Partida Rol por web

-¿Gabby? ¿Dónde estás? -llamaba el aprendiz de templario. Aquello se parecía cada vez más a sus pesadillas. Cuando estaba entrenando en Risco Rojo soñaba que buscaba a su hermana y no la encontraba. Todo lo que hacía era caminar noche tras noche y Gabby no aparecía por más que avanzara.

Al ver la puerta, caminó más rápido. Había noches, sin embargo, en las que soñaba que estaba con ella. Aquellas eran las mejores y también las más crueles. Despertar del sueño idílico en el que los dos eran marido y mujer para descubrirse solo en un barracón lleno de muchachos era peor que las pesadillas.

Escuchó la voz de su hermana y apretó la empuñadura.

-¡¡GABRIELLE!!

Intentó correr hacia la puerta. Intentó... intentó rescatar a su hermana.

tire dos veces que le di a oculta sin darme cuenta xDD

posting...

 Dreren permanecía en pie como una estatua tallada en aquel velo desagradable impregnado por las modificaciones claras de aquel demonio en sus mentes, con aquellas amenazas vacias, aquel poder tan diferente al que poseían los magos por naturaleza, su don tenía relación con aquellos demonios....o sólo eran algo que ansiaban, que anhelaban por ser más puro, por ser mejor. ¿Quería saber lo que era magia...?

 Me sentí incitado a soltar a Lynn y demostrarle sin contención alguna lo que podíamos llegar a hacer. Pero provocarle no me parecía la más brillante de las ideas. Era evidente que no podíamos dejar así a Ferin. Si algo pudo ponerme a la defensiva fue el ataque contra Gabrielle, demasiado directo, sin tacto, más bien....desesperado, y aunque no era una sensación de miedo, había presura o intranquilidad en mi interior, eso me llevó a mostrar una sonrisa compasiva, se la dedicaba a aquel ente, y sin embargo miraba el rostro de Lynn, que seguía en mis cansados brazos, como una tierna muestra del afecto que tenía por mis compañeros. Coincidía con la rapida reacción de Gabrielle, su triunfo y su luz.

 Sereno, pero también bajo el halo de la penúmbra, preocupado por mi propia oscuridad interior y no por la que se cernía ahora sobre todos nosotros hablé, quizás como respuesta a la petición de la maga, o tan solo como una explicación de porque no debía temer nada que hiciera aquel demonio, como si no estuviera capacitado para hacerles daño.

 - Una gran sombra sólo esconde tras de sí una mayor luz. - Era la armonía de este mundo y del velo, era el equilibrio...

 ¿No debían velar por el equilibrio?

 Ferin no pertenece a este mundo...ni tu al nuestro. - Y bajo todo aquel temor la mayor luz era la valentía de los humanos, de Ferin, su inocencia y su naturaleza humilde.

 Seguí sonriendo como si me regocijase, alcé la mirada lentamente. Pálido, con el cuerpo agotado pero la mente fresca y dispuesta, con determinación.

 - Me veo en la obligación de secundar sus palabras. - expuse ante Sion, sin mirarle, como si me pareciesen toscas y poco apropiadas, casi como si pensase aunque no mostrase que sus métodos me parecían barbaros o incivilizados.

 Pero no adopté una posición defensiva.

 - Deja a Ferin y marchaté, no es un vehículo adecuado para tus fines. - le ofreció, no obstante. Tal vez Sion no midiese tanto, pero podía causar congoja por su arrojo.

 ¿Sentiría miedo aquel ente?

Gabby dedicó unos instantes a meditar sobre la ironía de amenazar con cortarle los atributos masculinos a una criatura que sólo era humo de cintura para abajo. Se encogió mentalmente de hombros y volvió a la realidad.

Envuelta en aquel halo de luz brillante y dorada, Gabby, la pequeña e ingenua maga bisoña, no parecía tener un ápice de miedo por aquella sombra oscura que se cernía sobre ella.

—¿Eso era magia? —remedó al demonio, refiriéndose al aura que miedo que no había amilanado su espíritu—. Casi lo he notado.

Sonrió.

—Casi —alzó el mentón—. No hay más miedo aquí del que puedas alimentarte, parásito oscuro. Si no dejas en paz al chiquillo y te largas por donde viniste... más te vale que el Hacedor se apiade de ti, porque nosotros no vamos a hacerlo. 

Schaudaron no parecía impresionado, provocado, ni mucho menos intimidado por vuestras respuestas.

—¿Una mayor sombra sólo esconde detrás de sí una gran luz? —parafraseó divertido mientras miraba a Dreren—. ¿O cuanto más te acercas a la luz, más larga se vuelve tu sombra, mago?

Rió de nuevo entre dientes (lo cual os resultaba bastante desconcertante porque no tenía boca. O al menos no la veíais) Fijó las ascuas ardientes que eran sus ojos durante un instante en Lynn y los entornó con una especie de... malévolo regocijo. Pero en cuanto Sion habló, su atención se desvió hacia el pícarlo.

—¿Chillar y ladrar amenazas vacías es lo único que sabes hacer, hombrecillo?—dijo—. Palabras huecas que se convierten en excusas, excusas que tapan fallos y fallos que pagan otros. Es lo único que te rodea. Y aquí sólo tienes otro más. ¡El niño ya es mío en cuerpo y alma, habéis llegado tarde!

Como si de la cola del cadalso se tratase, de uno en uno parecía ir seleccionando las palabras que parecían hincarse en el alma como los colmillos de una serpiente. Finalmente se volvió hacia Gabrielle.

—Sabes perfectamente que no, "maga virtuosa"—escupió con desdén. A fin de cuentas, el miedo era su propia esencia, tenía cierto sentido que no necesitase ni conjurarlo. Simplemente lo exudaba—. ¡Tanto hablar de justicia y sólo la empleáis cuando os conviene! ¡Tanta fe y tanto valor que se viene abajo en cuanto vuestra vida corre peligro! ¿"Que el Hacedor se apiade de ti porque nosotros no vamos a hacerlo"? ¡Vuestra tan llamada virtud de "misericordia" se hunde en las palabras de tu propia hipocresía! ¡Escupo sobre tu estúpido Hacedor, niña!

Levantó una pavorosa garra.

—¡Hay miedo de sobra en cada fibra de vuestro ser! ¡Miedo que puedo ver en las sombras más profundas de vuestro corazón! ¡En vuestra mera existencia mortal! ¡En vuestras más oscuras pesadillas!

Crispó los dedos y empezó a cerrarlos lentamente, como si estuviese exprimiendo algo invisible.

Lynn emitió un gruñido inquieto y la expresión de su cara se tensó. Se empezó a sacudir primero ligeramente y luego de forma algo más brusca, gimiendo como si lo estuviera pasando realmente mal conforme Schaudaron cerraba más y más aquel tenebroso puño. Hasta se le comenzó a acelerar la respiración.

Cuando el demonio apretó de golpe la zarpa, soltó un grito y abrió los ojos de golpe con una violenta convulsión, soltando un jadeo ahogado como alguien que se despierta bruscamente de una pesadilla horrible. La muchacha se puso a jadear sonoramente, sofocada y con la mirada desenfocada de quien ha sido obligado a volver a la cosnciencia abruptamente y no tiene ni idea de dónde está.

Astucia parecía intrigado y a la vez molesto por algo.

«¿Por qué centellas no he sentido su presencia hasta que ha... ?» empezó a decir. Aunque parecía pensar más deprisa que lo que hablaba porque enseguida resolvió el enigma antes de terminar la frase. Y la conclusión no pareció gustarle porque notaste de nuevo un ligero brote de enfado, pequeño esta vez, ya que enseguida fue arrastrado por una indignación descomunal. Casi pareció masticar la palabra: «... Cobarde»

De algún modo inexplicablemente retorcido, a Schaudaron pareció hacerle gracia aquella tortura puesto que se rió con auténtica alevosía mientras hacía un gesto burlón "de chuparse los dedos"... y en ese momento pasó algo muy curioso.

—¡¡GABRIELLE!!

La voz de Derek llegó desde vuestras espaldas acompañada de un estruendoso batir de madera contra madera. El aprendiz de templario apareció arrasando la puerta por la que habíais entrado, a la carrera, prácticamente desencajándola de las bisagras y deteniéndose en el sitio, jadeante. Estaba pálido, sudoroso y apretaba con fuerza la espada.

Podéis añadir a Derek a vuestros posts.

El demonio giró la cabeza con indiferencia. Como si la "espectacular" entrada del templario le importase un ardite.

—Ah, qué tierno. Ahora estamos todos juntos en amor y compañía.

Probablemente le importaba un ardite.

—Dagas, espadas... ¡Necios! ¡Sólo la magia puede tocarme!—exclamó estirando ambas zarpas a los lados y expandiendo con ello las sombras en un espectáculo pavoroso. Casi parecía un cuervo extendiendo las alas—. ¡Y con dos patéticos magos del Círculo no tengo ni para empezar! ¡Os arrancaré el alma a pedazos mientras vuestros amigos se retuercen en la desesperación de la impotencia!

El tornado de tinieblas que envolvía la parte iferior del demonio se agitó, dejando sólo entrever una pequeña figura humanoide.

—A menos, claro está, que esteis dispuestos a hacer ciertos sacrificios—añadió paladeando las palabras al igual que una hiena paladearía un pedazo de carne. Acto seguido se encorvó ligeramente como quien hace una reverencia para "mostrar" algo—. ¿O debería decir "que seáis capaces" de hacer ciertos sacrificios?

Una carcajada diabólica retumbó en el aire. Una carcajada que helaba la sangre en las venas.

Un pavor irracional se apoderó de ti. De pronto te sentías vulnerable y asustado. Indefenso. Y temías por tu hermana como si el cuello de Gabrielle estuviese bajo la cuchilla de una guillotina en algún lugar que no podías alcanzar por mucha prisa que te dieses.

Corriste contra aquella puerta a grandes zancadas y la abriste de un empellón tan fuerte que hiciste saltar varios pedazos de astilla y prácticamente la desencajaste de la jamba. Fuiste vagamente consciente de que acababas de salir a una especie de patio trasero rodeado por la neblina y que dicha neblina... estaba a su vez envuelta en la oscuridad, como si se aproximase el ocaso inminente. Estabas en el exterior.

En cuanto te detuviste y abriste los ojos lo que éstos te mostraron te costó de asimilar.

En medio de aquel patio había una figura nebulosa. Era enorme, debía medir casi tres metros y era tan negro como el vacío del abismo. Del torso para abajo era literalmente un remolino de tinieblas que ocultaban una especie silueta pequeña y arrodillada. Del torso para arriba tenía un aspecto vagamente humanoide con dos brazos neblinosos rematados en sendas zarpas y dos ojos de llameante fuego, parecía como si la propia oscuridad se hubiese juntado en un mismo sitio para configurar una entidad, la sensación resultaba casi irreal.

No parecía en actitud de atacar a nadie pero su mera presencia hacía que se te secase la garganta y sintieras sudores fríos.

Y delante de aquella cosa, estaban tus compañeros.

Gabrielle se encontraba al frente del todo. Sion había desenvainado las dagas y el mabari permanecía a su lado agazapado. Dreren por su parte, sostenía a Lynn en brazos, la clériga tenía una expresión de terror absoluta en el rostro, amén de una pierna entera embadurnada de sangre. De hecho, hasta viste una venda ciñéndole el muslo.

La tenebrosa entidad giró la cabeza hacia ti, observándote con las ardientes ascuas llameantes que eran sus ojos.

—Ah, qué tierno—soltó con indiferencia—. Ahora estamos todos juntos en amor y compañía.

Estiró ambas zarpas a los lados y expandió con ello las sombras en en un espectáculo pavoroso. Casi parecía un cuervo extendiendo las alas

—Dagas, espadas... ¡Necios! ¡Sólo la magia puede tocarme!—exclamó—. ¡Y con dos patéticos magos del Círculo no tengo ni para empezar! ¡Os arrancaré el alma a pedazos mientras vuestros amigos se retuercen en la desesperación de la impotencia!

El tornado de tinieblas que envolvía la parte inferior del demonio se agitó, dejando sólo entrever una pequeña figura humanoide.

—Porque sois tan estúpidos que no estáis dispuestos a hacer ciertos sacrificios así eso os mate—añadió paladeando las palabras como una hiena paladearía un pedazo de carne—. ¿O debería decir "no sois capaces" de hacer ciertos sacrificios?

Una carcajada diabólica retumbó en el aire. Una carcajada que helaba la sangre en las venas.

Ya puedes añadir a los demás a tus posts.

«C... » Volvió a gruñir Astucia que parecía genuinamente indignado por lo que fuera que encerrase la actitud del demonio «¡COBARDE!»

«¿Podrías elaborar un poco más tu analisis?» articuló con rapidez Gabby «Llegados a este punto necesitamos ayuda.»

 - ¿¡Lynn!? - Dreren mostró pavor ante el sufrimiento de su amiga que permanecía en sus brazos. ante la combulsión cayó arrodillado pero esto sólo sirvio para que aferrase con más fuerza el cuerpo de su compañera tratando de evitar que sufriese daño alguno en sus brazos. La recogió como pudo entre ellos con todas sus fuerzas y ofreció su flanco al demonio para que el acceso visual a la clériga fuese más dificultoso.

 Trataba con desesperación de inmovilizarla, de hacer que se tranquilizase y dejase de temblar, la miraba con el temor que Schaudaron no necesitaba crear de la nada, el temor que siempre había existido en el corazón del mago. Era eficaz, sabía como golpear, y sin embargo era muy predecible.

 ¿Sacrificios?

 no iba a sacrificar a Lynn, pero tampoco a Ferin. Allí no iban a sacrificar nada.

 Apreté la mandíbula con fuerza, demasiado preocupado por ella como para hacer caso a la entrada del templario, aunque podía ser al último que deseaba ver en cualquier situación, que estuviese allí, tal vez, fuese motivo de regocijo, pues aún había esperanza. Pero confiar el trabajo bien hecho a un fanático no era lo que Dreren tenía en mente, pensaba rápido pero con un obstáculo más que esperado, el de sus compañeros, tener que preocuparse por ellos. ¿Los necesitaba o sólo eran un maldito lastre?

 Los tatuajes de Dreren brillaron en la absoluta oscuridad, con su luz plateada de lirio.

 Ya basta...

 ...vas a pagar.

 - Claro que tememos... - no sollozaba, pero se mostraba verdaderamente afectado en el suelo, tratando de hacer que Lynn recuperase la tranquilidad y dejase a un lado el dolor. - claro que tenemos miedo.

 Hincada la rodilla, una de sus piernas hizo un último y soberano esfuerzo por alzar el cuerpo de la joven y del propio mago. Se puso en pie con naturalidad, con lentitud y calma, con la serenida de alguien que ha aceptado la muerte y no le teme al destino.

 - ¿Quién no teme a la muerte? ¿al fracaso? Pero no sabes nada del miedo después de todo...

 no somos tan necios como para negar nuestro temor. Es el miedo lo que nos hace fuertes, cuanto más temor tenemos a fracasar, a que muera uno de nuestros compañeros o a que sufra, lo intentamos con más ahinco, nos aferramos a la vida.

Escupió con soberbia, y el brillo de sus tatuajes iluminó su rostro bajo la capucha en la oscuridad y el miedo que les rodeaban.

 Lynn estaba sufriendo.

 lo siento, pero tengo que intentar otra cosa...

 Creía poder ayudarla, pero...

 Fijé mi mirada en la silueta del chico, era mi oportunidad, tenía contacto visual, tenía que intentar aislarlo ahora o quizás después sería demasiado tarde. Con todas sus fuerzas, Dreren trataría de constreñir la esencia del velo para manejarlo a su antojo y crear una barrera entre el demonio y Ferin, tal vez, si eso cortaba el vínculo que le unía al chico, mientras le protegía de todo daño, Schaudaron perdería su vínculo con él y quedase a merced de la magia de Gabrielle, o de los intentos de su hermano y de Sion.

 En aquel momento sus dedos casi crujían para sujetar con fuerza a Lynn, y sus dientes podrían chirrían, apretados. No podía hablar, no si pretendía hacerlo bien.

Schaudaron parecía tener unos reflejos más que considerables puesto que se encorvó como un depredador al acecho en cuanto vio que los tatuajes de Dreren comenzaban a brillar. El lirio, magia en estado puro, tenía su origen en el Velo y sabía perfectamente lo que éste era capaz de hacer.

Era evidente que había reaccionado mucho antes que el mago, no obstante... no hizo nada. Se quedó en aquella postura mientras entornaba los ardientes ojos de nuevo, primero como si estuviese analizando a Dreren y luego con inquietante malicia.

El hechizo de Dreren formó una esfera irisada en torno a la figura humanoide que el oscuro torbellino de tinieblas del demonio parecía envolver.

—Oh, vaya. Ahora no puedo moverme del sitio... —dijo en un tono de falsísima pena. Guardó un par de segundos de silencio y aquel tono se transformó en uno de espeluznante malicia tan ponzoñosa que casi podíais imaginarla acompañada de la sonrisa de un tiburón, de no ser porque aquella cosa no tenía boca visible—. Y vosotros no podéis tocarle.

Echó la cabeza hacia atrás soltando una cruel carcajada.

—¡¿Veis a lo que os lleva vuestra estúpida misericordia?!—bramó levantando ambas zarpas—. ¡Virtudes! ¡Debilidades enmascaradas con palabras bonitas que serán vuestra perdición! ¡Bloqueáis la única baza que tenéis! ¡Sois patéticos!

El suelo comenzó a desmenuzarse un poco en varios puntos del patio.

—¡Veamos a quien hace más fuerte vuestro miedo, mago!—aceptó el reto—. ¡Si a vosotros o a mí!

En ese momento pareció como si media docena de topos decidieran salir de debajo de la tierra... solo que, bueno, no eran topos. Eran las manos carbonizadas y cadavéricas de a saber el Hacedor qué. Probablemente de los engendros tenebrosos que en su día habían muerto en el incendio cuando la granja fué medio consumida por las llamas y que ahora se alzaban gruñendo y gimiendo guturalmente en un macabro espectáculo.

La sacudida al ser levantada del suelo, el resplandor del lirio, o el simple hecho de oír hablar a alguien cerca parecieron ayudar a Lynn a ubicarse un poco.

—¿D... Dreren?

La muchacha masculló un quejido y parpadeó tratando de enfocar la vista para averiguar qué era "aquello azul" que tenía tan cerca. En cuanto lo consiguió volvió a parpadear, pero esta vez con una expresión patidifusa mezcla de desconcierto y sorpresa.

No obstante, los gemidos de ultratumba desviaron su atención haciendo que girase la cabeza para mirar y... se topase con lo que venía a resumirse como una pavorosa monstruosidad de sombras riendo sádicamente mientras una horda de muertos carbonizados surgía del suelo a su alrededor.

Aquello sí que pareció suficiente para espabilarla del todo porque abrió muchísimo los ojos y arqueó muchísimo las cejas. Curiosamente no gritó ni se encogió, simplemente se quedó congelada con aquella expresión. Tras unos cuantos segundos desvió lentamente la vista de reojo hacia Dreren en un gesto que según el grado de humor negro de cada uno podía calificarse hasta de cómico.

— ... me he perdido algo gordo, ¿verdad?

Esas dos iniciativas han sido "entre Dreren y Schaudaron". Si queréis decir algo/hacer algo en lugar de entablar combate, podéis hacerlo. Si queréis entablar combate con él, pues tirad iniciativas y voy haciendo el mapa.
 

Nota: El Campo de Fuerza vuelve inmune al daño e inmoviliza a Ferin. Por lo tanto, Schaudaron no puede moverse del sitio durante 2 turnos. Pero puede actuar.

Dreren ha gastado 3 puntos de mana (acordaos de ponerlo cuando uséis hechizos/habilidades) le quedan 14/17

La indignación de Astucia era casi palpable. Notaste que le llevó unos segundos controlarla para que no se tornase en ira.

«No lo he sentido hasta el último momento porque ha estado todo el rato escondido en el Velo»  dijo finalmente «No lo puedes sentir ni tocar desde aquí mientras esté en el Velo. Y aunque salga... Tanto espíritus como demonios somos etéreos, lo físico no nos hace nada. Sólo la magia»

Los espeluznantes gemidos de aquellas cosas que se levantaban lenta pero inexorablemente comenzaban a llenar el aire. El espíritu soltó un suspiro.

«Pero para poder manifestarse aquí sin debilitarse, ha salido al Mundo Material a través de una posesión» añadió «Esa posesión es su "puente" con este mundo y hace que pueda mantener su fuerza aquí pero a la vez es también su debilidad... porque es un puente tangible que sí se puede tocar»

Se quedó callado. No te hizo falta que explicase por qué Schaudaron había dicho aquello sobre "hacer sacrificios". Y tampoco te hizo falta que explicase lo que él pensaba al respecto: Lo sentías de forma casi tangible.

Has desbloqueado una entrada de códice: Posesiones.

«¿Cómo podemos poner fin a la posesión? ¿Bastaría con que Ferin dejase de tener miedo para que Schaudaron perdiese el "puente" que lo conecta al plano Material?»

«No... No lo creo» respondió Astucia «Las posesiones no son un tema que me interese especialmente, ya sabes. Pero se reducen a una lucha de voluntades hasta que uno pierde. Es sólo un niño, no puede presentar la misma resistencia que podría presentarle un mago... »

El espíritu gruñó. Schaudaron había dicho que Ferin "era suyo en cuerpo y alma" pero él no parecía dispuesto a resignarse a dejarlo así.

«Destruir el puente destruye instantáneamente su vínculo con este mundo» dijo «Pero para mí eso no es una opción. La magia aún puede hacerle daño, podemos acabar con él sin dañar a Ferin»