Partida Rol por web

Raymond sale junto con Alejandro a ver qué ha pasado con las chicas. Entonces se encuentran conque ellas han subido por la escalerilla. Primero no entienden por qué pero pronto descubren la razón:

En medio del caminito de piedra, entre el fango que se halla a derecha e izquierda, entre veinte y treinta pares de manos se encuentran tambaleándose en la búsqueda de agarrar a alguien. Esas manos son realmente pálidas, sus dedos son delgados, largos y terminan en garras.

No cabe duda de que las chicas se sintieron más seguras saliendo de allí. El espectáculo es grotesco, este castillo guarda demasiadas trampas...

Intenté correr al ver a las chicas arriba, pero aun me sentía mareado con aquel mordisco y sin querer terminé cayendo con una rodilla en el piso. sentí como las manos intentaban agarrarme por los pies y sin duda hubiese querido escapar, pero las fuerzas flaqueaban... no era mi momento - maldita sea...

Salgo disparado tras Alejandro, y cogiendo carrerilla, comienzo a dar saltos, apoyándome en las manos y en la barandilla con ellos, Alex cae a mis pies, y le esquivo para no parar mi ascenso.

-Que no decaiga compañero, jejeje.

Como un gato, subía sin parar, incluso en algunos momentos, las manos parecía que me ayudasen, hasta que llego arriba, y miro mi trayecto.

-Ya podemos irnos señoritas -me giro- Alex ¿qué haces ahí?, usa la antorcha para que las manos se aparten y sube, que tenemos prisa.

El Doctor Van Helsing ve esas manos e intenta, de todas formas, poder asistir al joven que ha quedado metido en el lodo. Utiliza su mano y, en ella sostiene fuertemente una estaca, en esa forma la longitud se hace un poco mayor.

-Chico sujétate de aquí.

Dice e intenta poder asistirlo. No lo consigue, la estaca se tambalea y casi el propio doctor. Entonces, de tanta concentración otra mano lo tira de los talones. Varias se unen y lo desplazan hacia el sitio de Alejandro.

-Lo siento muchacho...

Dice el doctor realmente enfadado con su suerte.

Al ver las manos agarrando a Alejandro y recordando que yo casi me quedo atrapada decido baja a ayudarlo.

Acerco la antorcha a las manos para que así suelten a Alejandro - Corred.

Anonadada ante el alubion de acontecimientos, me quedo quieta, helada, mientras observo como Darma, tan delicada, tan fragil, tan determinada, se avalanza hacia Alejandro asiendolo por la solapa del abrigo y ayudandolo a zafarse de las garras lodosas para despues escapar del pasillo a toda velocidad.

Una vez arriba de las escaleras, mientras todos recuperan el aliento pregunto al resto:

- Que ha pasado? Que habia tras esa puerta? -

Viendo que nadie hacía nada, decido bajar a ver si consigo sacar a Van de ese agujero.

Llego a agarrarlo de la chaqueta, pero el sudor de mis manos, hace que se me resbale, acto seguido, subo otra vez corriendo entre las manos frías que intentan cogerme.

Por un momento me pensé si ir a buscar a los rezagados, no se perdía demasiado, pero mi conciencia me impidió dejarlos allí, así que decidí intentarlo.

-Van, no te muevas, lo intento una vez mas.

Bajo corriendo, y lo agarro del cogote, dando un fuerte estirón, y comienzo a arrastrarlo hacia arriba.

Con dificultad, consigo arrancarlo de entre las manos que le apresaban, e intentaban agarrarme a mi.

-Continuemos.

Subo desesperado, tal vez con la adrenalina llenandola poca fuerza que me quedaba. Dharma se había arriesgado a salvarme y por primera vez en mucho tiempo creo que estaba agradecido - Gracias...

Me levanté y miré a los otros subiendo - ¿alguien puede explicarme que demonios era eso?

Han salvado a Van Helsing, luego de una serie de intentos y mucho coraje. Es la 1:35 pm y, aproximadamente, a las seis se comienza a ocultar el sol.

-Es hora de volver con Zhiara y el señor Hardee -dice el doctor Helsing -estoy seguro de que a esta altura han finalizado el hechizo.

Se acomoda sus ropas y agrega -Os agradezco mucho haberme salvado, a todos pero especialmente al señor Raymond que ha tenido la suerte de conseguirlo. Brindaría por ello pero ahora el tiempo sigue pasando, y habiendo acabado con todas las consortes no queremos que el Príncipe Oscuro se levante al anochecer sabiendo eso, vamos. Vamos.

Así parten, y van caminando pasillo tras pasillo, guiándose en las enmarañadas redes del Castillo hasta llegar a dónde la gitana y el cowboy se encuentran. Ella está recitando una frase en un idioma desconocido y Roy la espera. Al verlos, los saluda con un gesto propiamente de vaquero, moviendo el ala de su sombrero hacia abajo y luego volviéndola a acomodar donde estaba.

-¿Qué tal compañeros? -pregunta. -La señorita está acabando de romper el hechizo que protege el ala del Castillo en donde se encuentra nuestro rufián. Pronto lo logrará, o eso espero, hace un rato enorme vengo escuchando la misma frase. Estoy por perder la cordura aquí.

Roy sonríe con esa mirada encantadora de que todo estará bien sin importar como.

-Debemos esperar -dice el doctor, pero entonces un resplandor verde aumenta en toda la estancia, para apagarse de golpe en una llamarada azulina que desaparece en las manos de la gitana.

-Tío... lo he logrado...

Dice Zhiara y cae al suelo sin más.

Hago aspavientos para alejar la peste que hay a mi alrededor, mientras me acerco a la chica para recogerla. Les miro con una chispa en mi mirada, y les digo:

-Vamos a matar vampiros, hace rato que no mato ninguno, y ya comienzo a estar nervioso. Por cierto, un chupito de whisky no me vendría mal

Miré a Raymond por un momento; ese tipo tenía algun tornillo zafado. De pequeño seguro lo dejaron caer por las escaleras de un campanario o algo.

Yo estaba aún recobrando los sentidos cuando hablaba el orangután. Estiré mi cuello un poco hacia los lados y cargué las armas - beberás cuando hayamos salido de aquí. Bastante tenemos contigo hablando sobrio - sonreí

Tomé por un momento la mano de Darma y empecé a caminar hacia el ala del castillo mientras decia a los demas - A moverse que el tiempo es oro... sobre todo cuando la noche está muy cerca...

- Venga señores, acabemos con esto cuanto antes - dije con la visible intención de salir de aquel castillo cuanto antes. No me gustaría ser pasto de ninguna de las cosas que ya hemos visto que allí habitan.

Parece que el hechizo que ha realizado la gitana funciono. Lo cual me hace pensar: Si era necesario romper el hechizo de proteccion del conde, porque nos aventuramos como corderos a las catacumbas donde casi acabmos arrastrados al lodo por los muertos?

Ese pensamiento me recuerda:

- Aun no nos habeis dicho que encontrasteis alli abajo - Pregunto a mis compañieros.