Partida Rol por web

—P-Por qué lo sigues intentando... —masculló Malicia sacudiendo la cabeza y medio recuperándose del aturdimiento. Aunque lo cierto era que no tenías ni idea de con quién estaba hablando—. ¡PARA!

Se volvió hacia Astucia y le asestó un nuevo espadazo pero esta vez el espíritu lo esquivó de un brinco.

Malicia ataca a Astucia pero falla.

Aun no te habías recuperado del último golpe, pues la debilidad se acumulaba... cuando te topaste de pronto con un nuevo ataque imposible de bloquear. Un escalofrío te recorrió la espalda cuando sentiste que la gélida garra te pasaba por la garganta y algo líquido y cálido te corría por el cuello abajo.

¿Eso era todo? ¿Tan cerca del final y hasta ahí habías llegado?

Pero el final no llegó.

—¡¡NO!!

El grito de espanto se coló en tus pensamientos como un taladro hasta el punto de devolverlos de golpe a la realidad. Sentiste una repentina sensación balsámica en el cuello que se llevó consigo el dolor y la desagradable  sensación de que se te escapase la vida.

Seguías vivo.

Estabas vivo.

Y cuando miraste de reojo hacia atrás viste que Lynn tenía una mano temblorosa estirada hacia ti y la cara tan pálida como el alabastro.

Sombra g10 se mueve a i15 y ataca a Alexei y  le hace 6 puntos de daño, cosa que acaba con los PG de Alexei. Pero Lynn lanza Cerrar Heridas y le cura 5 puntos de daño con lo que sigue en pie.

En ese mismo momento, la sombra que antes había sido herida la atacó pero Lynn debía estar tan tensa por lo que acababa de pasar y la reaccion fué tan eléctrica que esquivó el golpe.

Sombra l18 se mueve a j18 y ataca a Lynn pero falla.

La clériga ignoró a la sombra, se colgó el arco de un hombro y se giró dando una larga zancada hacia ti, plantándote de nuevo ambas manos en la espalda. Una nueva oleada de energía vigorosa te invadió, restañando las heridas, disipando el dolor que sentías por todo el cuerpo y devolviéndote las fuerzas.

Sentiste temblar las manos de Lynn y oiste cómo empezaba a jadear de forma más silbante, es más, hasta se tambaleó y a punto estuvo de clavar una rodilla en el suelo

Lynn da un paso de 5' a i17, lanza Curar Heridas Moderadas y le cura 18 puntos de daño a Alexei.

En ese momento se produjo un chispazo azul a tus espaldas. Giraste la cabeza y viste que Ayla había metido la mano en el saquillo que le había quitado a Lynn antes. Una serie de pequeñas descargas azules en miniatura le recorrían el brazo y recordaste que habías visto ya aquél fenómeno hacía lo que parecía una eternidad... cuando la maga había absorbido energías de una de aquellas piedras redondas de lirio del Velo para achicharrar a un puñado de sombras.

Si bien el tamaño de las descargas era esta vez infinitamente más pequeño que el que habías presenciado con la piedra puesto que el saquillo contenía mucho menos lirio, pero la mínima brizna de mana era oro para vosotros en aquel momento.

La parte más tremendamente irónica de todo aquello, era que aquel era el saquillo de lirio que le habían dado a Lynn para rastrear a Ayla con su firacteria y ahora la apóstata iba a usarlo para su beneficio.

Salmodió algo en un lenguaje que sonó como el crujir de la madera en llamas. Y llamas precisamente se arremolinaron entre sus manos cuando hizo un par de pases circulares con ellas. Una esfera crepitante del tamaño de la rueda de un carro se materializó flotando a unos palmos del suelo y Ayla hizo un brusco gesto de izquierda a derecha con los brazos.

El conjuro pareció cobrar vida puesto que salió disparado y embistió a dos de las sombras que tenías a tu lado, enviándote una bofetada de calor y envolviendo a las criaturas en llamas que las consumieron hasta no dejar nada.

—¡JODÉOS!

Incluso resopló por la nariz como si fuese un toro de pura frustración contenida. Dulce venganza.

Ayla recupera 9 PC
Ayla lanza Esfera Flamígera en e15/e16-d15/d16 y la lanza contra la Sombra g15 y la Sombra g16, les hace 11 puntos de daño y las mata.

Escuchaste gritar a Lynn a tu lado y viste que una de las nuevas sombras había cargado sobre ella y la había lastimado otra vez en un costado. La clériga se encogió agarrándose la herida, su túnica empezaba a tener demasiado rojo... y en aquel punto hasta le temblaban las rodillas como si fuera a caerse de un momento a otro.

Sombra o15 carga a j17, ataca a Lynn y le hace 5 puntos de daño.

25 - Sombra i15
24 - Sombra j18
19 - Lynn (26 daños)
17 - Ayla (2 daños)
10 - Sombra f17
9  - Sombra j17
8  - Alexei (16 daños)
8  - Sombra c10
7  - Sombra h14
6  - Sombra m9

¡Turno de Alexei!

La imagen cobró vida una vez más...

Y viste cómo Shartan descargaba toda aquella rabia clavando la espada en el suelo. A Maferath lo único que le clavó fue la mirada, una mirada tan cáustica que le dejó bien claro el mensaje al caudillo alamarri: "Estás vivo sólo porque yo, un asclavo, lo quiero".

Andraste emitió un gemido que te partió el corazón. Realmente no parecía asustada por la perspectiva de lo que pudiera pasarle a ella. Aun en aquella situación, aun con aquellas circunstancias, por lo que estaba preocupada era por ver herido a Shartan.

—Lo siento—musitó el elfo. Y gracias a que esta vez habías oído sus pensamientos, sumado al rostro lloroso de la profetisa, te diste cuenta de que no era una disculpa sólo por no haber podido sacarla de allí—. Lo siento...

La abrazó todo lo fuerte que pudo con las energías que le quedaban y una vez más viste como ella forcejeaba con las ataduras sin poder devolvérselo. Aunque también viste cómo apretaba la barbilla contra el hombro del elfo y le susurraba algo al oído.

Un momento.

¡La primera vez tu punto de vista no te había permitido darte cuenta de aquel detalle! Hiciste ademán de dar un paso para acercarte a oirlo pero un grito a tus espaldas te distrajo. Al mirar viste cómo Allure se debatía con media docena de sombras que prácticamente se le subían encima, lanzando zarpazos en todas direcciones y recibiéndolos por igual. En aquel momento pareció esforzarse por hacer aparecer de nuevo una de aquellas alas de plumas grises que, al desplegarse bruscamente, mandó a volar por los aires cuatro de aquellas cosas. Luego la usó para escudarse de otras tres.

Por un instante se te antojó desolador que algo que supuestamente formaba parte de ella cuando era un Espíritu del Amor hubiera quedado reducido a un recurso que le costaba invocar apenas por varios segundos pues siempre que lo hacía no tardaban mucho en desaparecer en medio de una voluta de humo.

Y entonces un destello cegador por parte del recuerdo te sobresaltó cubriendo tus alrededores. Te protegiste los ojos con los brazos mientras el mundo pareció explotar. Todo desapareció. Todo se volvió blanco.

Sentiste que algo te absorvía y te viste catapultada a la nada sólo para dar con tus huesos repentinamente en el duro suelo al mismo tiempo que escuchabas algo caer también pesadamente a tu lado. Bien, el trompazo dolía, eso debía significar que seguías de una pieza. Algo era algo.

Cuando el resplandor se disipó parpadeaste para acostumbrar tus ojos y reconociste el lugar.

Estabas de nuevo en la Ciudadela Negra.

Oiste gruñir a Allure y descubriste que la entidad de la gema había aterrizado cerca de ti. Se encogía sobre el suelo y tenía toda una colección de cortes y desgarrones en el cuerpo y en la ropa pero parecía más molesta por lo desagradable de que doliese que otra cosa. Aquello te hizo alzar la vista buscando desesperadamente a tus compañeros.

Y los viste.

Parecía que los tres acabaran de levantarse tras caerse de espaldas. Y no te extrañó que hubiera sido por el suobresalto de tu bombástica aparición... Alexei tenía la armadura completamente arañada, hasta la hoja del espadón lo estaba, y presentaba varias magulladuras. Ayla estaba ilesa salvo por un pequeño corte en la mejilla, aunque a juzgar por los desgarrones en la ropa podrían haber sido unos cuantos más. La que peor aspecto tenía era Lynn, que se apoyaba sobre el hombro de la apóstata como si le costara tenerse en pie y tenía una colección impresionante de cortes. De hecho, la manga izquierda de su túnica estaba totalmente teñida de rojo.

Y bastante más a la derecha, suspendidos en el aire, localizaste a Astucia y a Malicia. Tu espíritu mantenía su filo luminoso en alto delante de él aunque había girado la cabeza hacia vosotras al oiros aterrizar. De él no sabías decir si estaba herido o no... a fin de cuenta las entidades del Velo no sangraban. Malicia sin embargo, estaba encorvado aferrándose la cabeza con una mano y resollando sonoramente. Mantenía su filo a media altura pero le temblaba el brazo.

Alexei miró a Lynn con sincero agradecimiento. Esa no es que hubiera estado cerca, es que se había salvado in extremis. Y la cosa todavía no tenía visos de mejorar. Pero fuera como fuese no podían rendirse. Gabby estaba consiguiendo algo, lo estaba logrando. Aunque él no llegase al final, se aseguraría de que su amiga lo hiciera.

—¡SIN CUARTEL!—dijo avanzando hacia una de las sombras que acechaban a Lynn y enviándola al infierno de un mandoblazo.

Acción gratuita: AlexeI se mueve a I16.
Acción estándar: Alexei ataca a la sombra de J16 con -1 al ataque por ataque poderoso.
Comentarios: Hendedura ha perdido su esencia.

La sombra objetivo se deshizo bajo tu espadón en medio de una miriada de lúcilos y jirones oscuros, una de las que te asediaba volvió a intentar atacarte sin éxito y la que se había ido a por Astucia volvió a fallar también. Al espíritu no parecían quedarle ganas de que volvieran a hacerle daño y casi parecía una anguila esquivando los golpes que le venían por ambas bandas.

Malicia hizo ademán de atacar a su "gemelo" pero pareció volver a darle otro de aquellos latigazos puesto que se llevó la mano crispada a la cabeza y tropezó.

—¡AAARGH!

A punto estuvo de caerse pero se negó en rotundo pese a lo que parecía un dolor considerable. Y el temblor resultante esta vez sacudió violentamente la ciudadela hasta el punto de que tuviste problemas para mantener la vertical. A Ayla le pasó lo mismo y Lynn directamente no pudo y se cayó de rodillas cuando intentaba alejarse de la otra sombra que tenía cerca.

—¡B-BAS...TA!

Ayla levantó una mano mientras trataba de mantener el equilibrio y apuntó a la sombra que la clériga tenía cerca. Comenzó a salmodiar otro conjuro... y en ese momento, el alarido de Malicia provocó una explosión sorda que barrió el lugar entero.

¡Y las sombras explotaron al unísiono!

No pudisteis evitar mirar en todas direcciones coreográficamente sin saber si aliviaros o inquietaros. ¿Y ahora qué acababa de pasar? ¿Aquello era bueno? Por lo pronto que la amenaza de muerte más inminente se hubiera vaporizado parecía bueno.

Claro que bien podíais estar todos a punto de saltar por los aires.

Lynn se había cubierto con un brazo y miraba hacia las dos entidades del Velo. Astucia tenía la espada en alto, en un desconfiado gesto defensivo mientras Malicia se esforzaba por mantenerse en pie a toda costa entre gruñidos.

—Esto es cruel... —musitó.

Ayla lanzó un suspiro exasperado como si de algún modo supiera qué se le pasaba por la cabeza a la clériga, pero no dijo nada.

Disipó la esfera de llamas que había convocado antes con un gesto. Luego se acercó a Lynn tratando de no tropezar con el temblor que empezaba a disminuir ligeramente de intensidad y la agarró obligándola prácticamente a ponerse en pie. De hecho, la clériga tuvo que apoyarse en su hombro porque no podía hacerlo sola.

—Ya sé que soy idiota y que lloro por todo, Ayla—masculló torciendo el gesto—. No lo digas.

La apóstata la miró un instante.

—Sinceramente a veces no sé si eres demasiado idiota o demasiado buena, Evelynn—refunfuñó finalmente—. Pero sí: lloras por todo.

Por la cara de desconcierto de la clériga, aquello debía ser lo más remotamente parecido a un cumplido que le había oido a su amiga.

Y entonces el vórtice explotó sin previo aviso.

Aquella onda expansiva sí que fué lo suficientemente fuerte para tiraros de espaldas. Gruñiste al aterrizar sobre el suelo y te cubriste con los brazos por acto reflejo. ¿Cuántas cosas más iban a explotar allí? ¡Era un milagro que la ciudadela entera no lo hubiera hecho ya!

Tras el vendaval resultante, te atreviste a asomar un ojo y el mundo a tu alrededor parecía seguir allí. Ya era un avance. No obstante... había aparecido algo nuevo en él.

Donde antes estaba el vórtice localizaste a Gabrielle y Allure de bruces en el suelo. La entidad de la gema estaba encogida sobre si misma y la maga sacudía la cabeza como si ella también se preguntara en aquel momento qué demonios estaba pasando.

—¿Por qué... ?—la voz de Malicia era un siseo jadeante entre dientes—. Sigues... y sigues, y sigues intentándolo, ¿Por qué? ¡¿Por qué?! ¡Para!

Astucia se volvió repentinamente hacia él alertado por algo.

—¡Para... !

Con un brusco gesto del brazo, Malicia hizo que el espíritu soltara un jadeo de sorpresa y saliera disparado impulsado por una fuerza invisible hacia el suelo. De hecho rebotó aparatosamente al aterrizar en diagonal y salió rodando varios metros dejando rociadas de polvo a su paso.

—¡¡PAARAAAAA!!

Con aquel alarido que volvió a hacer temblar los cimientos de la Ciudadela Negra, Malicia salió disparado como una flecha llameante hacia donde Gabrielle y Allure estaban. De nuevo volvisteis a sentir la misma sensación de peligro primordial que os había abofeteado cuando había hecho lo mismo contra Astucia. El tiempo pareció detenerse para todos pese a la velocidad irreal con la que cubrió la distancia que los separaba con aquel tenebroso filo luminoso por delante...

Cerraste los ojos por pura inercia ya que apenas te dió tiempo a apoyarte sobre una rodilla cuando sentiste el empellón tremendo hacia atrás. Oiste las suelas de tus botas arrastrar por tierra hasta que un golpe contra algo tremendamente duro en la espalda te dejó sin aire. ¿Uno de los muros quizá?

Literalmente estabas contra la espada y la pared. Y sentías agarradas tus muñecas con tanta fuerza que por un momento pensaste que te las quería triturar o algo así.

¿Aquello era todo? ¿Tanto esfuerzo para nada? ¿Para en unos segundos terminar ensartada por una espada espiritual? ¿Había sido todo en vano?

Pero el dolor no llegó.

Podïas sentir el ligero calor que desprendía Malicia. No era como un Demonio de la Cólera, no resultaba abrasador ni quemaba como el fuego, pero tampoco era la calidez suave que desprendía Astucia, cuya presencia era como tocar un rayo de sol. Aquello era como un rayo de sol... de un día de calor en pleno verano o algo así.

Pero el dolor no llegó.

Ningún filo te atravesó. Podías seguir respirando. Y aquel pensamiento únicamente sirvió para hacer que te dieras cuenta de que habías contenido el aliento.

—Para...

Lo soltaste de golpe y abriste los ojos. En efecto, el espíritu caído no te había ensartado calcinándote con su espada. De hecho no veías la espada, porque te estaba agarrando ambas manos contra la pared, y te miraba de nuevo con aquellos ojos tan cargados de furia y de amargura por igual. Sin embargo, por una vez su voz no había sonado como una orden hosca e iracunda, si no casi... como una súplica.