Partida Rol por web

Lirresh, el cazador dalishano, os condujo de vuelta a Vintiver. Retrocedisteis por el mismo camino para poder cruzar el barranco por el tronco, pero no tardó en entrar en la espesura, alejándose de los senderos marcados.

El elfo atravesaba el corazón del bosque como una flecha, saltaba sobre los troncos con soltura a pesar de la baja visibilidad. A excepción de Lanaya y Daarken os costaba seguir el ritmo de los elfos, la ropa se os enganchaba en las ramas de los matorrales, las raíces parecía que crecían bajo vuestros pies para haceros tropezar.

En pleno atardecer, aprovechando los últimos rayos de sol, os percatasteis que lo del suelo ya no era tierra y raíces, sino unos antiguos adoquines resquebrajados que apenas pueden discernirse bajo la maleza y el musgo. Os estaba guiando por un antiguo camino, ¿tal vez perteneciera a la civilización que debió darle uso a aquella fortaleza abandonada?

Os encontrabais en plena espesura cuando la noche sin luna se cernió con toda su oscuridad sobre vosotros, dándole cierto aire ominoso a los imponentes árboles de vuestro alrededor. Hasta Lirresh bajó el ritmo, volviendo su avanzar más cuidadoso. – Estad atentos, este lugar ha cambiado desde la última vez que vine por aquí. – Avisó en un susurro que gracias al silencio de la noche pudisteis escuchar sin problemas.

Cada vez me siento más en una nube. Mi mirada se posa sobre el elfo. igual a ese le dejaba con vida. Mutilado quizás, pero podría ser un buen juguete como bufón, e incluso... uno o dos polvos. La maga me asquea, pero el rostro es el más bonito de por aquí. Debería de hacerla unirse a nosotros, bien poseida por otro demonio como el mío, o bien desfigurada.

Una vocecita exclama en mi mente. No, esto no debería ser así. La ignoro, y presto mis sentidos, mientras pienso la mejor manera de destruirlos y quedarme con el botín.

Este cuerpo es mio, furcia - La voz de la verdadera Narelle suelta una pataleta, furiosa. No iba a dejar esto sin pelear, este cuerpo era suyo, y lo recuperaría.

Me estaba costando seguir el ritmo de los elfos pese a viajar ligero de peso. Aprovecho el camino para cruzar algunas palabras con Vivial, que avanza a marchas forzadas a mi lado evitando también perder el paso.

El abrupto terreno cambia a alguna especie de calzada antigua y desgastada y, con la noche en ciernes, la oscuridad se hace una compañera más de viaje, más aún cuando no hay siquiera luna que ilumine el bosque; al menos eso hace que el cabecilla dalishano frene el ritmo y pueda recobrar el aliento un poco.

me encanta tu post pero pon otro que puedan leer tus compañeros con una tirada de percepcion (aunque usaré la primera)
sino se van a pensar que estas ausente

Caos, desolación. Eso es lo que veo según voy andando. Este lugar huele a chamusquina. Xilyha no habla, yace sin decir palabra. Me estremezco un poco, mientras voy rezagada, atenta a cualquier ruido.

A Lanaya le importaba poco que los humanos se tropezasen con las raíces o se arañasen con las ramillas siempre y cuando no se retrasasen. Ella no tenia problema en mantener el ritmo de Lirresh, que había tomado la iniciativa con rapidez. Por eso cuando su compañero bajo el ritmo, ella hizo lo mismo, poniéndose alerta. 

Vivial había querido aprovechar ese pequeño lapso de tiempo para hablar en privado con Jareth, aunque al instante se arrepintió siquiera de intentarlo. Con un suspiro extendido procuraba seguir el ritmo del guía, agarrándose el bajo del vestido para caminar mejor al notar que se enganchaba continuamente con las ramas salidas mientras estaba atenta a todo lo que le rodeaba.

Mientras avanzaba os percatasteis de que Lirresh se paró en seco, pero no podíais ver mucho más. – ¡He quedado atrapado! – Exclamó alarmado y Lanaya al acercarse para ayudarle también quedó enmarañada en algo.

Al fijaros mejor lograsteis ver las hebras de una enorme telaraña tejida entre los árboles, en la que los dos elfos habían quedado atrapados por completo. Antes de que nadie pudiera llegar a ayudarles visteis una enorme criatura que se acercaba a toda velocidad por las copas de los árboles, doblando los troncos a su paso y partiendo ramas que caían con gran fuerza desde buena altura.

Al llegar la criatura a vuestra posición todos mirasteis arriba y visteis que aquella telaraña solo era una pequeña parte de una gran red que cubría las ramas de todos los árboles que os rodeaban.

Sabíais que la teníais sobre vosotros, pero no lograbais verla, todos desenvainasteis las armas y os preparasteis para enfrentaros a aquello. Tratasteis de acercaros cubriéndoos las espaldas, pero los 2 cazadores dalishanos en vez de acercarse se alejaron, retrocediendo asustados.

La criatura saltó desde las copas directamente sobre uno de ellos que quedó bajo ella gravemente herido, atravesado por sus enormes patas.

Una enorme araña se mostró ante vosotros y no tardó en tratar de abalanzarse sobre Daarken antes de que pudierais reaccionar. Por fortuna el elfo estuvo suficientemente rápido para evitar que le atraparan sus colmillos escabulléndose de entre sus patas con solo algunas heridas superficiales.

Por el camino te aseguraste de cerrar bien la bolsa que contenía el eslabón para que no se percataran si volvía a reaccionar.

Al aparecer la araña notaste la vibración del eslabón en el costado, estaba reaccionando de la misma manera como con los esqueletos. - También es creación de nuestro amigo, es una pena pero se está interponiendo en nuestro camino.

En la cúspide de todos los bichos que le daban asco, sin duda, estaban las arañas. Podía luchar contra fantasmas, lobos sanguinarios o abominaciones pero, ¿arañas asquerosamente gigantes? No, por favor.- Ver la tela de araña ya le dio repelús, teniendo la sensación de que miles de esos bichos recorrían su cuerpo, quitándoselos al sacudir las manos y el vestido aunque fuera fruto de su imaginación paranoica.

- ¡Cuidado! – No le dio tiempo a avisar al grupo de elfos, viendo cómo Lanaya quedaba atrapada y Daarken, por suerte, esquivaba un letal mordisco. No quería quedarse demasiado tiempo ahí, esperando perderla de vista si corrían lo máximo posible por el bosque.- Dame la mano.- Se acercó a Lanaya mientras estiraba las manos, intentando ayudarla a salir de ahí.

Lirresh y Lanaya estaban en serios apuros, aunque el resto tampoco es que estuviéramos fuera de peligro tal y como pronto pudo darse cuenta Daarken. Para colmo, los otros dos dalishanos parecían más dispuestos a huir que a ayudarnos.

- ¡Eh! ¡Eh! - les grito a la par que comienzo a cargar con mi espada larga en la diestra y el escudo en alto embrazado en la zurda - ¡Tumbad esa maldita araña!

Vivial fue directa a ayudar a Lanaya e, imagino, a continuación haría lo mismo con Lirresh de modo que no les vendría mal que algún estúpido temerario hiciera de cebo mientras les liberaba de esa espesa telaraña.

Descargo mi hoja sobre el colosal arácnido con todas las fuerzas que puedo reunir esperando que los elfos reaccionen y den uso de su bien conocida puntería con los arcos antes de que esa cosa nos convierta en comida.

Disparo a la araña, asqueada. Notamos la corrupción en ella, pero no se va a interponer en nuestro camino. En otras circunstancia la haría mascota, pero no puedo perder el tiempo.

Lanaya agarró la mano que le tendía Vivial conforme pudo, dejandose sacar de su prisión. Murmuró un "Gracias" mientras sin perder tiempo, preparaba una flecha en el arco largo, apuntando y disparando a la araña.

Lirresh con ayuda de una de sus dagas consigue rasgar la telaraña para liberarse por sí mismo mientras que Vivial le echaba una mano a Lanaya y lograba desenmarañarla sin mayores problemas.

El resto se fueron preparando para la lucha, Jareth se encaró a la araña, buscando entretenerla y dando un espadazo que a punto estuvo de alcanzarla pero no terminó de llamar su atención, parecía estar centrada en Daarken.

Uno de los dalishanos disparó una flecha que pasó muy por encima y Lanaya, ya libre, también disparó con más atino, acertándole justo en la cabeza. Daarken con su amplia sonrisa, característica en él en cualquier batalla, se movió con soltura entre sus patas y le apuñaló bajo su vientre.

Narelle desde una posición segura le lanzó una lanza arcana que emanó de su bastón directo hacia la araña, pero apenas logró empujarla ligeramente, no se llegó ni a percatar del golpe.

El otro de los dalishanos, sobre el que cayó la araña, apenas si pudo levantar ligeramente la mano del suelo en un último aliento.

La araña, devolvió todos los ataques recibidos a Darkeen al que logró apresar con sus colmillos dejándole una enorme herida en el hombro y no dispuesta a recibir más daño volvió a trepar a toda velocidad a la copa de los árboles, la podíais ver sobre vuestras cabezas saltando de un árbol a otro, buscando una nueva presa.

Tras haber visto a uno de los dalishianos ser malherido, no se lo pensó. Saco otra flecha y disparo contra la araña tras tomarse un segundo para apuntar. Su flecha impactó, y Lanaya esperó que la araña cayese hacia su muerte.

efectivamente es como dices, ya que entiendo que no hay posibilidad de cargar con una ballesta cargada (por peligro que se dispare sola y tal).
podrias prepararla pero no la usarias hasta al menos el turno siguiente.

La araña volvía a centrarse en los elfos, comprobando que el Elfo 2 estaba en su último suspiro. Aprovechando que el colosal animal empezó a trepar y alejarse, corrió hacia el moribundo para colocar su báculo en la espalda y sanarlo.

La espada era inútil contra un enemigo que podía trepar hacia la copa de los árboles más altos sin el menor esfuerzo, completamente fuera de su alcance. ¡Maldita sea! La única parte positiva es que el bicho tendría que bajar de nuevo si pretendía acabar con alguno de nosotros, de modo que en lugar de perder tiempo en cargar la ballesta, me dispuse, vista en alto, a perseguirla sin descanso para que en cuanto plantara esas patas en el suelo, darle una calurosa bienvenida de acero.

Mientras corría, lancé miradas fugaces al resto de compañeros comprobando si estaban bien.

Había fallado... por esta vez. Concentro la energía de mi arma otra vez, y me preparo apra un nuevo disparo.