Partida Rol por web

Dragonlance- Más allá del tiempo

Pashin

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24/05/2018, 09:22
Alira

Un rápido recuento de las opiniones manifestadas por sus compañeros permite concluir a Alira que son tres votos contra dos, teniendo en cuenta que Bjoggo no se había posicionado claramente, a favor de "El Cuervo Herido". 

No sé... tal vez ellos tengan razón y convenga ahorrar por si las moscas... aunque algo me dice que los sueños de descansar tranquilamente aquella noche se evaporan con aquella decisión.

Tras tomar nota mental del nombre de los kenders, y del tipo que parecía atosigarlos, me dirijo a mis compañeros:

- Dado que la mayoría optáis por "El cuervo herido", que así sea. Me siento algo cansada después del hechizo y querría acostarme lo antes posible.

Miro a Argos pues de él ha partido la idea.

- Coincido que Rose. No creo que sea una buena idea separarnos. Pashin no es a día de hoy un lugar seguro como hemos podido comprobar. Permanecer unidos nos da mayores posibilidades de no morir en sus calles... - hago una pausa - .. o en una taberna de malamuerte.

Vuelvo a echar mi capucha sobre la cabeza a fin de que mi cara quede lo menos expuesta posible al público.

- Vayamos pues si os parece.

 

 

 

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24/05/2018, 11:53
Leoden

- Mejor juntos, si. - tiene que conceder. Al fin y al cabo, aquel era un entorno completamente desconocido, y la presencia de guardias oscuros no dejaba de sentirse instintivamente como una posible amenaza. 

Con suerte, su aura disuasoria bastaría para que el descanso transcurriese en una vigilia sin sobresaltos.

Mira a Rose, asintiendo a sus palabras con una media-sonrisa resignada - No solo tú. Mucho peores. Probablemente todos.

Entonces se fija en Argos, y con un gesto que delataba la confianza creciente que sentía por el monje, le da un toque ligero de ánimo en el hombro.

- Fue un buen intento. ¿Quieres que te diga qué creo que falló? - no había recriminación en su tono, si no cierto aire entre duditativo y reflexivo. Se encoge de hombros, dando a entender que en realidad no era importante.

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24/05/2018, 22:03
Bjoggo

Si de mí depende -irrumpo, un poco tosco- buscaría un sitio para dormir fuera. Pero... -su mirada se cruza con la maga- parece que es algo demasiado poco delicado. En cuanto al metal, apenas tengo para la ronda de cervezas. Pero no me hace demasiada falta, la verdad. Tal vez si alguien comparte su habitación conmigo...

Río y me cruzo de brazos.

Como sea, tenemos que conseguir algunas monedas. Sólo espero que no haya que buscar gatos de ricos.

Mis ojos se fijan en la pelirroja y pongo mi mano en su hombro.

¿Quién ha dicho que quiera dinero?

Le devuelvo la media sonrisa y aguardo a la decisión. Ir, preguntar, ver que es muy caro, irnos a la otra. Bueno, me apetecía estirar un poco las piernas y, si esta había sido la bienvenida, seguro que encontraremos otras oportunidades donde pueda hacer algo más que mirar.

¿Marchamos?

Inquiero, dando así crédito a la opción de salir por patas, cuanto antes.

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27/05/2018, 00:40
Driexaril

Aunque no puedo evitar lanzar un bufido de celos en vista de las atenciones que Bjoggo le dedica a Rose, lo cierto es que puedo comprenderle perfectamente. Ella es tan valiente, tan impulsiva, tan... humana. No le tiene miedo a lo que nos aguarde en posadas poco recomendables mientras que a mí me horroriza haber tenido que abandonar una vez más mi patria para vagar por Ansalon como una exiliada. Aun con su juventud, Rose es mucho más mujer de lo que yo nunca seré.

Que Alira tampoco parezca sentirse cómoda en esta ciudad me ofrece cierto consuelo. Está claro que los elfos no somos aquí bienvenidos pero confío plenamente en el grupo que nos acompaña y sé que podemos contar con todos ellos si algún individuo se pone desagradable con nosotras dos.

—No perdemos nada yendo a Los Cinco Dragones insisto, con la esperanza de que transijan—. Si no nos gusta o los precios quedan más allá del contenido de nuestras bolsas siempre podemos probar la otra. En cualquier caso, no nos separemos, por favor. Esto está lleno de caballeros negros y me dan escalofríos.

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28/05/2018, 22:06
Director

Tras tomar la decisión, os dirijiis hacia el cuervo herido para hechar le un vistazo ya que practicamente os pillaba de paso hasta que finalmente tras unas pocas indicaciones de los del lugar, encontrais el edificio, o mejor dicho, los edificios, al parecer la taberna está formada por 3 edificios separados en una esquina, justamente donde está el barrio ocupado por los caballeros negros.

El edificio centras está flanqueado por dos más pequeños, lo que llama la atención, es que todo está pintado de negro y las pocas ventanas que veis estan firmemente cerradas; una ancha puerta de roble da entrada al edificio y sobre ella, como sí fuera una gargola, hay una estatua de un cuervo con las alas heridas y una flecha clavada en el ala izquierda.

Al entrar, podeis apreciar un ambiente bastate lugrube, no solo porque la habitación está casi repleta de nicos iluminados únicamente por velas, sino que alrededor de ellos hay varios trofeos, desde la cabeza de un oso negro hasta el cuerpo disecado de un Wyvern.

Una mujer vestida con una blusa escotada y flada con algunos cortes en la cintura se acerca a vosotros con una sonrisa seductora y unos ojos grandes que os miran a traves del pelo rubio y desgreñado.

---Bienvenidos al Cuervo Herido ¿en que puedo ayudarles?

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28/05/2018, 22:44
Driexaril

A pesar de mi criterio la opinión mayoritaria acaba imponiéndose y yo, a diferencia del monje, no tengo el menor deseo de chantajear emocionalmente al grupo con la amenaza de separarme de ellos si no secundan mi iniciativa.

De este modo acabamos en la lóbrega posada de El Cuervo Herido, que recibe el nombre de la inquietante talla de madera pintada suspendida sobre la puerta. Ni su decoración, ni el aspecto descocado de la camarera que nos recibe resultan de mi agrado, pero al menos dejamos atrás el frío del exterior y esa sí es una sensación muy bienvenida a pesar del olor a sudor rancio y a humo propio de una chimenea mal deshollinada.

Siento un primer impulso de quitarme los guantes al entrar, pero me lo replanteo al ver el aspecto grasiento y pegajoso que tiene todo.

—Una mesa no muy lejos del fuego estaría bien para empezar —sugiero, dedicándole mi sonrisa más amable a la camarera. A fin de cuentas, ella es quien más tiene que sufrir las antihigiénicas condiciones del local. Pobrecilla—. Y algo para entrar en calor. ¿Un caldo de pollo, una infusión de hierbas aromáticas quizá?

Eso último tal vez me ayude a soportar el olor.

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29/05/2018, 09:45
Alira

Sin duda hubiera preferido la otra posada. En eso coincidía con Dri, pero me había acostumbrado a que mi opinión no fuera coincidente con la parte masculina del grupo. Cuestión de sexos? Cuestión de razas? Tanto daba, lo cierto es que estaba en aquel antro de mala muerte donde no sé si impresionaba más la figura herida del cuervo que daba la bienvenida a los fatigados viajeros, la porquería y mugre que invadía la posada, o el aspecto de la mesonera que nos recibía con una ¿seductora? sonrisa.

Tomó la palabra mi compañera de raza y, lo cierto, es que estuve de acuerdo con ella en todo lo solicitado, pero añadí una petición.

- También querría una habitación. Tres camas - dije mirando alternativamente a Dri y a Rose esperando que les parezca bien.

 

Sin pestañear estaba dispuesta a compartir habitación con ellas. Me proporcionaba cierta seguridad. Era habitual que tras lanzar algún hechizo, y dado mi nivel, quedara bastante agotada. Sabía que antes de que mi cabeza rozara la almohada, estaría profundamente dormida. Prefería que un alma despierta como la de Rose, me cuidara las espaldas.

Al mismo tiempo siempre era una oportunidad para hablar, y escuchar, con mayor intimidad de las que nos ofrecían los caminos. Me resultaba harto complicado hablar con algunos de mis compañeros. Tanto buenismo me generaba náuseas, hasta el punto de preferir evitar cualquier debate con ellos.

Qué demonios era aquel olor? La posada se encontraba débilmente iluminada y yo ardía en deseos de ingerir algo caliente.

 

 

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29/05/2018, 10:05
Argos

Finalmente, abandonamos aquel callejón para encaminarnos a la posada con los precios más asequibles. Me causaba cierto pesar imaginar que algunos de mis compañeros debieran realizar el sacrificio de renunciar a comodidades que realmente deseaban por adaptarse a las necesidades económicas de otros como yo, al menos por la parte que me tocaba. Bien era cierto que yo no creía en los lujos, y pugnaba conmigo mismo por prescindir de ellos, pero ese era un camino que debía recorrerse por convencimiento, no por obligación.

Sabes que valoro tu opinión, Leoden, así como que considero la vida un continuo aprendizaje. -Repliqué con amabilidad a la apreciación del explorador, quien amistosamente se ofrecía a mostrarme su visión del por qué mi intento de evitar la confrontación había caído en saco roto- Cuéntame tus impresiones, por favor.

El camino nos llevó hasta una posada que estaba distribuida, curiosamente, en tres edificios distintos. Tan extraña configuración llamó mi atención, aunque no tanto como el colorido del lugar, pintado de un negro que no hacía sino resaltar la presencia de los Caballeros de Neraka en el barrio. Algo, lamentablemente, nada halagüeño.

El Cuervo Herido... -Murmuré mientras contemplaba la estatua sobre la puerta de entrada- Curiosa simbología...

Un cuervo era un ave carroñera de negro plumaje, al igual que los caballeros negros vestían de negro y se aprovechaban de la desgracia ajena, abusando de su poder. Un cuervo herido parecía toda una provocación hacia ellos, precisamente en un barrio de la ciudad que controlaban. ¿Qué historia habría tras todo aquello? ¿O tal vez sólo estaba dejando volar de más mi imaginación?

Accedimos al interior, una estancia lúgubre y mal iluminada, que a buen seguro ocultaba en sus sombras la falta de limpieza del lugar. Llamaron mi atención los trofeos en las paredes, deteniéndome ante la cabeza de un oso negro, que observé dejando que mis compañeros se adelantasen algunos pasos.

Un monumento a la vanidad humana... -Murmuré, soltando un suspiro- La muerte como muestra de poder.

Al percatarme de que mis compañeros estaban siendo ya atendidos por una rubia posadera, retomé el camino para alcanzarles cuanto antes, a ligeras zancadas, hasta situarme a la espalda del grupo. Alira dejó clara su intención de compartir habitación con las féminas del grupo, y yo guarde silencio al respecto a la espera de conocer el parecer de los demás, si deseaban hacer lo mismo que ellas.

Yo tomaré un plato de sopa, por favor, si disponen de ello. -Indiqué a la posadera, esperando que se nos acomodase en una mesa concreta, donde esperaría de pie a que mis compañeros eligieran sitio antes de sentarme yo. Sabía que algunos de ellos seleccionarían el lugar donde tomar asiento concienzudamente, valorando la posición y la visión del lugar.

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29/05/2018, 11:33
Leoden

El camino para llegar a la posada no era muy largo, pero dio tiempo para una de esas breves ocasiones en las que se podía escuchar decir al explorador algo más que tres palabras escuetas.

- Imagina a un perro famélico en la calle, herido y agresivo. Un perro que no conoces, pero decides ayudarlo. ¿Tratas de agarrarlo antes de entender su actitud, o aplacarías antes su hambre o su dolor?

Creo que hablaste bien. Y lo hiciste de forma inteligente.

Usaste palabras que se comunicaban desde aquí - se toca su propia sien - lo que no notaste es que él no estaba a la misma altura. Él estaba más preocupado por esto - desciende la mano hasta la altura del estómago - llámalo ansia, hambre, desesperación... No sé exactamente dónde estaba, pero cuando alguien habla desde tan arriba y con tanta educación, quien está abajo no siempre alcanza a entender. Y hay quienes reaccionan de forma hostil cuando no entienden, puede que por miedo o por vergüenza.

Creo que eso fue lo que pasó. Hay... necesidades que te ensordecen ante cualquier otra cosa.

Cuando termina de hablar, encuentra de frente el lugar al que se dirigían. Al instante le asaltó a la mente la duda de quien podría desear vivir en un sitio con tan poca luz, ventanas ni ventilación. Más parecía un fuerte que una posada, aunque con suerte aquello solo sería el aspecto de la fachada, y las habitaciones estarían orientadas hacia atrás.

Una vez dentro, su mirada se pasea entre los trofeos, sintiendo un cierto sabor agridulce ante esa forma de mostrar tantos cadáveres mutilados. Le recordaba a algunos fuertes mercenarios que había visto. O puede que el dueño lo empleara como demostración de fuerza. Por el contrario, a la rubia despampanante no la mira más de lo que lo haría con cualquier pieza de mobiliario.

- Lo que sea. - Se une al plan. Cualquier cosa caliente sería bien recibida, y parecía la clase de lugar sencillo en el que o te adaptas al plato del día, o te adaptan. Y antes de que se le olvide, añade. - Y cervezas - Mira a Bjoggo y a Rose con una media-sonrisa cómplice. Recordaba muy bien de cuenta de quien iría esa primera ronda.

Hacia la mención de las habitaciones y la mirada interrogante de Argos se limita a encogerse de hombros y asentir pero antes de pedir por preferencias personales, primaba lo básico - Somos seis. ¿Tienen sitio?​- No cuenta al lobo en el cálculo, aunque por su envergadura bien podría merecer un espacio más. Habían llegado tarde, de forma que tampoco sería tan sorprendiendo que a aquellas alturas no quedase espacio en la posada económica de la ciudad, hubiese la compañía que hubiese. 

Aunque no hubiese lugar para hospedarlos a todos, lo que era seguro es que ya estaban allí, y para comida sí parecía que hubiese espacio, por lo que aún en el peor de los casos tendían un rato para echar un vistazo al clásico tablón de anuncios antes de acabar resignándose a buscar la otra posada.

Una vez resueltas esas dudas, en la mesa cede las sillas más cercanas al fuego a quienes parece que han estado pasando más frío, lo que sencillamente dejaba fuera a su compañero druida y a él mismo. Y con el monje... en fin, no tenía claro si tenía o no tenía frío, caminando como lo hacía. Y Rose era Rose. 

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29/05/2018, 12:15
Leoden
- Tiradas (1)

Notas de juego

Cuando estemos todos sentados, trataré de colar unas bellotas debajo de la servilleta (o el baso vuelto abajo, o bajo los cubiertos...) de Rose.

No sé muy bien cómo van las dificultades, pero he puesto tentativamente lo que me ha parecido, y ya tu lo readaptas.

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29/05/2018, 20:07
Bjoggo

La conversación de Leoden y Argos consigue que mis ganas de bostezar sean descomunales, pero consigo contenerme hasta llegar al Cuervo Herido.

Será la barata del lugar, pero a juzgar por la decoración aseguraría que incluso para mi bolsillo será caro. No termino de comprender el exceso de ostentosidad, pero ya estábamos allí.

Cuando la chica pregunta mi mente se distrae mientras mis ojos se fijan algo más allá del escote, momento en el cual le dedico una sonrisa dura y clavando mi mirada en la suya, echando un poco el pecho para adelante, le hablo con total seguridad.

Quizá sea yo quien pueda ayudarte si tienes frío.

Para cuando me doy cuenta ya han escogido un lugar... cerca del fuego. Y han comenzado a pedir, incluso una habitación triple... sin saber los precios. Gruño, por no bufar, y camino hacia uno de los taburetes para dejarme caer en él, de modo que cruje levemente con el impacto de mi peso.

Cervezas.

Digo, asintiendo ante el comentario del explorador. Mis ojos miran a Driexil y arrugo mi mirar, dudo.

Quejas y más quejas...

Protesto, mientras meto la mano en mi bolsa para sacar una pequeña rama.

Es romero. Si lo pones en agua hirviendo el aroma será más intenso.

Extiendo mi mano hasta dejar el romero frente a ella.

- Tiradas (1)
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30/05/2018, 20:28
Driexaril

Encuentro repugnante el modo en que Bjoggo se insinúa a la camarera. Repugnante y, en cierto modo, fascinante también. Tan rudo, tan primitivo, tan... salvaje. Los silvanesti hemos pasado los últimos siglos moldeando y remoldeando una y otra vez las imperfecciones de la naturaleza, domesticándola, refinándola. El sureño para mí es como un desafío constante, una invitación irresistible.

Y también sabe cómo hacerme sonreir. Y sus regalos, por baratos que sean, valen para mí más que la mirra; especialmente en este local hediondo. Le dedico una sonrisa sincera y un guiño travieso como pago por su bienvenido presente pero esta noche Alira tiene razón, será mejor si las tres dormimos juntas para evitar que algún borracho despistado termine colándose "accidentalmente" en la habitación de cualquiera de nosotras.

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30/05/2018, 22:27
Rose

Cuando el druida posó su mano en mi hombro, mientras me decía que no era en dinero como quería cobrarse aquella ronda, le miré entrecerrando mis ojos. A juzgar por esa media sonrisa que terminó por mostrar, parecía estar bromeando, pero aquel tipo de bromas no iban conmigo.

- No te pases un pelo, sureño... - le advertí.

Las opiniones sobre a dónde dirigirnos continuaron sucediéndose, hasta que finalmente tomamos la determinación de alojarnos en el Cuervo Herido. De camino pude escuchar las palabras que Leoden le dirigía a Argos, preguntándome qué tipo de vida había llevado aquel hombre para pensar que las cosas eran así.

- O simplemente eran malvados. – metí baza caminando junto a ellos. – El hambre, la necesidad, te puede llevar a hacer cosas que no harías en otras circunstancias, pero hay cosas y cosas. He tenido que robar para poder comer, pero prefiero morirme de hambre que amedrentar a una niña. – afirmé al borde de la indignación, pues no creía que lo que habían hecho esos hombres tuviera justificación. – Además, era la primera vez que veíamos a esos hombres. No sobrevivirías en la calle con esa actitud… - dije a Leoden en tono más relajado. – Menos mal que contáis conmigo. – terminé por decir a modo de broma, riendo.

La posada del Cuervo Herido resultó ser tan lúgubre por dentro como por fuera, donde habíamos podido ver cómo el lugar estaba completamente pintado de negro y con sus ventanas cerradas a cal y canto, además de lucir aquella estatua de piedra tan horrenda.

Dentro la cosa no mejoraba, destacando la escasa iluminación y el uso de animales como trofeo. En seguida se nos acercó una camarera preguntándonos en qué podía ayudarnos, ante lo que Driexaril fue la primera en pronunciarse pidiendo una mesa cerca del  fuego y algo para entrar en calor. Tras ella Alira solicitó una habitación con tres camas, mirándome después, ante lo que no supe qué decir; encogiéndome de hombros. Suponía que eso era más económico que habitaciones individuales, pero puede que hubiera una habitación más barata que pudiéramos ocupar todos, ¿no? Puede que las elfas tuvieran algún inconveniente en dormir en el mismo cuarto que los hombres.

Argos se unió algo después, tras echar un vistazo al lugar, y pidió una sopa caliente, mientras que Leoden se conformaba con cualquier cosa para él pero pedía aquellas cervezas para Bjoggo y para mí. Le devolví aquella sonrisa que nos mostró, fijándome entonces en cómo el druida miraba a la camarera y escuchando las palabras que le dedicaba. Aguanté una risa ante ello, y cuando secundó las palabras del explorador y este preguntó si había sitio para todos me pronuncié.

- A mí también me gustaría algo de sopa, pero llénanos el cuenco hasta arriba, ¿eh? No escatimes. – le dije a la mujer con una sonrisa.

Cuando la camarera nos indicara qué mesa podíamos ocupar me dirigiría hacia allí, optando por un lugar no demasiado cercano al fuego, pero donde pudiera percibir aún la calidez de este. Aquella no era la única razón para sentarme precisamente en ese asiento, claro. Desde aquel lugar podía observar gran parte de la taberna, así como la entrada y otros accesos.

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31/05/2018, 22:30
Director

La mujer mira a su alrededor y finalmente os aloja en un nicho cercano al fuego.

---Veamos... 6 cervezas y tres...no, cuatro platos de caldo de pollo ¿no?- dice mirando a los presentes- Habitaciones tenemos, estas cuestan 2 de plata por dia sin incluir la comida ni la bebida, claro esta.

Por un momento la mujer se queda mirando la ramita sin saber que hacer, aunque finalmente la coge.

---Gracias, eres muy amable....- dice sonriendo a Bjoggo-.... termino a las 10 de la noche....por sí quieres esperarme...

Tras es se marcha para atender vuestro pedido y daros algo de intimidad.

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01/06/2018, 12:23
Alira

Aquella posada era lo que Alira había imaginado precisamente. Suciedad, podredumbre y una tabernera de tres al cuarto con unas más que dudosas maneras seductoras. Aún así, parecía que el druida iba a estar ocupado aquella noche.

Tanto mejor, igual nos consigue un trato preferente.

Me acomodo cerca del fuego mientras saco las manos de la túnica y las acerco ligeramente a éste. El calor que transmite da una agradable sensación de confort completamente irreal en relación con el lugar en que nos encontramos.

Tras dejar que la posadera vaya a ocuparse del encargo, miro a mis acompañantes:

- Deberíamos de decidir nuestros planes inmediatos. Parece claro todos andamos escasos de fondos. Tal vez debiéramos de buscar algún encargo o... trabajo, que nos permitiera alimentar nuestras respectivas bolsas; salvo que alguien tenga una mejor idea.

Pashin no es lugar seguro y, como hemos tenido tiempo de comprobar, el ambiente anda... crispado. No recomendaría que permaneciéramos aquí más tiempo del imprescindible. Y tampoco podemos pasar el tiempo salvando kenders...

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01/06/2018, 12:36
Argos

La posadera no nos ofreció un mal lugar, dado que la mesa en que nos acomodó se encontraba cerca del fuego, y eso ofreciste un calor del que fácilmente carecía el resto de la amplia estancia. Bien era cierto que, a tenor de lo que presenciamos, aquella mujer podía tener motivos ocultos, o no tanto, para ofrecernos un trato preferente. O, al menos, a uno de nosotros. Algo que provocó que se me escapara una tenue sonrisa.

Tomé posición en una banqueta a uno de los extremos de la mesa, dejando que los demás pudieran repartirse las bancadas con respaldo. Para ellos resultarían mucho más cómodas, y yo no les incordiaría con mi peculiar postura al sentarme. Golpeé el suelo un par de veces con cada pie, a fin de desprender cualquier atisbo de excesiva mugre o barro que se hubiera adherido durante el camino, y me senté sobre la banqueta con la espalda recta, las piernas cruzadas, y las manos unidas con las palmas hacia arriba, una sobre otra, sobre mi regazo.

Es preciso alimentar el cuerpo, para poder alimentar el espíritu. -Concordé con Alira, a mi peculiar manera, sobre la necesidad de conseguir una fuente de financiación que nos procurase el necesitado bienestar- El ambiente en la ciudad parece caldeado, sí. Tal vez lo mejor sería encontrar un encargo que, además, nos permitiera alejarnos de aquí. ¿Labores de protección en alguna caravana comercial, tal vez? -Propuse, ignorando deliberadamente lo que parecía una indirecta que me resultó de mal gusto.

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01/06/2018, 22:32
Leoden

La réplica de Rose lo dejó en silencio. Pero no era la clase de silencio meditativo en la que se solía sumir cuando conversaba con Argos sobre el significado de la vida y otros asuntos que no siempre entendía a la primera, sino la clase de silencio de quien prefiere evitar dar una respuesta. 

Un gesto breve. Había sido sutil. Lo suficiente como para que solo alguien extremadamente atento se diese cuenta de que antes de que se sentara, Rose ya tenía frente a si tres pequeñas avellanas.*

El explorador mira hacia otro lado como de costumbre, pero aquella era la enésima vez que era capaz de plantarle algo sin que la joven se diese cuenta. Un juego entre ambos en el que nadie conocía las reglas exactas, pero que el explorador sentía igualmente como otra pequeña victoria.

Pero su buen humor se desvaneció tan pronto como Alira comenzó a hablar, dejándole un sabor aún más agrio y un poco menos dulce en el paladar de lo que el escenario había conseguido. 

Hacia Argos asiente, e instintivamente sus ojos revisan las paredes. No sucedía siempre, pero era común encontrar algún tablón con anuncios, recompensas y ese tipo de personas.

Pero entonces repara en algo, quizás un poco más tarde de lo que hubiese preferido. - ¿cuatro?

Hace repaso mental y se gira al druida - ¿Seguro que no prefieres algo caliente? - Que se vanagloriara de haber crecido masticando témpanos de hielo para beber no significaba que el cuerpo no le fuese a agradecer un descanso de verdad, aún asumiendo que le quedase una porción de carne de caza lo bastante grande como para alimentarse él y a su lobo.

A Alira prefirió no preguntar.

Notas de juego

Si, para esto era la tirada. Y no será la última ;) (Si alguien quiere ver el gesto, fue una tirada de Sigilo con total de 21)

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02/06/2018, 12:01
Rose

La posadera nos indicó dónde podíamos tomar asiento y tras confirmar nuestro pedido hizo una proposición al druida y nos dejó a solas. Me senté en un lugar desde el que podía observar la gran parte del local, cosa que hice en primer lugar, pero cuando mis compañeros comenzaron a hablar volví mi mirada hacia ellos. Fue entonces cuando vi aquellas tres avellanas frente a mí, mirando a Leoden de inmediato y poniéndome de morros.

¿Otra vez? ¿Cómo lo hace?

El berrinche se me pasó rápido, comenzando a cascar aquellas avellanas y comiéndome cada una de ellas tras lanzarlas al aire, atrapándolas con mi boca. A punto estuvo de atragantárseme la última cuando Alira soltó aquella indirecta. De momento nadie había dicho nada al respecto, pero estaba convencida de que aquel comentario no habría gustado a más de uno, entre los que me encontraba.

Argos, de acuerdo con que encontráramos alguna ocupación, propuso la escolta de alguna caravana comercial. El explorador asintió ante ello, antes de girarse hacia Bjoggo y preguntarle si no prefería algo caliente. No pude evitar dejar escapar una risa ante aquello.

- A mí me parece que ya va a tener algo caliente cuando esa camarera termine su jornada. – volví a reír, antes de inclinarme hacia Alira para susurrarle. – Quizás a ti también te vendría bien relajarte un poco… ¿Te busco un buen mozo? - bromeé en voz baja, antes de volver a apoyarme en el respaldo de mi silla y dirigirme a todos. – Me parece bien lo de la caravana. Podríamos preguntar a la nueva amiga de Bjoggo si sabe de alguien que necesite ese servicio, o cualquier otro del que podamos encargarnos.

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02/06/2018, 13:53
Bjoggo

Aunque sonrío a la respuesta de la chica, que me indica que sólo debo aguardar un rato y a la que respondo con un sencillo asentimiento de la cabeza, arrugo la frente cuando veo cómo toma el romeo que le he dado a Driexil y mis ojos siguen su movimiento. Luego miro a mis compañeros y bufo.

Seis. Seis platos, por favor.

Le digo con un tono más agradable, para enseguida clavar mi mirada en nuestra pelirroja pícara.

Ahora quiero calentar la barriga, y saciarla, a ser posible. Luego ya me encargaré del calor y de saciar.

Una leve sonrisa más tranquila. No quería entrar en polémicas de supervivencia en la ciudad intimidando a los débiles, pues era un comportamiento bastante animal que podía comprender, fuese o no de mi gusto. Rebusco de nuevo en mi bolsa para sacar una segunda rama de romero, la última. Me tocaría buscar para mis caldos, pero al menos podría evitar más malas intenciones, y de nuevo la dejo frente a Driexil.

Río a la situación de las avellanas, aunque las miro con cierta hambre. Recuerdo entonces que tengo un buen puñado de bayas en la bolsa, de las que daré buena cuenta dentro de un rato.

No me importa demasiado el encargo, así que decidid vosotros qué os gusta más, preguntad a quien gustéis. No sé qué estará pasando en la ciudad, pero estoy de acuerdo en que no me gustan en exceso. Las cosas que se quedan quietas demasiado tiempo terminan pudriéndose y muriendo, o envenenando su entorno.

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03/06/2018, 21:01
Driexaril

Me quedo muda de asombro cuando la humana coge mi pequeño regalo pensando que es para ella. La verdad es que no puedo enfadarme, la pobre apenas junta la inteligencia justa para atender las mesas de la posada y no voy a montar una escena por una ramita de romero. Solo lo siento por Bjoggo, que agota sus existencias pare hacerme un nuevo presente en lugar de montar una escenita. Mucho mejor así, lo último que quiero es llamar la atención en una ciudad en la que, hasta el momento, no me han demostrado demasiada simpatía.

—Lo de la caravana me parece bien, si hay algo de trabajo de eso —concuerdo con la propuesta de Argos, arrugando la nariz a causa del olor y acercándome el romero—. Cualquier cosa que nos permita abandonar Pashin cuanto antes con unas pocas monedas en el bolsillo. No es un sitio en el que me gustaría abrir una floristería precisamente, aunque está claro que les vendría bien.