Partida Rol por web

Gabby dibujó una sonrisilla traviesa.

—No me conoces todavía si piensas que me voy a limitar a explicarle sólo eso.

Después de terminar su pequeña charla con Lynn y llenárse el estómago con el sencillo pero sabroso estofado nocturno, Dreren vio que Gabrielle se dirigía a él antes de irse a dormir.

Gabby se acercó a Dreren cuando comprobó que ya había terminado de hablar. Llevaba una sonrisa simpática en los labios.

—¡Hola! ¿Puedo hablar contigo un momento?

 El mago del círculo entornó su mirada con un gesto casi inexpresivo que irradiaba una amargura mezclada con un odio trascendental, uno que sin duda trascendía aquella realidad y no era motivado por nada de lo que se mostraba ahora mismo ante sus ojos. Uno de ellos ligeramente oculto por su cabello despeinado. En pocas ocasiones podía encontrarse a Dreren sin la capucha de la túnica. Los tatuajes resalzan un espíritu marcado a fuego, conserva subyacente el dolor que ha sufrido, quizás en el proceso de esas místicas y brillantes líneas de lirio.

 Mirada penetrante y silencio. Clavada en los ojos de Gabrielle con aspereza pero profundidad. Traspasando su carcasa mortal.

 - Adelante.

 entonó sin susurrar pero con un tono cuidado mientras se ponía en pie.

 - Te escucho.

 Dijo prestandose por completo a lo que tuviese que aportar...como hacían muchos maestros en el círculo, como hacían justo antes de explicar que la opinión de un aprendiz es justamente eso, una opinión desligada de la experiencia y muchas veces un insulto a los que tienen la ilusión del control.

La gravedad y aspereza de Dreren hubieran impresionado a la Gabby de hace unos días. Aquella niñita tonta hubiera tragado saliva y hubiera retrocedido ante la expresión sombría del mago marcado por el lirio, encontrando cualquier excusa para darse la vuelta y hablar en otro momento. En cambio, la Gabby que se encontró Dreren estaba mucho más tranquila que la que había estado a punto de vomitar de nervios cuando los qunaris habían depositado en ella todo el peso de la situación. Era como si estuviera en paz consigo misma.

Amplió su sonrisa.

—Siéntate, siéntate —le dijo, mientras ella hacía lo propio—. ¿Estás bien? Te veo muy serio.

 Accedí a sentarme sin gesto alguno aludiendo a su petición salvo el hecho de que había recuperado mi posición. Ya sentado y sin movimiento alguno, rígido, tal vez por acción del lirio que se podía suponer a lo largo de todo mi cuerpo seguí observandola como se otea a través de la espesura a un animal honorable, a un ciervo o una presa. Sin olvidar su fuerza, sus sentidos agudos, cierta inocencia...

 Fingimiento de un tono dulce entre una afabilidad impropia, la voz de Dreren era liviana, ingrávida, natural, despreocupada:

 - Sólo pensativo. Descuida. - Más una advertencia que una explicación - Me alegra ver que te encuentras mejor. - estaba más entera, y sin embargo, la seriedad de Dreren tintaba sus palabras de algo diferente a la alegría por la madurez de alguien...era juegos de una niña, juegos que acabarían en cuanto fuese consciente de lo que les deparaba, nada parecido a un paseo tan "agradable" como aquel.

 Puede incluso que mis actos la conduzcan a lo desagradable...

 - ¿Va todo bien?

 Podría decirse que se interesó, pero seguía con aquel gesto como si en su mente se evocasen cosas muy diferentes a lo que centraba aquella conversación.

—Sí, estoy mucho más tranquila ahora, gracias por preguntar —respondió Gabby con calidez—. He estado hablando antes con Nolan. No sabía qué iban a hacer una vez hubieran llegado a Lothering, así que les invité a que continuaran con nosotros por  el Camino Imperial.

Gabby se rascó la nuca en un gesto dubitativo. Estaba mucho más tranquila y segura de si misma que hacía unas horas, pero seguía esforzándose porque todo el mundo estuviera a gusto y contento, y deseaba que Dreren no la regañara.

—E-espero que no te moleste la idea. Balaena y él parecen buena gente, y nos podría venir bien tener amigos en el camino.

 - Es sensato buscar compañía en un viaje como este. - no sonaría como un halago, se trataba de una regla, de un fragmento de letras leídas en un libro o pergamino perdido en una biblioteca, quizás de algunos de los libros que Gabrielle maltrataba con sus juegos y equivocaciones infantiles.

 Asintió con tranquilidad.

 - Si la información de los qunari es cierta - no tenían porque mentir - la última vez que la vieron - no dijo su nombre y menos su nuevo título, le costaba pensar en ella como una apóstata o algo peor... - se encontraba en Lothering.

 Mientras continue sola y si no tiene dinero es probable que siga por el camino imperial hasta Denerim.

 era una chica inteligente, o suspicaz almenos, esperaba que entendiese por sí misma que se había precipitado, que quizás la "fugitiva" no atendiese a una lógica determinada, que muchas eventualidades podían cruzarse en su camino y hacerla recorrer otro camino, otro que no llevaba a Denerim. Sin embargo, no se lo explicaría, tampoco trataría de darle una lección de como no debe actuar impulsivamente.

 Estaba a favor de tener compañía.

 - ¿También él? - Espetó susurrante llevando a enfocar su mirada en Sion. No había mencionado a aquel tipo tan extraño. Dreren no confiaba en él o eso decía su mirada.

Gabby se quedó pensativa.

—Irving piensa que podría desviarse a alguno de los pueblos portuarios de la zona, como Amaranthine —dijo Gabby—. ¿Tú tienes alguna idea de por qué querría cruzar el mar? Aparte para... quiero decir, si sabes que tenga familia o amigos, o un hogar al que regresar.

La joven maga siguió la mirada de Dreren.

—¿Sion? Pues no lo sé. No se lo he preguntado —parpadeó—. Parece tan... severo.

Aunque claro, no es que tú seas la alegría de la huerta —pensó Gabby para sí, escapándosele una sonrisilla tonta que trató de disimular rápidamente mordiéndose el labio.

Ben pareció calmarse un poco, o al menos todo lo calmado que podía parecer un fantasma que acababa de enterarse de que lo era.

—N-No sé lo que son—confesó—. Pero quieren devorarme, o despedazarme o... ¡Nada bueno!

Tragó saliva.

—Tú... tienes mi anillo, ¿verdad?—titubeó—. No sé cómo pero lo sé, lo tienes. ¡No te desprendas de él, por favor! creo que es el único vínculo que me queda.

Tragó saliva.

—Si te deshaces de él, ese vínculo se romperá y estaré definitivamente perdido entre toda esta oscuridad, ¡me terminarán atrapando!—añadió desesperado—. No sé por qué estoy aquí. ¡Si realmente estoy muerto debería poder descansar! Pero esas cosas no me dejan "cruzar"... No sé cómo pero tiene que haber un modo de que puedas ayudarme, amigo, s-sé que te parecerá un disparate pero... ¡por favor, prométemelo! Algo extraño está ocurriendo... eres el único que puede averiguarlo y encontrar la solución ahora.

Sentiste de pronto algo extraño... una especie de sensación ominosa, un sudor frío en la espalda sin venir a cuento, antinatural y amenazante. Bennard sufrió un respingo de pánico y trastabilló hacia atrás.

—¡NO, NO, OTRA VEZ NO!—exclamó aterrorizado—. ¡Ya vienen! ¡Socorro!

Era una sensación tan opresiva que casi parecía palpable. Tenías la impresión de que una mano invisible te quisiera asfixiar; te giraste a ambos lados, en tu cabeza habían saltado todas las alarmas de amenaza de una forma que ni tú mismo podías entender, ¡allí no había nada!

 O... ¿había algo?

Oscuridad y más oscuridad. Bennard salió corriendo como si huyera de los mordiscos de un Archidemonio y entonces creíste ver que el aire se ondulaba cerca de él, como si de las ondas en la superficie del agua se tratase. Sentiste un aguijonazo en el brazo, justo al mismo tiempo que te parecía escuchar un gruñido ominoso procedente de la misma nada. De donde no había nada.

Despertaste.

De nuevo estabas en el campamento, de nuevo en tu petate, de nuevo podías ver la suave luminosidad del fuego cerca de ti. Los demás dormían pero tú estabas empapado de sudor y el corazón te latía alocadamente en las sienes. Justo cuando te enderezabas para sentarte y pensar que todo había sido un sueño, te percataste de que te dolía el brazo... al mirar viste que tenías la ropa cortada como si algo afilado te la hubiese rasgado. Y un fino corte.

¿Realmente había sido un sueño?

Una quest ha sido actualizada.

 No me resulta complicado imaginar porqué querría cruzar el mar...

 En realidad lo sé muy bien. Pero Gabrielle parecía buscar sus propios motivos, tal vez subconscientemente, preguntando por la familia de Ayla. Pero, ¿Qué respondería ella si le preguntasen? Era más sencillo, podría hablar de Derek...pero no era lo mismo, para nada.

 Mi voz no fue calculada, actuo con naturalidad, tal que la sonrisa de Gabrielle pasa desapercivida, su don para el sigiloaumenta con su aparente empatía por los seres vivos, no es menos conmigo:

 - La información que poseo no es relevante. - Y aquello era una petición similar a "Confía en mí" nada le podía asegurar salvo las palabras del propio Dreren que aquella pregunta no tenía una respuesta que les empujase a tomar una u otra decisión, a conocer mejor a quien se estaban enfrentandose...pero también podía ser que Dreren tuviese sentimientos enfrentados...que no quisiera encontrarla realmente.

 Sería interesante que todo respondiese a una necesidad por parte de Dreren de cruzar el mar. Una estrategia poco cuidada, estaba el asunto de su filantería, a menos que se encontrase en algún lugar de Denerim.

 - Pero puedo asegurarte que si se da cuenta de que la están siguiendo, y lo sabrá si cometemos algún error, querrá entrar en el juego.

 Y será más dificil que seguir la estela de un mago...mucho más dificil. - amenazaba no carente de la calidez paternal con la que trataba de hablarle a Gabrielle, era algo similar a la soberbia de una persona que está por encima de otra, aunque sea por unos días de diferencia en la realización de la angustia, o unas semanas...o simplemente por edad y conocimientos. Aunque eso último, estaba por ver.

 Los qunari...

 - Irving estaría orgulloso de una maga con esas capacidades. - De una maga, no de Gabrielle como individuo, como personificación de algo...todo era más general, más confuso, más abstracto...eran el círculo, no individuos.

 - Hiciste un buen trabajo. - No le costó decirlo, las palabras brotaban con naturalidad de entre sus labios mientras alzaba la vista para clavarla una vez más en los ojos de la que fuera aprendiz hace tan poco tiempo. Eso, si alguna vez los había apartado...era posible que inconscientemente, para mirar al suelo, al hablar de la fugitiva.

 - ¿Irving mencionó algo sobre si lo conseguía? - preguntó al respecto de cruzar el mar.

 Gabrielle se había preparado también para aquella aventura. Pero no era como en los mitos y las leyendas...

—Gracias —respondió Gabby, desviando la mirada mientras esbozaba una sonrisilla tonta.

Se mantuvo unos momentos en silencio, para hilar sus pensamientos en un todo coherente.

—¿Sabes? Creo que las cosas siempre acabarán bien. Y que si no lo hacen, es porque aún no están acabadas —la sonrisa que le dedicó a Dreren no era una arrebolada como la de antes, sino una serena que trataba de infundir su calma y su seguridad—. Irving es un hombre muy sabio. No envió tras Ayla a un escuadrón de templarios armados hasta los dientes. Trajo a mi hermano, es cierto. Pero él aún no es un templario, y creo que lo hizo llamar más por mi que por otra cosa. Escogió a Lynn, que es una de las Hermanas de la Capilla más dulces del Círculo. Y a mi, que no soy precisamente una maga de guerra. Y sobre todo te envió a ti, que eres su amigo. Y te escogió por algún motivo.

Le guiñó el ojo.

—El truco con Irving no es preguntarse si acierta o se equivoca, sino asumir que siempre está haciendo lo más sabio y preguntarse por sus motivos. No creo que fracasemos en encontrarla. Pero miro en derredor y no veo un grupo de combate que tenga que abatir a una maga fugitiva peligrosa. No creo que sea ese no es nuestro cometido —inclinó la cabeza—. ¿Tienes alguna idea de lo que puede ocurrir cuando la encontremos?

¿¡Su amigo!? ¡No necesito más lecciones! ¡ni juicios! ¡Que sabrás de lo que compartíamos, si es que compartíamos algo! ¡Me enviaron a por ella! ¡con todas las consecuencias y fines posibles! ¡Por el hábito del hacedor, podría haberla matado si hubiese tenido la ocasión!

 Era una respuesta posible a los comentarios de Gabrielle, no así la de Dreren, que bajó el mentón un instante en un gesto reflexivo, no de vergüencia pero quizás si de cierta culpabilidad. Fue efímero, su mirada no podía caer por mucho más tiempo, y su actitud aunque no era positiva como la de Gabrielle, participaba de un estoicismo tal que parecía una roca. Si Wish, su compañero, se hubiese posado sobre su hombro o la cabeza bien podría haber pasado por estatua en aquel momento...una reflexiva y trascendental que en realidad, no pretendía hacer más que comprender las palabras de su "compañera".

 ...Irving....claro...

 Una luz se atisvó en la profundidad de sus ojos claros y sonrió de medio lado, comicamente o simplemente sardónico, una sonrisa que le sería familiar a Gabrielle si sabía de quien hablaba justo después Dreren:

 - Tuve la suerte de estar ligado en cuestiones de aprendizaje casi exclusivamente a Terria.

 Todo era más "fácil" con ella.

 Se justificó ante su ignorancia de la forma de pensar de Irving, no le era nada cercano, aunque podría parecer que para Gabrielle era algo diferente.

 Aunque parecía que detrás de Terria y su forma de "enseñar" había algo que había marcado por completo la conducta y forma de analizar los problemas de Dreren.

 - Puedo imaginarme un encuentro.

 Analizaría la situación rápido, pero parecería que lo hubiese tenido planeado desde hace mucho. Seguramente, cuente con la mayoría de posibilidades, y...en efecto, haya estudiado cada una de ellas. - se negaba a que lo lograse por espontaneidad y astucia - puedes plantear cualquier situación con ella buscando una analogía con el fuego.

 Se comporta como tal.

 No explicó aquello, podía referirse a que todo cuanto tocaba lo destruía, o quizás había un doble sentido que estaba igualmente ligado a la purificación de la llama, a la propia Andraste si le apuraban.

 - Lo más seguro es que consiga huir a menos que logramos evitarlo. Será como una prueba de obstáculos. - vio la necesidad de matizar - en la que aquella que los propone está más que segura de que podemos sobrevivir a ello...aunque no sea así.

 Es decir... seguramente no quiera matarnos...pero parecerá que lo intenta y puede incluso que lo consiga.

 - Aunque en tu caso... - pareció recordar - puede que trate de convencerte a actuar en su favor.

 advirtió, como si Gabrielle fuese un caso especial entre todos ellos.

Gabby apoyó la barbilla en la palma de la mano, y se puso cómoda como quien espera que le cuenten una larga historia. Cuando Dreren hizo su advertencia, la joven maga parpadeó.

—¿En mi caso? ¿A qué te refieres?

«Astucia, ¿qué me puedes decir de los tatuajes de lirio de Dreren? ¿Sabes para qué sirven, exactamente?»

- Puedo suponer que no os pareceis en nada. - expongo con sinceridad. Podía ser algo bueno, o podía ser algo que no tenía nada que ver con el bien y el mal...¿Es así como piensa Irving...? El caso...

- Se consciente de tu situación.

 Te enfrentas a una prueba ante la que muchos magos no sabrían que elegir, y puede que sea ella la que te plantee el problema.

 ¿Había dejado Dreren al azar aquel tema? Los planes del mago eran también a la larga...planes que duraban meses, años, entendía la forma de pensar de ayla, o eso creía. Era fácil.

 - Eres una mujer. - podía haber dicho niña , o incluso niña insufrible, posiblemente lo hubiese utilizado dentro del círculo, pero Dreren se sentía a cargo fuera, a cargo de todos ellos, aunque ese fuera el papel principal de Derek. Almenos nominal.

 - Y una maga.

 La estrategia puede ser cualquiera. Es un individuo terriblemente empático y fluctuante. Al principio tratará de reflejarte, o más bien, de que ella se refleje en tí, proyectandose en lo que has sentido a lo largo de tu vida.

 No debería ser dificil para muchos de nosotros comprendernos. - asumió aceptando las diferencias que todo mago tenía con sus compatriotas, en verdad podían ser insalvables, sin embargo, las mismas experiencias presuponían un mismo resultado, aunque fuese epistémico o lógico.

 - Puede que hable bien del círculo.

 Es un lugar que nos ha permitido crecer en conocimientos y autocontrol, que nos ha rodeado de algo más que amigos. Nos concede una libertad plena comparada con la que nos espera por nuestra marca, nuestro don, a riesgo únicamente de nuestra dedicación y comprensión del mundo en el que vivimos. Incluso del velo.

 Incluso tenemos la oportunidad de encontrar alguien más cercano a quien entregarle realmente nuestra vida y nuestros sentimientos. - hablaba con cierta frialdad de aquello, desde una lejanía propia de una persona que disfruta de la soledad.

 - Los impedimentos son minucias en realidad.

 Sin embargo, tratará de hacerte ver que existen opciones que no puedes tomar. Sólo deseará que llegues a comprender lo que supone una filacteria, posiblemente asociandolo a una correa de la que pueden tirar en cualquier momento para descubrir que todo es una vana ilusión de libertad, que nisiquiera eres dueña de tus actos y elecciones.

 Pueden disponer de tu vida, tu poder, tu libertad, incluso tu libertad interior a su antojo, aunque no lo hagan. No tienes autonomía y en algún momento la necesitarás.

 Cuando intentes recluirte, huir o investigar a fondo los motivos, sólo encontrarás obstáculos donde antes creías que el camino estaba despejado. En resumen, te convertiras en una paria más, hasta que encuentren la forma de acallar tu voz interior.

 Te golpeará con el rito de la tranquilidad, para que te sientas culpable por aquellos que como tu han nacido con un don, han sido convencidos contra su voluntad de que debían abandonar su vínculo con el velo. Todo ante la amenaza de unos demonios que intentan penetrar en tu cuerpo a cada momento, cada vez que cierras los ojos para descansar, cada vez que deseas utilizar tu don para proteger lo que te importa.

 Te mostrará otro camino a seguir.

 Concluyó. - Uno que puedo estimar que no es desconocido para ti, sin embargo, un recorrido que aún no has vislumbrado por completo.

 Creo que intentará que sigas sus pasos. Reclutarte...pero para el bando de la libertad absoluta, para el bando de aquellos que tienen el control de sus propias vidas y sus propios pasos sin necesidad de pedir permiso por ser como son.

 Y será decisión tuya dejarte convencer por lo que veas...o lo que te digan.

 Silencio.

 No presumía de ser un oráculo, su opinión había sido relatada con cierta cautela, y sólo trataba de plasmar lo que intentaría ella, con actos o con palabras, aunque jamás le dedicase siquiera una mirada. Porque ella era fuego, y nadie puede simplemente apartar la vista de las llamas cuanto estas cautivan a la noche misma.

 - Se apoya en nuestra debilidad como personas libres y honestas para escapar.

 Es ese el motivo por el que suelen enviarse templarios.

 supuso aunque en realidad pensaba que este caso era diferente, no podían seguir simplemente una filactería, su falta de inteligencia les haría nulos para llegar lejos. Estaban ciegos sin aquella correa. Viendo los actos y oyendo las palabras de derek, un grupo de templarios hubiera asesinado o perecido en el puente, junto a los guardias y quizás alguno de los qunari.

Notaste que Astucia "se asomaba sobre tu hombro" al Mundo Material cuando lo llamaste. Tras unos segundos de silencio durante los que debió estar husmeando los tatuajes, escuchaste su voz.

«Sí» dijo «Es un grabado blanco: sólo lirio imbuido sin patrones de runas que lo conviertan en nada. Con algo como eso puedes potenciar conjuros»

«Parece algo muy útil para magos como nosotros. ¿Podríamos enseñárselo a Lynn?»

Gabrielle no parecía estar planteándose nada aunque tuviera cierto aire distraído. Miraba a Dreren directamente a los ojos, con franqueza. Le dedicó una sonrisa inocente.

—Me haces pensar que ya te ha planteado a ti ese dilema —dijo.