Partida Rol por web

Me giro hacia Díaz y Susan, dejando caer hacia  un lado el brazo con el fusil de asalto.

- Entonces, ¿saltamos o prefieres esperara a ver si alguien contesta? - le pregunto al joviano.

se supone que nosotras distraeremos a los de la Song con la comunicación mientras ustedes saltaban. Dijo Zeita que había permanecido revisando los sensores concentrada, continua y mirando  directamente a los ojos a Furia: No te preocupes por nosotras, es lógico que quedaremos descubiertas pero si hacen las cosas con rapidez, podremos tener listo todo para que ustedes regresen y podamos escapar en esta nave cuando haya que hacerlo.

Miro a Furia,  ¡Hagámoslo!, - la idea de saltar al vacío no le gustaba nada, y menos aúin con la experiencia vivida no hacía mucho tiempo, pero menos le gustaba estar a la espera de lo que pudiera pasar encerrado en la nave a merced de lo que quisieran hacer desde la Song Cai. Una ultima mirada, levanto el puño para chocarlo con Furia y desearle buena suerte tanto para él como para mi en el salto.

Susan observaba en silencio a la espera de acontecimientos.
- De momento todo va bien.... de momento todo va bien... de momento todo va bien... - pensaba susan.

Miro el puño de Díaz por un momento antes de golpearlo con el mío. ¡Jovianos!

- Como queráis... - digo cerrándo el casco del traje ambiental. - Miller, acércanos a esa escotilla entonces - digo con la voz modulada por los altavoces del traje. - Aunque es jodidamente probable que os necesitemos ahí dentro, así que estad preparadas para atracar la lanzadera. - Después de todo, lo mío es matar gente, no piratear máquinas inteligentes capaces de destruir un puto planeta.

Compruebo mi equipo antes de acercarme a la puerta de la lanzadera. Cargo todas las armas, pero por un instante echo de menos la protección adicional que ofrece mi armadura frente al traje que llevo.

- Díaz, saltamos a la vez - digo sin dejar ninguna opción a réplica. Si alguno de los dos falla el salto, el otro podrá sujetarle antes de acabar perdido en el espacio. Cargo el fusil de asalto y quito el seguro, sabiendo que su efectividad no se ve afectada en el vacío.

Sin esperar nada más, me acerco a la compuerta de la lanzadera, espero al joviano y activo el protocolo de descompresión en la zona de salida, que durante un momento queda aislada del resto de la nave. Cuando Susan coloca la lanzadera en posición, salto sobre la escotilla de la Song Cai Flower.

Asiento a las palabras de Furía, aunque realmente no necesita aprobación, espero el momento mientras la zona de salto queda preparada para que hagamos la locura de saltar a la nave, es una locura pero ahroa mismo es la mas razonable que se me ocurre. Así que al unísono saltamos a la vez para intentar llegar hasta la Song Cai, podemos llegar podemos llegar ... dice mi mente mientras nuestros cuerpos se delizan por el vacío.

Díaz y Furia saltan hacia la nave y si bien el joviano se desvía un poco, Furia es capaz de mantenerlo bajo rumbo y ambos aterrizáis sobre la cubierta del Song Cai Flower, donde las botas magnéticas se sujetan rapidamente.

Sin embargo, nadie parece responder a las señales de Susan y la radio permanece en silencio.

Susan mantiene la respiración cuando ve salir a sus compañeros pero una sonrisa se dibuja en su rostro al comprobar que han llegado bien al interior de la nave song cai.

- Chicos, parece que no hay señal desde la nave y los sensores no indican nada. Permanecemos en órbita, esperándoos. ¡Permanecer alerta!

Sujeto a Díaz con fuerza, agarrándome a la escotilla para no salir despedido al espacio con él. Cuando por fin ambos estamos seguros sobre la superficie de la Song Cai Flower, respiro con fuerza en el interior de mi traje.

- ¿¡Esperándonos!? - le digo a Díaz por el comunicador.

¡Joder! Por si teníamos muchas posibilidades de salir de aquí enteros con la información que necesitamos, estas dos se quedan en la lanzadera... ¡En fin!

- ¿Listo? - pregunto accediendo al control manual de la escotilla. Compruebo el railgun antes de disponerme a abrirla para abordar la estación de los Khans. Esto es un puto suicidio.

Puedo llegar, puedo llegar ...  siento como el salto no es todo lo preciso que debía y ser y poco poco voy desviandome, maldita sea, no, joder, ... pero de pronto siento como soy otra vez encauzado hasta donde debía llegar, furía me ha vuelto a salvar.

Un poco jadeante, y la escafandra va empañandose un poco, intento calmarme, - Gracias crei que iba a ser más fácil- digo mirandole, - pues si nos están esperando no les hagamos esperar. digo a modo de confirmación, comprobando que estoy en posición para entrar por la escotilla. Por el transmisor, digo mantened contacto en todo momento avisadnos de lo que veais vamos a entrar.

Susan escucha lo que esta ocurriendo y mira por la ventana la caída que acaban de hacer, que casi acaba con diaz. No le apetece nada tener que que hacer ese viaje ahora mismo.

- Furia, intenta conectarte a la escotilla, busca algún módulo de acceso o algo así. Tal vez pueda conectarme a tu traje de vacío y hacer las gestiones desde aquí si nuestras musas colaboran.

Me giro hacia Díaz y le señalo la escotilla.

- Miller está hablando en un idioma que mi Musa no es capaz de traducir... Haz tú lo que puedas con la escotilla. Si vemos que no la abrimos, entramos por las malas.

De cualquier forma, muy ciegos tienen que estar dentro para no haber localizado ya nuestra lanzadera.

Asiento a Furia, -veamos que podemos hacer, preparate por si acaso - Me quedo un momento fijandome en como afrontar la apertura de la escotilla mientras me preparo. Parece que los engranajes empiezan a moverse, aún así no estoy seguro de que haya sido una apertura totalmente limpia.

- Bien, parece que esto se a abierto, de todas formas preparemonos para una buena bienvenida por si las moscas. - listo para entrar con la railgun por delante.

Susan mantenía la respiración preocupada mientras permanecía alerta a los sensores. Si a estas alturas aún no había saltado ninguna alarma no tardaría en pasar y quería estar atenta para cuando eso ocurriera.

Jack tarda un poco, pero finalmente logra abrir la compuerta sin que salten alarmas o avisos en ningún lugar. Con lo que tanto Furia como Díaz pueden entrar.

-Hecho!-

La radio continua en silencio.