Partida Rol por web

El draconiano vuelve a reír ante la amenaza de Silvanariel, agitando la larga lengua de arriba a abajo y mostrando los afilados dientes en una sonrisa que pretende devolver la amenaza a la elfa. No le hace tanta gracia los insultos del kender, hacia el cual ahora se gira señalándole con la alabarda.

Veamosss que puedesss hacer con essse palo.

¡Silva!, grita el kénder, ¡atiende a Selt que de este me ocupo yo!

Freya se retuerce de dolor al notar como el ácido del gargajo del draconiano se le pega al pecho y produce grandes heridas que penetran lentamente aumentando el daño. En un vano intento de apartar el ácido, la "joven" elfa se lleva las manos a las heridas con las consecuentes quemaduras en las palmas. Además, por si fuera poco apenas puede abrir los ojos pero, al escuchar el grito de Malon confía en que el kender se ocupará del lagarto mientras ella trata de recuperar las heridas del bardo.

Sin ver exactamente donde posa sus manos, pero segura de que es cerca de la gran herida de su compañero puesto que toca sangre caliente, la clériga eleva una oración, casi en absoluto silencio a Branchala:
- Gran Rey Bardo, deja que la canción de la vida atraviese a este bardo y la sintonía de su corazón no se detenga. La oración es respondida con celeridad (pese a que, posiblemente, podría haber sido más efectiva usando un instrumento en lugar de palabras) y, aunque no parece ser suficiente para recuperar la totalidad de la herida del bardo, es suficiente para que deje de brotar a mansalva.

El draconiano ha cambiado su atención, centrándose ahora sobre Malon que le provoca con sus insultos para permitir que Freya use su don celestial para recuperar a Selt. Con los ojos encendidos y casi emanando el fuego del que, según las historias de los kenders, dragón que perdió su vida en su beneficio, se mueve a través del arbusto hacia el pequeño:
- Hueless como un enano gully- le dice en un burdo intento de devolverle el insulto. Debido a la precipitación, no consigue acertar con fuerza sobre el kender, que suspira aliviado al descubir que la armadura de cuero ha sido suficiente para repeler la punta de la alabarda.

corro hacia ellos

Malon utiliza el júpak como una lanza corta, para intentar mantenerse tan alejado como pueda del draconiano, pero de momento con muy poco acierto.

Notando por el tacto que la sangre ha dejado de salir de la herida, Freya se dispone a avivar un poco más a su compañero. Es consciente de que en su estado no puede hacer nada más por nadie.

Vuelve a posar sus dañadas manos sobre el pecho de Selt y a concentrarse de nuevo, buscando la energía de Branchala en su interior y entonando una suave melodía sin letra.

El reptil no parece darse cuenta de que con una nueva oración Freya a conseguido que la enorme herida de Selt deje de sangrar y, aunque no la ha curado por completo y está algo mareado, ya está consciente pese a la enorme cantidad de sangre perdida.

El draconiano busca hacer cometer un error a Malon y baje su defensa para abrirlo en dos de un potente golpe, mas la habilidad de este no provoca sino la furia del reptil que falla su ataque otra vez.

Malon ajusta la distancia que le separa del draconiano, y esta vez consigue clavar el extremo afilado entre las escamas del reptil, retorciéndolo para que duela más. De vez en cuando, deja escapar una mirada hacia el herido selt, para asegurarse de que le atienden mientras él cumple con su misión de marear la perdiz... digo el draconiano.

Harías bien en huir mientras puedas, porque si me enfado mucho contigo te puedo llegar a hacer daño. ¡Vaya, esto me recuerda cuando luchaba contra el Ejército de los dragones verdes en Silvanost...

Selt, agazapado, da gracias a los dioses por haber devuelto la magia curativa y espera una oportunidad para revolverse contra el draconiano.

El draconiano se resiente con el golpe de la yupak, al parecer también había sufrido alguna herida por parte de los goblins y está bastante débil, pero aguanta estoicamente el golpe y se prepara para devolverlo

Viendo que Freya ha reanimado a Malon desenfundo mi daga y trato de acertarle al draconniano con un lanzamiento a distancia pero el sudor de mis dedos o tal vez los restos de algun componente de cojuro hace que mi sujeccion no sea firme y que la daga salga muy desviada de su objetivo inofensiva.

La daga de Silvanariel se hunde en el barro, muy lejos de su objetivo y con dificultad de recuperarla en medio del combate sin acercarse al perímetro que, con su alabarda, ha delimitado el draconiano a su alrededor.

Parpadeando un par de veces para comprobar que su visión vuelve a ser la de siempre, Freya se pone en pie con su espada en mano y da unos pasos hasta el reptil, cargándo contra él con todas sus fuerzas y un grito de rabia...

El draconiano se aparta justo a tiempo para esquivar el débil ataque de la sacerdotisa. El reptil parece ahora más preocupado por su seguridad al enfrentarse a más de un oponente al mismo tiempo, pero agita la lengua en señal de advertencia. Aprovechando la longitud de su alabarda, ataca a Malon nuevamente pero éste es demasiado rápido y ágil y su ataque se corta el arbusto sin hacerle daño alguno.

Malon prefiere usar el júpak a distancia, no le apetece demasiado trabarse en combate cuerpo a cuerpo, y eso se nota en lo poco acertado que está con el mismo como bastón.

Intenta sacudir al draconiando, y a punto está de sacarse un ojo.

De todas formas (genio y figura) no deja de arengar al reptil para dar tiempo a que sus compañeros le caigan encima: Una vez, durante la Guerra de la lanza, tuve ocasión de conocer a un draconiano que tenía menos cerebro que un enano gully; vaya, se parecía a tí, ¿no sería pariente tuyo?