Partida Rol por web

Me despierto con un escalofrio recorriendo mi espalda. La humeda y oscura estancia me impide por un momento percibir las dos presencias que me acompañan. Cuando mis ojos se adaptan a la tenue luz, su voz, su limpida e inmortal voz, me obliga a atender a sus palabras ansiosa por cada momento de escuchar la siguiente fonia que surja de su garganta.

Durante su platica no puedo sino asentir, embobada y con una media sonrisa, mientras mi imaginacion vuela libre con imagenes de placeres ocultos infinitos.

Transcurridos unos momentos, mis labios susurran lascivamente en un sensual siseo:

- Ssssssi, mi señor. -

Bajaron por una escalerilla de madera. Helsin tenía unas antorchas para iluminar el camino. Eso era muy bueno puesto que abajo había un corredor muy largo y oscuro.

Lo terrorífico no era eso sino que en las paredes, tanto a derecha como a izquierda, cráneos humanos formaban parte de la materia que las constituía. La muerte reinaba en ese pasillo...

No cabía duda de que habían encontrado el refugio del Conde.

-Es momento del plan...- dijo el Doctor Helsing. -Las cruces con fé serán un escudo, y cada uno de vosotros tiene una... pero Drácula se mueve rápido. Tiene esa velocidad de un vampiro antiguo... si vamos a adentrarnos aquí, en su escondrijo sin una manera de actuar ya estamos muertos.

Helsing hizo una breve pausa y pronto agregó: -Recordad, si ha convertido a las chicas y ellas aun no se han alimentado hay esperanza. No puede convertir a Susanna tan rápido, necesita al menos dos días, tres en total... pero si las muerde ya influye en ellas. De todos modos, siempre que matemos al Conde, las chicas volverán a ser humanas...

Con la estaca en la diestra, y la cruz en la siniestra,  emprendo el camino.

bajando las escaleras, dudo de mi fe, y decido dar un traguito a la botella mientras pienso:

sangre de cristo, que nunca te he visto, y ahora que te veo, te pego un meneo.

mmmm, este licor seguro que es algo divino...

Estaca en mano y cruz al cuello continué el camino hacia la guarida del conde. Estaba muerta de miedo pero no iba a admitirlo. Susanna debía ser rescatada.

Por dentro seguía rezando un padrenuestro tras otro.

El conde influye tan bien en la joven que ella nada puede hacer para evitar el encuentro. La abraza, con su capa rodeándola y entonces acerca su boca al cuello de Susanna. Antes de que la joven tenga una segundo oportunidad, Drácula hinca sus dientes sobre esa área.

Susanna no siente dolor, al contrario, parece el beso del mejor de los amantes. Se siente eufórica, dichosa de haber sido elegida.

La sangre comienza a abandonarla pero ella no está aun débil. Una sonrisa triunfal asoma a sus ojos, piensa que los que quieren matar a su amado conde deberían morir...

Llegaron a un recodo. Había dos puertas de madera en dicho sitio. Roy hizo la señal de que hagan silencio. Oyeron unos suspiros femeninos tras la izquierda.

Van Helsing señaló con sus ojos del sonido. La puerta estaba cerrada pero nadie podía saber si con candado o no, lo que sí podían adivinar es que allí había una chica, aparentemente gozando...

O quizás no.

Los sonidos placenteros, hacen que una sonrisa asome en mis labios...

-¿entramos o esperamos a que terminen?, si es necesario, yo me uno...

Debemos entrar, por si acaso - respondí rapidamente a Raymond como si fuera algo evidente.

Raymond abre la puerta desde donde escucha el sonido de suspiros y quejidos placenteros. Cuando lo hace ve que ha sido inoportuno.

Abrazada entre su capa roja y negra, el Conde está hincando sus filosos dientes sobre el cuello de la señorita Chandler. A Van Helsing lo que le llama la atención es la joven de capa roja, que yace en un rincón del cuarto y se trata de su pobre sobrina.

Helsing se tapa la boca, intentando no alertar al Conde. Es que sumido en su bella víctima, aparentemente no se ha dado cuenta de los hombres y tampoco de Darma.

O eso parece...

Consigo entrar sin que el Conde me vea, pero, ¿verá al inútil de Raymond? o quizá la respiración agitada de Van Helsing tras ver a su sobrina ya le ha alertado.

Debo concentrarme en encontrar la manera de matarlo para no acabar como Susanna y la gitana.

Entro en la habitación, y al ver la escena, me quedo anonadado, y se me cae la botella al suelo, causando un poco de ruido...

Yo quiero....

La escena, mas que dantesca, parecía dibujada por la misma Elizabeth Bathory. Intenté mantener el silencio, y si hubiese sido por Darma y por mí nadie habría notado nuestra presencia, pero el imbecil de Raymond dejó caer su botella. Como un reflejo simplemente tomé el arma de mi bolsilo y la mantuve guardada, aun sin moverla; tal vez el conde solo se percate de él y tengamos nosotros tiempo de atacar...

Roy también ingresó con el suficiente silencio en sus pasos para no ser notado por el Conde. Hizo un gesto de silencio, apoyando el índice entre sus labios.

Parecía que Drácula estaba anonadado con la sangre de la joven Susanna. No se había movido, al menos de momento. 

Drácula estaba bebiendo del cuello de Susanna muy extasiado. Ven que los ojos de la joven se fijan en ellos, ella los ha visto pero no puede moverse, no le es posible escapar del poder del Conde. Todos entran con sigilo, excepto Van Helsing que está haciendo algo afuera del cuarto.

Entonces es que Raymond tiene la mala pata de hacer un ruido, al pisar una piedra que estaba medio suelta y que formaba parte el oscuro suelo.

El Conde se da vuelta. En sus ojos se ve toda la furia. Deja caer a la chica, que se va hacia atrás y cae junto a Zhiara. Susanna está muy débil para hacer nada, pero al menos recupera el poder de la palabra.

-Esta vez no perdonaré vuestras pobres y patéticas vidas, incluso ahora que me habéis traido a mi otro premio- dice el vampiro mirando a la joven Darma.

Todos tenéis las cruces pero la fe será necesaria. La pregunta es si tienen suficiente.

Estaba seguro de aque aquel cacho de madera no iba a protegerme. Igualmente se lo mostré a Drácula...

Me aferré a la cruz como el señor Helsing nos dijera, ¿pero que iba a hacer un objeto inanimado contra el conde? Tenía que pensar en una mejor manera de librarme de la que me esperaba.

Tomé la cruz con fuerza sobre mi cuello. Cerré los ojos por un momento e hice lo que no había hecho tal vez nunca en mi vida, confié en la fe. Saqué la pistola mientras corría hacia Darma, la abracé mientras apuntaba al pecho del conde - Vete al infierno bestia!

Roy también pudo resistir el poder del Conde y levantar la cruz, junto con Alejandro. Ni Darma ni Raymond habían tenido la posibilidad de hacerlo.

-Chico, como dirían en Texas, ningún potro es indomable si sabes cómo montarlo.

El conde retrocede, mostrando los dientes como un perro rabioso y, al hacerlo, deja a Susanna intentar recuperarse de su influencia.

Van Helsing aun no ha entrado en el cuarto.

Mientras Alejandro clava uno de sus virotes en el estómago del vampiro y Roy le pega un tiro en una pierna. Algo de sangre comienza a brotar: oscura y espesa. El no muerto está teniendo más problemas con el grupo que los que pensaba tener.