Partida Rol por web

Tras la insistencia de Chloe de que entraseis de una vez en las caravanas, así haceis, montándoos en la primera de ellas. Al subir, observais que dentro se encuentran dos hombres; uno de ellos, con gesto serio y callado, se encuentra sentado en una esquina sin hacer nada más que mirar al vacío, es castaño y lleva el pelo semi-largo recogido en una pequeña coleta, además, observais una pequeña perilla que crece en su barbilla. Viste ropas y botas de cuero, también veis un abrigo de pieles que descansa junto a él, se lo habrá quitado debido al calor que hace.

El otro hombre, es algo más extraño; a pesar de estar sentado, observais que se trata de alguien bastante grande y fornido, mientras que el otro, sin dejar de ser fuerte, era más ligero. Por sus rasgos endurecidos y su pálida tez, pensais que proviene del Norte, donde la gente es dura y bruta, algo que también parece reflejarse en él por sus cicatrices y su forma de sentarse desgarbadamente con las piernas demasiado abiertas. Os dais cuenta de que éste solo lleva pantalones, parece haberse quitado la camiseta, probablemente porque este calor para él es más duro. Observais su pecho, con una buena mata de pelo, surcado por unas enormes cicatrices de un suave rosa que armoniza con su piel. Pero tal vez lo más impactante en él es que se encuentra afilando un cuchillo de manera tosca mientras os observa con una siniestra sonrisa en el rostro.

Chloe, que se ha sentado junto al nórdico, casi en la misma postura que él, os señala un banco que se encuentra en frente del suyo, justo al borde del vagón. Al sentaros, os fijáis más detenidamente en la caravana en sí: cada vagón, es lo suficientemente ancho de superficie como para estar cómodo en él, todo hecho de madera excepto por la gran lona turquesa y roja que hace de techo. La escalera para subir se encuentra en un lateral y bordeando los "filos" así como el otro lateral de la caravana hay una especie de bancos, que no son más que largos relieves uniformes de madera. A pesar de la mala primera impresión de vuestros trasnportistas, la caravana no parece estar tan mal. Echais la mirada atrás y observais el mismo patrón. 

Tras unos segundos de observación que Chloe os permite, suelta un desagradable grito que os pilla por sorpresa y el hombre serio, de mala gana, se levanta con dificultad, ahora reparais en que tiene una pierna de palo, no os habíais dado cuenta antes debido a la longitud de su pantalón. Éste se dirige hacia la parte delantera de la caravana cruzando una cortina, y azuza a los caballos, lo que provoca un repentino tirón que se repite en el resto de vagones que se encuentran unidos al vuestro. El movimiento os mueve hacia atrás y casi os tira de espaldas, a lo que Chloe suelta una de sus desmoralizantes carcajadas dando pisotadas al suelo, enfatizando su diversión.

Al tranquilizarse un poco, se recuesta de forma sugerente en el banco y os mira expectante, espera unos segundos y habla.

-Pues bueno, bienvenidos a nuestro hogar. Haciendo un gesto con la mano que abarca todo lo que allí teneis a la vista. 

-Éste bruto de aquí es Haden Barlund, es de Goldar, y como podeis observar. Señalando las cicatrices que decoran todo su cuerpo. Sabe lo que es pelear. Se gira brevemente hacia la parte delantera para señalaros al hombre que conduce, pero sin llegar a daros la espalda.

-Éste muermo es Trevor Brynn, es de Galgados y es ex-militar o no sequé mierda. Con gesto de desinterés. Pero os aseguro que si le emborrachais os lo pasereis de pu- Un bache en el camino corta la frase de la chica, quién no se rinde y pretende seguir hablando.

-Y bueno, yo- 

-Os prressento a Chloe, la guarra ofisial de la compañía. Ésta vez es el nórdico quien la interrumpe, haciéndo un comentario bastante grosero en tono satírico, tras lo que suelta una atronadora carcajada, más malsonante que la de ella. Podeis observar que como buen norteño, guarda ese característico acento que te hace difícil poder tomarlos en serio.

Ella lo mira con desagrado y le arrea una patada en la espalda como si nada. De repente, escuchais unos gritos en la lejanía, al giraros podeis observar a una muchacha corriendo tras el último vagón de la caravana, probablemente haya llegado tarde al encuentro y pretenda subir abordo. Chloe la ve y se limita a gritarle con despreocupación.

-Tarde chica, haberte dado más prisa. Mientras se yergue levemente para que su voz se oiga mejor, tras esto, se ríe un poco junto con Halden, probablemente de la desgracia de la muchacha. Observais que la caravan no hace el más mínimo amago de detenerse, no es una buena idea intentar convencerlos de nada, pues veis como la chica, frustrada, se cansa de correr y se para en medio del camino.

El encanto de Chloe se iba con facilidad cada vez que abría la boca o hacía esos gestos bruscos, pero volvía con algunas de sus maneras que dejaban notar esa figura tan sensual; en conclusión, era intrigante como mínimo, una mujer con tanta "confianza" nunca había visto el frágil monje.

Naif estaba sentado, muy callado y viendo a los presentes con nervios, parecía un cachorrito asustado, revelaba una personalidad muy sumisa, simplona y también que era alguien muy timorato, se exaltaba especialmente cuando usaban groserías. Pero cuando el sujeto rudo insulto a Chloe, el miedo y cobardía se parecieron sacudir de él y parecía que estaba a punto de actuar, cerro sus puños con fuerza, para darse valor, pero vio que Chloe parecía no necesitar su ayuda... o quizá creyó que era parte de su manera de tratarse entre ellos 2... lo que le llevo a preguntarse que era y eso distrajo su mente por unos momentos.

De pronto se escuchan los gritos de la pobre muchacha Naif se levanta e intenta apoyarse de una de las paredes del carromato para no perder la estabilidad, mientras intenta mirar con preocupación, luego voltea a ver a Chloe a los ojos y le suplica.
-¡por favor señorita Chloe detenga el carro!-
Parecía profundamente preocupado por el destino de la muchacha, ciertamente Naif es muy sensible, y al suplicar de esa manera, parecía estar dispuesto a mucho por convencer a la lidereza de la caravana, para esperara a la muchacha.

Se encontraba un poco incómodo tras subir a la caravana; al igual que Ania en la taberna, Chloe resultaba demasiado extrovertida para su gusto. Además, los dos individuos que estaban con ella resultaban de lo más intimidantes.

-"¿Para qué necesitan a un ex-militar y a un norteño curtido?"- pensó-. "¿Habrá muchos problemas de aquí a la universidad?".

Confiaba en que no hubiese problemas, aunque en el caso de que sí tuvieran algún disturbio agradecería tener con ellos a semejantes ejemplares.

Cuando se pusieron en marcha escuchó a la chica que llegaba con retraso. No se podía creer que la fueran a dejar atrás por haber llegado escasos segundos tarde, y, pese a la intimidación que le producían los dos hombres, se unió a la petición de Naif.

-No... no creo que a la caravana le cueste mucho frenar un poco para permitir subir a la chica- comentó en voz baja, aunque con decisión-. Si esa mujer paga el transporte todo el mundo saldría ganando, ¿no?

A Liesel la actitud de Chloe y sus rudos acompañantes no le sorprendio; en una ciudad tan grande como es Kaine, donde ella había nacido y pasado toda su vida, toparse con alguien similar no era algo muy difícil y resultaba más fácil encontrárselos si tenías que lidiar con gente de los barrios bajos, como era el caso de la joven daevar tras la pérdida de sus padres y la decadencia de su negocio.

Arg, que inconveniente Pensó refiriéndose a sus anfitriones. Lo mejor será no prestarles mucha atención, siempre son un fastidio los de su calaña...

Se sentó en un banco a intentar descansar cuando los gritos de la chica la alteraron. Aunque la situación de la chica no le resultaba indiferente un simple pensamiento cruzó su cabeza.

Su caravana, sus reglas. Ellos verán si quieren perder dinero. Aún con esa mentalidad, no pudo evitar imaginarse a ella misma en la situación de la joven pero nunca se atrevería a intentar convencer la que parecía la líder del convoy, así que observó la escena en silencio, esperando a ver cómo se resolvía.

Kazu mantuvo su amable sonrisa incluso ante semejantes personas, personas muy extrañas para él y totalmente una novedad, razón por la cual llamaron su atención y no dejó de mirarlos hasta que los gritos de la chica le hicieron desviar la mirada.

Aunque prefería que la chica montase, pues unos minutos más de espera no eran absolutamente nada para él, los demás ya habían dicho suficiente, así que solo miró a Chloé, apoyando la petición de sus compañeros.

Hodor ve la actitud de sus "anfritiones" y la analiza '¡vaya! que gente más rara, seguro que tienen muchas historias que contar'.

Tras un momento ocurre la escena de la chavala, lo que hace que Hodor cambie la idea que tenía en un principio sobre Chloe y compañía: 'Menuda mierda, siempre me voy a encontrar este tipo de gente por todos lados... total, seguro que le han pagado ya a la tía esta, ¡bah! le importará una mierda el futuro de la pobre chica'. Gira la cara y mira a Liesel: con solo mirarla ya sabe que está pensando excatamente lo mismo que él, al fin y al cabo han vivido juntos toda la vida.

Por todo ello decide no actuar, no hablar, y se limita a quitarse la mochila, ponerla sobre las piernas y esperar a ver qué ocurre.

Angus mira con desconfianza a los zínner y se limita a permanecer en silencio, incluso con el incidente de la muchacha, no se atreve a abrir la boca, aunque tampoco parece que le importe mucho. Al ver como sus compañeros exigen piedad por la muchacha, él queda observando a Chloé, esperando una respuesta.

Ania parece no sentirse muy cómoda en aquel ambiente de grosería y violencia, al igual que cualquiera de vosotros. Observa a sus anfitriones con curiosidad mientras murmura cosas para sí misma, pero son prácticamente inaudibles para vuestros oídos; parece estar hablando sola o algo parecido. Cuando oye a la chica, se gira al igual que vosotros mientras sigue murmurando y tan solo se resuelve a decir:

-Vaya por Dios... 

Una y otra vez, en voz baja, mientras niega con la cabeza repetidamente.

Kvothe, a diferencia de todos vosotros, no se siente para nada acongojado, de hecho hasta parece sentirse cómodo, como si estuviera acostumbrado a ese ambiente; Sonríe a sus anfitriones y ríe sus "gracias" de una forma amable. Cuando oís a la chica, él se pone en pie para poder divisarla, tras lo cuál se gira hacia la jefa, poco después de vuestras peticiones, él habla.

-Vamos a relajarnos. -Dice con tranquilidad mientras mueve las manos hacia abajo, intentando inspirar calma.

-Chloé, ¿no crees que sería mejor que subiera? Al fin y al cabo ya ha pagado su parte...-Encogiéndose de hombros. Se calla un segundo, durante el cual parece pensar algo.

-Hazlo por un Zínner. Mientras dice esto se da media vuelta y se levanta con la mano el pelo de la nuca, mostrandole algo que vosotros no sois capaces de ver por vuestras posiciones, ya que él se ha acercado más a ella. Aún así, probablemente sea un tatuaje o algo parecido.

Chloé mira con escepticismo a Naif, siendo el primero que se alza para hablar, después os mira a los demás, con una mirada intimidante y suspira con pesadez, se cruza de brazos ante el espíritu tranquilizador de Kvothe y lo escucha con toda la atención que ella es capaz de prestarle a alguien. Podeis observar en los ojos de todos la sorpresa ante la revelación del pelirrojo. 

-¡La madre que te parió!- Exclama sin ningún reparo la deslenguada.

-Ya lo podrías haber dicho antes, hermano.- Le da una palmada en el hombro mientras sonríe con ilusión, parece que los Zínners forman una etnia bastante dispersa pero unida a la vez, alguien que antes era un desconocido, en breves minutos pasa a ser de la familia.

Ella se gira y le mete un grito al conductor para que el vehículo se detenga, lo que provoca un frenazo y los consiguientes en los demás vagones sucesivamente. 

Podeis observar como la chica, que ya se había parado al final del camino, repara en que el vehículo se ha detenido y comienza de nuevo a correr, hasta llegar a la altura del último de los vagones, desde el cual se asoma una mano que ayuda a la chica a auparse hacia arriba. Una vez a bordo, Chloé vuelve a gritar y os poneis en marcha de nuevo.

Halden os mira de forma siniestra cuando comienzan vuestras quejas, pero se limita a permanecer en silencio, como un espectador que observa lo que sucede desde fuera. Cuando  Kvothe muestra su tatuaje, este alza las cejas y sonríe abiertamente con los pocos dientes que le quedan, alza su gran mano para que el chico se la choque, cosa que hace. Tras esta demostración de hermandad, todos se sientan de nuevo y Halden comienza a hablar.

-Puess bueno, está clarro que vaiss a la Univerrsidad, perro ¿De dónde veníss? Parreceis de lugarres muy distintoss.- Muestra su interés por vosotros, o aburrimiento en su defecto. Mientras enuncia la frase con su cómico acento norteño os mira a todos y cada uno de forma descarada, como hizo ya Chloé la primera vez. Os mira sobretodo a las chicas, especialmente a Liesel, fijándo su mirada donde no la debería fijar.

Kazu sonríe aún más a Chloé cuando acepta que la chica suba, siendo esa su manera de agradecérselo. Su cara no cambia incluso al sentirse tan extrañado por ese sentimiento de "hermandad" que surge de la nada

(Umm... ¿son familia?... No lo parece, la verdad)

Al poco, oye la pregunta del norteño y decide hablar, así podrá estar tranquilo escuchando a todos los demás sin preocuparse de cuándo debería hablar o qué debería decir

-Yo provengo de oriente; al oeste del viejo continente está la Isla de Varja, y allí, al norte, está Lannet, mi tierra.

Por supuesto, sigue manteniendo su sonrisa que os recuerda a la de un anciano amable

Aunque no le hiciese ninguna gracia que la mirase de aquella manera tan sucia, le respondió, simplemente porque sabia que ignorándolo sólo conseguiría que se enfadase y le prestase más atención, cosa que quería evitar a toda costa, sobre todo de ese hombre tan desagradable y que no le inspiraba ninguna confianza.

-Mi hermano y yo provenimos de Kaine, en Togarini. Su tono era muy cortante y nada amable.

Esperaba que con esa respuesta Halden Barlund se hubiese contentado y pudiese pasar todo el viaje sin dirigirle la palabra y poder pasar el viaje en paz.

Conforme iban hablando, el joven doctor veía aumentada su incomodidad. Eran demasiado directos y abiertos, y las miradas que lanzaba el fornido nórdico a Liesel sólo conseguían que se sintiese menos a gusto. Podía notar que alguno de los que iban con él compartían su forma de ser, así que se tranquilizó sabiendo que tenía algo en común.

Ya que Halden había preguntado decidió contestarle para no parecer grosero, aunque algo le decía que a aquella gente la grosería no les importaba demasiado.

-Provengo del suroeste- dijo-, de Baho. Allí conviven la casta guerrera y la casta intelectual; yo vengo de esta última.

No dio más información ya que pensó que había dado la suficiente. se sentó un poco más cómodo en el asiento mientras escuchaba a los demás y mientras le echaba vistazos a Kvothe tratando de encontrarle algún parecido con Chloe.

-"¿Familia?"- se decía-, "¿todos los zinner son así de amigables entre ellos?"

Naif dibuja una media sonrisa al estar alegre que se detuvieran, pero no puede evitar sentirse algo vació, como si el no hubiera hecho mucho. Se sienta despacio y callado.

Sonríe si se da cuenta que alguien lo mira o espera una respuesta, finalmente decide contestar, al final o probablemente cuando se extienda mucho un silencio.

-vengo de Alberia...- sonríe e intenta mirar de reojo alguna reacción de Chloe.

Hodor estaba empezando a enfurecerse: '¡vaya gentuza! Y encima el Vote o Kavote este parece de la misma calaña. JODER DEJA DE MIRAR A MI HERMANA. Tranquilo Hodor, tú tranquilo. ¿Pero cómo voy a estar tranquilo? ¡Le está mirando los melones JODER! Tranquiilo que todo marcha bien y nada malo ocurre, ¡la serenidad es el camino! Se-re-ni-dad ja ja ja... AAAAGG. ¿Ves? Tu hermana te decía que tenías mala leche, como sigas así vas a empezar a engordar... ¿engordar? más bien me van a salir arrugas. Debo decir algo original para que no me den mucho la lata, sí, que no se me note mucho mis sentimientos interiores y todo lo demás... veamos'.

-Soy hermano de Liesel. (Dijo con un tono de voz muy brusco).

'¡Mierda! Viva yo y mis cojones'.

Angus ni siquiera se molesta en contestar la pregunta, se limita a ignorar a todos los presentes y mirar hacia otro lado como si no estuviera alí mismo.

Ania no parece extrañada en absoluto ante la revelación de Kvothe, y cuando este vuelve a su sitio, ella le da una ligera palmadita en la espalda a modo de aprobación.

-Ese es mi Keuz.  Sonriendole abiertamente como si no acabara de decir mal su nombre, de nuevo. La chica no parece tener ningún problema en cambiar rápidamente de estado emocional, ciertamente, os parece un poco chiflada.

-Yo vengo de Kanon, es un lugar bastante aburrido la verdad, no hay mucho que decir de él... Dice encogiéndose de hombros, cuando una idea pasa por su mente.

-¡Pero si no nos hemos presentado! Dice casi gritando, con un gran aspaviento. 

Comienza señalando a Angus, en una esquina, a su lado Naif, después Rasul, seguido de Kazu, tras él, los hermanos Hodor y Liesel respectivamente, después Kvothe y por último ella misma.

-A ver, creo que me acuerdo perfectamente, estos son: Magnus, Chain, Pazu, Kuzko, Mireya, Poncho, Preoz y yo, Ania. Concluye sonriente, como si hubiese acertado de pleno.

Halden os mira fijamente cuando vais respondiendo, explayandose, como no, con Liesel. 

Ia veo que tenemoss aqui basstante diverrsidad. Mientras se recuesta hacia atrás con ambas manos juntas tras la cabeza, adoptando una postura más relajada. Podrreiss contarrme basstantess cossas essta noche cuando acampemoss. Dirigiéndole una mirada directa a Liesel, como si realmente fuera la única persona que le interesase, habiendo hecho antes caso omiso a la "advertencia" de Hodor. 

Cuando Kvothe oye la "gran" presentación de Ania, no puede evitar mostrar una mezcla de confusión y comprensión en su rostro, le una palmadita en la pierna y le susurra algo al oído, ante lo que ella asiente sonriente. Se ve que la trata como una anciana demente, pero al fin y al cabo parece la forma más eficaz.

Kvothe tose un par de veces para disimular.

-Bueno, Ania es bastante olvidadiza, se suele equivocar con los nombres, ya os iréis acostumbrando. Dice tranquilamente con una sonrisa exculpatoria, intentando disculparse por su amiga.

-Realmente somos Angus, Naif, Rasul, Kazu, Liesel, Hodor, Kvothe, y Ania. Dice, parándose brevemente a pensar entre nombre y nombre, pero obteniendo un buen resultado.