Partida Rol por web

Alegre se rascó la cabeza, mientras miraba al cielo y escuchaba la réplica de Aeryn.

—Eres afortunado, sacerdote —le dijo a Phey, cuando este se acercó al grupo—. La tuya deja de hablar cuando se enoja. —señaló a Aeryn con el pulgar—. La mía hace todo lo contrario.

Volvió a mira al cielo, con gesto de desconfianza.

—Creo que sería una buena idea poner algo más de dinero y llevarnos unas tiendas. Esas nubes nos van a dar un baño, en un día o dos.

Phey no pudo evitar sonreir ante el comentario de alegre. Sin embargo, esa sonrisa se cortó cuando volvió a mirar a la sacerdotisa... Luego observó a aeryn, y volvió a mirar a Voki.

-Eh...Si, me parece que cuanto mas confortables se encuentren, al menos las haremos relajarse un poco mas.

El comentario no iba con ningún tipo de malicia: Un guerrero sagrado de Ivhist no poseía prejuicios de sexo, ni nada por el estilo.

-¿Cuanto deberíamos poner cada uno? Y no trates de engañarme con sucias mentiras, Alegre. Comienzo a conocer bien como funcionas, intentando siempre sacar provecho de las situaciones.

- ¿Suya? - La Sacerdotisa levanta la voz mas de lo que en ella es habitual - Yo solo pertenezco a mi amada Diosa - Podrías apostar a que desde el interior de su capucha le estan rechinando los dientes...

- En cuanto a la Dama Alhyon - Dice algo mas suave - Dudo mucho que fuese tuya... ni siquiera en tus mas locos sueños

Tras decir pone a su caballo al trote en dirección norte, para alejarse de vosotros.. aunque su habilidad como jinete hace que su trayectoria sea algo errática

Salí del establo a tiempo de escuchar lo suficiente de la conversación entre Voki y el guerrero como para enfurecerme más de lo que ya estaba. Pero bueno... éste que se ha creído ¿qué soy de su propiedad? Estaba a punto de iniciar de nuevo una discusión con el guía cuando, al oír la respuesta de la sacerdotisa, cambié de idea. Una sonrisa de regocijo asomó a mis labios.

Decidí no hacer ningún comentario, no merecía la pena seguir insistiendo y sobre todo después de tan buena respuesta por parte de la sacerdotisa. Espoleé a Deah para seguir a la mujer, pasando ante Voki erguida, con la cabeza alta, mirando al frente y sin molestarme en dirigirle la palabra. Si su intención era no seguir el camino a pie tendría que correr un poco para alcanzarme y suplicarme que le dejara montar, quizás de esa forma consiguiera aprender modales.

Voki miró a la sacerdotisa con el ceño fruncido, cómo quien trata de ver algo a lo lejos.

—¿Sueños? Más bien llamaría a eso pesadillas. Los Muertos amparen al marido de ésta —dijo, señalando hacia atrás, con un movimiento de la cabeza—. Y, gracias a vuestro oficio, de buena se ha salvado el que hubiese sido el vuestro —agregó en voz más alta, para que lo oyera la mujer que ya se había puesto en marcha.

Aeryn pasó a su lado, montada en su yegua, con aire de no haberle escuchado.

—¿A dónde creéis vosotras que vais? —les dijo a las mujeres, que ya se adelantaban por el camino del norte—. ¡El Explorador va adelante, joder!

Soltó una maldición, miró a Phey y señaló a la sacerdotisa.

—¿Así que esa pertenece a su dios? Pues no sé a qué espera ese para venir a reclamar su propiedad.

Sacudió la cabeza y se acercó al religioso.

—Iré detrás de ti —le dijo, tendiéndole una mano, para que lo ayudara a subirse a la grupa de su caballo—. Acercame a esa chiquilla, cabeza de piedra.

Lo miró con seriedad

-Un insulto mas, y vas caminando, ¿Entendido?

Le tendió la mano a Voki: Podía ser un defecto, el ser tan buena persona en ese sentido, y querer ayudar a todos. En cierto modo le tentaba dejarlo caminando, pero al final no lo hizo, simplemente permitió que voki se subiera detrás, espoleó levemente al caballo y se puso el primero en la marcha...Luego miró hacia atrás, hacia las mujeres, y comentó

-Vamos, chicas. Alguna de vosotras debería dejar a Alegre delante... Pensad que sin el, no podremos saber bien por donde ir. Y yo necesito mi caballo como elemento de batalla, si fuera necesario...ademas, ya tiene bastante peso con mi armadura, espada y escudo. 

No dejó de avanzar pero ahora a paso de travesía, sin dejar de mirar para las dos mujeres, que parecían ofendidas con voki

-No se qué les haces, Alegre. ¿Siempre es así? ¿Siempre la gente a tu alrededor se ofende?

La Sacerdotisa giró la cabeza hacia Phey al escuchar la sugerencia de que alguna de ellas debería montar junto a Voki. Puesto que su rostro quedaba oculto en el interior de la capucha no pudiste ver su expresión, aunque no hacia falta ser muy listo para saber que aquel comentario te iba a costar otro día de frío recibimiento.

Cuando volvió la mirada al frente le dio unas palmaditas a su montura con la intención de que este acelerase mas el paso y si cabe alejarse mas, tanto de Phey como de Voki.

—¿Quién ha insultado? —preguntó Alegre, mientras se sentaba detrás del sacerdote—. Que a la gente no le guste oír la verdad, es otra cosa. Puedo dejar de decir lo que pienso. ¿A quién le importa, de todos modos? Pero yo no he insultado.

Se acercaron a las mujeres y Phey les pidió que alguna llevara a Voki en su montura. La sacerdotisa, adelantó su caballo, sin dignarse a decir una palabra.

—No sé qué les haces, Alegre. ¿Siempre es así? ¿Siempre la gente a tu alrededor se ofende?

Alegre miró a la sacerdotisa, que se alejaba, y torció la boca en un gesto de duda.

—A algunas personas la ofenden las verdades, a mí me ofenden más las mentiras. Sin embargo sigo aquí, contra todo buen juicio, con estas dos que no sueltan prenda sobre sus verdaderas intenciones en este viaje. —continuó en voz más baja, para que sus palabras no llegaran a la religiosa—. Lo que, realmente, ha enojado a tu sacerdotisa han sido los dos días de retraso. También está enfadada contigo, porque te pusiste de mi lado en ese asunto. Esa mujer es una mentirosa, muchacho, te lo digo yo. He conocido más de un embustero.

Phey observó a las muchachas: Ninguna de las dos parecía estar dispuestas a dejarlo delante...Comenzó a plantearse que quizás la sacerdotisa mintiera con sus propósitos. Si así fuera, estaría haciendo que la Orden de Ivhist se implicara en asuntos que no son de su incumbencia. Suspiró, paró un momento a "Brisa", se bajó y dejó sitio a Alegre.

-Venga. En este camino usaremos mi caballo, está preparado para soportar mas peso del habitual, no creo que tengamos ningún problema si mantenemos una marcha normal. Eso sí, una vez hayan problemas, si los problemas nos invaden, y ya sabes a que me refiero...

Aquellos bichos que por allí pululaban...una amenaza muy a tener en cuenta...

-Entonces cambiaremos de lugar, me dejarás a mi delante, y tu te colocarás detrás... ¿Tienes algo con lo que defenderte?

Ya se había olvidado de las muchachas,o  al menos de hablarles. Sabía perfectamente que no serviría de nada preguntarles, a no ser que fuera todavía enfadarlas mas. Así que se entretuvo planeando cosas con Voki.

—Tener tengo, pero no espero usarlo —respondió Alegre, desmontando, para cambiar de lugares—. Si los problemas de los que hablas se nos echan encima, la mejor defensa será correr. Seguro que eres mucho mejor jinete que yo, así que si los pieles verdes no dan tiempo para ello, cambiaremos posiciones.

Siguió a la sacerdotisa sin preocuparse en ningún momento de volver la vista atrás para saber qué estaban haciendo los hombres. Sólo cuando vio que el caballo de Phey las adelantaba para ponerse en vanguardia se permitió un vistazo de reojo, sonriendo para sus adentros al ver a Voki y al sacerdote montando juntos. Le está muy bien empleado.

Apuró un poco para poder ir a la altura de la sacerdotisa, aunque no tenía muy claro que tuviera muchas ganas de conversación.

- Espero que consigamos avanzar bastante antes de que esas nubes descarguen toda su furia sobre nosotros. -Miró a Hanne intentando averiguar en qué podía estar pensando, pero la sacerdotisa parecía inmutable.- A mí también me saca de quicio, -le dijo señalando a Voki intentando sacarle alguna palabra- sólo su presencia ya consigue ponerme de malhumor.

Notas como la sacerdotisa se relajó cuando te colocaste a su lado, incluso hizo un amago de sonrisa, si bien con la capucha no pudiste apreciarla.

- Creo que es el tipo de persona que tiene un problema con el mundo... - Te respondió suavemente - Demasiado orgulloso para darse cuenta de que a lo mejor el mundo no es el problema, si no él.

- Por suerte vos nos acompañáis, no se lo que sería de mi teniendo que soportar sola a esos dos todo el viaje. - Luego cambiando de tema os preguntó - Pero decirme ¿Todos en vuestra tierra son tan altos y tan hermosos como vos? Siempre me he interesado por las diferentes razas y culturas del mundo, pero desgraciadamente mi vocación no me ha permitido viajar mucho, y no es lo mismo leer algo en un libro que verlo en persona