Partida Rol por web

Donde tus Ojos no Ven

2. Raven.

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17/05/2011, 09:08
Aristeo

La noticia había corrido por las tierras aledañas a Cabeza de Dragón más deprisa incluso que lo que habías tardado tú en empacar tus pertenencias y viajar hasta allí. Aristeo, el famoso Buscador, había llegado a la ciudad y estaba buscando discípulos para transmitir sus conocimientos y continuar su legado. Tras pensarlo durante un parpadeo del rey decidiste acudir a la llamada. ¿Qué mejor forma de ayudar a la gente que descubrir el pasado? ¿Qué mejor manera de indagar sobre los misterios del tuyo?

Aristeo se había alojado en El Viajero Mimado, una lujosa posada frecuentada por los altos dignatarios de tierras distantes cuando estaban de paso por la ciudad. Al parecer, a los Buscadores no les iba nada mal.

Estuviste esperando durante más de una hora a que te llegara el turno. No escaseaban los candidatos al puesto, y Aristeo se vería obligado a elegir a un puñado de elegidos. Por la palidez del rostro con la que salían de la entrevista algunos candidatos supiste que necesitarías de toda tu elocuencia si querías salirte con la tuya.

Aristeo resultó ser un anciano de cuerpo enjuto y piel arrugada y manchada por la edad. Cuando entraste, te clavó una mirada azul chispeante, cargada de alarma. Por la forma en la que te miró supiste que Aristeo había reconocido lo que eras nada más verte. Tan hipnótica y férrea era aquella mirada que tardaste un instante en darte cuenta que había un joven junto a él, observando la escena con cierto temor reverencial. Frente a Aristeo había un pergamino extendido, y una pluma flotando en el aire, como si estuviese esperando.

Siéntate. ¿Quién eres y qué haces aquí? —preguntó con brusquedad, y la pluma se puso en movimiento para plasmar sus palabras en el papel.

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17/05/2011, 15:08
Ivalice
Sólo para el director

Ivalice no estaba acostumbrada a una ciudad tan "grande" como Cabeza de Dragón, o al menos grande en comparación con Nenth, había demasiada gente por la calle para su gusto pero era algo que simplemente tendría que sobrellevar.

Si bien era cierto que las miradas fugaces de curiosa admiración y desconcertada inquietud que le dirigían los que se cruzaban con ella (y que se apartaban ligera e involuntariamente debido a esa sensación escalofriante que les asaltaba si se acercaban demasiado) no cambiaban. La Thaele estaba acostumbrada a dicho fenómeno, puede que aquellas personas no supieran de qué se trataba, incluso puede que lo achacasen a la presencia de un ser "sobrenatural", pero ella sabía muy bien cual era la verdadera razón y no era tan sobrenatural, o al menos no en el sentido divino de la palabra.

El camino había sido largo pero por fin había llegado a la maldita posada que ya se erguía a unos pasos. Cruzó por delante del último par de viandantes y le dirigió una tenue sonrisa a una chiquilla que la observaba fascinada y asustadiza por igual escondida tras la seguridad de las faldas de uno de ellos que a todas luces era su madre, como quien ve una cobra pero es incapaz de dejar de observar el bello dibujo de sus escamas.

Luego entró.

Una vez en el interior del local, un par de docenas de ojos le dirigieron más miradas fugaces y alcanzó a oir algún que otro cuchicheo o exclamación de sorpresa apagada mientras cruzaba la puerta, por supuesto tampoco la molestó, era también algo habitual. Buscó el lugar más despejado posible, terminando por hallarlo en una mesa pegada a una solitaria esquina junto a la ventana por la que se colaban los rayos del sol dejando entrever un millar de partículas de polvo flotantes entre ellos. Se sentó con un agradecido suspiro de alivio.

Con toda seguridad, más de la mitad de los parroquianos estaban allí por el mismo motivo que ella, de hecho, no tardó en localizar la puerta por el que el lento pero incesante goteo de gente entraba y salía. Simplemente esperó.
 


Finalmente, tras una hora le llegó el turno, nada más entrar a la habitación en la que se encontraba Aristeo dedicó unos breves segundos a estudiarlo con la mirada para quedarse con sus rasgos. Por supuesto no pudo evitar posarla también sobre la pluma, no todos loa días podían verse objetos mágicos y éstos siempre llamaban la atención de la gente por sus extrañas cualidades, recordaba que Cassivir tenía una parecida solo que en lugar de un elegante ástil de pluma de cisne, era de un común y modesto ástil de pluma de cuervo.

¡Oh, maldita sea! ¿Otra vez dejando volar los pensamientos hacia quien no debía? sacudió ligeramente la cabeza, tenía que centrarse en el asunto que tenía entre manos, en nada más.

Aceptó la invitación del humano... más por cortesía que por otra cosa puesto que implicaba sentarse a una distancia que para su gusto era demasiado cercana ya que únicamente se encontraban separados por una mesa pero apartó ligeramente la capa a un lado para poder tomar asiento y lo hizo sin dudar.

Aristeo fue directo con la pregunta y la Thaele respondió con voz suave.

Mi nombre es Ivalice Raleigh—dijo "y estoy aquí, por lo mismo que los demás, aunque eso ya lo sabe" añadió mentalmente en un retazo entre irónico y jocoso para sus adentros mas no esbozó mueca alguna que perturbara su expresión—Podría decirse que yo también busco. Busco conocimiento que sólo se encuentra en el pasado y en lo que nos rodea, busco ayudar a otras personas descubriéndo el suyo, pero como todo el mundo, hay cientos de cosas que desconozco.

Ladeó ligeramente la cabeza como concluyendo la breve respuesta. No había apartado los ojos de él pero su mirada, aunque penetrante (simplemente por la forma de sus ojos) no resultaba hostil.

Escuché en Nenth que está buscando aprendices, por eso estoy aquí.

La ironía de "un buscador buscando" no se le escapaba aunque por su puesto no diría nada al respecto.

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17/05/2011, 18:48
Aristeo

Aristeo meditó sobre tus palabras un momento, como si hubieras dicho una verdad muy profunda.

Siempre ha habido hechos que se ocultan a la mayoría, pero hay otros que se ofrecen a la vista de todos, a nuestro alrededor, pero que nadie alcanza a entender —dijo Aristeo—. Pero me temo que "todo el mundo" viaja por el mismo y estrecho sendero rodeado de las sombras de ignorancia.

Hizo un gesto elocuente con la mano.

Pero tú no eres así, ¿verdad? No tienes miedo de mirar a esa enloquecedora oscuridad. Pero el problema de buscar respuestas es que necesitan preguntas. ¿Y cuál es la pregunta que te ha llevado aquí, Ivalice Raleigh?

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17/05/2011, 19:05
Ivalice
Sólo para el director

 

Ivalice levantó ligeramente las cejas un instante, sonriendo levemente como si no fuera la primer avez que oyera eso.

¿Qué desconocemos de ese pasado? ¿Qué les ha llevado hasta aquí? ¿Y a mí?—respondió—todos buscamos algo, esas son preguntas tan buenas como como cualquier otra. Es más, estoy segura de que mucha gente se las hace, solo que no todas las personas les dan la misma importancia. Tal vez porque no quieran, tal vez porque no puedan o tal vez porque generen otras cien mientras se buscan.

Se encogió ligeramentde hombros, su expresión volvía a ser serena como antes.

Los que son como yo tenemos una estrecha relación con los misterios, supongo que es eso lo que me hace darles tanta importancia, sea una la pregunta o sean cien.

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17/05/2011, 19:40
Aristeo

Tu fe en los demás es alentadora —respondió Aristeo—, pero en mi experiencia lo que ocurre es que la gente a veces no cree la verdad cuando la ve. Y otras veces, simplemente, no quiere verla. La gente cree lo que quiere creer, o lo que teme que sea cierto. Y nada de esto tiene que ver con la verdad.

El Buscador hizo una pausa, mientras la pluma terminaba de garrapatear la conversación en el papiro.

¿Y qué piensas que alguien como tú puede ofrecer a alguien como yo?

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17/05/2011, 20:26
Ivalice
Sólo para el director

 

"Dígamelo a mí... ".

Ivalice se quedó en silencio un par de segundos, no parecía que estuviera pensando la respuesta, de hecho la tenía muy clara, más bien era como si andubiese repitiendo las palabras del hombre mentalmente o que simplemente no tuviera prisa en contestar, no era una persona impulsiva a fin de cuentas. Finalmente se movió un poco cambiando el codo en el que se apoyaba en uno de los posabrazos de la silla y su armadura emitió un suave tintineo metálico.

Las respuestas a esas preguntas—contestó con sinceridad en lugar de con arrogancia—o lo que es lo mismo, total y absoluta dedicación hasta que sea capaz de encontrarlas.

Lo había dicho de tal manera que parecía que solamente fuera a dedicarse a eso sin hacer otra cosa. Puede que pareciese algo exagerado dado que la gente suele tener asuntos que atender; un trabajo, una familia, unos hobbyes... decir que algiuen únicamente va a dedicarse a una cosa tal vez fuera sinónimo de sobreesfuerzo para la mayoría de los humanos pero Ivalice lo decía en serio. A fin de cuentas, los Thaele dedicaban su vida a buscar respuestas, a casi nada más.

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17/05/2011, 20:52
Seldrin

Aristeo se volvió hacia el joven que había permanecido en silencio todo este tiempo.

Seldrin, ¿qué opinas tú?

El aludido suspiró profundamente mientras negaba con la cabeza.

Si me dieran un escudo de oro cada vez que oigo respuestas como las suyas ahora sería el avatar de Haelarr en Umbrara —resopló—. No son más que circunloquios y frases manidas, acompañadas por promesas y buenas palabras que se quedarán en nada. No es una Buscadora.

- Tiradas (1)
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17/05/2011, 20:59
Aristeo

Estoy de acuerdo con él —admitió Aristeo—. Lo siento.

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17/05/2011, 21:14
Ivalice
Sólo para el director

 

Ivalice se quedó en la misma postura, si bien cambió la mirada del anciano al jovenzuelo como quien sigue con la vista una perezosa nube que flota en el horizonte.

¿Y cuántas de esas personas han acompañado las frases con hechos antes de quedarse en nada?—preguntó con el mismo timbre aterciopelado—¿qué diferencia a un buscador de verdad de un que no lo es si ambos pueden imitar las palabras del otro?

¿Los hechos precisamente? ¿El continuar buscando una respuesta tras encontrarse con un aparente callejón sin salida? ¿Ambas cosas?

Lo más curioso de todo es que el timbre sarcástico resultaba totalmente ausente, eso, y que el rostro de la Thaele permanecía igual.

Un buscador y un falso buscador pueden empezar con las mismas palabras. Lo que diferencia a uno del otro por tanto no es eso, es que el primero las cumple, el segundo se queda por el camino a la primera dificultad—levantó ligeramente una mano, encogiendo ese hombro para señalar con el pulgar la puerta pro la que había entrado—¿por tanto un modo de tratar de diferenciarlos puede ser la velocidad con la que unos se resignan al fracaso y otros no?

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17/05/2011, 21:51
Aristeo

Aristeo soltó una risa cascada.

Te ha cogido —señaló el anciano.

El rostro del joven se iluminó con una sonrisa y comentó: —Qué puedo decir: es buena.

El Buscador volvió a mirarte.

En el camino del Buscador no faltan quienes no creen en ti o en tus descubrimientos. Pero la verdad es la verdad, crean en ella todos, pocos o ninguno —asintió con solemnidad—. ¿Cuándo podrías estar lista para partir?

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17/05/2011, 22:07
Ivalice
Sólo para el director

 

Ivalice bajó el brazo, había una sonrisa muy tenue ribeteando el rostro de la Thaele, más a modo de gesto amable que porque le hubiera hecho tanta gracia la jugada como parecía haberle hecho a Aristeo. En el fondo pensó que aquello era buena señal, alguien que se tomase en serio sus metas no se asociaría con alguien que no lo hiciese.

O ella por lo menos, no.

Para cuando haga falta—contestó—acabo de llegar a Cabeza de Dragón desde Nenth pero la noche siempre estará ahí para descansar.