Partida Rol por web

Ya han pasado 5 dias desde el ataque de esos extraños enanos albinos, que usaban magia y acero por igual, con un estilo mucho mas tosco, mas directo, pero con una eficacia que emula la de los Drow. Estuviste cargando con la Tifling (a ratos te preguntas por qué, que tiene esa chica que te hace ir en contra de tu supervivencia... pero es algo que tendrá que esperar, pues aun hay muchos peligros acechando...).

Varias veces has tenido que usar tus poderes para ocultaros, pues patrullas de esos enanos te recordaban que aun estabais en su territorio. Pero ya estás seguro de que habeis salido de su terreno, la luz indica que estais mucho mas cerca de la superficie que en dias atras, y lo primero que has aprendido es que a esos enanos albinos les gusta la luz poco mas que a los elfos de piel negra!!!

La cueva a la que habeis llegado, tiene una fuente de agua dulce, con peces ciegos, y sapos del fango, que una vez despojados de su veneno, son un exquisito manjar, dadas las circunstancias!! Ademas, cada vez te cuesta menos alimentar a la tiefling. Tu humor ha mejorado, sabiendo que los enanos, y sobre todo, los restos de vuestra patrulla, y esa zorra clerical, han quedado atras. En breve, tus preguntas tendran sus respuestas!!

Un ruido, un gemido leve, te hacen salir de la momentanea ensoñación: La Tifling está volviendo en sí!!!

Ya quedaba poco. El Draconiano remarcaba estas palabras en su mente constantemente. El aumento de luz, si bien al principio azotó su rostro como una fusta, debido al tiempo pasado en la oscuridad mas absoluta, fue una señal de alivio que esperaba con ansias. Se acercaban a la superficie, y pronto, todo habría terminado.

¿Pero qué, exactamente? ¿Por qué había huído con esta extraña criatura? No era humana del todo, pero tampoco... Su olor era extraño, como a algun componente alquimico. Le hacía sentir un nudo en el estómago, una sensación de náusea y malestar profundo.

No sabía donde estaba exactamente, pero tanto daba. Tan sólo quería escapar. ¿Que harían, sin embargo? ¿Cuanto habria cambiado el mundo en su ausencia?

Se palpó el hombro. Le dolía. El recuerdo de una vieja herida que sanó, pero cuyas cicatrices calaron mucho más hondo en su ser, le hizo recordar la vulnerabilidad que sentía en estos momentos.

Sólo era un juguete en manos del destino. Le habían hecho sentir cosas... Un dolor profundo que iba mucho más allá del físico. Era... como si se sintiera obligada a aliviar el dolor ajeno, por miedo a sentirlo como propio. ¿Quizás por eso había rescatado a esta muchacha? ¿Quizás porque no podía soportar dejarla allí, a merced de aquellos peligros? El hubiera querido que alguien la socorriera cuando la zorra drow se la llevó.

Pero nadie lo hizo. Nadie la echó de menos.

Un gemido. Dió un brinco hacia un lado.

- Vith usstan... - siseó, alertado de pronto por el gruñido.

Se relajó un poco al ver que era la muchacha, que despertaba. Por precaución, la dejó en el suelo y se alejó un poco. Quizás debía haberla atado... Pero de momento, decidió confiar en las circunstancias. No creía que fuese un peligro en su condición actual.

Dolor... Dolor punzante que se clava en tu carne, y horada profundo, en busca de tu alma... Luego remite. Ruidos amortiguados llegan a tus oidos, y de pronto, oscuridad de nuevo...

... el dolor ha menguado, ahora una luz quema tus ojos, mientras das vueltas  en circulo... Quien te tiene agarrada de los tobillos, y da vueltas sobre si mismo?? Quieren lanzarte?? Por qué??... Oscuridad...

... ruidos, agua cayendo, con un eco potente... La garganta, en respuesta, seca, clama por un poco de liquido elemento... Tienes los ojos cerrados, pero puedes sentir cierta luminosidad, al menos mucha mas que en los ultimos... Meses?? Años?? Dificil decirlo...  Espera!! Un crepitar, tambien, de un fuego pequeño, cerca... Como una avalancha, recuerdas la pelea entre las zorras sacerdotisas de piel negra, luego el caos, con sus soldados luchando entre ellos, y despues, la emboscada de esos extraños enanos de ojos lechosos, y la carniceria de magia y acero con que golpearon a los drow. Seguiste a la Sacerdotisa a la que te veias obligada a servir, que reculaba, hacia tuneles mas seguros... De pronto, las serpientes de su latigo te golpearon, clavandose en tu carne, emponzoñandola, mientras te gritaba, culpandote de todo... Y despues, la Oscuridad cerro su abrazo sobre ti... hasta ahora.

La sensacion de girar cesa, estás debil, y una nausea flota cerca, en tu interior, pero crees que ya has recuperado la consciencia del todo. Con los ojos cerrados, fiandote de tu fino oido, sabes que estas en un cueva, no muy grande, pero de techo relativamente alto, y un riachuelo, o algo similar, cae a una poza. La leve luz que se filtra por tus parpados te dice que no estás de vuelta a la Suboscuridad, si no todo lo contrario. Y huele a fuego, no muy grande, a juzgar por el ruido que hace al crepitar... No te parece escuchar voz alguna, o ruido de movimiento. Estarás sola??

Se paso una mano por la cara, y arrugo la nariz, fuego, olía a fuego, un ruido, agua, agua, fuego..... ¿donde narices estaba? recordaba a los drows, aquella insolente elfa de piel negra, apretó los dientes y los puños, esperaba que la hubiesen matando muy lentamente, someterla a ella, a una tiflin... ¿quien se creía que era? viviendo bajo tierra, desterrados por sus congéneres.

Parecía que ahora estaba sola, pero ¿quien la había traído ahí? y ¿que había pasado? demasiadas preguntas sin respuestas, un momento ¿luz? ¿dejaba de estar bajo tierra? Abrió los ojos poco a poco....

Vas abriendo los ojos poco a poco, acostumbrandolos al nivel de "luminosidad" que hay, pues luz como tal, la que hace el pequeño fuego que crepita a pocos pies de tí. Cuando se acostumbran lo suficiente como para abrirlos del todo y quitar la telaraña que habia usurpado tu conciencia durante ¿horas?... ¿dias?..., puedes ver, al otro lado del circulo de luz que genera la pequeña hoguera, a un Draconiano de piel coriacea, broncinea, con una túnica oscura, así como una capa con una capucha del mismo color, y ribetes dorados, apoyado ara en en un pie, ara en otro, expectante. Al principio, la rabia bulle en tu interior, recordando la maldad que solia guiar los actos de su raza, pero de pronto recuerdas su nombre: Baigron. Baigron, el Esclavo. Pertenecia a la Compañia de Exploracion de la Superficie, nunca te trató mal...

Que significa todo esto??!!, piensas, mientras con movimientos ritmicos, vas llevando sangre a tus extremidades, dormidas aun por un periodo prolongado de tiempo sin usarse...

Ante la tiefling, una figura poderosa la observaba con un ojos curiosos. Vestía una túnica oscura, así como una capa con una capucha del mismo color, y ribetes dorados. Permanecía de brazos cruzados, escrutando a la endemoniada como quien observaba a un animalito abandonado.

La musculatura de su cuerpo delató su género. Era un varon. La tez, broncinea como la herencia de la que provenia.

- Así que despiertas. - dijo el draconiano. - Mejor. Pesas mucho.

Sus labios se curvaron en una sonrisa socarrona.

Sus ojos se tiñeron de un rojo intenso nada más verle, pero cuando consiguió aclimatar su visión, y lo vio mejor, vio que no era un draconiano culaquiera, si no, aquel que era un esclavo, como ella. ¿Ahora esperaba esclavizarla a ella? esperaba por su bien que no, pues no lo permitiria.

Se aclaro la garganta, aún seca como la tenia, carraspeo un par de veces -¿donde están los elfos oscuros? ¿y que ha pasado?- no quería ni habla con el, pero su curiosidad era demasiado grande como para mantenerse callada.

- No tendrás que preocuparte más por Yuthsunnê, pues estás fuera de su ámbito... y yo también... - Ahora, recupera tus fuerzas. Pronto necesitaremos de tus habilidades..., dice el draconiano, mientras la sonrisa sesgada, perdida hace unos segundos, vuelve a aflorar a sus labios.

Le miro entre cerrando los ojos, aunque ni un ápice de rojo aparecía en ellos -¿que te hace pensar que te ayudare? es más ¿que gano yo?- suspiro y le relamió los azules labios -Que dulce es la venganza cuando se equilibra la balanza ¡¡Dios me libre de las aguas mansas!! no, ese hace tiempo que me abandono- se tumbo

La sonrisa socarrona en la cara del draconiano se ensancha aún más, si cabe, seguro de tener las claves para manejar la situación... - Criatura, creo que no hay duda alguna de que, contra toda lógica, al menos para alguien como tu y como yo, he arriesgado mi vida para salvar la tuya... No, dice, poniendo los brazos por delante, como pidiendo a la extraña mestiza un momento más, no te diré eso de "me debes la vida". Ahora estamos tu y yo, y nadie más. Que por que te he ayudado?? Si tengo que ser sincero, no lo se, o al menos no lo sabía, pero ahora lo veo más claro: mi futuro en la superficie necesita de compañia, al menos hasta que sepamos donde estamos. Además, no creo en la esclavitud, así que eres libre de hacer lo que quieras, así que piensa bien que vas a hacer, dice, girando la cabeza hacia el fondo de la cueva, mientras echa otro trozo de raíz al fuego, aprovechando para calentarse las manos, y le pasa a la tiefling un pellejo de agua, y una escudilla de guiso de pescado.

Cogió lo que le tendió el Draconiano, bebió y comió como si no hubiese un mañana, pues la "vida" con la otra elfa no había sido para nada ni aceptable, y le miro.

-Si, supongo que tu supervivencia depende de mi, y aunque no lo digas, en cierto modo, si, que te debo la vida, así que me ocupare de que sobrevivas aquí, pero no para siempre. Y no me llamo criatura, mi nombre, o el que sabrás pronunciar es Desdemona-

- Veo que nos entendemos, Desdemona, dice, con una leve inclinacion de cabeza. A mi puedes llamarme Baigron...

Pasa un rato en silencio, observando, como divertido, como come la Teifling, mientras recoge los cacharros con los que ha cocinado el guiso. Cuando acaban ambos, cada una de sus cosas, dice a Desdemona: - Gracias por la disposición. Ahora, cuentame un poco como es el mundo del que vienes, sus gentes, y costumbres. Siempre es bueno saber de todo, nunca se sabe donde puede acabar uno..., tras lo que se sienta, ligero, y arrebujado en su capa, en una piedra, a unos 5' de Desdemona, y la mira con intensidad.

Se sienta - No tiene nada que ver con tu "mundo",  no hay un sol cuando es de día, aunque sí vegetación, por zonas, el cielo cambia de color, segun las corrientes que lo surcan, y.... muchisimas razas diferentes, muchas de las cuales hay que vigilar, siempre que estas alrededor, estas avisado - se recostó para descansar.

La cara del Draconiano pasa de la divertida a la francamente interesada, mientras la Tiefling va desgranando datos sobre su plano. Cuando acaba, no puedo mas que preguntar:

- Pero... Teneis Dioses?? Que tipo de Deidades hay por ahí?? Rige el asesinato y la traición, o la Ley y el Orden??, tras lo que vuelvo a arrebujarme en la capa, ansioso por saber mas de ese extraño mundo del que venia la Tiefling, que, a buen seguro tenia otras Deidades distintas de las suyas...

Complacida por el interés que mostraba el Draconiano, prosiguió -Hay varias deidades, como en todos sitios "buenas" y "malas" y como en todos sitios "héroes" y "villanos" - sonrió.

La cara del Draconiano, por lo menos por un instante, da la sensacion de que esté pensando algo, que acaba con una sonrisa, quiza por la conclusion a la que llega:

- Tantos años sin Dioses, y pensaba que habian desaparecido en todos los sitios... En fin, ahora veo que no, y eso abre las puertas a nuevos enigmas...

 Tras eso, vuelve a mirara la Tiefling, y dice:

- En la superficie, verás que no en muchos sitios me reciben con los brazos abiertos, pero a tí... Ejem, deberías viajar embozada, ocultando tus rasgos. Lo desconocido suele dar desconfianza, y eso tiende a acabar mal...

Le miro enarcando una ceja - No te preocupes, tengo mis recursos... - la miro curiosa.

- Supongo que sí... Yo tambien se pasar desapercibido. Herencia de tiempos pasados... 

- Pero bueno, está cueva está bien. Recuperate bien, y cuando estemos preparados, saldremos, no antes..., dice, tras lo que vuelve a preguntar sobre los Dioses de otros planos, como si quisiera que Desdemona le contase hasta el más mínimo detalle sobre ese mundo desconocido, y al parecer, fascinante.

Suspiro y se recostó -deberíamos ver si es de día o de noche, y salir de aquí, dudo que aquí estemos a salvo- no quería estar allí ni un solo minuto más, ella no era de estar bajo tierra.

Llevas mas de 5 dias inconsciente, y necesitas recuperarte. Tranquila, esta cueva tiene solo dos entradas, si las controlamos, no tendremos problema. Lo mas importante es que te recuperes, no tengas prisa., dice el Draconiano, señalando una pequeña caida, en la parte mas profunda, y otra, de forma ligeramente ojival, que es la que debe seguir el camino hacia arriba, hacia la superficie, pues allí la luminosidad, aunque tenue aun, es mayor.