- ¿Y no pudiera ser que Don Damián hubiera sido poseído por el Maligno? ¿Y qué hace Jonás en todo esto? ¿Otro acólito del Mentiroso? Ese Jonás practica la brujería, esa maldición bien pudo haberla conseguido mediante esas oscuras artes, puede que ambos sean los responsables de Maldecir a Don Lucas. Pero si la profecía se cumple... creo que nada hemos de temer nosotros de esos ángeles ni ningún monje de buen espíritu, que según creo, son todos. Tenemos poco tiempo para terminar de desentrañar el caso.
Nos queda la parte de arriba del torreon no?
Rodrigo rebuscó en los cajones, y encontró una cajita oscura. La abrió y lo primero que encontró fue una nota: "Tumba del Capitán", y justo debajo, envuelta en una tela, encontró un crucifijo (su forma era tal y tenía como a Jesucristo representado), pero por una de las puntas, en un extremo, había como muescas típicas de llave antigua; y era tal, una llave. Lo más seguro es que fuera la llave de la tumba.
Si, Jimeno, falta un piso. ¿Subís arriba o hacéis/vais otra cosa/a otro lugar?
Abre la boca al ver el crucifijo
- Jamás pensé que un sitio como éste pudiera llegar a encerrar tantos secretos -dice embobado con la cajita -vamos terminar de registrar la torre y luego bajamos a la cripta a ver si es lo que creemos que es ese crucifijo.
Está bien... -dijo Hermán, que había permanecido callado-. Sufffamos y acaffemos con ésto...
Subísteis al tercer piso por las escaleras. Enseguda vísteis una gran ventana, por donde entraba mucha luz (era el piso más alto), y tenía unas vistas espectaculares de toda la sierra de Guadarrama y el camino que iba hasta la entrada del monsterio (por donde vinísteis), así como de la profundidad del acantilado por donde al parecer cayó don Damián... Y era una caída absolutamente terrorífica, larga y continuada y casi podíais sentir el mismo dolor de aquel fray con sólo ver la distancia al fondo...
Pero lo que más os soprendió fue que en en aquel piso no había muebles ni asientos, más bien no había nada, a excepción de un gran altar bien pulimentado, de prisma rectangular y muy grande, del tamaño de un hombre tumbado, ciertamente...
Tirada voluntaria de Otear (PER)
- Ese altar no me gusta lo más mínimo... -dijo mirando el hueco del altar en concreto -¿Para qué querrán un altar aquí en este piso? Para nada bueno - se contestó a sí mismo.
Motivo: Otear
Tirada: 1d100
Dificultad: 22-
Resultado: 10 (Exito)
-Mi querido Nicasio -intervino Rodrigo-, tal vez sea este el "altar de juicio" al que alude el libro, donde debería realizarse el sacrificio. Don Lucas volverá a esta sala para completar el ritual.
Después echó un vistazo por la ventana. Ciertamente, parecía imposible sobrevivir a semejante caída; pero el diabo otorga una fuerza sobrehumana a quienes le adoran, y si ese tal Damián era un brujo, quién sabía si gracias a sus pactos con el maligno se podría haber salvado.
-Por otra parte -continuó con sus divagaciones-, si esa llave abre la tumba que nosotros forzamos el otro día en las catacumbas, quizás haya algo en ella que don Lucas necesitara para completar el ritual... ¿la daga de plata, tal vez?
A pesar de la gravedad de la situación, Rodrigo estaba disfrutando con aquellos enigmas y juegos de lógica, y se le notaba. No podía evitarlo: le gustaba resolver misterios, y no podía haber elegido mejor escenario para aplicar las enseñanzas de su maestro.
Motivo: Otear
Tirada: 1d100
Dificultad: 15-
Resultado: 4 (Exito)
Estoy de vuelta.
¡Y toma! Parece que estamos de suerte con los "oteos" ;)
- Eh... sí la ceremonia sí, claro... el altar es cierto. Lo querrán para eso - Nicasio apenas recordaba ya lo que habían descubierto cinco minutos antes, él era un hombre de acción y a veces lo de pensar le costaba trabajo. Aunque afortunadamente, tenía consigo a un hombre de tan alta alcurnia y valor como Rodrigo. Alabado fuera el Señor
- Vayamos pues a la cripta y guardémonos eso o... puede que escondidos esta noche allí podamos descubrir a Don Lucas cuando vaya a por ella.
Estoy contigo Nicasio semejante altar no hace sino ponerme los pelos de punta dijo Jimeno ante la imagen que tenia delante. Desde luego este hallazgo no hace más que aumentar las sospecha que de brujería ya sobrevolaban este asunto. Intentemos mantener la calma y busquemos bien por aquí...
Motivo: Otear
Tirada: 1d100
Resultado: 66
Mirando por la ventana vísteis algo que sabríais que sucedería. ¿Los enviados de Don Lucas de los que os habló Don Cosme? Subían peñasco arriba... y ya porteaban los cascos en las entradas del monasterio, hasta entrar finalmente en él.
Decidme qué hacéis definitivamente, Si bajar y dónde (o si no). (Jimeno no ha podido otear)
Ya lo he dicho yo: Bajar a la cripta y en función de lo que encontremos, puede que escondernos allí.
-¡Madre de Dios! -Rodrigo no pudo reprimirse al ver por la ventana a unos jinetes que subían al monasterio-. ¡Ya están aquí! ¡Tenemos que salir de la torre ahora mismo!
Rodrigo asió fuertemente la llave en forma de crucifijo que había encontrado.
-A la cripta entonces. Escondámonos allí, y volvamos al origen de todo esto -añadió, mostrando la llave, para después bajar a paso acelerado por las escaleras.
Viendo (alguno) el "percal" que se avecinaba, bajásteis corriendo hacia abajo, dirección las catacumbas, como acordásteis. Bajásteis un piso, luego otro... y vuestras ávidas pisadas retumbaban en cada sala que íbais alcanzando... Salísteis del torreón y enseguida vísteis a todos los frailes del monasterio en el patio interior del mismo (podéis ver el mapa). Estaban todos como asustado. Entonces, parecieron apelotornarse todos muy cerca, como huyendo de uno de los laterales para entrar en dicho pequeño patio... ¿Porqué?
Allí apareció algo inverosímil, increíble: era Jonas, el joven novicio, acompañado de una figura incorpórea a su lado, brillante, de silueta humana y como si tuviera un hábito ¡Parecía un fantasma!:
¡¡ATRAAAS!!! -Una gran voz apareció en escena, en el momento en que aquella figura que parecía ser don Damián atemorizaba a los monjes. Era los caballeros que llegaron ya-. ¡Alejáos de estos santos moradores, malditos! -les decían al espectro y Jonás-; estáis en un palacio de Dios, ¡ningún poder tenéis aquí! -pero parecía equivocarse, pues éstos dos se reían, al menos se miraban y Jonás reía...-. Entonces, el grupo de cinco caballeros del Filo Sagrado se identificaron como siervos de Dios, (eran los que decía Don Lucas en su carta), e irrumpieron todos rodeando el patio. Tenían sus espadones y ballestas levantadas en alto y cargadas, y enseguida se interpusieron entre el espectro con Jonás y los frailes. También os vieron a vosotros.
¡Qué sitio del Demonio es éste! ¡¡YA LLEGAN!! -os decía uno de ellos como si le fuera la vida en ello-, ¡están a las puertas! ¡Los de fuera! ¡Vosotros! -os gritaron- ¡Tenéis que luchar! ¡El mal ya está aquí!
¿A qué diantres se refería el fraile-caballero? ¿"a las puertas"? ¿quién? ¿Cómo "los de fuera"? ¿no había irrumpido ya el espectro de Damián y el maquiavélico y joven Jonás? Ninguno de los caballeros se atrevieron a atacar a nadie, tan sólo se limitaban a levantar su espada y aguardar en defensa. Entonces.... ¡¡¡¡BBBOOOOOMMMM!!!!
¡¡¡¡BBBOOOOOMMMM!!!!¡¡¡¡BBBOOOOOMMMM!!!!¡¡¡¡BBBOOOOOMMMM!!!!
Las puertas del monasterios estaban siendo sacudidas. A pesar de que las puertas eran enormes, parecían como si se tratase de una tablilla a la que pudieras golpear fácilmente y hacer ruido.
¡¡¡CRASSSSHHHH!!!
¡Algo pareció resquebrajarse fuera! ¡Las puertas!, ¡Habían cedido!, entonces comenzó a producirse como un griterío fuera, muchas voces, muchos quejidos, muchos lamentos, ¡chillidos!, ¡¡aullidos!! ¿QUÉ ERA AQUELLO? ¿¡EL INFIERNO MISMO ALLÍ VENIDO!? ¡¡TAL VEZ!! ¡¡¡TANTO QUE SÍ!!!
tirad todos 1d10 por RAC (por el espectro). Si no lo superáis, tirado 1d10 y será lo que ganéis de IRR (y por tanto, que perdáis de RAC).
Nicasio estaba enloquecido, no hacía más que chillar y chillar - ¡ EL FIN DEL MUNDO! ¡ ES EL FIN DEL MUNDO! ¡SATANÁS HA VENIDO A POR NUESTRAS ALMAS! ¡NOOOOOOOOOOOOO! ¡ YA VIENEN! ¡ YA VIENEN! - echó mano de su espada y en lugar de empuñarla la lanzó al suelo, el metal repicó contra el suelo de piedra y Nicasio puso las manos en jarra delante de sus ojos y empezó a mirarlas. No había duda de que estaba como loco pues en seguida se las llevó a la mata de pelo rizado negro que tenía por cabellera y tiró con todas sus fuerzas, arrancándose mechones de pelo de cuajo. Entonces fue cuando perdió toda la dignidad que le quedaban, comenzó a llorar y se orinó encima mostrando cara de alivio.
Motivo: Racionalidad
Tirada: 1d100
Dificultad: 25-
Resultado: 52 (Fracaso)
Motivo: ganancia RR
Tirada: 1d10
Resultado: 1
me quedo 24 - 76 ¡ A quién se le ocurre ponerle 75 de IRR a un guerrero!
Aquello era una locura... Rodrigo se frotó los ojos, pues su raciocinio le decía que aquello no podía ser. ¿Estaría soñando? Sin embargo, todo se precipitó tan deprisa que no le dio mucho tiempo a pensar en ello, y en su subsconciente quedó el convencimiento de que todo aquello debía tener una explicación racional... aunque en ese momento no supiera cuál era.
Seguidamente, vio con horror cómo el joven Nicasio enloquecía ante la llegada de lo que quiera que fuera que estaban anunciando aquellos caballeros. Si había alguien diestro con las armas en el grupo, ese era Nicasio, pero había perdido el control, y quién sabe por dónde podría salir. Sin más remedio, Rodrigo desenfundó su espada, la cual lucía más como signo de distinción que otra cosa, y lo único que se le ocurrió en aquel momento fue musitar una oración para que las pocas clases de esgrima que había recibido pudieran salvarle la vida en aquella ocasión.
Motivo: RR
Tirada: 1d100
Dificultad: 75-
Resultado: 27 (Exito)
Maldicion dijo el cambista sevillano al ver el percal que se habia montado y arrepintiendose profundamente de no haberse largado de aquel lugar cuando hubo podido hacerlo. El hermano Damian era ahora un espectro nacido de ultratumba y su aliado mortal, el joven Jonas, estaba a su lado riendo desquiciadamente... pero lo peor estaba fuera... ¿Que era esa amalgama de ruidos y voces?...
Huyamos dijo Jimeno pensando que aquella era una batalla perdida. Huyamos a las catacumbas por Dios
Motivo: RAC
Tirada: 1d100
Dificultad: 35-
Resultado: 39 (Fracaso)
Motivo: RAC
Tirada: 1d10
Resultado: 1
Rodrigo comprendió el miedo de Jimeno; aquel hombre no tenía pinta de haber empuñado nunca un arma, y si se quedaba allí lo más probable es que terminara muerto.
-Toma -le dijo, ofreciéndole la llave que habían descubierto en la torre del abad-. Averigua si sirve de algo esta llave. Yo debo quedarme aquí, pues el pobre Nicasio ha sido presa del pánico y dudo que estos caballeros por sí solos puedan retener el mal que está a punto de irrumpir en el monasterio.
Rodrigo no se reconocía a sí mismo. Él no era un combatiente, nunca se había distinguido por su valor ni su destreza. Tal vez su pasado monacal le había sacado una vena de mártir que hasta él mismo desconocía. O tal vez le aterraba la idea de quedar encerrado en las catacumbas sin posibilidad alguna de huida. En cualquier caso, ya se había encomendado a Dios, y si moría allí, defendiendo aquel lugar sagrado, al menos se aseguraría un puesto en el cielo.
-¡Corre! -le gritó a Jimeno, antes de volverse de nuevo hacia la puerta, con su espada preparada.
¡Huid, insensatos! :P
Fue entonces cuando, tras aquellos severos portazos, comenzó a entrar (por lo que óísteis ya en el interior de los pasillos del monasterio), un tropel de ¿gente?, bueno, en realidad seguían como lamentándose, eran... eran... ¡Eran como muertos! ¿¡MUERTOS EN VIDA!?
Eso sí, todos tenían hábitos de monjes, tigual que los frailes del monasterio (practicamente iguales, aunque los de los nuevos visitantes estaban roídos, desgastados, maltrechos... igual que sus caras, brazos y cuellos). En esos momentos, tras darle la llave Rodrigo a Jimeno, éste se dispuso a salir corriendo, aunque antes de hacerlo una serie de cosas les sorprendieron.