Partida Rol por web

Ver al resto el grupo la animó, eso significaba que no se encontraban allí por su nave robada sino por algún extraño motivo, algo que ya trataría de resolver más adelante -Parece que ya estamos todos otra vez. Espero que no tardemos mucho que tenemos cosas que hacer ¿Porque estamos aquí?- Lanzó la pregunta a lo resto que seguramente estarían con las mismas dudas que ella -¿Alguno ha hecho algo que no deba? Porque no creo que sea por la pequeña pelea de la taberna. Aquellos eran unos peleles- Miraba de reojo a los droides, no les habían quitado las armas así que quizás, con un poco de suerte, le saliese otro trabajo. Dos en un día, eso sería maravilloso, una oportunidad de retirarse

Sin previo aviso, los seis droides volvieron a la vida rodeándoos. Claramente una estrategia militar de su base de datos que no congeniaba para nada con su "misión protocolaria".

-Borta quiere veros. Seguidnos.-

Al igual que antes, uno de ellos se puso delante mientras el resto se colcó detrás vuestro. El androide se dirigió hacia el turbo ascensor y, cuando las puertas subieron, comenzásteis a subir durante medio minuto.
Al abrirse las puertas os encontrásteis en una sala más pequeña, pero igual de ostentosa. Las obras de arte habían sido sustituidas por animales vivos, enjaulados en vitrinas, de todos los rincones de la galaxia. No conocíais ni la cuarta parte de esos bichos. Algunos comen, otros os miran.

Borta H´uun era un hutt que os miraba desde una plataforma repulsora situada en un hueco, como una pequeña habitación, al fondo de la sala. Una cristalera contínua daba la vuelta a toda la sala dejando ver la ciudad luna desde una prespectiva impresionante. Debía de ser uno de los edificios más altos.

Junto a Borta había un droide de protocolo y una esclava Twilek con una cadena aferrada a su cuello.

A medida que avanzáis podeis comprobar que los niktos con los que tuvísteis la trifulca están allí, aunque solamente hay tres de ellos y os miran con claro odio en sus ojos.

-Ahhh...- Comenzó Borta siendo traducido por su droide. -<Aquí están mis nuevos amigos.>- Los seis droides se plantan en fila, unos pasos detrás de vosotros. -<Jiirl me ha contado la pequeña pelea que habéis tenido en mi local. Luego hablaré con ese peludo, sin embargo, ha supuesto un ligero contratiempo para mi, ya esa escoria> dice señalando a los niktos <tenían que ir a buscar algo muy valioso para mí.> El hutt hizo una pausa para tirarse un eructo. <Ahora, como podéis ver, no pueden ir y he tenido que darles un escarmiento de lo que les pasa a aquellos que me defraudan.> Dice señalando a vuestro alrededor.

Cuando termina de decirlo comprendéis claramente lo que dice, los animales se estaban comiedo trozos de nikto.

-<¿Cómo podríais compesarme por este contratiempo?>- 

El Bith estuvo a punto de contestar que no tenían que compensar al Hutt. Pero estaba claro que si este suponía que alguien le debía algo, es porque tenia los recursos suficientes para hacer que eso se cumpliera aunque fuera mentira. 

Estaba claro que aquel gusano gigante, no podía hacer nada sin los créditos, y sin secuaces a su alrededor. 

El Bith se mantuvo callado e indolente ante la situación.  

sabía que esto tenía algo que ver con los nikton, el nombre de su jefe me sonada de haberlos oido de su boca, y la mitad de los niktos ya habían sido matados, como demostraban los animales que estaban alrededor de la habitación, pero ahora tenían que convencer a un hutt para que no los matase "seguramente a tus hombre* no han podido recoger ese objeto, por lo que seguramente una buena forma de compensarle sea haciendo el trabajo que ellos no han podido hacer" no se porque, pero tenía la sensación de que esto tenía algo que ver con el trabajo que nos había mandado el wookie, pero se iba a callar esa parte.

Un Hutt, como no. En todos los rincones del universo donde se moviese un mercado negro, siempre aparecían. Por lo menos ahora sí que tenía la plena certeza de que no era por ella en concreto sino por la estupida pelea de la taberna.
Y ¿En que te podemos ayudar?- Era una pregunta tonta que solo buscaba el té tar sacar algo de benéfico, quizás, si todos jugaban bien sus cartas, podían sacar algo de dinero además de salir vivos de alli

De verdad, no había tenido suficiente con un bith, un wookie, un rodiano y 6 nicktos como para ahora tener que aguantar a la madre de todos los ascos, los Hutt, asquerosas babosas espaciales y traficantes. Que asco no haber eliminado a esa infame escoria cuando el buen Imperio pudo. Y de aquellos polvos, estos lodos. 

Hacer política con un repugnante Hutt, babosa grasienta alienígena ... Le daban ganas de freirla...

-Excelente y reverenciado Borta, gran señor de los Hutt, tremebundo excelencia y enormidad entre los grandes señores. Lamentamos mucho que sus hombres fueran tan inútiles, y debería castigar a aquel que los contrató, no vieron que nosotros no teníamos nada que hacer. Ahora, vos queréis, Gran Enormidad Huttiana, que nosotros cumplamos ese trabajo, ¿No es eso?

Hablaba en ese estilo pomposo tan adorado por los Hutt, que se creían grandes señores, aunque fuesen medianías de su especie. 

-Decidnos, excelente Hutt, que trabajo debían hacer esos inútiles, y podríamos hablar de condiciones. Nosotros no deberíamos pagar por algo que es culpa de esos nicktos que están pagando ya, y de ese que contrata a vuestros hombres. 

Y, reverentemente, le saludó, demostrando que aceptaba su enorme poder...el halago, debilita... Como al buen Imperio...

La sonrisa de complacencia de la enorme babosa hutt que era Borta calaba mientras, poco a poco, cada uno asimía que tendría que hacer la misión de los niktos.
-<Hablas bien pero te pierde tu boca, humano.>- El hutt se rascó la cara mientras os hacía esperar. El tiempo volaba y entre el paseo, la espera y esta conversación, para cuando saliérais de allí los paquetes de Gruuk estarían esperando.

-<Sin embargo, me has complacido con tus palabras. Pobre de mí, que habiendo confiado en esos miserables pero honrados niktos, me veo privado de ellos por un grupo mejor.>- Los párpados de la criatura se entrecerraron dotándole de una mirada siniestra. -<Tal vez el destino tenga algo que ver. HA, ha, ha, ha...>- El hutt hizo una seña a su droide de protocolo, y este activó un holograma del espacio hutt delante vuestro.

-<La república es...distinta al imperio y su modo de ver las cosas no encaja con nostros tanto como debiera. Sus patrullas están en constante vigilancia y el suministro de coaxium refinado ha caído en picado, un mercado provechoso.>- Borta sonrió como un niño. -<Cera de Kessel hay una estación donde lo procesan y refinan. No está en las guías turísticas galacticas, solo yo sé las coordenadas y la estación cambia de zona cada poco. Allí está mi cargamento de hipercombustible, que tendréis que traerme y, de ese modo, compensarme por el contratiempo.>-

Os dais cuenta que el hutt no está metido dentro de esa "caja" por nada. Un droide R4 está casi oculto, situado cerca de los emisores de un campo de fuerza, el cual activará si hay problemas, impidiendo que nada pase hasta donde se encuentra Borta.

El mercenario estaba intentando calcular lo que les sumaria otro destino a aquella misión. Era bastante probable que no tuvieran tiempo de sobra para hacer ambos cometidos.

Y parecía que este iba a fagocitar al otro.
Mala cosa, porque el otro tenia un precio especifico. Y este trabajo que ofrecía el Hutt, seguramente fuera a cambio de nada. O peor, se lo ofreciera a cambio de sus vidas.

Estaba teniendo una suerte muy extraña aquel día. 

Al escuchar Coaxium Amber apretó las mandíbulas. Caro, con muchísimos computadores, muy utili y demasiado peligroso. Pocos materiales existían con esa volatilidad. Tenerlo en la bodega de carga haría que todos fuesen unas dianas andantes ademas de tener una alta probabilidad de explotar ante cualquier disparo de cañón láser -Esto sí que va a ser toda una aventura- La contrabandista no tenía la labia de Pittien y tampoco sabía disimular sus emociones. Ese encargo era una encerrona difícil de saber si ganarían dinero o perdería todo. El Hutt sabía que no podían fechar la oferta, estaban entre la espada y la pared.
Tendremos que partir lo antes posible ¿Estais todos listos?- No quería perder tiempo porque deseaba o mejor dicho, necesitaba hacer los dos encargos que aún no había trazado un plan para lograrlo, en el viaje tendria tiempo para calcular la mejor ruta

Considerando que el día había empezado con una pelea de bar y avanzaba hacia las minas de Kessel, todo mejoraba. Claro que si. Joder. Tenía que cambiar de conocidos. O simplemente, de ambiente. ¿Qué coño decía aquella babosa espacial? ¿Coaxium? ¿Coaxium? ¿Uno de los materiales más vigilados por los rebeldes? (se negaba en redondo a considerarlos "la República"...) Meterse con los rebeldes, que era posible que lo buscasen no era lo que quería... pero podía ayudar a su Plan. Joder. Podría, podría... 

Idiota rechoncho gusano sarnoso y limoso de Borta... que cabrón... 

-Efectivamente, oh, grandiosidad, que os hemos privado de vuestra ayuda para conseguir vuestros altísimos designios, absolutamente justos. Y lo lamentamos en profundidad, porque irritar a vuestra excelencia suprema es algo que no deseábamos, ni nadie debería hacer. Sin embargo, justo es también que en su magnificencia Borta realice un pago acorde a los servicios que se van a prestar, para que nadie pueda hablar de que el Gran Borta H`uun el Hutt es indigno señor de aquellos que van a ayudarle a completar sus excelsos deseos. 

Esperaba por lo menos que pudieran sacar algo, aunque fuera en especie, del Hutt. Borta los quería para sustituír a los inútiles de los niktos, esos huevos podridos entre los aliens, pero por otro lado, quería no pagarles nada. El no ya lo tenían, pero quizás pudieran sacar algo más que la vida. O algo de facilidad en cómo cumplir su Plan. Y el encargo de Gruuk. 

Joder. 

Ojalá volviese el buen Imperio.  

dejo que el humano se encarge de la negociación, mientras me quedo igual que callado que el bith, la misión era todo un suicidio, ir a recoger un mineral muy vigilado, pero también demostraba que iba a ser algo divertido, por lo que la misión iba a ser de las que me gustaban.

-<HA, HA, HA, HA, Ha..... Me gusta tu manera de pensar humano, tienes dotes para la negociación. Considera este encargo como una prueba para futuros cometidos. Ese es mi pago por vuestros servicios.>- El hutt inclinó su masa hacia adelante, como para haceros una confidencia, hablando en un tono bajo. -<Id a Kessel, llevad ese Coaxium a las coordenadas que os indique y traédmelo de vuelta refinado.... o seréis comida para mis mascotas.>- La amenaza no era velada. Era real, lo habíais visto en persona y acojona.

El hutt os hizo un además con la mano de que os vayárais. Detrás vuestro la puerta del turboascensor se abrió. Sería un trabajo ¿fácil?. Ir a Kessel, coger un cargamento que se supone ya estaba preparado, llevarlo a ese misteriosa estación ilegal que cambiaba de lugar y volver a la luna del contrabandista con el coaxium ya refinado. Fácil.

El turbo ascensor se abrió en la primera planta. La música estaba demasiado alta y las luces destelleaban lanzando flashes y láseres por todas partes. Si hubiera irrumpido una fuerza de asalto dando tiros, nadie se hubiera enterado.

Salís a la calle, con los oídos abotardados del ruido, oliendo a sudor, perfumes baratos y otras cosas menos agradables. Era casi la hora de Gruuk, muelle 27, allí se os pagarían los 1000 créditos. 

Me parece que esa babosa gigante cree que realmente vamos a hacerle le trabajo gratis.

Dijo el Bith plenamente convencido de que nadie iba a intentar hacer un trabajo a un Hutt histrionico. Pero las caras de los demás le indicaron que se lo estaban pensando.

Caminaron por las calles de aquel lugar hasta llegar a la zona de los muelles.

Bueno, ahora podemos ir dando palizas a la gente de los bares.

Dijo, recordando cómo había empezado el día.

Es la hora convenida. Os dirigís hacia el espaciopuerto para recoger el pedido que os han encargado.
Amber enciende los motores del Gorrión Rojo, su carguero YT 1300 despegando suavemente. No mentía, sabe lo que se hace, por lo menos a poca velocidad.
Mientras sobrevoláis el espaciopuerto hasta la dársena 27, veis a lo lejos el edificio donde Borta reside. Un par de torpedos y adiós hutt. Sin deudas, sin que os persiguieran cazarrecompensas o matones y podríais quedaros con el coaxium vendiéndolo libremente. Seguramente os haríais ricos invirtiendo vuestra parte en lo que más os plazca.

La dársena 27 se despliega debajo vuestra completamente vacía. Amber inicia la maniobra de aterrizaje tan suavemente como el despegue tocando el suelo sin apenas enteraros. El Gorrión Rojo no parece una vieja nave, está bastante cuidada y limpia. Todos sus componentes funcionan y responde bien. Es hasta posible que pudiérais acometer los dos encargos.

Una vez abajo, un droide de mantenimiento se acerca a vosotros con dos contenedores alargados, semirectangulares y lisos. Cada uno tiene un sistema repulsor para ser transportado y la línea a lo largo de su cubierta indica que se abre longitudinalmente en dos hojas. El sistema de refrigeración y soporte vital os da un dato acerca de lo que pueden contener, materia viva. Tal vez plantas de especia para su contrabando.

El droide se marcha dejándoos allí los dos contenedores. De improviso, por el lateral de uno de ellos se abre un cajón pequeño. Dentro están los mil créditos que se os prometieron.

-Bueno, compañeros, parece que las circunstancias nos han unido. No se qué os ha parecido a vosotros, pero el jodido Hutt nos ha dejado bastante pillados. Creo que nos ha tomado la matrícula, y podría poner precio a nuestras cabezas en el submundo de Nal Hutta, de modo que podríamos quedarnos sin lugar dónde escondernos. Creo que tiene todo bastante bien atado... Los droides demuestran que tiene un poder bastante grande. En principio, parece algo "sencillo". A saber, los Hutt son unas malditas babosas traicioneras. 
 

Llegó el momento de hablar de los planes. Pittien se había introducido en una de las zonas comunes del carguero corelliano, y había dejado su pequeño petate en el suelo. Había comenzado a mirar las coordenadas, y estaba maquinando las diferentes posibilidades de camino, pero no terminaba de hallar un camino que les solucionase el hacer todo en el menor tiempo posible, o de la mejor forma posible. Así que pensó que el trabajo de Gruuk debía ser el primero, ya que es sencillamente de transporte, mientras que el otro era un doble transporte de algo ilegal según los estándares "rebeldes" (o nuevo-republicanos). 

-Quizás, quizás debieramos mejor hacer primero lo de Gruuk. No se si la ruta que traces, Amber, podría ayudarnos a tomar la decisión, pero yo no he sido capaz de encontrar una ruta cómoda o muy factible. Lo lamento. No conozco esta zona de modo especial. 

Quieres que revise la ruta. Se me dan bien estas cosas.

Le dijo el Bith a la piloto. Era su segunda oferta. Aunque presuponía que ella preferiría trazar al ruta por si misma.

Luego se acomodo en el asiento de copiloto, y espero a que volviera a despegar. 

ya estabamos en el carguero y parecía que la piloto era bastante competente, estaba en aquella maltida misión por culpa de esos inutiles de nikton, ya ahora tenían que cumplir una misión y luego tenía que hacer una segunda gratis para que la babosa hutt no lo matase, no le gustaban que le forzaran a hacer un trabajo, por lo que no le gustaba de todo esa situación

Claro que si, acércate q ver que encuentras que así yo me puedo centrar en pilotar- Respondió a Kemlo. Antes creía que había encontrado una ruta pero no era capaz de recordarlo o mejor dicho visualizarla.
Si lográsemos realizar todo... Y si hubiese de sobra de ese material... ¿Nos podíamos quedar algo?- Era una locura intentar estarse a un Hutt pero la posibilidad de poder retirarse definitivamente estaba allí. El material era muy valioso y sobre todo una ves refinado, solo hacía falta el valor o la escupí es necesaria para intentarlo.
Amber comenzó a distraerse, a sonreir. Pilotar la llenaba y la hacía disfrutar aún más que los aerodeslizadores. La sensación de velocidad era superior en tierra pero la Libertad que transmitía una nave... Eso era insuperable. Cualquier dirección, la profundidad del espacio y esa tranquilidad que se aprecia al ver una luna cada vez más cercana. Respiro profundamente para recostarse a disfrutar del viaje hasta que ya tuviese que activar el piloto automático en cuando Kemlo le diese las coordenadas. Ella había nacido para ser piloto, viajero conociendo mundos y vivir aventuras