Partida Rol por web

Te adentrás en la red social anarquista, sumergiéndote en un océano de contactos, datos, mensajes y conversaciones de todo tipo que inundan la fracción de la Malla que existe alrededor de la Metamorfosis Extática y la caravana de astronaves que la siguen.

Comparado con otros lugares del sistema, aquí la libertad es casi total para hablar de lo que se quiera. No debes temer por el control y las restricciones de las hipercorporaciones del interior del Sistema Solar. La cultura escoria abraza el anarquismo y en este mundo virtual te sientes más que bienvenida.
Pero al igual que un océano de los de Vieja Tierra, sino sabes nadar corres el riesgo de ahogarte entre tanta agua. Debes ser capaz de controlar el flujo de la información para encontrar lo que buscas. Por ello, empiezas a seleccionar contactos específicos que te pueden llevar a tu destino, anunciando tu interés en adquirir armas, presentándote como una compradora potencial.

Y tu reputación en la lista-@ te avala, y tu historia también. Como saboteadora y miembro de células anarcas, nadie sospecharía de tus intenciones por conseguir armamento.
Poco a poco, rumores y medias verdades van llegando hasta tí. Tienes la suficiente experiencia como para seleccionar las informaciones relamente útiles y desechar las que no lo son, y comienza a hacerse evidente que en la Metamorfosis Extática hay más gente además de tí interesada en la compra de armas. Y no armas cualquiera. Se susurra entre las redes acerca de una tecnología armamentística impresionante.

Sin embargo, no hay nada concreto. Los interesados son anónimos. Los detalles sobre las armas son imprecisos y vagos.
Pero al final te llega un mensaje sin remitente. Parece ser que has llamado la atención de alguien que te recomienda que si estás interesada en una transacción acudas a la astronave Annora Arabella, atracada en uno de los puentes de la Metamorfosis.
El mensaje te indica que allí encontrarás lo que buscas.

Inmediatamente buscas información sobre la nave, que efectivamente está atracada en uno de los puertos de la gabarra escoria.
Los datos indican que se trata de un transporte de minerales a nombre de un pequeño consorcio minero que opera en las lunas de Neptuno.

Estás pensando que se trata claramente de una tapadera cuando te das cuenta que has llegado hasta el mirador de la cubierta donde vuestro grupo ha fijado el lugar de la reunión...

Lamentablemente, tú búsqueda de información a partir de tus contactos en la Malla no te ofrece ningún dato que pueda orientarte hacia lo que estás buscando.

El flujo de información y de contactos llega a ser tan amplio que no eres capaz de distinguir lo útil de lo que es simple rumorología, y finalmente, exasperado, cierras con un pensamiento los canales de las varias redes a las que estabas conectado, agradeciendote a tí mismo la tranquilidad que ello te produce.

En ese momento sientes la voz sedosa de Ángela junto a tu oido:

[Acabamos de llegar al mirador de la cubierta superior, Ahmir.]

Es hora de conocer al resto de los centinelas cara a cara...

A pesar de tus esfuerzos en recurrir a tus contactos de la lista-@ de la nave, parece como si nadie supiera nada.

Comprendes de pronto que has buscado la información de forma muy directa, y esto ha hecho que cualquier posible contacto no se fie y prefiera cerrarse en banda. Ahora es demasiado tarde para enmendar el daño y tendrás que dejar pasar el tiempo antes siquiera de intentarlo de nuevo... si es que se te ofrece una nueva oportunidad.

[Menuda cagada.] Comenta Koryo por detrás de tu hombro mientras cierra las presentaciones entópicas con las listas de contactos.

En respuesta le lanzas tu multiherramienta, que ella esquiva (como siempre) con una graciosa pirueta y una risita.

Es inútil, no puedes enfadarte con ella... Recoges el dispositivo y lo usas para abrir a distancia una compuerta que te da acceso directamente al mirador donde habéis quedado en reuniros...

El mirador es realmente una zona de paso, un enorme espacio abierto en una de las cubiertas superiores de la Metamorfosis, donde toda una pared está cubierta de paneles transparentes que permiten contemplar el espacio exterior, más allá de la astronave.

Es difícil decir si el área del mirador se trata del techo o del suelo, ya que al encontrarse en gravedad cero las diferencias entre arriba y abajo no tienen sentido. Pero más allá de los paneles puede verse el enjambre de naves que acompañan a la gabarra escoria en su viaje a ninguna parte.

No estáis sólos en este lugar, ni mucho menos. Docenas de otros pasajeros o residentes flotan en el inmenso espacio, camino a otros lugares de la nave, ocupados en sus tareas, sólos o en grupos.
No hay dos iguales. Estamos en un hábitat en el que la experimentación y las modificaciones corporales llegan hasta extremos que sólo la imaginación puede alcanzar. Desde simples y anticuadas cáscaras robóticas, a complicados sintomorfos aracnoides o con formas de libélula, moviéndose grácilmente en este entorno sin gravedad, pasando por infomorfos que sólo son una proyección virtual a través de la cual puede verse y que pueden incluso traspasarse. Mientras, los biomorfos no se quedan atrás. Todo tipo de formas humanas, modificadas al gusto de cada uno en pos de criterios estéticos, laborales o personales. Incluso veis a un octomorfo moviéndose propulsando y agitando sus tentáculos hablando animadamente con un morfo de combate tipo Furia, que le hace parecer minúsculo en comparación.

Vuestra anterior comunicación permite que os reconozcáis unos a otros de manera inmediata en mitad de este carnaval de lo grotesco y lo maravilloso.

Al llegar a la enorme sala tras ver los otros cuatro y acercarse a ellos Gavin esboza una sonrisa "profident" y saluda a todos.

-Hola soy Gavin, aunque ya lo sabreis, me alegra veros, deberiamos tratar lo referente a nuestro coleccionista en privado, nunca se sabe quien puede estar fisgando asuntos ajenos.

Acto seguido Gavin pide a Adda(su musa) que abra el canal privado a esperas de que los demas hagan lo propio.

La dulce voz de Angela me indica que llegue al mirador de la nave, caracterizado por las filas de paneles transparentes que daban una vista del espacio exterior aquel lugar no era muy habitual para mi. Habia pasado un par de veces pero intentaba no detenerme, las multitudes no eran lo mio y si podia evitar la conglomeracion de entidades mejor...

Una comunicacion a traves de la malla me llego de repente, la cara de un sujeto junto con su localizacion a unos metros por delante y a la izquierdea de mi, donde estabamos convergiendo todos los miembros del grupo.

No dije nada, simplemente segui acercandome con una leve sonrisa a modo de saludo. No queria parecer descortes pero preferia escuchar por el momento. Note como el hombre abria su canal privado e ingrese esperando al resto, una vez estemos todos podriamos encriptarlo para tener algo de seguridad... aunque eso no quitaba la necesidad de seguir moviendonos.

-Ahmir, un placer.

Dije solamente dentro del canal.

Mientras esperaba a que llegaran los demás, Zora había decidido instalarse en medio de uno de los paneles de la cubierta. Allí permanecía inmóvil, adherida de pies y manos a la superficie transparente, mientras se familiarizaba con el entorno y trataba de permanecer inadvertida. Su piel había adquirido la tonalidad oscura del espacio exterior, y un diminuto punto de luz brillante, simulando ser una estrella en el horizonte, cruzaba lentamente su cuerpo a medida que la nave avanzaba. Cuando Errico, su musa, le mostró en el mapa tridimensional que sus nuevos compañeros estaban a punto de alcanzar el punto de reunión establecido, su piel empezó a cambiar de tono lentamente al amarillo y al blanco, mientras descendía por las cristaleras imitando el andar de un pequeño gueko hasta situarse en el centro de la habitación. Allí se incorporó y fijando sus pies a la superficie del suelo esperó cruzada de brazos, mientras el resto de su cuerpo se dejaba llevar por la física de la gravedad cero, que le daba cierta apariencia de alga mecida al son de la corriente marina.

- Hola - Responde quedo al primero que se acerca, sin esforzarse en simular una sonrisa de vuelta. - Hola. - Repite verbalmente dirigiendo su mirada al segundo, al que le dedica un segundo más de atención. Luego continúa por el canal privado que han abierto para la conversación entre todos, mientras extrae con un gesto delicado el cable de su nuca y empieza a jugar con él entre sus ágiles dedos. - Creo haber encontrado el lugar donde podría exponer nuestro amigo el coleccionista. Pero mejor os lo cuento por cable, no me gustaría que por indiscreción se nos adelantara otro artista. –

Elis accede al mirador por una puerta poco común que da paso a un acceso de mantenimiento. Lleva el pelo recogido en una coleta y en su mano aun porta la multiherramienta que antes de llegar hasta el grupo con ingrávidos pasos, guarda en uno de los bolsillos de su mono de trabajo ajustado al cuerpo.

Hola.

Dice alzando discretamente una mano mientras ladea la cabeza y sonríe. Al ver el cable de Zora comenta en tono divertido.

Uhh! nunca dejo que nadie me cablee en la primera cita, pero esta vez haré una excepción. ¿No sería mejor ir a un sitio más aislado antes de que nos vean compartir información?

Zora sonríe ante la ocurrencia de la recién llegada, dejando entrever sus dientes diminutos parecidos a los de un niño, que contrastan por lo demás con su apariencia reptiliana general. - Si, bueno, supongo que sería lo mejor… Pero el tiempo apremia y la intimidad es un bien escaso en éste lugar. – Comenta a través del canal privado mientras distraídamente deja de juguetear con el cable, que una vez suelto se dispara como un resorte a su lugar original en la nuca. - Además que hacer demasiados esfuerzos por no ser visto puede llegar a provocar justo el efecto contrario. Pero adelante, pareces toda una experta en abrirte paso a través de la nave. - Señala con un gesto de cabeza el peculiar lugar por el que acababa de entrar al mirador. - ¿Por qué no lo hacemos en tu nidito de amor?

Viendo la tension sexual en el ambiente, Gavin se decide a hablar.

-Señoritas por favor,esas cosas para cuando no haya una obra de arte tan importante en juego, tanto cablearnos como buscar intmidad como unos descosidos seria tener un enorme cartel luminoso diciendo "noqueremos que sepais de que estamos hablando", por supuesto eso no hara mas que traer a curiosos, conozco un sitio cerca, el dueño es amigo mio y nos dara un lugar apartado de miradas indiscretas y mientras nos movemos podemos tratar los por menores de nuestra evaluacion.

*sonrie esbozando una sonrisa calida como de un amigo de toda la vida*

Si os parece bien claro.

Me quede en mi lugar mientras las mujeres del grupo discutian, de cierta forma me resultaba divertida la conversacion. Escuche la propuesta de todos y finalmente me decante por la que propuso Gavin.

-Estoy de acuerdo con gavin... lo unico que me parece es que deberiamos encriptar el canal, aunque sea privado puede ser accesado facilmente. Con eso y los Id's falsos creo que podremos realizar una buena critica de arte.

La obviedad en mis palabras rozaba lo absurdo, pero despues de todo si alguien nos estaba monitoreando ya se habria dado cuenta de que algo raro hay en nuestra forma de hablar.

Elis se encoge de hombros mostrando las palmas de las manos hacia arriba, con indiferencia.

Vamos entonces a ver a ese amigo, dejaremos mi nidito de amor para otra ocasión, jaja.

Elis ríe sin malicia, sabe encajar una broma y el humor ácido es su preferido.

Afh, está bien. - Espeta con cierto tono de fastidio. – No seré yo quien se oponga a la voluntad de la asamblea. - Sin aparentar ser consciente de ello, el color amarillo de la piel de Zora se había vuelto más intenso y saturado a medida que había crecido su impaciencia. – Pero no perdamos más el tiempo y pongámonos en marcha. Y por favor, Gavin, camarada, en adelante intenta no referirte a mí como señorita, ese lenguaje está anticuado y perpetua viejos roles de género.

Ante el comentario de Zora Gavin no hace mas que realzar su perpetua sonrisa y responder:

-Por supuesto, faltaria mas, ¿Por que no nos ponemos ya en camino? nuestro coleccionista de arte querra exponer sus obras cuanto antes mejor ¿no?.

Con una sonrisa serena atiendes la conversación de los demás centinelas de Firewall pero sin dejar de observar cómo en una esquina de tu ángulo de visión Ángela está frente a multitud de pantallas abiertas que realizan escaneos faciales a todas las personas en las proximidades.

De pronto todas se cierran y aparece un mensaje en inglés: NO MATCHES

[He terminado Ahmir. No hay resultados que indiquen que las personas de alrededor pertenezcan a redes criminales.]

Notas como Ángela te mira con una expresión preocupada. Sabes que nunca se atrevería a decírtelo, pero estás convencido que ella piensa que te estás volviendo algo paranoico con los años...