Partida Rol por web

El Escudero sabía donde estaba el cánido, con su imagen mental de la sala como una impronta en su retina, camina hacia delante esquivando, apartando, a Desdémona. La oscuridad sólo da miedo a los niños pequeños, y no servirá contra caballeros de Solamnia.

Al llega a la mesa, sin demasiada sutileza, se da cuenta que justo delante de él la oscuridad de desaparece, así que sin sonidos de batalla ni nada que se parezca, descarga su espadón con toda la fuerza de sus músculos, como hace siempre en el primer ataque de cada combate. Para dejar las cosas claras desde el principio.

Mi espadón sale de la oscuridad como una guillotina.

Las pisadas potentes de Leviathan avisaron con tiempo a Desdemona de que el gigantón solámnico se iba a unir al combate. Esta, pese a que no podía horadar con la vista la oscuridad como solía, estaba mas que acostumbrada a moverse por ella con soltura, así que se echó a un lado en completo silencio, dejando que Leviathan pasase sin encontrar obstáculo alguno hasta que, uno..., dos..., tres..., cuatro pasos mas adelante, llegó a la mesa que sabía que allí se encontraba, comprobando, con sorpresa, que la oscuridad acababa allí. Durante toda esa corta marcha, había tensado los músculos con fuerza, elevando a Damocles sobre su cabeza y, cuando se asomó a zona iluminada de nuevo, liberó la presión sobre el enorme pomo, dejando caer el pesado filo sobre el cuerpo del Mastin Infernal, que brillaba con el rojizo fuego de la ira. Como una guillotina, el arma se hundió en el costado del perro, haciendole aullar de rabia y dolor, mientras un chorro de su magmática sangre saltaba por los aires.

Pese a su evidente falta de inteligencia, el can no era tonto, y su mirada, cargada de odio, mostraba claramente que intuía su mas que claro final.

Leviathan se mueve hasta D9, y ataca (AP -3/+6) al Hell Hound 2 que, pese a tener un +4 a la CA por cobertura (por la mesa), no evita la dentellada del espadón, que le hace nada menos que 17PG de daño!!!

MAPA ROUND 2

INICIATIVAS

22 Baigron (12PG de daño)

-- Hell Hound 1 (muerto)

18 Erilyn (en zona oscura)

17 Zoak (3PG de daño)

16 Kartag (Envenenado -11 a Des, en zona oscura)

 9 Hell Hound 2 (17PG de daño)

 8 Desdemona (en zona oscura)

 8 Tarben

 8 Leviathan (en zona oscura)

 7 ¿¿??

 7 Anubis (Escudo (+4CA, 20r, en zona oscura)

¡¡¡Turno de Desdeomona!!!

Cerro los ojos tras aquellas palabras, otra vez escuchadas, pues no era la primera vez que escuchaba aquella voz ¿podían ser aquellos perros otra ilusión? ¿podía ser que solo estuviesen jugando con ellos? salio de aquellos pensamientos cuando escucho un siseo de Baigron, no parecía estar bien y ese siseo no la tranquilizo para nada, al revés, si por ella hubiese sido habría salido corriendo hacia su amigo, pero tenia que ser prudente, no podría ayudarlo estando muerta. Abrió los ojos y para su sorpresa, no veía nada, aunque no era algo que no hiciese generalmente, moverse por la oscuridad, además su fantástico oído la guiaría sin problemas, de ahí que se apartase a tiempo, para no obstaculizar la marcha del enorme Solamnico.

Avanzo hacia donde se escuchaban los sonidos, pues sabía que tarde o temprano se acabaría esa oscuridad, no creía que estuviesen luchando a ciegas, más cuando escuchaba a los perros quejarse. Su intención, más que ayudar, sabía que poco podría hacer si ya estaban todos enzarzados, era llegar a la luz e investigar si veía algo en la habitación o a alguien ¿de donde venia esa voz?

Observabas la escena con mirada crítica, fascinado por la magia que había traido a esos demoniacos seres hasta aquella sala, aunque los datos que manejabas sobre los magos que habitaban (o habían habitado) esas estancias te confirmaban que podían hacer eso y mucho mas. Y, de pronto, la oscuridad apareció, de repente, densa y cambiante, confirmando lo que ya sospechabais: - No estamos solos...

Enseguida pusiste en marcha el protocolo de protección, cojurando el escudo de energía que te protegería en caso de ataque. Notabas la mano de Erilyn en tu espalda, agarrando con fuerza tu túnica, su mano crispada, sin duda aterrada por encontrarse allí, y de pronto, perder la capacidad visual. Un gritito ahogado, y un paso al acercarse aun mas a tí te confirman también esto último.

De pronto, un ruido, como de un aleteo leve, a tu espalda, te llama la atención, permitiendote girarte justo cuando un a criatura alada, pequeña, como un demonio carmesí con cuernos largos y puntiagudos que parten de su frente, y de piel coriacea, penetra la pulsante oscuridad y lanza contra tí su cola acabada en un temible espolón que, justo despues de que, con un grito, Erilyn se escurra por un lado, hacia tu espalda, respirando pesadamente.

Pese a iniciar un movimiento, tratando de esquivar el aguijón, y a que este choca en primera instancia contra la energía de tu escudo de energía, el ominoso aguijón se clava en tu piel. Y no es el daño que produce, que te hace apretar los dientes, si no le fuego que parece penetrar en tu cuerpo el que te preocupa...

Desdemona duda sobre si acercarse a ayudar a Baigron o volver hacia la voz que, tenue, había escuchado en el pasillo, pero finalmente decide ir a ver como se encuentra Baigron: el gruñido que emitió fue de extrema agonía, y quería confirmar que se encontraba bien, antes de investigar la voz que, parecía, había conjurado esa impenetrable oscuridad. Con pasos seguros, y silenciosos, se dirigió a la zona central de la sala, cerca de la mesa, zona que había reconocido como segura, al menos de momento. Como sospechaba, por los ruidos de lucha que escuchaba, la Oscuridad no cubría toda la habitación, así que, cuando notó que la oscuridad era menos tupida, se asomó con cuidado, al lado de Kartag, para ver que el cánido infernal que luchaba contra ellos estaba destruido, y se colaba en forma de lava liquida por las grietas del suelo y, sobre todo, que Baigron tenía un aspecto lamentable, con ampollas por todas las escamas, pero aun estaba en pie, tomandose un respiro.

De pronto un grito agudo, como de sorpresa, por parte de Erilyn, precede a otro mas grave, como soltando todo el aire de Anubis, cuyo crujir de su túnica puede escuchar Desdemona perfectamente, pese a no verle: - Ha hecho un movimiento rápido, le están atacando!!, pensó la Tieflin, tensando todos sus músculos.

Aquella voz que había oido en el pasillo parecía que había entrado en acción, atacando la retaguardia, la cual había quedado inquietantemente desprotegida...

Desdemona se acerca, sigilosa, hasta E8, para confirmar que Baigron está jodido, pero bien.

Erilyn, que retenía accion (Defensa Total, manteniendose protegido por Anubis), se mueve a la espalda de Anubis, a D5, recibiendo un AdO, recibiendo 2PG de daño, quedando con 0PG y por lo tanto, Incapacitada (Disabled)

Anubis recibe un ataque, perdiendo 2PG de daño (peculiaridades ya enviadas por privado). Anubis aun tiene que hacer algunas tiradas, que seguimos llevando por privado... ;)

MAPA ROUND 2

INICIATIVAS

22 Baigron (-12PG)

-- Hell Hound 1 (muerto)

18 Erilyn (-2PG, Incapacitada, en zona oscura)

17 Zoak (-3PG)

16 Kartag (Envenenado -11 a Des, en zona oscura)

 9 Hell Hound 2 (-17PG) 

 8 Desdemona (en zona oscura)

 8 Tarben

 8 Leviathan (en zona oscura)

 7 ¿¿??

 7 Anubis (-2PG, Envenenado -4 a Des, Escudo (+4CA, 20r), en zona oscura)

¡¡¡Turno de Anubis, y despues comenzamos R3, con Baigron, Zoak y Kartag!!!

Casi en el mismo momento en que identificas al pequeño demonio como un Imp, su veneno superas tus propias defensas, y notas como tus brazos y piernas empiezan a entumecerse y a pesar como si estuviesen hechos de plomo. Trastabilleando, casi te apoyas en Erilyn, a tu espalda, que jadea como si el aire hubiese abandonado sus pulmones...

  - ¡Ayuda, un Imp!. ¡ Nos a picado! - Grito a mis compañeros, mientras trato de librarme de él de un varazo. Con suerte, al ser una vara mágica, le hará daño.

Rodeado por la asfixiante oscuridad, herido, y notando como algo inoculado por el diablillo corría por sus entrañas, Anubis solo atinó a pedir ayuda a sus compañeros, mientras trataba de sacarse de encima a su enemigo con su vara. Pero estaba claro que la lucha a cuerpo a cuerpo no era su fuerte, pues el imp esquivó con destreza el golpe, dedicandole una sonrisa demente, mientras miraba "mas allá" de la posición del mago...

Baigron siseo furioso y con todos los nervios de su cuerpo gritando por el calor abrasador que le había caido encima, el dichoso chuco del infierno, pese a que habia hundido el filo de Fleshrend en su cuerpo, aun habia sido capaz de devolver el ataque, abrasandolo como un maldito pollo al fuego.

Pero haciendo fuerza del dolor, Baigron continuo luchando, buscando a la otra presa que quedada y continuando golpeando, incasable y dolorido, ya tendria tiempo despues del combate para contemplar los daños...

El tiempo que tardó el castigado cuerpo de Baigron en asimilar el daño provocado por la bocanada de fuego del condenado perro fue lo que tardó en subirle la bilis por la garganta, y con ella la furia para seguir combatiendo. Confirmó, satisfecho, que Tarben había dado cuenta del can, así que, girando la cabeza, buscó una nueva víctima. El otro perro se encontraba herido, y rodeado por sus compañeros, pero a él no le gustaba dejar nada al azar, así que, levantando su espada bastarda, empezó a girarla por encima de su cabeza, a la vez que se acercaba de dos grandes zancadas a la única posición desde la que podría tratar de acabar con la bestia. El tablero de la mesa la protegería, pero Fleshrend tenía el suficiente alcance como para poder hundirse en las entrañas de la bestia infernal. Y así lo hizó, un tajo potente voló por encima de la mesa, alcanzando al perro en el abdomen. Una bocanada de fuego y lava salió del profundo corte, llenando la zona de vapores sulfurosos mientras las bestia se deshacía en el suelo, abrasando la vieja roca y dejando marcas negras en la mesa, allá donde las gotas habían saltado.

Viendo que la batalla con los perros había llegado a su fin y que todos, aunque no bien del todo, se mantenían en pie, corrió a toda prisa alertada por el grito de Anubis pidiendo ayuda, era la que estaba más cerca, no sabia que se encontraría allí, pero sin duda el mago necesitaba ayuda y por lo tanto la chica también. Así que no pensó y salio corriendo en su dirección.

Según el mago dice el nombre de la criatura, tratas de rememorar lo que sabes de ella, pues a buen seguro que te has cruzado con alguna de ellas en tu vida, dada tu naturaleza...

Kartag no estaba en su mejor momento y lo sabía. Pero el grito de Anubis lo impulso a dirigirse hacía el, intentando recordar donde se encontraba, deshizo el camino y se apróximo hacía el.

Un imp, había dicho. Esa criatura acosaba a su compañero y pagaria por ello.

Llegando a la altura donde supuestamente se encontraba Anubis con movimientos silenciosos, intento discernir o escuchar alguna señal enfocando sus sentidos draconicos, tales como el aleteo del imp o la respiración de su compañero. Cualquier indicio que le pudiera ayudar a localizar al atacante.

Con su fino oido, el draconiando Kapak escuchó la petición de ayuda de su compañero mago. No sabía lo que era un Imp, pero sí sabía que su compañero no era rival en un combate cuerpo a cuerpo, así que, tirando de memoria visual, trató de acercarse sigilosamente hacia el pasillo, de donde provenían los gritos. A punto estuvo de chocarse con Erilyn, que respiraba pesadamente protegida por la posición del mago humano, que trataba de mantener a raya al menudo demonio, pero en el último momento la ubicó y rodeó, sin que esta se diera cuenta. Haciendo gala de una magnífica concentración, Kartag se orientó perfectamente, hasta que llegó al umbral, y, en penumbra, vió al joven ususario de la magia luchando contra un pequeño demonio de rojas escamas y ojos como carbones ardientes de apenas 4' de alto que revoloteaba a su alrededor, con mirada sádica, tratando de clavar de nuevo el aguijón que portaba al final de su larga cola, que le recordó vagamente a la que tenía un escorpión. El trastabillar del joven, junto a la oscura mancha carmesí que tenía cerca del hombro, confirmaban que ya había tenido éxito al menos una vez.

Con una rapidez que distaba mucho de la que el monje hacía gala antes de caer envenenado por la marabunta de ciempies, el monje lanzó un puñetazo contra el desprevenido diablillo, que no se habia percatado de la presencia del draconiano, teniendo mucho cuidado en evitar la falsa profundidad que la marea de oscuridad creaba en su campo de visión. Con precisión, impactó en el enjuto y correoso cuerpo del Imp lanzandolo para atrás, con un coro de chasquidos, y un gorgorito gutural por parte del demonio, que protegiendose con un brazo la zona no tan machacada por el guantelete del monje como este hubiese esperado, se dedicó a sisear, señalando con el dedo de la otra mano, a su nuevo enemigo, con el que no contaba.

Tarben escuchó el grito de la joven, y la llamada de auxilio de Anubis. Como Baigron ya había dado cuenta del perro infernal, se decició a ir a socorrer a su amigo. No tenía muy claro qué era un Imp, pero seguramente algo peligroso sin duda.
Como no podía ver bien el camino debido a aquella oscuridad, tuvo que hacer el recorrido largo, pero mejor aquello que no darse contra algo que no veía.
El clérigo avanzó hasta la pared, y luego la siguió despacio hasta encontrarse con el otro draconiano. Al parecer estaba peleando con alguien, por lo que no podía continuar.

Kartag. Cuando puedas avanza, así podremos pasar los demás.

Haciendo gala de una templanza que necesitaría si quería ascender en la Orden hasta convertirse en Caballero de la Espada o de la Rosa, tras caer el can infernal y escuchar los gritos de sus compañeros en la retaguardia, Tarben decidió no lanzarse a lo loco en medio de aquella oscuridad conjurada magicamente, así que se pegó a la pared, pasando la posición en que se encontraba Zoak, que descansaba apoyando ambos brazos sobre la tabla de la mesa, y caminó con cuidado en direccion norte hasta la esquina, y de ahí, siguiendo la pared, hasta el pasillo, donde vislumbró la espalda de Kartag, luchando contra algo, y el perfil, difuminado por la penumbra, de Anubis, que trataba de quitarse al enemigo de encima con su bastón. Lo que no alcanzaba a ver desde su posición era al tal Imp, que estaba mas allá de la bruma oscura que todo lo cubría, aunque sí escuchaba su siseo, y una especie de movimiento oscilante, que cortaba el aire: no parecía tener gran tamaño, por lo que podía oir.

Tarben se mueve, siguiendo la pared oeste, hasta C5, en efecto, no pudiendo pasar mas allá al estar tanto Anubis como Kartag luchando a cuerpo a cuerpo.

MAPA ROUND 3

INICIATIVAS

22 Baigron (-12PG)

-- Hell Hound 1 (muerto)

18 Erilyn (-2PG, Incapacitada, en zona oscura)

17 Zoak (-3PG)

16 Kartag (Envenenado -11 a Des, en zona oscura)

 -- Hell Hound 2 (muerto) 

 8 Desdemona (en zona oscura)

 8 Tarben (en zona oscura)

 8 Leviathan (en zona oscura)

 7 Imp (-10PG??, en zona oscura)

 7 Anubis (-2PG, Envenenado -4 a Des, Escudo (+4CA, 20r), en zona oscura)

¡¡¡Turno de Zoak, Desdemona y Leviathan!!!

Los canes habían caído el herido Baigron había acabado con el último con un ataque de furia. Fue un golpe brutal, cada día se asombra más de la resistencia y la fuerza de esta raza. Ojalá la caballería los pudiera admitir en sus filas. Cuando estaba a punto de saludar y alogiar a los participantes por acabar con estos canes del infierno, otro grito llega por detrás.

¿Donde demonios estaba esa tiefling? No la ha visto ni atacando a los canes ni tampoco defendiendo la retaguardia. Habría que tenerla en vigilancia...

Leviathan camina junto a los demás que oye se apelotonan en el pasillo, avanzando en la oscuridad, hasta que tropieza con un bulto que es la chica, esta vez no la dejará sola. Se acuclilla junto a ella y la pone boca arriba, parece que está herida.

- Aguanta- le dice con un tono suave, mientras le pone una mano en el pecho para sentir sus latidos.

El enorme solámanico se dirigió a grandes pasos hacia la fuente de los gritos. Sus compañeros estaban siendo atacados por algo conocido como "Imp", y, al parecer, estaban teniendo problemas. Desgarrando la oscuridad a cada paso, finalmente llegó hasta la chica que acaban de liberar de los canes infernales, Erilyn, que se había dejado caer al suelo, agarrandose las rodillas, mientras presionada con un pañuelo la parte de la sucia blusa empapada de sangre. La voz del Caballero la reconfortó, y enseguida empezo a sollozar, sin apenas fuerzas, dejandose mecer por sus poderosos brazos. A Leviathan, su corazón le pareció que palpitaba aun con fuerza en el pecho. No era un experto en sanación, pero, pese a lo aparatoso de la sangre, y a lo debil que la chica parecía estar, su vida no parecía correr peligro.

Un poco mas allá, en la penumbra, podía ver a silueta de Tarben, que trataba, espada y escudo en mano, de buscar un hueco por el que entrar al pasillo que bloqueaban Kartag y Anubis.

Tarben se mueve, siguiendo la pared oeste, hasta C5, en efecto, no pudiendo pasar mas allá al estar tanto Anubis como Kartag luchando a cuerpo a cuerpo.

MAPA ROUND 3

INICIATIVAS

22 Baigron (-12PG)

-- Hell Hound 1 (muerto)

18 Erilyn (-2PG, Incapacitada, en zona oscura)

17 Zoak (-3PG)

16 Kartag (Envenenado -11 a Des, en zona oscura)

 -- Hell Hound 2 (muerto) 

 8 Desdemona (en zona oscura)

 8 Tarben (en zona oscura)

 8 Leviathan (en zona oscura)

 7 Imp (-10PG??, en zona oscura)

 7 Anubis (-2PG, Envenenado -4 a Des, Escudo (+4CA, 20r), en zona oscura)

¡¡¡Turno de Zoak y Desdemona!!!

Mi desorientación es absoluta: la oscuridad, los sonidos reverberantes, los erráticos ataques que acabo de realizar…

Escucho a Anubis exclamar: "¡Ayuda, un imp! Nos ha picado." Eso no hace sino aumentar mi confusión y crear aún más dudas en mi interior. Canes infernales, Imps... demasiado para un simple herrero.

Por un momento estoy tentado de dejarme caer en el sitio para descansar unos instantes hasta que todo esto haya pasado. Pero, entonces, pienso en mis amigos, en que están metidos en esa oscuridad luchando contra los dioses saben qué, y decido avanzar hacia ellos para ayudar en lo que pueda.
Me sumerjo en la oscuridad siguiendo los pasos de Tarben hasta casi chocar con su espalda, pues compruebo que se ha detenido a la espera de encontrar un hueco por donde continuar avanzando.