dijo con una sonrisa, pero quedándose fuera de la sala antes de que se cerrase la puerta definitivamente. Empezaba a entender porque había muerto Sofía con un grupo tan valiente.

Insertando 3 filos por las ranuras activaban la puerta de adamantita así que no había problema para que el diablillo lo hiciera, si era capaz de recibir las ordenes y estar vivo claro está.

- La primera prueba ha sido rápida y positiva. – comunicó cuando volvió a abrir la puerta – Para la segunda parece ser que Abejorro no podrá completarla, pero Paquillo o Anselmo seguramente sí – le indicó a Garmeiana mirando al diablillo que era mucho más pequeño que el caballo – Voy arriba a mandar a Anselmo por la boca verde. Ahora vengo. – les comentó marchándose seguido de su gato volador.

Tras desandar tus pasos y volver al pasillo de la entrada mandas a tu familiar por el agujero negro conformado por la boca de la extraña estatua verde jade.

La oscuridad es impenetrable pero hay una abertura como si fuera un túnel. El tressym avanza unos pasos antes de que pierdas el contacto con él de manera espontánea.

Extrañado regreso a la sala donde dejé a mis nuevos compañeros y junto a Paquillo abrí la puerta.

- ¿Habéis visto a Anselmo por aquí? - pregunté asomándome al interior por si viera allí al gato alado.

El clérigo iba advertir a Abe que no era buena idea tratar con esas caras verdes pero ya era demasiado tarde, así que negó con la cabeza.

- Lo siento pero no, el poema ya advertía que el verde era peligroso, así que es mejor evitar esas caras de demonio. Por ahora ninguna de las frases era mentira y empiezo a pensar que en parte quiere que lleguemos hasta él, debilitados por sus trampas pero que se pueda dar el gusto final en nosotros, sea como sea me centraría en el trono que es al que se refería y si no encontramos nada ya nos queda el foco de luz del fondo o las puertas de colores... ¿Vamos?

Sin realmente esperar demasiado avanza con cuidado al trono y lo observa con detenimiento.

En contraste con los colores pastel del suelo y los pilares de la sala, está la cruda negrura del enorme estrado de la pared sur, sobre el que se asienta un trono de obsidiana con incrustaciones de plata y calaveras de marfil. Sobre el trono descansan una corona de oro y un cetro de electrum, con un pomo de oro en un extremo y un capuchón de plata en el otro.

—Este sí es el trono de un liche. "es llave y cerrojo". ¿Cómo funcionará?

Tanto la corona como el cetro tenían un aura de transmutación.

- Voy a echarle un vistazo más de cerca. ¿Alguno me quiere ayudar? - les preguntó mientras se dirigía al trono a inspeccionarlo más de cerca, pero sin tocar nada, tras realizar el ritual para Detectar Magia. Inspeccionó el trono por los lados, arriba y abajo, buscando inscripciones o huecos. Después de eso se dirigió a inspeccionar la luz anaranjada y los restos, a ver que había allí.

- ¿Sabeis? Yo saldría fuera y mientras se cierra la puerta mandaría a Abejorro a tocar una de esas columnas, a ver que ocurre.

Tras inspeccionar concienzudamente el trono lo único que descubristeis es que había un grabado de una corona en la parte de abajo, casi idéntica a la corona que reposaba en el asiento.

En la esquina sureste había una pila de huesos y calaveras junto a piezas de armadura y armas completamente ennegrecidas y quemadas. Era una visión bastante espeluznante. En el centro de aquella pequeña devastación había una gema que emitía una luz naranja.

La gema emitía un aura de conjuración tan potente que tuviste que cancelar el conjuro tras unos instantes porque te dolían los ojos al mirarla directamente. Hasta obtuviste una ligera sensación que el hechizo de Deseo estaba envuelto de alguna manera en esa gema.

- Vaya, vaya. – comentó alejándose de la gema – No me atrevería a acercarme más a esa gema ni a mirarla mucho. Probablemente sea la causa de esos esqueletos.

- Yo probaría a mandar a Coralino a coger la corona y acercarla al dibujo bajo el trono. Quizás sea la llave para abrirlo. – se encogió de hombros.

- También podría mandar a Coralino a coger los esqueletos y acercarlos para que Allen pueda hablar con ellos.

- En cualquier caso voy a ir montando el sombrerito.

- Totalmente de acuerdo con la gema. La corona y el cetro no sé, el trono que es cerradura y llave a la vez... Yo diría que si uno de los dos objetos sirve para abrir algo va ser el cetro. La corona era para mostrar al que ostenta el poder y representa el peso de un reinado, mientras que el cetro es su "llave" de mando.- comentó el clérigo.- Identificar ambos objetos podría ayudar, pero yo de base rebuscaría en el trono en sí.

- A ver, todos al sombrerito, por favor – les llamó dándoles tiempo para meterse dentro antes de que Coralino fuera hasta el trono para coger la corona y acercarla a donde estaba el dibujo.

- Primero voy a probar lo de la corona y el dibujo, que para identificar sus poderes tengo que tocarlos. Lo único que si quieres es que puedo mandar a Coralino a que coja el cetro y lo aleje del trono antes de acercar la corona, si quieres. Si eso no funciona entonces identificaré ambos objetos. – su tono era tranquilo.

Una vez a salvo el sirviente etéreo alzó la corona y la hizo colisionar contra el grabado en la base del trono pero nada sucedió. Al ver que no pasaba nada, cogió el cetro y se alejó del trono, dejando la corona encima del trono.

- A ver, es una corona mágica, de esos estamos seguros. Quizás podríamos ponérnosla en la cabeza y ver que pasa. Pero claro, yo primero se la pondría a algún caballo, por ejemplo, antes que a nosotros. Pero, como siempre, no me hagáis mucho caso, solo soy un bárbaro semiorco. - Dijo el mestizo.

Si no dáis con nada de interés, siempre puedo liarme a porrazos con el trono y listo. - Añadió.

Después, giró su atención hacía la gema brillante rodeada de despojos de seres que una vez estuvieron vivos, a todas luces. Aquello le espantaba y gritaba "trampa" en todas direcciones.

- Esa gema... Lo más que haría con ella es tirarla a una de esas cabezas verdes, pero mandaría, otra vez, a un caballo u otro ser que tengáis a mano. - Finalizó.

- Yo la gema mejor la dejaría sin tocar en absoluto, demasiados muertos cerca de ella. Por cierto quien puede hablar con ellos es Garmiana, no yo.- comentó y aclaró el anciano. Antes de continuar.- Quizás en el grabado con forma de corona hay que usar el cetro, sinceramente no tengo ni idea. Eso sí, la corona al igual que con el antiguo anillo creo que es mejor que nadie se lo ponga o vincule con ello, no al menos hasta que las identifiquemos y sepamos para que sirve.

—Aunque quizá sentarse con corona y cetro en el tono sea la llave. Aunque sólo lo consideraría último recurso luego de probar otras cosa.

»Golpear la figura de corona con el cetro como dice Allen, o quizá haya en cetro o corona algún hueco donde encaje la gema.

Dicho esto se acerca a la corona y al cetro, sin tocarlos, para ver si tienen algún hueco, y luego vuelve a la protección.

Coralino coge el cetro y lo golpea suavemente contra el dibujo de la corona.