Partida Rol por web

Una vez fue hogar de reyes, los salones del Valle Oscuro aún guardan un aire de realeza y distinción, aunque el castillo ha sido reconstruido a un estado menor tras las grandes guerras en los tiempos de los reinos divididos. Aun así se destaca como un gran bastión que vigila el puerto y el pueblo de Valleoscuro protectoramente ante cualquier ataque, rodeándolos con recias murallas marcadas por años de defensas exitosas... y un par no tanto.
Las gárgolas, recuerdo de tiempos antiguos, vigilan incansablemente a la servidumbre del nuevo señor Targaryen quien recibiese el bastión tras que los anteriores ocupantes fueran borrados de la faz de los Siete Reinos tras haber secuestrado al Rey por seis meses en un fallido intento de rebelión por el último Lord Darklyn.

El joven Daeron estaba apoyado con la espalda en una de las paredes de las ruinas, mientras una capucha ocultaba su rostro. No es que fuera a haber mucha gente por allí, todo lo contrario, sino más bien como una precaución. Nunca estaba de más hacerlo.

Esperaba paciente la llegada del maestro de espías. Muchas veces se encontraban en el mismo castillo, era el tipo de secreto a voces que solía haber en ese tipo de lugares, pero a veces era bueno no levantar demasiado la perdiz, como decían los campesinos.

De pronto, el espía apareció de atrás de unas balaustradas, y con un gesto de su cabeza saludó al Lord, con respeto y confianza en partes iguales.

-Me alegra verte, Devon, vaya noticias las que me trajiste- dijo el joven sacándose la capucha, pero sin salir de su postura relajada contra la pared -¿Algo más me puedes decir de la situación en Desembarco? Como habrás escuchado, iré allí, y quiero estar preparado para todo. Probablemente necesite que lleves un cargamento hacia allí, para tenerte a mano. Y sino, mándame a uno de los tuyos de mayor confianza. Álvar tal vez.-

La luna iluminaba lo suficiente como para verse, y el aire fresco de la noche permitía respirar con tranquilidad, mientras a lo lejos se escuchaba el vaivén del mar y sus olas.

Con un sigilo poco común o necesario para alguien dedicado al comercio, Devon atendió a la llamada de su señor, atento y con una sonrisa en sus labios. Daeron era su estrella de buena fortuna, su amuleto de la suerte pues gracias a él por fin triunfaba en el comercio.

-Lamento no haberlo descubierto antes para usted milord pero sospecho que una araña puede haberse involucrado en eso.- dijo con una ligera reverencia mientras leía desinteresado uno de las múltiples epitafios rúnicos de unos de los nichos a su lado. -De lo que puedo decirle con certeza es que con el heredero norteño llego escoltado por Ethan Glover, Elbert Arryn, Kyle Royce y Jeffory Mallister... lo que ha llegado a mis oídos pero no puedo confirmar es que tres de los cuatro están han sido ejecutados bajo órdenes de su majestad.-

El silencio volvió a reinar entre las ruinas pero el espía que expectante, seguro de que algo más tendría que responder.

Daeron no lo podía creer... o más bien sí, pero estaba impresionado. Si su padre estaba ejecutando a nobles como esos, entonces estaba generando algo que sólo confirmaba sus razones para ser precavido.

-Si esos rumores son ciertos, esto sólo es el comienzo de la sangre y el fuego- dijo el príncipe -¿Crees que podrías conseguir más información sobre esas casas? Más que nada qué se respira: si acero o miedo, o ambos-

Su padre estaba yendo por un camino que los arrastraría a las profundidades del infierno, y si no hacían algo, estarían perdidos.

-¿Estarás libre para ir a Desembarco como uno de mis sirvientes? ¿O enviarás a uno de los tuyos?- preguntó finalmente.

Devon medito cuidadosamente las palabras del príncipe... ciertamente su majestad no haría empeorar este altercado aún más ¿o no?. Un escalofrío corrió por su espalda y el comerciante hizo poco por ocultarlo. Esto iba a ser malo para el negocio... o tal vez no.

El espía hizo memoria de lo que sabía de momento sobre esas casas. Tendría que hablar con sus contactos para saber sobre la situación actual, pero algo le vino a la mente que podría complicar aún más las cosas...

-Milord, tendré un reporte lo antes posible, pero hay algo que debe saber.- dijo con un semblante más serio de lo normal. -Hay una relación muy cercana entre las casas Stark, Arryn, Baratheon y Tully en este momento. Eddard Stark, hermano menor de Brandon, y Robert Baratheon, prometido de Lyanna, son pupilos de Lord Jon Arryn. Sumado esto a que Brandon Stark esta prometido a Catelyn Tully... este conflicto es una receta para el desastre. Me parece que el deber me llama a acompañarlo a Desembarco milord, pues la información llega más rápido a la capital.-

Daeron había escuchado rumores al respecto, pero nunca se había interesado mucho por las casas norteñas. Parecía ser momento de hacerlo. Especialmente al haber tantos frentes abiertos si se llegaban a aliar frente a ellos. 

-Me alegra entonces que vayas a estar a mi lado- dijo el príncipe, ya calándose de nuevo la capucha -Podremos conversar en el camino si es necesario. Mañana a primera hora partimos, tu caballo estará listo- y le guiñó un ojo -Que tengas buenas noches-

Su regreso estaría cargado de pensamientos, reflexiones sobre una tormenta anunciada, que parecía estar por explotar en cualquier momento. Sólo quedaba estar preparado...

Devon inclino la cabeza levemente y una débil sonrisa adorno su rostro. -Es mi placer y el de mi bolsillo servirle milord. Iré a descansar entonces.- dijo dando un paso hacia atrás y preparándose para irse. -Hasta mañana mi señor.-

El anciano ni se molestaba en reducir o amortiguar el sonido metálico que soltaban sus eslabones mientras se movía por la fortaleza, demasiado orgulloso de su trabajo para preocuparse por algo asi. Cuando llego frente a las habitaciones del Lord toco la puerta levemente.

-Milord, vengo como me lo pidió.- dijo anunciandose. No tenía la menor idea que necesitaba el señor del castillo pero era su deber servir yeso pensaba hacer el obstinado dorniense.

-Pasa, Mervyn, pasa- le dijo el Príncipe, ya desnudándose para descansar.

Tendría pocas horas para dormir, pero quería que fueran efectivas, por lo que ya se había dado un buen baño.

-Necesito su conocimiento de las Casas- dijo el joven metiéndose en la cama, gracias a las atenciones de su sirvienta, a la cual despidió con un gesto de su mano.

-Querría saber qué casas están hoy en día disponibles para una alianza con nosotros- retomó una vez estuvieron solos -Por casamiento... por lo que sea realmente- bostezó sonoramente -Aquellas que, en un posible conflicto con el Norte, se puedan decidir más fácilmente por la Corona-

Tenía fuertes sospechas de que su padre haría todo lo que no hay que hacer: matar a sus prisioneros, o castigarlos de una manera deshonrosa, generar más conflicto con las demás casas, despertar el orgullo y ego norteño, sólo para que el invierno quiera caer sobre la Casa Real. Pero él no dejaría que sucediera, tenía que prever ciertos contratiempos, y entre ellos se encontraban las Casas no alineadas claramente.

El maestre entro con una sonrisa en el rostro, enérgico como si el día no le hubiera dejado cansado en absoluto. La sonrisa no abandono su rostro en ningún momento mientras su señor le hablaba, pero sus ojos mostraban una curiosidad inusual.

-Ya veo que los preparativos tienen un motivo más serio de lo que pensábamos.- dijo refiriéndose a la reunión del consejo que habían celebrado ese mismo día. Tras unos segundos meditando su respuesta por fin dio su opinión. -Si es del Norte de quien debemos cuidarnos tiene una opción ideal y tres opciones decentes pero que necesitaran más trabajo para funcionar perfectamente.- dijo levantando un dedo de su arrugada mano para hacer énfasis en la primera opción. -Su opción ideal es Lysa Tully, pues su hermana esta por casarse en semanas con el heredero Stark y eso obligaría a los Tully a permanecer neutrales casi seguro, y las demás casas de los Ríos, sin los Tully guiando se inclinarían a la corona antes que a los norteños.-

Dejo unos segundos para que la explicación dejara su marca en su señor y luego levanto otros tres dedos pero de su otra mano, haciendo sonar débilmente la cadena. -De sus otras tres opciones, una es parecida, pues si se casa con Alyssa, la sobrina de Lord Jon Arryn, quien es íntimo amigo de Lord Rickard Stark les podría llegar a quitar a un aliado, aunque es más complicado ya que ella no posee el mismo estatus que Lysa Tully.- bajo el primero de los tres dedos. -Luego podría unirse a los Greyjoy, desposando a Quellya Greyjoy, hija de Lord Quellon y si los norteños causan problemas un pequeño incentivo y los hombres del hierro se encargaran de darles pesadillas a los norteños, aunque el Reino puede que vea algo mal estas medidas y eso golpee levemente vuestra reputación.- dijo bajando el segundo de los dedos. -Y por último puede volver a traer a un viejo amigo al redil buscando la mano de Cercei Lannister, pero Tywin es un hombre orgulloso y puede llegar a ser algo difícil de convencer para rearmar la alianza con la corona, pues el quería a su hermano el príncipe heredero.- dijo bajando el último dedo y dándole unos minutos a su señor para que procesara todo lo dicho... lamentablemente no había muchas más opciones pues los Targaryen vigilaban mucho su estirpe y casi nunca se mezclaban de sangre con casas menores.

El príncipe escuchó con atención, o toda la que podía tener con el cansancio que ya tenía.

-De acuerdo, Mervyn, muchas gracias- dijo -Dámelo mañana por escrito, pero agrega también aliados que podrían ser desposados en esas uniones- y sus ojos violetas se posaron fijos sobre el Maestre -Y no te olvides de otras formas de alianza- agregó dejando implícito todo lo que había detrás de esas palabras: extorsión, secuestro, tratos comerciales, tierras, títulos...

-Ahora descansaré. Confío en ti para que me informes por cualquier cosa que suceda aquí, ¿de acuerdo?- y despidió al Maestre.