Partida Rol por web

Gabrielle dejó escapar un suspiro y las lágrimas acudieron, casi a regañadientes, a sus ojos.

—Te lo prometo— mintió.

¿Cómo podía prometer alguien que no dependía de uno mismo?

Se acercó a Dereck y lo abrazó, sintiéndose extraña en un gesto que había repetido cientos de veces en su infancia.

Alexei resopló resignado. Para una vez que se le ocurría una "solución mágica" y no es que no sirviera, es que no podían usarla. El joven guerrero desenvainó su alfajón y lo agarró con fuerza con las manos temblorosas. Estaba asustado. Se había enfrentado a demonios antes, pero no a tanta cantidad y menos en un entorno como el velo. Encima si no eran capaces de abrirse paso, Ferelden entero caería bajó los delirios lunáticos de Adrath.

Pero no iba a mostrarle su temor a Ayla, bastante complicada estaban las cosas como para transmitirle sus dudas. Así que el rubio intentó esbozar una sonrisa que acabó como una extraña mueca.

—¿Tenemos elección?—preguntó retóricamente—Vamos.

Te acercaste a tu hermano pero el abrazo te fué negado.

Una pulsación oscura proveniente del propio Derek te empujó ligeramente hacia atrás, lo hizo gemir de dolor y encogerse sobre si mismo mientras un humo violaceo se empezaba a desprender de él, cayendo como niebla densa al suelo. De nuevo aquella presencia pesada y ominosa se instaló en el ambiente.

—¡No, aún no!—sollozó con el mismo humo saliéndole por la boca—. ¡Aún no! Aun pued...  ¡Ghg!

Se produjo una nueva pulsación que resultó como una barrera entre ambos. Trató de volver a estirar los brazos desesperadamente hacia ti, pero simplemente no podía.

—¡Gabby! ¡Ga-ghhgg!

El humo lo envolvió como si de una entidad viviente se tratase. Como una atrapamoscas engulliría a un insecto. Y tras un destello purpureo que te hizo cerrar los ojos un instante y parpadear después, pudiste volver a mirar.

— ...se acabó el tiempo.

Deseo se encontraba ahora de pie donde había estado Derek. La entidad tenía los brazos cruzados pero separó uno y se chupó el índice primero y el corazón después con gesto ocioso, como quien acaba de saborear una delicia. Luego soltó una risita traviesa.

—Eres una chica mala, Gabby—dijo mirándote de reojo—. Le has mentido en su última voluntad.

Ayla levantó las manos y, tras unos instantes para coger aire, las plantó sobre la piedra. Ésta emitió una especie de pulsación seguida de una serie de pequeñas descargas azuladas en miniatura que recorrieron los brazos y el cuerpo de la maga a toda velocidad. Y tuviste la sensación de que el aire "se cargase" a tu alrededor, como cuando hay una tormenta o algo así.

La apóstata soltó una de las manos murmurando algo en aquel lenguaje extraño de los magos y una esfera de fuego apareció en ella, creciendo más y más como si aquellas descargas chisporroteantes la alimentasen o esa fué la sensación que te dió. El caso es que terminó lanzando una bola de fuego del tamaño de la rueda de un carro contra el mar de sombras y la explosión resultante casi os tira a los dos de espaldas. La bofetada de calor abrasador fué tal que te obligó a parpadear para que no se te secasen los ojos, y a cubrirte con los brazos, aunque lamentaste no tener más brazos porque el chillido de aquellas cosas casi te destroza los oídos.

El humo negro se expandió en todas direcciones y cuando terminó por disiparse pudiste ver que tan solo quedaban... cuatro. ¿Sería suficiente?

Ayla emitió un jadeo silbante apoyándose pesadamente en el parapeto que acababais de empelar para ocultaros, como si acabase de levantar una roca de doscientos kilos. Pero a falta de recuperar el resuello, te hizo un gesto con la mano para que no la esperases y aprovechases la confusión.

La piedra azul ahora se había quedado grisácea.

Puedes colocarte en cualquier lugar del área verde.

Tienes un asalto "libre". Pero tira iniciativa (nºo vais antes que ellos, simplemente ahora teneis unos instantes de ventaja)

«Por supuesto. No ibas a permitir que se despidiese de mi.»

Gabrielle dejó que el torbellino de emociones pasara a su través. Vadeó un mar de pena, furia y desprecio, y cuando amainó el vendaval, ahí seguía ella. De pie, incólume y mirando a Deseo a los ojos.

Ladeó la cabeza casi imperceptiblemente.

Espíritus y demonios encarnaban supuestamente los sentimientos de los seres humanos, pero Gabby dudaba de hasta qué punto los entendían.

—No es maldad, como no fue agresividad o ambición lo que impulso a nuestra profetisa Andraste a asaltar con un ejército las puertas de Minrathous. Fue un sentido nacido de nuestra sociabilidad extrema y nuestro deseo de colaborar los unos con los otros. Un ser humano no es sólo él mismo. También es su familia, sus amigos, su pueblo y su nación. Y nos preocupamos por ellos y los protegemos igual que nos protegeríamos a nosotros mismos. A veces incluso más.

Apostaba a que ese pensamiento le resultaría alienígena a un demonio, que sólo pensaba en si mismo.

—Pero sí. Soy capaz de mentir. Y de dañar. Y de convertir la vida de los que me rodean en un infierno. De muchas cosas terribles, si me lo propusiera. Pero elijo no hacer el mal. Elijo hacer el mundo un lugar mejor.  Ningún ser humano es puro —dijo y enarcó ambas cejas—. Del mismo modo que ningún demonio está corrompido del todo.

Eso lo había aprendido de Allure.

—Todos tenemos elección, si somos capaces de poner por delante lo que queremos ser a lo que somos. Si somos conscientes de que lo que tenemos que aprender es más vasto e importante que lo que sabemos.

Deseo sonrió encantadoramente.

—Una mentira adornada sigue siendo una mentira, cariño—dijo con voz meliflua—. Pero todas esas excusas que repetis siempre para convenceros de que una está más justificada o es más legítima que otra siempre me han resultado tan adorables que me dan ganas de tiraros de los mofletes. ¿Nunca has oído eso de que cuanto más te acercas a la luz más larga se vuelve tu sombra?

Puso una expresión extraña cuando mencionaste que ningún demonio estaba corrompido del todo. Aunque enseguida volvió a lo que estaba diciendo.

—Claro que no sois puros. "Sólo yo sé cómo se hace un mundo mejor", "Soy noble porque protejo a mi familia, mis amigos, mi pueblo y mi nación mientras masacro las de otro", "Yo soy el bueno de la historia, son los demás quienes cometen villanías". Es irónico que precisamente porque todo el mundo piense lo mismo nadie se ponga de acuerdo. Pero gracias a eso nacemos nosotros.

Hizo un gesto voluptuoso con las manos trazando su propia figura a modo ilustrativo. Luego se puso en jarras.

—Pero da igual, no me importan vuestras aburridas virtudes. No importa la intención con la que le hayas mentido a tu hermanito. Lo único tangible que queda al final es que él te ha pedido una promesa que no vas a cumplir—se rió entre dientes como quien relata una trastada deliciosa—. ¡Pobre Derek! No le ha salido nada bien desde el principio. Reconócelo, cielo: Te han resultado repugnantes algunas de las cosas que ha dicho. Pero no te preocupes que no te voy a culpar por ello, incluso me atrevería a decir que en vuestra radiante "justicia" muchos opinarían que merece lo que le ha pasado. Asi que imagino que está bien que te dé asco.

Se tuvo que tapar la boca con una mano porque la risita aumentó de volúmen. Era como si realmente estuviera tratando de no reirse pero le resultase todo un sinsentido tan absurdo que no pudiese evitarlo.

Sentías una especie de burbujeo interior, como cuando tras hacer algo muy peligroso la adrenalina truena por tu cuerpo y hasta el pulso temblase. No sabías si era el aura inquietante de aquella entidad, que en el fondo la opinión que tenías sobre tu propio hermano estaba revuelta, o simplemente la situación en sí.

De pronto la risa de Deseo se cortó y soltó un chillido.

Al mirar viste que se llevaba una mano a la mejilla con una expresión mezcla de sorpresa e incredulidad. Cuando la apartó viste un fino corte.

La reacción de la entidad sin embargo fué arrolladora: Los ojos se le encendieron como dos tenebrosas luces de sangre y las llamas de su cabeza ardieron con fuerza. La presión que su presencia producía en en el ambiente aumentó y dos crepitantes esferas de fuego violáceo aparecieron entre sus garras ahora ahuecadas. Ni corta ni perezosa se dió la vuelta y estrelló sendos zarpazos contra lo que en principio te pareció el suelo.

En principio porque la explosión resultante lo llenó todo de polvo e hizo saltar miles de pedacitos de mármol y piedra en todas direcciones. Por inercia diste un paso atrás y casi tropezaste, de hecho tuviste que cubrirte con los brazos para protegerte la cara de la metralla. Escuchaste un par de golpes fuertes, otra explosión de llamas, algo caer pesadamente al suelo y a alguien toser por el humo.

—¡Mi cara!—bufó la demonesa con una irritación casi palpable. Era poco más que un par de luces rojas entre la polvareda antes de disipar parte de ésta de un manotazo. Que fué cuando la volviste a ver—. ¡¡Mi hermosa cara!!

Apretó los dientes hasta el punto en que le rechinaron los colmillos y envió otra llamarada con la mano en tu dirección. Aunque no eras el objetivo: el fuego explotó contra algo antes de llegar a ti, pero aquello también disipó más polvo. Algo se volvió a caer al suelo a unos pocos pasos delante de ti.

Se te había secado la garganta con tanta ceniza y polvo en suspensión así que no pudiste evitar un acceso de tos. Pero cuando finalmente pudiste mirar, en principio creiste que la nube se había tornado brillante por el efecto de los fogonazos en tus ojos. Segundos después constataste que no. No era la nube, era otra cosa. Había alguien sentado a poca distancia delante de ti, como si se hubiese caído hacia atrás. Se estaba protegiendo aún con los brazos que desprendían hilillos de humo negro.

—Tú... —la voz de Deseo tembló ligeramente por un instante, pero al siguiente segundo volvió de nuevo a ser un siseo ominoso—. ¡TU! ¡Patético, despojo, despreciable remedo de demonio! ¡¿Tienes idea de quién soy? ¿De qué soy?! ¡¿CÓMO TE ATREVES A TOCARME?!

Alexei abrió los ojos asustado. Muy asustado. ¿Desde cuando tenía Ayla ese poder? El joven guerrero se sintió pequeño, muy pequeño. Su alfanjón le pareció un inútil trozo de metal frente al magno poder de la apóstata. ¿Qué hacía el allï? Pero entonces vio lo débil que se sintió la piromante después de su milagro mágico y lo comprendió.

Aportar mi grano de arena.

Dando un grito, el rubio se lanzó contra una de esas sombras con su exótica espada en lo alto. Cuando llegó a la altura de la criatura, descargó un golpe con fuerza.

Acción completa: Cargo contra la sombra de O8 saliendo de T4. He tirado ataque y daño por si le doy.
PGs: 40/40
CA: 14 durante este asalto por la carga.

Tu alfanjón se hundió en aquella silueta oscura con tanta facilidad que por un espeluznante momento creíste que simplemente ibas a atravesarla y punto... a fin de cuentas era una sombra, ¿no? Pero gracias al Hacedor no fué así, encontraste "algo", el núcleo de aquella cosa o lo que rayos fuera, pero le dolió. Porque emitió un chillido horrísono que dejaba en la categoría de melodía dulce a un tenedor rallando la porcelana.

Se tambaleó y te lanzó un zarpazo que pasó peligrosamente cerca de tu nariz pero pudiste apartar la cara a tiempo. Por desgracia, otra de aquellas cosas se deslizó en tu dirección tan deprisa como una miasma oscura y te laceró costado con sus tenebrosas garras.

No resultó una herida muy grave pero la sensación fué similar a la de que te hubiesen cortado con una cuchilla de hielo.

Alexei acierta.

Sombra o8 ataca a Alexei pero falla.

Sombra k10 se mueve a p9, ataca a Alexei y le hace 4 puntos de daño.

INICIATIVAS

Sombra o8
Sombra p9
Alexei
Ayla
Sombra j8
Sombra l6

Nota: Esa tirada de daño extra (5(+3)=8) ignórala. En la primera se me olvidó añadir el +3 así que tiré de nuevo pero luego pensé que era una estúpidez porque sólo tenía que aclarar lo del +3 en notas de juego y a pastar.

Alexei apretó los dientes cuando sintió el corte frío como el hielo. Bueno al menos había sacado algo positivo, si esas cosas recibían daño, eso implicaba que podía matarlas. El rubio guerrero volvió a lanzar con fuerza un potente tajo con su alfajón, pero el golpe llevo mucha fuerza y poco acierto fallando estrepitosamente.

—¡Vamos!—exclamó para animarse a Ayla y a sí mismo.

Acción estándar: Ataco a la sombra de O8 y entiendo que fallo.
PGs: 36/40
CA: La CA vuelve a ser 16.

Ayla tomó una bocanada de aire para recuperar como pudo el resuello y recitó rapidamente algo de nuevo en aquel extraño lenguaje de la magia que sonaba como el crujir de las hojas secas. Estiró la palma abierta en tu dirección y una explosión plateada se originó entre las dos sombras que se encontraban asaltándote, cubriéndolas de algo que parecía polvo brillante.

De nuevo deseaste tener dos manos adicionales aparte de aquellas con las que sujetabas tu arma porque el chillido que emitieron ambas casi te taladra los oídos otra vez. El caso es que cerraron aquel gran ojo lumioso (o para ti al menos parecía un ojo) y se pusieron a dar zarpazos erráticos al aire. ¡No podían verte!

Ayla lanza Partículas Rutilantes. Sombra p9 y Sombra o8 están cegadas.

Las sombras restantes se sobresaltaron por la explosión pero el movimiento las hizo fijarse en Ayla y ambas se lanzaron a por ella. Una de hecho fué tremendamente rápida y cargó contra la apóstata rastrillándole un costado y haciéndola ahogar un grito.

El interpelado, que era el verdadero causante de aquella repentina luminosidad, se atrevió a apartar los brazos con un ligero gesto dolorido y volvió a toser por culpa del humo. Luego le devolvió un marcado ceño.

—Porque has hecho llorar a Gabrielle.

—Por supuesto que he oído que cuanto más te acercas a la luz, más larga se vuelve tu sombra. Pero no has entendido el quid de la frase proverbial —señaló Gabrielle—. En realidad lo que quiere decir es que, para alcanzar la iluminación, debes afrontar las sombras más profundas oscuridad en tu interior. Afrontarlas y derrotarlas. 

Irguió los hombros.

—La violencia y la muerte no es justa, se haga como se haga. Se ha de prevenir a toda costa. Y a veces, la única forma de prevenir la violencia es ser capaz de ejercerla cuando hace falta —dijo, convencida—. Ser demasiado amable y demasiado transigente sólo consigue que los demás se aprovechen de ti. Que te arrollen y ninguneen. Ayudas a crear nuevos tiranos. Y el mundo se hace un poco más corrupto.

Abrió la boca para responder a lo que había dicho de su hermano cuando de repente sucedió. Gabrielle trastabilló y le costó unos latidos de corazón comprender lo que estaba sucediendo.

—¡Astucia!

Deseo estaba prácticamente perdida. Esbozó media sonrisa y se puso a su lado, depositando una mano en su hombro.

—Pero no está solo —objetó, cuando Deseo le recordó la posición que ocupaba en la jerarquía demoníaca—. Estamos juntos, y juntos somos más formidables de lo que puedas pensar. Puedes perder mucho más que una cicatriz en tu rostro.

Las sombras que te asediaban lanzaron zarpazos a ciegas tratando de encontrarte pero ambos fallaron, uno incluso por kilómetros.

Sombra j8 carga contra Ayla y le hace 6 puntos de daño (se me olvidó añadir el +2 por la carga)

Sombra l6 se mueve a r6

Sombra o8 ataca a Alexei pero falla

Sombra p9 ataca a Alexei pero falla

INICIATIVAS

Sombra o8
Sombra p9
Alexei
Ayla
Sombra r5
Sombra r6

Deseo no respondió, o mejor dicho, no con la voz, porque la respuesta se sintió en el entorno literlamente. La presión del aire se intensificó durante un instante con tanta contundencia que dió la impresión de que una roca de varios kilos te hubiese caído repentinamente encima, los ojos de la criatura brillaron con aquella tenebrosa luz roja y la esfera de fuego violaceo que le quedaba en una de las manos voló en vuestra dirección.

Astucia se levantó a toda velocidad para bloquearla pero la explosión lo hizo saltar por los aires sin más. Impactó contigo y ambos volásteis de espaldas. Deseo se había mostrado bastante ociosa en principio o esa sensación te había dado... pero ahora la situación parecía haber dejado de resultarle indiferente se hacía bastante obvio.

Tras dar un par de vueltas y terminar panza abajo estirada como una lagartija, constataste que el suelo del Velo era igual de duro que el real. Aquello no fuée un descubrimiento agradable pero continuabas de una pieza. Ya era algo.

Astucia había terrizado un poco más atrás, gruñó y tosió de nuevo apartando los hilillos de humo negro al sacudir una mano delante de su cara.

—Creo que nos he metido en un lío—masculló con un tono entre rasposo y agudo que pretendía ser cómico pero estaba ribeteado de cierto tinte dolorido.

Puedes rolear lo que quieras hablar pero cuando lo hayas hecho, iniciativa, miss.

Alexei dio unos cortos pasos hacia atrás al escuchar gritar a las sombras. No tenía ni la menor idea de qué había pasado, pero al ver los torpes ataques que le lanzaron, sus sospechas se confirmaron. El conjuro de Ayla las había dejado cegadas. Una gran ventaja sin duda alguna.

Pero eso tuvo un inconveniente y es que las otras sombras, decidieron atacar a la apóstata.

—¡Joder!—gritó mientras se giraba para atacar a una de las sombras que encaraban a Ayla.

El joven guerrero alzó su alfanjón y descargo un potente golpe contra la sombra con todas sus fuerzas. y una vez más por suerte, consiguió golpear en ese algo que había dentro de la monstruosa criatura.

Acción gratuita: Paso de 5 pies a Q7.
Acción estándar: Ataco a la sombra de R6 y le hago 10 puntos de daño.
PGs: 36/40
Comentarios: ¡Olé ahí los huevos rubios de Alexei!