Partida Rol por web

Los aventureros se encontraban en las ruinas de una pequeña fortificacion cuyo nombre desconocian, hacia mucho tiempo que la estructura habia sido destruida o abandonada en el valle Busgoso, la fortificacion que se expandia hacia arriba del valle pegado en una pared y hacia las entrañas de la tierra, apenas se sostenia de pie, incluso a veces toda la estructura vibraba y temian que todo se fuera a pique.

A la lejania se podian escuchar estruendos de arboles que golpeaban al suelo gracias a la maquinaria enana, que trabajaba a varios dias de aqui cortando en varios puntos del valle.

Parecia que la suerte les sonreia por primera vez en muchos dias, hacia 3 semanas que habian partido del templo de Ulomak con la sagrada mision de encontrar la orquidea Arcoiris.

El arco que hacia de porton hacia tiempo que se habia derrumbado, un puente inexistente deberia conectar la estructura del camino a la fortaleza... 

Nuestros heroes se miran entre ellos buscando la solucion al problema de los 15 metros de distancia que les separaban de la fortificacion.

El picajoso y amargado druíla no había parado de quejarse durante todo el camino, amargándoles la existencia a sus compañeros. Mucho peor lo llevaban los enanos, que habían sufrido sus maliciosos ataques y sabotajes en forma de víbora venenosa y gran cuervo, pero especialmente se acordaban de la mofeta que se coló en sus barracones y rocío todos los jergones sin piedad.

—Estúpidos y odiosos enanos, no sé por qué tienen que venir aquí a joderla. Con lo tranquilo que era este sitio... les voy a poner una maldición druíla que se van a cagar...

A medida que se acercaban a la fortaleza su mente fue centrándose en los problemas propios de la misión. ¿Un abismo insalvable? ¡Insalvable solo para alguien que no pueda volar!, se dijo a si mismo. No dudó en utilizar sus habilidades metamórficas para convertirse en un ave con la misma facilidad con la que el conde Drácula se convierte en murciélago. Un parpadeo y ¡chas! ¡Era un gran cuervo negro! Comenzó a remontar el vuelo buscando tal vez un mecanismo de un puente levadizo o algo similar.

Todo el camino hasta el valle había sido increíblemente tortuoso, no había un camino definido por lo que teníamos que estar salteando entre la maleza, cruzando arroyos, trepando riscos... -¿Que hace una dama como yo en un lugar como este?- me preguntaba una y otra vez hasta que finalmente divisamos aquellas ruinas.

-¿Y ahora que?- Le pregunté a los demás mientras me giraba hacia ellos, quienes gesticulaban y hacian aspavientos pero ni una palabra salía de sus bocas. Los miré extrañada hasta que recordé... con cuidado me quité los tapones de los oídos y nuevamente todo volvió a cobrar sonido. Tenía que calmar de alguna manera las cansinas quejas y berrinches del apestoso Drudkh.

-¿Se supone que esa "dichosa" orquídea está allí adentro?- Exclamé con desgana mientras señalaba hacia las derruídas ruinas... En ese momento el druída sin exclamar palabra alguna se convirtió en un pajarraco de plumaje verdoso y sucio, como él mismo, claro está. Tenía que admitir que no dejaba de sorprenderme por la inusual habilidad del abrazaárboles.

-Eso es Drudy, ¡eres impresionante!- Me puse a dar unos saltitos de emoción al verlo volar hasta el otro lado, claramente era fingido, pero, ¿acaso yo tenía algo realmente auténtico?, tenía que admitir que ni yo misma lo sabía, ¡a veces hasta me sorprendía sola!.

Entonces me recosté en un árbol dejando que el pajarraco hiciera lo suyo, pero sin dejar de observar la derruída arquitectura que se alzaba frente a mí, como intentando discernir si había algo que no estuviese en su lugar y que muy probablemente pudiera ponernos en algún peligro inminente.

Priscila intento mirar la fortaleza buscando algo llamativo, en un momento que se arrodillo buscando otros punto de vista en partes que le llamaba la atencion, un ruido sesgo el aire, giro sobre si misma la cabeza y justo en el arbol, ahi estaba, con la punto incrustada en la corteza una flecha clavada.

...por una vez Drudkh tiene razón, el ruido de esas odiosas máquinas no me ha dejado pegar ojo, luego la humedad y el sonido de los animales...¿la maquinaria peor que la Naturaleza?...que se lo digan al cadáver devorado que encontramos ayer....Me acerco al borde del abismo que nos separa de las ruinas, quince metros es una distancia complicada...ahora solo necesito sudar y dejar la túnica mojada todo el día...No puede ser tan fácil - digo a Priscila mientras me quedo pensando que leí algo en uno de los libros de historia que me daba Medroc para aprender a leer.

Las incesantes palabras de Drudkh ya llegaban a molestarme. Sus continuas protestas e insultos a la comunidad madedera de los enanos ya era algo que podia comprender el por que tanto odio de el hacia estos, solo bastaba con acordarse como nos conocimos; pero ademas de eso de tanto escucharle a uno se le grababa a fuego sus palabras y se le imprimia su sentir y ahora sentia mucho cansancio por que ya molestaba y tenia ganas de hacer que se callara. Pero preferi solo apretar mi puño y con una voz al borde de la explosion recite.

-Calma Drudkh, oportunidad de hacerles pagar abran- en cierta forma tambien estaba de mal humor por haber dormido mal gracias a la maquinaria enana, son pequeños pero estridentes.

Teniamos un encargo que nos habia llevado frente a las ruinas que teniamos justo ante nuestras narices, pero un gran vacio nos separaba de estas. Aunque me consideraba muy fuerte y atletico, sabia que no podia surcar esa distancia de un solo salto.

-Espero aue si, si no van a haber problemas, no me gusta la gente que me hace perder mi tiempo-

Drudkh reacciono rapido y cambio de forma para explorar por lo visto, Priscilla le animaba y no podia evitar reirme por su comportamiento, se movia como una niña y eso era enternecedor hasta cierto punto.

Pero un sonido extraño me hizo virar la cabeza en direccion al arbol donde luego seria apuñalado por una flecha. Mi reaccion fue rapida, me adelante con mi escudo en alto y frente a nuestra compañera.

-Arqueros, detras de mi, Drudkh, ten cuidado!- detras de mi escudo sonreia de emocion, batallar siempre era una buena forma de liberar estres, y no pudo ser en mejor momento.

Muy bien, hay orcos, pensó el druída. Hora de pasar desapercibido. Se posó en un risco oculto de las miradas de los orcos y cambió su llamativa forma de cuervo para pasar a ser un discreto escarabajo y volver juntos con sus compañeros.

Una vez allí se colocó a cubierto y recuperó su forma humana:

—Camaradas, allí hay un buen sitio dónde atar una soga... ¿porque tenemos una soga, verdad? También hay tres orcos, puede que más, ocultos entre las ruínas. Oh... mierda, ¡ya nos han visto! dijo mirando hacia la flecha clavada.

Por el tipo de construccion de la fortaleza y el tiempo de construccion, sus constructores deberian haber excavado hacia el interior doblando el espacio de la defensa, aparte de que este tipo de construcciones defensivas protegian pasos.

Dos flechas mas se incrustan alrededor del paladin y su protegida, y seguidamente varias mas obligando a retirarse detras de arboles y salientes para buscar cobertura*

—¡Me cago en los orcos! Voy a ver si viven pájaros en estos riscos... tal vez ellos puedan echarnos una mano.

-¡Cuidado!- Gritó asustada y con los ojos humedecidos cuando vio la flecha incrustada en el árbol, en ese momento Zaratras llegó en su auxilio y la frágil Priscila se cobijó tras su fornido protector. -Gra... Gracias Fortachón... ahora busquemos cobertura si no queremos quedar como un colador- Le incitó mientras lo guiaba halándole levemente del brazo hasta que se ocultaron tras unos arboles.

-Veamos... ¿Dónde están esos malditos orcos?- Pensaba mientras se secaba las falsas lágrimas que había derramado en su actuación. Con cautela empezó a escrutar a su alrededor, buscando arbustos o algo en donde ocultarse y dar un rodeo buscando ubicar a sus agresores sin que éstos la detecten.

-Cobardes vengan a pelear como hombres- Grito enfurecido ante el ataque de cobertura de aquellas alimañas que no se animaban a enfrentarme como era debido, pero solo el jalon de mi brazo por parte de Priscilla fue lo que me hizo entender que hasta que no salieran yo solamente sería una diana sin ningun proposito.

 Me resguarde buscando cobertura para que quizas se quedasen sin flechas y tuviesen que venir a luchar, en cuerpo a cuerpo podría destrozarles.