Partida Rol por web

El Advenimiento

Capitulo III

Cargando editor
21/05/2012, 11:36
Keloa

Por primera vez en sus 20 inviernos, Keloa veía como poco a poco sus fuerzas la abandonaban delante de una posible situación de peligro. Intenta aferrarse a su cuchillo Kryll y revolverse al notar que había sido un error dejar que esa hechicera se le acercara. La había creído inofensiva y ahora pagaba las consecuencias... No importaba qué hicieran con ella. Seguramente la habían curado para hacerla prisionera. Si eso era cierto, encontraría la forma de escapar. Pero no podría hacerlo si también capturaban a Udokal.

Buscándolo con la mirada, pronuncia una sola palabra, de nuevo alentándole a huir y cumplir su misión.

- Huye...

Pero sus fuerzas se han desvanecido tan rápidamente que sólo es un susurro lo que brota de su garganta justo antes de cerrar los ojos y desplomarse en el suelo.

Notas de juego

Yo esperaba a Aeryn, que volvía pronto, creo recordar, pero posteo ya y así cuando ella llegue, avanzamos ^^

Cargando editor
21/05/2012, 12:04
Aeryn

Una vez pasado el ardor de la contienda una sudorosa Aeryn se acercó, aun montada en su yegua, a observar a la sacerdotisa y a aquella enorme y extraña mujer, pero apenas prestó atención a las palabras de Hanne ni a lo que estaba sucediendo a su alrededor.

Aturdida y con la vista fija en los cuerpos de aquellos pieles verdes y en la sangre que manchaba la nieve, Aeryn empezó a temblar bajo la armadura y la espada que aún seguía en su mano resbaló hasta acabar reposando en el suelo.  Ver los cuerpos descuartizados, la sangre por todas partes, el olor de la muerte… aquello no era como se lo había imaginado, ¿dónde estaban allí el honor y la gloria? Todos los sueños de grandeza y de grandes hazañas se acaban de romper al matar por primera vez… ¿Por qué me siento así? Al fin y al cabo sólo es un asqueroso orco, un enemigo, entonces… ¿Por qué no me siento eufórica? ¿Por qué esta angustia, esta desazón? Mi primer muerto…

Se bajó del caballo aún temblando, su imponente altura quedaba empequeñecida ante el tamaño de la mujer, sus perfectos y hermosos rasgos se veían ahora cubiertos por un velo de aturdimiento, su ya de por sí blanca piel se encontraba más pálida todavía y su pelo de un rubio casi blanquecino brillaba con los reflejos de la nieve. Salió de su abstracción cuando sus azules ojos se posaron en el hombre que se acercaba corriendo, amenazante, hacia ellos. Se agachó a recoger su espada y fue en ese momento cuando la altiva y orgullosa dama Alhyon volvió a aparecer.

- ¡ALTO! –gritó con autoridad al hombre que se acercaba, ni se dio cuenta que lo más seguro que no la entendiera, pero la fuerza y el tono imperioso de su voz deberían bastar.

Se volvió con rabia hacia el explorador, había pasado del desconcierto a la irritación en cuestión de minutos.

- Cállate Voki, no podemos dejar a estos… lo que sea que hayas dicho que son aquí. No los hemos salvado de los pieles verdes para dejarlos morir de inanición. Encargaros del hombre –dijo dirigiéndose a Voki y a Phey.

Cargando editor
21/05/2012, 12:19
Udokal

Keloa se desplomó en el suelo a su lado sin que pudiera ayudarla justo después de advertirle que huyera. Udokal estaba rodeado y amenazado por los cuatro humanos, ahora todos allí en pie gritando y hablando en una lengua que no conocía.
Las palabras de su compañera antes de caer lo pusieron alerta. Como se imaginaba, no habían venido a salvarlos. Reunió todas sus fuerzas y alzó su hacha. Describió un círculo torpemente alrededor de su compañera con su arma para advertir que si se acercaban les atacaría. Les miró serio y enfadado mientras observaba cada uno de sus movimientos. Debía proteger a Keloa, todavía notaba su respiración y no pensaba abandonarla allí después de todo lo que habían pasado. Si querían atraparlos deberían matarlo antes. Se plantó con ambos pies firmes y preparó su hacha. Sabía que las fuerzas estaban demasiado justas para volver a combatir pero no pensaba rendirse ni huir.

Cargando editor
21/05/2012, 14:55

Hanne, tras acabar la curación de la joven, fijo su atención ahora en el enorme guerrero y su aspecto amenazador. Su cuerpo estaba también cubierto de heridas, no tantas como su compañera. pero si lo suficientemente graves como para necesitar ser atendidas.

Intento dar un paso hacia él, pero Phey, en medio, no la dejaba avanzar. La tensión era palpable... todo parecía indicar que se volvería a derramar sangre muy pronto.

Parecía que aquellos enormes humanos hablaban un extraño idioma y no entendían lo que ella trataba de hacer

- Hay que curarlo a él también - Le recriminó a Phey, pero esto se mantenía firme en su disposición de no dejarla acercarse ni un ápice mas.

Frustrada, se volvió hacia el resto... - ¿Nadie habla su idioma?

Cargando editor
21/05/2012, 20:36

Notas de juego

Me refería sobre todo al hecho de que tu si entiendes algo de lo que dicen los salvajes... una especie de variación del "Val´an´kae" antiguo idioma que hablais en el reino Alhyon (vosotros también aprendéis común, para poder comunicaros con el resto de los pueblos de Velkania)
Creo que te lo había indicado en algún post anterior, que tu los entendías a medias.

Tu Yegua es un magnifico caballo de Guerra de sangre Alhyon blanco, mas alto y de porte mas noble que un caballo normal, incluso que un caballo de Guerra de Phey, que si bien el del guerrero sagrado es de apariencia mas ancho, al lado del tuyo parece mas bien un percherón de tiro.

Como te dije, no consideres esto una obligación, si no nunca lo disfrutaras, con 3 post a la semana cumples de sobra, últimamente esto se ha animado mas, quiero entender porque os esta pareciendo interesante la partida.

Lo que me cuesta es entender como sois capaces de jugar al montón de partidas que estáis apuntados todos, yo con 1 o 2 tengo mas que de sobra (no es una crítica)

Por último, sobre los tamaños:
Udokal 212 (aunque en otro sitio me puso 220), Keloa 198, tu 187, Phey 172, Voki 165 y Hanne 160.
Como ves hay bastante diferencia, pero creo que eso le da mas color a la aventura.

Cargando editor
22/05/2012, 23:50
Aeryn

El relincho de Deah resonó en el silencio que se había formado en aquel momento. La magnífica yegua blanca, cuyo porte y altura mostraban claramente su sangre Alhyon, a pesar de estar preparada para la guerra se removió inquieta al olor de aquella extraña sangre. Aeryn le dio unos golpecitos para tranquilizarla antes de dirigirse hacia la sacerdotisa.

Su blanca y dorada armadura, ahora manchada de sangre, lanzaba destellos por la nieve haciendo más visible el unicornio de su pecho a medida que caminaba. Miró a Hanne unos segundos antes de volverse hacia el bárbaro para tranquilizarlo intentando hacerse entender en Val´an´kae.

- Detente hombre. No queremos haceros ningún daño ni a ti ni a tu compañera. La sacerdotisa sólo está sanando vuestras heridas. -Se acercó más a él mirándole a los ojos.- ¿Entiendes lo que te estoy diciendo?

Cargando editor
23/05/2012, 07:36

Notas de juego

Udokal, tu endientes mas o menos es 50% de sus palabras... es como si hablase una variedad de tu idioma

Cargando editor
23/05/2012, 09:13
Udokal

La mujer de hierro se acercó con gesto tranquilizador. Era alta, a diferencia del resto de sus compañeros. Podría pasar por una de las lanceras O'Shar si no fuera por su cabello plateado y su blanca piel. Se dirigió al bárbaro en un idioma que este logró entender, al menos en parte, algunas palabras eran casi idénticas a las que usaba su gente, aunque otras le era difícil entenderlas.
Parecía querer tranquilizarlo y asegurarle que no pretendían hacerles daño. El bárbaro quedó sorprendido al oír a aquella mujer hablar un idioma que aunque no conocía, podía entender y durante unos instantes se quedo callado sin decir nada, pero bajó ligeramente su hacha como señal de haber entendido.

-Ese hombre le ha disparado una flecha y esa mujer le ha hecho magia y se ha desvanecido. Dijo señalando con su hacha hacia Keloa que seguía tendida en el suelo. ¿Porqué iba a fiarme de ellos?

Esperaba que la mujer lo entendiera. Ciertamente ella y el otro hombre de hierro los habían salvado de los pieles verdes y eso era algo que el O'Shar apreciaba, pero sus compañeros habían atacado a Keloa. Si no se hubiera sentido tan cansado el bárbaro habría seguido peleando para defender a su compañera, pero en su situación hablar con aquella mujer era lo mejor que podía hacer en aquel momento.

Cargando editor
23/05/2012, 12:08

- Dile que se fije en las heridas de su compañera... han desaparecido - Comento Hanne intentando hacerse oír desde detrás de la barrera que le suponía el cuerpo de Phey

- Pero la sanación consume muchas energías del cuerpo tratado, por eso ha caído dormida... solo necesita un buen descanso y comida y pronto estará totalmente recuperada. Ademas - Prosiguió - Tus heridas también son numerosas... deja que el poder de la cálida Hareth te envuelva para sanarte.

Cargando editor
24/05/2012, 04:49
"Alegre" Voki

—¿Qué me has visto cara de curandero? —replicó Alegre a la orden de Aeryn— Yo no me acerco a ese bruto.

La sacerdotisa preguntó si alguien hablaba el O’shar y Alegre negó con gesto osco. Se sorprendió de escuchar la voz de Aeryn, hablando en su idioma natal y la miró, por encima del hombro, con un gesto de extrañeza. No tenía idea de que la lengua de los Alhyon sonara tan parecido a la de los O’shar. El gigante pelirrojo pareció entenderla y le dirigió unas palabras que él, por supuesto, no pudo entender, aunque estaba más concentrado en la enorme hacha que cargaba el salvaje y que no parecía tener intención de enfundar, que en la conversación.

Detrás de Phey, que intentaba impedirle el paso, la sacerdotisa intentaba acercarse al guerrero, ofreciendo sus servicios de curandera y tratando de explicarle que su compañera sólo estaba recuperando fuerzas tras la curación mágica.

—Mujer, no vamos a cargar con dos gigantes del hielo inconscientes
—le gruño Alegre, mientras echaba un vistazo alrededor, en busca de algún movimiento que delatara la proximidad de más Pieles Verdes—. Si vas a curarlos y dejarlos tirados aquí, será lo mismo que nada. Tenemos que largarnos de aquí antes de ayer.

Cargando editor
24/05/2012, 12:21

Notas de juego

No es una buena llamarlos gigantes de hielo, pues estos existen y son muy distintos a los O´shar

Cargando editor
24/05/2012, 12:22

La sacerdotisa se dio la vuelta para replicar a Voki - Si tienes miedo o estas asustado o cualquier otra razón que tu triste cabeza pueda darte puedes marcharte cuando quieras - Luego señalo hacia los O´shar - Los curaremos y acamparemos aquí hasta que se recuperen. Son Humanos!!! que clase de personas seríamos si los dejasemos abandonados a su suerte.

Cargando editor
24/05/2012, 14:24
Aeryn

Aeryn miró al hombre prestando la mayor atención para no perderse ninguna de sus palabras. Entendió la preocupación del bárbaro por la flecha de Voki e intentó tranquilizarlo.

- Lo siento mucho, pero nuestro explorador no es tan hábil con el arco como cree y ha fallado en el disparo.

Volteó la cabeza al oir la voz de la sacerdotisa.

- Sólo queremos ayudaros. Mira... -señaló hacia la mujer que se encontraba en el suelo- sus heridas están curadas y ahora mismo está descansando, es lo único que necesita... reposo y comida. Deja que la sacerdotisa haga lo mismo contigo, tú también estás herido y ella puede curarte.

Intentaba hablar despacio para que aquel imponente hombre pudiera entender mejor lo que decía. Miró con dureza a Voki cuando éste habló haciendo un gesto de impaciencia e incluso desprecio ante su cobardía.

- Hanne tiene razón, si quieres dar media vuelta y escapar como un cobarde eres libre de hacerlo, pero nosotros no nos moveremos de aquí hasta que ellos hayan descansado y recuperado sus fuerzas. Así que, montemos el campamento. -Habló en común para que sus compañeros la entendieran.

Acto seguido y volviendo a su propio idioma, Aeryn se dirigió de nuevo al bárbaro.

- ¿Nos dejas ayudarte?

Cargando editor
24/05/2012, 15:38
Udokal

El bárbaro miró con recelo al hombre y a la mujer más bajos mientras hablaban entre ellos. Eran de los que más desconfiaba, aunque ambos le transmitían sensaciones completamente distintas. La mujer estaba tranquila y siempre hablaba con un tono de voz sosegado, que emanaba cierta paz, aunque Udokal no sabía lo que le decía ni tampoco le permitiría acercarse. Había aprendido que muchas veces las cosas no eran lo que parecían, y Keloa seguía caída a su lado para recordárselo. El otro sin embargo parecía hosco y sus gestos mostraban rechazo, y por lo que parecía tampoco sus compañeros parecían coincidir con él en sus opiniones. Siguió alerta a cualquier movimiento extraño y sin dejar que ninguno se acercara.
Cuando la mujer de hierro volvió a hablar la miró e intentó escuchar lo que le decía. Esta vez hablaba más despacio, aunque seguía sin entender todo lo que hablaba. Parecía querer explicarle que la flecha había sido un accidente y que Keloa no era el objetivo. ¿Sería verdad? La mujer parecía sincera y ella misma había ayudado a Keloa a deshacerse de sus atacantes, solo por eso merecía un voto de confianza. Udokal bajó ligeramente su hacha mientras la mujer de hierro hablaba con la otra, parecía que hablaban de él. Cuando se volvió le señaló el cuerpo de Keloa y le indicó que lo mirase. Lo hizo desconfiado, sin intentar perder de vista a ninguno de los otros humanos. Aquella mujer le decía que Keloa ya no tenía ninguna herida, que tan solo estaba agotada y ofrecía hacer lo mismo con él. Eso era imposible, él la había visto recibir heridas varias veces durante la batalla. Miró el cuerpo ensangrentado y durante unos instantes perdió de vista a los otros humanos, lo que veía no parecía posible. Keloa estaba ensangrentada pero no había rastro de ninguna de sus heridas.

¡No es posible! ¿Que clase de magia es esa?

Udokal nunca había visto nada igual en su tribu, ni tampoco había oído hablar de ningún chamán con ese poder. Aquella mujer debía de ser muy poderosa para hacer eso. Les habían salvado la vida y habían curado a Keloa. Se volvió hacia ellos y bajó su hacha, su pose ya no resultaba amenazadora. La mujer de hierro parecía discutir con su compañero, aunque no sabía de que discutían. Al terminar se volvió de nuevo hacia él y volvió a ofrecerle ayuda. Como ella intentó hablar despacio para hacerse entender.

-Tengo que disculparme con vosotros, nos habéis salvado la vida y me he comportado deshonrosamente. Dale las gracias a la hechicera por favor. Estamos en deuda con vosotros. Sopesó la oferta que le hacían, no le gustaba la idea de quedarse inconsciente. No puedo quedarme dormido, tengo que abrigar a mi compañera o se morirá de frío y no quiero entreteneros aquí, ya habéis visto lo peligrosos que resultan estos bosques.

Cargando editor
24/05/2012, 16:22
Aeryn

Aeryn respiró algo más tranquila al ver la actitud más dócil del bárbaro así como al escuchar sus palabras.

- No te preocupes, nosotros la abrigaremos y cuidaremos de los dos. Montaremos un pequeño campamento y estaremos aquí el tiempo que haga falta hasta que os recuperéis.

Se volvió hacia sus compañeros para traducir las palabras del hombre.

- Hanne, puedes acercarte a sanarle. Mientras tanto nosotros montaremos un pequeño campamento, pero antes... Phey, acércame unas mantas, hay que cubrir a esa mujer antes de que muera congelada. Voki... -se mordió el labio para no perder la compostura- tú sabrás lo que quieres hacer.

Notas de juego

Ya puedes seguir

Cargando editor
24/05/2012, 16:41
Udokal

Udokal escuchó extrañado el ofrecimiento de la mujer. Ni siquiera los conocían y les estaban ayudando en todo lo que podían arriesgando incluso sus vidas. A pesar de todo en su tribu hubieran hecho lo mismo con cualquier desconocido que se hubieran encontrado. Los O'Shar sabían ser agradecidos y hospitalarios cuando era necesario.

-Os lo agradezco, pero temo que sea pediros demasiado, ya habéis hecho bastante. Si decidís marcharos lo entenderé y nosotros seguiremos nuestro camino. Se quedó en silencio un momento, la situación no había dado lugar a ningún tipo de presentación hasta aquel momento, pero el bárbaro vio oportuno decirle su nombre a la mujer de hierro, como símbolo de confianza y amistad, ahora que sabía que les debían la vida, si decidía marcharse debía saber a quien había salvado. Me llamo Udokal y ella es Keloa.

Notas de juego

Bueno si la hechicera se acerca Udokal no se resistirá.

Cargando editor
24/05/2012, 17:26

Phey se relajó un poco al ver que el Bárbaro se tranquilizaba, incluso dejó que la sacerdotisa se acercase un poco mas al salvaje, aunque siguió asiendo la espada.

Hanne realmente empequeñecida por el enorme humano, no mostraba señal alguno de miedo o preocupación.

- Tus heridas son numerosas y se ve que has perdido mucho sangre, resultarás de poca ayuda a tu compañera si tenéis un nuevo encuentro con pieles verdes y no estas curado. - Cuando acabó de hablar, apenas si se encontraba a mas de dos palmos de distancia del salvaje, y comenzaba a extender sus pequeñas manos mientras de su boca salia de nuevo la letanía en un ininteligible lenguaje.

Cargando editor
24/05/2012, 23:48
"Alegre" Voki
Sólo para el director

Cita:

No es una buena llamarlos gigantes de hielo, pues estos existen y son muy distintos a los O´shar

Supuse que existían o que, por lo menos, se los podía mencionar como criaturas de leyenda. Alegre ha hecho al comparación a propósito, cómo una especie de insulto, aprovechándose de que los O’shar no le entienden.

Cargando editor
26/05/2012, 05:16
"Alegre" Voki

Alegre apretó los dientes y le clavó a Aeryn una mirada asesina. ¿Cómo se podía desear dar una bofetada a una persona y besarla al mismo tiempo y casi con casi la misma intensidad?

Cerró los puños hasta que sus nudillos se pusieron blancos y sus uñas se clavaron en la base de sus manos.

“Lo que debería hace es darte una zurra, cómo a una niña pequeña y llevarte de aquí a la rastra”.

En lugar de eso, respiró profundamente, intentando calmarse, con más éxito del que hubiera previsto.

—Déjeme explicarte esto, de manera que lo entiendas —gruñó, entre dientes, intentando disimular la ira.

Señaló hacia la fogata humeante que habían hecho los O’shar.

—Esa columna de humo, que sale de ahí, puede verse a leguas de distancia. El grupo de Pieles Verdes que estaban aquí, son los exploradores, de la partida que hemos estado oyendo desde hace algunos días. En cualquier momento sus compañeros llegarán hasta aquí y seguramente serán muchos más. Sólo un completo idiota levantaría un campamento en este lugar. ¿Quieres ayudar a estos salvajes? Bien, pero no puedes ayudarlos aquí. Si nos quedamos aquí, todos moriremos. Ellos y nosotros —hizo una pausa y le miró con ojos bien abiertos, cómo si quisiera convencerla sólo con la intensidad de su mirada—. ¿Has comprendido?

Cargando editor
27/05/2012, 13:57
Phey Stern

Udokal había comprendido que la magia de Hanne no hizo daño a su compañera, aunque a Phey le seguía produciendo inquietud que la sacerdotisa se quedara junto a un hombre tan fuerte. Pero las hostilidades y el peligro se habían marchado, o como dijo Voki, venían hacia aquí.

Envainó la espada y caminó hacia su yegua, siguiendo las instrucciones de Aeryn. Al pasar junto a la fogata, el Hijo de Ihvist pateó la nieve para apagar las llamas.

Ya está, ya no hay hogera. Si los pieles verdes vienen hacia aquí, por lo menos que solo tengan nuestra ubicación aproximada.

Sacó de las alforjas de Brisa una de las mantas. No cubrió con ella a Keloa, en lugar de ello se la tendió a Aeryn. Era más decente que no se acercara a ese cuerpo desnudo, aunque la cantidad de sangre en la piel se convertía en un vestido vaporoso.

Daos prisa, Sacerdotisa, tenemos que irnos.

No quiso dar a entender si incluía o no a los dos Oshar. Ni siquiera sabía si Udokal aceptaría seguirles. El mensaje era para Hanne, para ella y su terrible ímpetu. La sacerdotisa había salvado dos vidas, a costa de poner en peligro a otras cuatro.