Partida Rol por web

Bastión, enfurecido por lo sucedido, arroja su escudo en dirección a la figura que se está formando ante él. El escudo, pieza de metal pesada y rígida, es propulsado por la fuerza inquebrantable del héroe, pero aún más por efecto de una gravedad alterada. Alcanza tal velocidad y fuerza, que al impactar contra ese ser lo parte por la mitad, incrustándose profundamente en la puerta que hay tras él. El ser, dividido en dos mitades, no se detiene. Parece que el hecho de haber sido quebrantado tan sólo le ralentiza. Varios cables vuelven a unir las dos mitades, afianzando algunas planchas más que se doblan y retuercen para unir el cuerpo en uno sólo.

Observador, espoleado por la acción de Bastión, da una orden verbal a su arma prototipo y ésta cambia automáticamente de munición. Efectúa dos disparos contra la criatura de metal, impactando en las planchas con un sonido seco que parece destrozar cables y maquinaria. Apenas un parpadeo después, sendas explosiones dejan el hombro y la cadera abiertos, descolgando cables y chapas. Sin embargo, tal como sucediera anteriormente, la figura no tarda en comenzar a recomponerse.

La pregunta es: ¿realmente lograréis algo, aparte de ralentizarla, si seguís causándole daño de esta forma?

Mientras Enlace no termina de reaccionar, completamente conmocionada por lo sucedido y por lo que ha podido sentir al conectarse con Duna, Icantia observa la estructura de metal que ha aplastado a Toraño sin hacer nada salvo quedarse con los ojos como platos, como una escultura de la antigüedad. Hermosa, pero carente de movimiento y vida. Puede que ella no correspondiera lo que el guardabosques parecía sentir, pero parece que sí sentía algo por él, al fin y al cabo. Lo suficiente para que le afecte su muerte. Lo suficiente para quedar impresionada. Reclama a gritos a sus compañeros un cambio de estrategia, aunque no se decide a adoptar una ella misma.

Chafakra, en cambio, opta por otra estrategia. Advirtiendo a sus compañeros, comienza a correr por el corredor, buscando el lugar por el que se perdió de vista a esa figura. La carrera le lleva a una puerta que se abre automáticamente al pararse ante ella. En el interior puede ver lo que parece un pequeño laboratorio destrozado, con algunos impactos de proyectil en las paredes y el mobiliario. Hay algunos armarios y taquillas, y diversos tubos de gran tamaño cuya funcionalidad se escapan a la comprensión del joven agente de Hispania Inc.

- RAAAAAAAAAAARG - Frustrado, rabioso, perdido, Bastión barrita como lo hubiera hecho un manut lanudo antes de frenar en seco en mitad del pasillo y cambiar de dirección en su carrera. Enfrentarse a aquella cosa no les iba a servir de nada. Había sobrevivido al impacto directo de su escudo y las explosiones de la munición de Observador, algo que creía imposible. Tenían que cambiar de estrategia como había dicho Icantia. Era eso o pelear con el androide hasta que estuvieran exhaustos e indefensos. Aquello era una máquina incansable y ellos simples mortales. Estaban perdidos aunque fueran sobrehumanos.

- Salgamos de aquí - Levantó a Enlace con una sola mano y se la cargó contra el pecho como si no pesara nada, arropándola con su cuerpo para darle la mayor cobertura posible. No iba a dejar que le pasara nada, solo era una niña y no debería estar allí. No había podido hacer nada por Toraño, pero protegería a los demás aunque le fuera la vida en ello.

- Agárrate bien - Dijo antes de echar a correr hacia Icantia y cargarla en el brazo que tenía libre, protegiéndola también con su cuerpo. Le perturbaba extrañamente el sentir el cuerpo de la mujer contra el suyo, aún a través de las capas de tela y armadura - ¡Observador! ¡Vamos! - Arrancó en la dirección por la que había ido Chafakra, la que parecía la única vía de escape posible.

- ¡Venga joder, pa dentro!- Gritó a sus compañeros, mientras entraba en la pequeña estáncia, echándo un vistazo.- ¡Joder menuda mierda de curro! ¡Ya podría bajar ese puto cojo aquí y hacerlo él me cago en la puta! ¡Como esto siga así me pillo la baja y no me ven el pelo por aquí en la puta vida, joder!

-Mierda-. la cosa esa volvia a unirse, era como si estuviera jugando con nosotros... - Esta basura debe tener un corazón y juro que lo encontrare para hacerlo pedazos!- miro a Chafakra que llama y se dirigío hacia allí.

Continué el camino cuando me cercioré de que Enlace venía detrás, aunque fuera bastión quien la llevara cargada. Seguí a Chafakra, el muchacho podía ser un poco extraño pero tenía la cabeza fría de seguir actuando a pesar de las circunstancias y eso era bueno. 

Intenté concentrarme para seguir el rastro de la figura que había marchado por el pasillo.

Sin embargo, mientras analizaba por dónde era que había vino , siento un fuerte brazo asir mi cuerpo y elevarme prácticamente sin ninguna dificultad, pensaba que me había atrapado ella. Pero Enlace decía que no era Duna.

Y me removí sobre mi sitio, cuando de reojo veo que en realidad era Bastón quien de alguna manera se las había arreglado para llevarnos a ambas. 

- ¡Eh! ¡estaba siguiendo un rastro Bastión!- pero nada, ya lo había perdido. Suspiré resignada- Tu armadura está helada como el hielo- comenté, una de las consecuencias de estar tanto tiempo bajo el mar con esas cosas.

- ¡Deja de quejarte Chafa y dinos si sabes por donde se ha ido esa condenada mujer! Enlace ha dicho que no es Duna -con mi brazo libre mientras estoy suspendida por Bastión intento despertarla- Enlace, necesitamos que nos digas que viste ¿Si no es Duna quien es? Y si no es ella está jugando con ella.

- ¿Observador hay alguna forma de conectarse a Duna de alguna manera estable? ya estamos dentro, podría haber alguna posibilidad. ¿no? -pregunto- otros equipos no han llegado hasta aquí dentro antes, de repente tengamos alguna posibilidad, aunque sea mínima. Mientras el resto podemos seguir a aquella mujer que se ha infiltrado aquí.

Todavía sobre Bastión Enlace escuchó las palabras de la despampanante mujer llamada Icantia. En medio de tanta desorganización, esa mujer intentaba tomar las riendas y evitar que la misión se fuera al garete. La joven , asintió con cierto asombro a las ordenes de su compañera.

- Bueno..- comenzó con ciertos titubeos:-... contacté telepáticamente con lo que creo que  era Duna y, sus ultimas palabras antes de que eso apareciese...- señaló a aquel metálico ser que los perseguía:-.... era que algo o alguien le obligaba hacer esto, que no podía evitarlo.-

Se secó las lagrimas tras su antifaz y, aunque seguía sintiendo algo de pánico, Enlace ensombreció su rostro y murmuró:  -Qui..quizás pueda sondear si hay alguien mas en la base..pero nunca lo he hecho...-

El grupo se despliega apresuradamente al entrar en el laboratorio, pero no parece haber rastro de la persona a la que seguíais. Bueno, algunos no perseguíais a nadie, simplemente huíais. Pero aquí no hay nadie, ¿acaso ha ido por otro camino? ¿Os habéis equivocado? ¿Se trata de una trampa?

Enlace, sin embargo, percibe un pequeño sonido, como una respiración agitada. Proviene de una taquilla medio tumbada y apoyada sobre otra que está destrozada y doblada, contra la pared. Incluso nota un pequeño crujido al asentarse.

Hay alguien ahí dentro.

O algo.

Una vez en la sala, baja al suelo con mucho cuidado tanto a Enlace como a Icantia, apartando la mirada de las dos chicas antes de dirigirse hacia la puerta para vigilar. No estaba seguro de haber dejado atrás a la criatura de metal o de que no fuera a seguirlos, así que estaría atento por si la veía de nuevo intentar frenarlas mientras los demás buscaban al supuesto intruso al que nadie parecía capaz de ver.

- Humm, humm - Murmuraba bajo el bigote, claramente turbado. Si no llevara el casco verían que aún estaba colorado como un tomate por haber estado en contacto con sus dos compañeras.

- ¿Duna está siendo controlada, dices? - Preguntó desde la entrada del labo - Me pregunto si la estarán controlando mental o mecánicamente, con eso de que es medio máquina medio humana... - Se mesó el poblado bigote pelirrojo, pensativo - Hazlo, Enlace, intenta localizar a quién está detrás de todo esto. Si crees que puedes, adelante. Confío en ti. - La animó, paternalista, asintiendo a cada palabra que decía para darle énfasis a su apoyo. 

Aquella extraña sensación de que algo se ocultaba ante ellos, consiguió que la joven tragase saliva y se mantuviese asustada. A punto estuvo de señalar con el dedo en la dirección en la que había oído aquella respiración, cuando Bastión la dejó en el suelo y rompía el extraño silencio que reinaba en aquella estancia.

Inmediatamente, Enlace clavó su suplicante mirada  sobre el enorme personaje y  señaló a la taquilla.

-* Ahí hay algo o alguien*- susurró entre dientes,que incluso dudó de que la hubiesen oído. Meneó su cabeza en un intento de recobrar la compostura y llevó sus manos a la sien, para concentrar su poder...

Asintió, confiando en las palabras de la menuda muchacha. Si decía que había alguien en esa taquilla derribada, había alguien. No le había precisado, sin embargo, si sería amigo o enemigo, así que todas las precauciones serían pocas a la hora de aproximarse. Podría tratarse de alguno de los hombres de equipos anteriores que hubiera quedado atrapado. O el causante de todo aquel caos. Fuera como fuera, iban a averiguarlo.

Sopesó sus opciones durante un instante y finalmente acabó decidiéndose por el acercamiento directo. Les hizo gestos a Observador y Chafakra para que le cubrieran mientras avanzaba con paso firme hacia la taquilla. Agarró la manilla de la puerta con una mano, sujetó la taquilla con la otra, afianzó los pies en el suelo y tiró con toda su fuerza con la intención de arrancarla de cuajo. 

Chafakra chutó un cascote caído y soltó un mamporrazo a una plancha metálcia de la pared.

- ¡Dónde esta la gente me cago en la hostia ya!- exclamó, frustrado.- ¡Y si hay alguien en la puta taquilla que salga de una puta vez, joder!- gritó, al tiempo que Bastión abría la puerta.

Detectas tres mentes pensantes en las instalaciones, además de las vuestras. Una de ellas es la mente difusa y difícil de explicar de Duna, expandida por todas partes.

Otra, en cambio, entra dentro de los parámetros de la normalidad. Es una mente ciertamente inteligente, y decidida, pero te transmite miedo en estos momentos. Y está cerca, muy cerca.

Hay una tercera mente, inteligente también, cuya situación no logran ubicar. Esa mente es fría, serena, sin temor. De hecho, es a ti a quien causa cierto desasosiego detectarla.

Siguió por los pasillos junto con los demás hasta que se detuvieron, esta base o lo que mierda fuera seguía confundiéndolos, jugando con sus mentes perdiéndoles en el laberinto. Se detuvo contra una pared apoyando la espalda allí y mirando en su antebrazo la computadora.

Escribió un mensaje que esperaba llegara al deslizador y este enviara el mensaje hasta una de la terminales a las que Doc podría acceder pidiendo si había una base de datos de esta estructura, algo tenía que tener. *Necesito tu ayuda, un plano de estas instalaciones con urgencia*

Escucho luego el susurro de Enlace, la mano se aferró al grip del arma –Atentos, necesitamos llegar al centro de este lugar y conseguir apagar o matar a este androide o lo que se -

Bastión arranca la portezuela de la taquilla con la facilidad con que se arranca el pétalo de una margarita, haciendo volar la plancha de aluminio por la sala destrozada. En el interior de la taquilla, acurrucada y llorando, una mujer vestida con una bata blanca chilla de terror al verse descubierta. La mujer entra en un estado de histeria, encogiéndose sobre sí misma, cubriéndose la cara con los brazos.

¡¡Noooooo, no me matéiiiiiis!!

Sin querer salir de la taquilla, que le ofrece una ilusoria protección, comienza a patalear ante la presencia cercana del enorme bastión y la actitud agresiva de Chafakra, chillando sin parar mientras su rostro se llena de lágrimas.

Se mantuvo en silencio, cuando las palabras o gritos de la mujer que se encontraba oculta en la taquilla llegaron como un estruendo a los oídos. Miro a Chafakra por unos segundos, en un intento de decirle que se relajara, era casi una broma hacerlo cuando una alimara metálica nos estaba dando caza.

-Aquí observador, encontramos el paquete, listos para extracción – Dijo llevándose una mano a la cien como si estuviera hablando por radio con la superficie, Esperaba que el resto se avispara para que la mujer se tranquilizara. -Señora, debe recobrar la calma- dijo cual sentencia –Estamos aquí para protegerle – termino por decir.

-Es necesario que recobre la compostura y esté dispuesta a cooperar, debemos salir de aquí cuanto antes- Si esta se calmaba procedería con las preguntas.

-.-.-.-

-Podría identificarse y decir su cargo en este lugar-

-Que sucedió, con este lugar y donde se encuentra el centro de mando- entre otras cosas.

La mujer, al oír hablar de extracción, deja de gritar. Sigue temblando, y lloriquea sin parar, extremadamente nerviosa, pero parece que ha dejado de temeros a vosotros. De hecho, posiblemente esté valorando si realmente sois su única esperanza de escapar de este horror.

Y-yo... Doc-tora Mateo... A-ayudante de labor-ratorio del d-doctor Roldán... Trueno.

Trueno, el famoso líder de Iberia Inc, científico dos veces ganador del premio Nobel. La mujer se arranca una acreditación de la bata y os la muestra, confirmando su identidad.

I-Iberia... Hab-bían salido a una misión... Y e-entonces, Duna se v-volvió loca. Abrió l-las puertas a una m-mujer, c-con un cráneo dorado en la cara, y... Dios, los mató a todos... -La mujer se echa a llorar irremediablemente, durante unos minutos, hasta que recuerda la última pregunta de Observador- T-todos estos corredores e-están conectados con la sala p-principal. Y los conductos d-del aire que tenemos encima... Por favor, sáquenme de aquí...

En cuando la histérica doctora quedó al descubierto, Bastión bajó todas sus defensas. Si había algo que le destrozara el ánimo era la gente desprotegida o desconsolada. Se apartó unos pasos dejándole espacio, consciente de que su voluminosa figura le podría transmitir muchas cosas menos consuelo o seguridad. O quizá si, no lo sabía.

- Humm... Perdone las formas tan bruscas, doctora Mateo. Soy consciente de que mi gran volumen puede resultar... Intimidatorio cuanto menos. Lo lamento, de veras, no quería asustarla - Se disculpó con voz profunda, asintiendo - Como ha dicho mi compañero, estamos aquí para protegerla. Mientras se encuentre con nosotros nadie le hará daño. - Pensó en Toraño y agradeció el estar usando un casco para esconder su rostro o la mujer hubiera visto como se le ensombrecía el gesto. - Se lo juro.

No pudo evitar echar un vistazo sobre su hombro a la puerta del laboratorio. Era cuestión de tiempo que la criatura metálica fuera por ellos, así que necesitaban moverse cuanto antes. 

- Tenemos que acceder a la sala de control para poner fin a esta locura, doctora Mateo. - Le tendió la mano para ayudarle a levantarse - Y vamos a necesitar su ayuda para llegar a ella. ¿Se siente capacitada? - Inquirió con tono paternal.

La doctora trata de recuperar el control, a duras penas. Se seca las lágrimas del rostro mientras se fija en el gigante que la habla con tono carismático, una voz profunda que se esconde tras un casco y un poblado mostacho, pero que tiene un algo, una firmeza propia de los verdaderos héroes. Y ella los conoce bien, han sido años trabajando codo con codo con Trueno, y con el resto de Iberia Inc.

Asiente ante el juramento de Bastión, y le tiende su mano para que este la ayude a ponerse en pie. Sin embargo, cuando le pide ayuda para alcanzar la sala de control, parece a punto de derrumbarse.

P-pero... É-el dijo q-que me ib-ban a s-sacar... -Susurra señalando al desconocido del casco, parentemente a punto de derrumbarse, pero entonces vuelve a mirar a Bastión y se ve cómo trata de luchar por recuperar las fuerzas. Demasiado tiempo pasando miedo- E-está bien, p-puedo hacerlo... P-pero... No hay s-sala de control. Todo es controlado por Duna, ella es la b-base. Está en todas partes, en las p-paredes, en los cables, en el suelo... Ella ES la base. Puede que Drac de Ferro supiera la forma de anularla, la tecnología de metal líquido es suya, p-pero yo... -De repente, alza la mirada con más fuerza, acercándose a Bastión y tomando su mano- Hay que detenerla a ella, a esa mujer. Ella controla a Duna, de alguna manera. Debe de estar en la cúpula principal, buscaba algo en las bases de datos de nuestros servidores...

Chafakra resopla al ver que es una civil histérica.

- A ver señora, joder- se queja, en un tono mucho menos agresivo pero bastante borde.- Si hay que salir saldremos cuando el maldito edificio no quiera matarnos. Ya solo faltaba que se nos pusiera a hablar de tartas...