Partida Rol por web

El hombre se queda serio y colocándose en posición de guardia dice:

- Eso dependerá de la katana que tiene en sus manos.

Entonces se lanza con un rápido movimiento de frente hacia Takeshi

La chica asiente y sonríe ampliamente cuando Luna le dice que le acepta el cae, rápidamente es ella misma la que va a por el café y se sienta en la mesa dejando sus libros a un lado, Luna puede ver claramente que lleva bastantes libros. Cuando Luna le pregunta por la cicatriz la chica se sorprende un poco, no puede ocultarlo aunque lo intenta y de forma disimulada parece que quiere esconderla un poco más, entonces algo nerviosa dice:

- Yo no se... me aparecido hace unos días, un par de semanas, me desperté me doler a mi ahí y algo de sangre, pero me dolía, cuando me sane un poco ahí estaba la cicatriz... y todas las noches se me abre la herida no sé por qué y médicos decirme a mí que eso no posible

Ante la presentación de Luna dice:

- Yo nombre Yag... no, Megumi Yagami, gracias pro consejo Sarda-san

La chica sale corriendo para escapar de los hombres, pero ellos no se quedan atrás, el tipo que le saco la navaja le persigue, pero los otros dos parece que se preparan, uno de ellos tira algo y es cuando la chica siente un golpe en su espalda que le hace caer al suelo, el tipo de la navaja decía mientras:

- Niña va a ser peor para ti si corres.

Al ver como Aileen cae al suelo se acerca corriendo y dice:

- Te lo he dicho, solo te íbamos a quitar el dinero, pero ahora te vamos a hacer muchas más cosas niñata

Ailen está en el suelo rodeada por los tres hombres, pero se da cuenta de algo, a su lado hay una vara metálica y no sabe porque pero se siente atraída por ella, como si esta vara le llamara, mientras tanto el hombre volvía a hablar:

- Eres muy mona, creo que esa será la forma en la que nos vas a compensar la carrerita

El chico observa la caja, aparentemente no tiene nada extraño, no está seguro pero no ve nada raro en ella, mas allá de que este allí y que el candado no tenga cerrojo, pero eso da igual en cuanto este lo toca se abre y puede ver el interior, en ella se encuentra un hacha realmente grande, una de esas de las películas, puede ver que tiene alguna clase de inscripción en el mango, pero su atención se centra en otra cosa, sin duda es el hacha que veía en su sueño y con la que en alguna ocasión ah matado a la chica del sueño.

Lo reconoció al instante. Era el hacha que aparecía en su sueño, unas veces en su mano, otras veces en las de algún otro compañero, pero siempre acababa igual, en el cuerpo de la pobre chica...

De lo que nunca se había percatado, era de las inscripciones que había en el mango, intentó leerlas, para lo cual agarró el hacha y lo sacó de la caja.

A ver, para que yo me aclare. A riesgo de perder la cordura que siempre me ha caracterizado, este buen hombre me está diciendo que el sable me ha elegido como legítimo dueño por mi humildad o mi soberbia. Que soy un elegido para salvar la humanidad? Yo? Un sencillo pescador de unas islas perdidas de la mano de dios? Tengo que asesinar a una chica inocente para lograr esa salvación? No me lo puedo creer. Parece una broma macabra. Estos sueños me están sugestionando de modo insano. Debe de haber otra explicación, no puede ser tan irreal todo. No, no, me niego a dejarme llevar por absurdas fantasías. Acabemos con esto de una vez. Vendo la dichosa espada y reparto las ganancias con mis compañeros, asunto zanjado.

- Caray, sí que tiene miga la historia de este sable. Y dice usted que es muy antiguo, no? Eso quiere decir que tiene gran valor, verdad? Por cuanto dinero me lo podría comprar? -

Luna aun no sabía si mostrar su marca, temía que se repitiera la escena, pero quería saber más, de todo, le miró sonriente al escuchar el "sarda-san" y le habló - ¿Sabes? Estaba haciendo un estudio sobre la autosugestión, y la capacidad de de nuestra mente para propinar a nuestro cuerpo con marcas como esa, pero ya no estoy segura de nada, mi amiga que me ayudaba murió ayer mismo y me parece injusto seguir mi estudio sin ella - hizo una breve pausa y tragó saliva, antes de coger el cuello de su camiseta y estirarlo levemente para mostrarle su marca - más o menos me apareció de forma semejante a como describes, aunque en mi caso sin sangre y sin un "dolor real", tan solo una sensación de molestia.

Tras una pausa, se dio cuenta de que su estudio tenía cosas bastante "casuales" últimamente.

Como era de espera, funcionó. El hacha se materializó en mi mano según pensé en ella. Voy a tener que ponerte un nombre. Todos los hombres han dado nombres a sus armas, el Cid tenía a Tizona, el rey Arturo a Excalibur... Ned Stark a Hielo... veamos.. que nombre te pegaría... me quedo en silencio, pensativo y es cuando escucho tras de mi unos pasos lentos, más que caminar, parece que alguien arrastra los pies.

Lentamente me doy la vuelta y para mi espanto, me encuentro frente a mi a dos mujeres las cuales conocía perfectamente. Ambas iban ataviadas con los vestidos con los cuales se las dió sepultura hacía años. Sus rostros eran los mismos, más pálidos y decrépitos pero reconocibles. Ambas me miraban, con esos ojos apagados, sin vida... tenían los brazos estirados hacia mi, con los dedos decrépitos y frágiles señalándome. Poco a poco, paso a paso, se iban acercando.

¿Qué quereis? pregunte mientras me aferraba al hacha con fuerza y me iba alejando de ellas andando hacia atrás. ¡Estais muertas! ¡Las dos! Alejaos de mi!!! Fuera!!! el miedo aumentaba, notaba como si mi pecho fuese a salirme por la boca. Cada vez estaban más cerca y yo ya tenía el cuerpo pegado a la pared de la habitación. ¿Qué quereis de mi? pregunté a punto de llorar por el pánico. Cerré los ojos un momento, tratando de buscarle sentido a todo, sentía el hacha en mi mano, como temblaba.. como latía conmigo. Inspiré y los abrí de nuevo a la par que recriminaba a ambas mujeres. Putas! Eso es lo que sois y sereis! Unas putas locas! ¿Quereis más? ¿No quedasteis satisfechas la última vez? Blandia el hacha con soltura, estaba dispuesto a hacerlas nuevamente picadillo si se acercaban un paso más.

Un golpe seco en la espalda le hizo perder el equilibro, trastabillando y cayendo al suelo de la carretera, hacia donde había huido. Mientras estaba tirada, notó como los hombres se acercaban hasta ella, rodeándola. Nerviosa y sin poder contenerse, las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas.

-Por favor, no llevo nada de valor... Por favor, déjenme marchar- suplicó, sollozando. Intentó pensar que podía hacer, pero estaba entrando en estado de pánico; ya no se le ocurría nada que pudiera sacarla de esa situación salvo pedir que la dejasen. Lo único de lo que se dio cuenta, es de que había una vara metálica en el suelo, cerca de ella. Quizá fuera eso con lo que la habían golpeado por la espalda, pero no hay nada más cerca que pueda servirle, y si no hace algo, puede que la situación se vuelva mucha peor. Su atención se ve atraída como un imán por la vara metálica, y sin pensar, alarga la mano y se aferra a ella. Pensaba defenderse todo el tiempo  que pudiera.

Me puse en guardia según el hombre se preparó para atacarme. No sabía a quien me estaba enfrentando ni como iba a pelear, pero no tenía ninguna intención de dejarle que tocara a mis alumnos. 

-No creas que te lo dejaré facil-dije mientras veía como saltaba a por mi.

Benjamín observa las inscripciones del arma, le da varias vueltas, pero realmente es incapaz de darse cuenta que idioma es, de hecho ni siquiera llega a encontrar sentido a lo que lee y le parecen solo símbolos sin sentido colocados aleatoriamente.

El hombre mira a Morten y dice tranquilamente:

- Como puede suponer estamos hablando de las creencias de un culto antiguo, por lo que no debe hacer mucho caso a las leyendas que circulen sobre el arma, a fin de cuentas hablamos de una espada normal y corriente solo que muy antigua.

El hombre se queda unos momentos mirando el arma examinándola y finalmente dice:

- Creo que necesitaría un par de días con el arma para poder terminar de sacar una valoración correcta de ella, si lo desea puede dejármela aquí para que la valore realmente y vea si es en realidad el arma que le he comentado, puedo hacerle un recibo y le llamare entre mañana y pasado

La chica pone cara triste cuando Luna dice lo de su amiga y dice:

- Lo sentido mucho...

Le mira unos momentos, no sabe si hacerlo o no, pero entonces parece que decide volver a hablar:

- No te he entendido muy bien lo que dices tú de estudio... sobre heridas que salen porque cabeza quiere?

Se notaba que no lo había entendido seguramente por cuestiones del idioma. Pero entonces le muestra la marca, ella se queda sorprendida abriendo mucho los ojos, entonces dice:

- Como tú tienes una igual que la mía?... qué raro es eso... tu también otras marcas más?

Las mujeres continuaban su camino hacia Henry sin inmutarse, este sentía como emitían una sensación de frialdad y no dejaban de mirarle, ella caminaban en silencio, parecían zombis de película, pero no tenían la carne putrefacta, sino que estaban perfectamente normales, solo que muy pálidas y aparentemente caminaban algo agarrotadas.

Las dos le cercaron en una esquina y estiran sus manos dispuestas a cogerle y atraparle.

Cuando la chica coge la vara puede ver las sonrisas de los tipos y como le dice:

- Claro, pero primero nos vas a enseñar todo pequeña... pero... qué es eso tía... tu deja eso no te vayas a hacer daño

La chica pudo ver como los tipos parecían realmente asustados, era cierto que había cogido una vara metálica, pero tanto como para asustarles no debía ser, fue cuando mira el arma que había cogido y se dio cuenta no era una simple vara metálica, era extraño ya que no pesaba lo que debería pesar y era como si siempre la hubiese tenido, el arma tenía unas inscripciones pero estaba demasiado ocupada para verlas bien en ese momento.

Los dos tipos que le cerraron el paso dan un par de pasos hacia atrás aparentemente cautelosos por lo que pudiera suceder con el arma, parecía que ahora aunque era minoría tenia ella el arma más grande.

Los dos hombres se miran durante unos segundos, es entonces cuando el ninja lanza su ataque, parece que es mas rápido que Takeshi, pero el profesor no era para nada un aficionado y de un ágil movimiento se aparta de la trayectoria del arma, con un movimiento continuando con esta esquiva lanza un ataque con el arma.

El arma en sus manos se mueve de forma muy rápida, aparentemente pesaba menos que una katana normal, pero podía sentir que era mucho más robusta, como si estuviera hecha con alguna clase de material especialmente ligero y resistente, el golpe que el lanza consigue rozar al ninja.

Los chicos se arman y pueden notar como las armas son bastante ligeras, más de lo que parecía en un primer momento, mientras se preparan pueden ver como la criatura se queda parada unos segundos, entonces comienza a correr hacia ellos dispuesta a acabar con ellos