Partida Rol por web

El Advenimiento

Capitulo IV

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16/01/2013, 09:17
Aeryn

Aeryn observó como la guardia se llevaba a los que habían sido sus compañeros de viaje los últimos días y a la joven Naiss que los había metido en aquel jaleo. Dudó por unos momentos si sería mejor acompañarlos por si necesitaban algo, pero con un gesto despectivo de la mano decidió que sería mejor que se apañaran solos... ella no era la niñera de nadie.

- Sí, tienes razón Phey, será mejor que volvamos a nuestros cuartos. Ahora que ha pasado la "fiesta" espero que nos dejen descansar.

Miró con gesto receloso como el posadero guardaba las bolsas de dinero pero no dijo nada, al fin y al cabo aquello no era asunto suyo.

Tapándose la boca para disimular un bostezo, Aeryn se dirigió de nuevo hacia las escaleras dispuesta a descansar.

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16/01/2013, 11:12
Phey Stern

Phey subió tras Aeryn.

¿Y has visto qué majo el posadero?-preguntó inocentemente-Desatiende su propio local para guardar el dinero de sus vecinos. Pobre. Debería quedarse con algunas monedas de las bolsas para pagar los destrozos. Es que para ser justos, los mineros de la pelea le han causado muchos disgustos...

En el pasillo se despidió de su compañera y entró en su cuarto. Ahora que las cosas se habían calmado en el piso de abajo, al fin podría dormir.

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16/01/2013, 11:31

Notas de juego

Podrias comunicarte a gritos o al menos en voz bien alta. El espacio que ocupan las celdas incluido pasillo es 100 m2, luego no estan demasiado lejos.

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16/01/2013, 20:12
Pazzo-Bialy Stehlen

Pazzo salió de la posada dejándose arrastrar del brazo por el guardia. Andaba detrás de él como un niña llevada de la mano por su madre. Agachó la cabeza y solo pensó en descansar. Estaba agotada.

Caminó por el suelo cubierto de nieve y disfrutó de los copos, que caían lentamente desde el cielo. Pensó que, probablemente era la última vez que iba a andar en libertad. Se esperaba un castigo muy duro y con ello la privacidad de muchas cosas.

Levantó la cabeza y dejó que algún copo de nieve se le fundiera en la cara. La luz de la luna iluminó su rostro y agradeció el frío que la iba a refrescar la cara, enrojecida de tanto llorar.

Posó su mirada sobre la pelirroja y admiró su empeño de cargar sola con el peso muerto de su hermano. El trayecto de la posada hasta la cárcel, se acabó demasiado rápido. Enseguida vio la reacción de los soldados al verlos aproximarse, curioseando al rededor de ellos.

Pazzo no prestó atención a lo que hablaban, solo quería llegar dentro de la asquerosa celda que le iban a asignar. Subió las escaleras con la misma pereza con la que anduvo hasta aquí. Miró con curiosidad para ver si los gigantes iban a entrar por la puerta.

Llegados donde las celdas, la pequeña chica agradeció que los guardias dejaron a los O'Shar dentro del mismo cuarto. Tampoco pensó que se iban a atrever a separarlos, pero no le apetecía hablar y tener que convencerles. Esa no fue su noche de la suerte, ya que ninguna persona a la que se acercó se dejó influenciada por sus ruegos.

Entró dentro de la celda que le asignaron y se sentó en el suelo. Cogió las mantas y, con un gesto visible de asco en la cara, intentó taparse con ellas. La celda era pequeña, pero para alguien como ella, quedaba demasiado grande.

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17/01/2013, 04:36
"Alegre" Voki

Voki observó, por la pequeña rendija de la puerta, como metían a los dos gigantes y a una muchacha que no conocía en una celda. Esta era una verdadera celda, no como la habitación de “lujo” que le habían dado a él. Parecía que el sacerdote no había sacado la cara por ellos, como lo había hecho por él, cuando le habían arrestado. Claro que a él lo necesitaba para regresar, mientras que los O’Shar no le servían de nada. Pensó que esto había sido sólo cuestión de tiempo. Los O’Shar no podían vivir en la civilización. Tarde o temprano sus costumbres y su forma de ser les meterían en problemas, de una u otra forma. Ya lo había dicho antes, pero ¿él qué sabía? Sólo era una guía ignorante.

Hizo bocina con las manos y gritó.

—¡Eh, tú, muchacha! Dime, ¿qué le ha pasado al gigante? ¿Por qué os han traído aquí?

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17/01/2013, 12:22

Regresáis a vuestras habitaciones tras un frío día cabalgando y una noche llena de problemas. Al menos, abajo los mineros parecen estar haciendo menos ruido, no es que no se les escuche claro esta, pero comparado con antes, es puro silencio.

Así comienza a pasar la noche, en principio estáis suficientemente cansados y tras tantos días cabalgando y durmiendo a la intemperie el colchón y las sabanas os deberían permitir dormir profundamente, otra cosa es que las preocupaciones por vuestros compañeros u otros motivos os lo permitan

Notas de juego

Os aviso cuando amanezca.

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18/01/2013, 14:57
Keloa

Poco imaginaba Keloa que el sitio al que iban a acompañarlos según la rubia Aeryn, se utilizara para encerrar a alguien. Ni siquiera sospechaba de la existencia de aquellas cosas llamadas "celdas". Y mucho menos que los encerrarían allí.

En otro tipo de situación, al entender que iban a encerrarlos, habría dado la vuelta poniendo resistencia y, probablemente, habría acabado muerta antes de ceder a algo así. Pero el enorme peso de Udokal sobre sus hombros mantenía su cabeza despejada y alejada de ese tipo de comportamientos. Ni una nueva palabra ni un nuevo gesto hacia nadie más que el guerrero pelirrojo. En esos momentos, él era su prioridad.

Entrando a la "acojedora" estancia que les habían preparado, lo primero que hace la pelirroja es tumbar el cuerpo de Udokal sobre las mantas, con muchísimo cuidado. De hecho, la delicadez con la que trata a su compañero sorprende a aquellos que puedan verla, pues al fin y al cabo... Sólo son bárbaros.

Con cuidado coge la segunda manta y la extiende sobre él. Al contrario que la pequeña Pazzo, su rostro no muestra desagrado alguno. Aunque tampoco la fríaldad y dureza que mostraba antes de empezar a preparar a Udokal. Su mirada gris es incluso cálida mientras aparta el enmarañado cabello de Udokal de su rostro, deslizando sus finos dedos por la mejilla de su 'hermano' de forma delicada, con... ¿cariño?

Incluso Udokal se habría sorprendido de ese comportamiento. De hecho, la misma pelirroja parece sorprenderse cuando, con brusquedad, aparta la mano como si se hubiera quemado.

¿Se puede saber qué haces?

En un sólo segundo, Keloa vuelve a ser la misma mujer fría de mirada distante y aspecto letal que había sido siempre. Ahora que ya se había asegurado de que Udokal sólo necesitaba descansar, la pelirroja se sienta apoyada en la pared, lo suficientemente cerca del guerrero como para percibir cualquier cambio en su comportamiento.

Parece agotada cuando deja caer su cabeza hacia atrás y ladea su cuello a un lado y otro para hacerlo crujir. Su melena pelirroja se distingue a la perfección a pesar de la oscuridad que la rodea...

Y ahora... ¿qué?

Intenta recordar las últimas palabras de la mujer de cabellos de Sol. Esperaba que apareciera pronto por allí para aclarar lo ocurrido... Porque no entendía en absoluto qué es lo que los había llevado a esa situación. Quizás mañana les abrieran las puertas para poder seguir preparándose para la misión que les había sido encomendada...

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18/01/2013, 15:50
Pazzo-Bialy Stehlen

Dentro de la celda, Pazzo intentó juntarse todo lo posible para poder calentarse. La mano le dolía mucho y empezó a masajearla mientras el olor que desprendían las mantas la hizo resguardar su nariz en su propia ropa, tapándola con su camiseta. Escuchó una voz desconocida que se dirigía a alguna muchacha.

Levantó la cabeza y oteó en la oscuridad para ver al que habló. Aunque resultaba casi imposible porque el unico hueco para mirar fuera era un cuadrado de 10x10 cm por encima de su cabeza.

Se acordó del hombre pequeño que la rubia mencionó antes de salir de la posada y que a ellos los llevarían al mismo sitio. Como no vio ninguna muchacha más, se arregló unas mechas de pelo y tosió levemente.

-Hola, ¿donde estás? No veo mucho, la verdad. Pensó en la pregunta que le hizo la misteriosa voz y no le apeteció contar todo. Es... una larga historia, ¿Los conoces? La pequeña bajó la cabeza y dijo una cosa más con una vos triste y culpable. Esto ha sido culpa mía...

Se acurrucó de nuevo entre las mantas y suspiró. Se preguntaba si los pelirrojos estaban bien, pero no tuvo el valor de decir nada. Los últimos gestos de la mujer le dejaron claro que era mejor no molestara, por lo menos, hasta que Udokal se iba a recuperar.

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18/01/2013, 22:06

Notas de juego

Solo un pequeño apunte, las habitaciones que os han dado no tienen ventanas ni nada por el estilo.
Las puertas son de robusta madera reforzadas con hierro. salvo un pequeño cuadrado de unos 10x10 cm con barrotes a una altura de 160-170 (fuera del alcance normal de Pazzo)
La única iluminación proviene de un par de antorchas del pasillo.
Si alguien mira, vera a un aburrido soldado montando guardia afuera.

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19/01/2013, 04:53
"Alegre" Voki

—Bueno, yo no me voy a ir a ningún lado, por ahora y supongo que tú tampoco —replicó Alegre—, así que creo que tenemos tiempo para una historia larga. Sí, los conozco un poco. Yo los traje a esta ciudad, aunque sabía que era una mala idea. ¿Qué le pasó al gigante? ¿Sabes qué fue del sacerdote y la Alhyon que iban con ellos?

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20/01/2013, 22:08
Pazzo-Bialy Stehlen

Pazzo sollozó debajo de las asquerosas mantas y respondió con voz triste y llorosa.

-No me apetece hablar... y no me preguntes sobre esos dos, son más fríos que la nieve de afuera y sus corazones más vacíos que estas celdas. Su voz sonó algo enfadada, pero enseguida volvió a su tono lloroso. El gigante me defendió... yo no se lo he pedido, yo le he dicho que no es asunto suyo... Solo quiero dormir...

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21/01/2013, 03:59
"Alegre" Voki

Voki levantó las cejas y arqueó las comisuras de sus labios, en un gesto admirativo.

—¿Cómo la nieve? Eso si es frío. Vete a dormir, entonces, chica bardo. Tienes razón, es muy tarde para charlas. Y yo tampoco soy de hablar demasiado.

Se alejó de la puerta y se recostó sobre la mesa, a descansar. Si esa chiquilla quería hablar, bien, si no, pues en nada cambiaba su situación.

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21/01/2013, 09:08
Aeryn
Sólo para el director

Todas aquellas dificultades estaban trastocando sus planes. Además, si querían permanecer en el asentamiento minero mientras durase el invierno aquella no había sido la mejor manera de presentarse, seguramente a su explorador le acabarían expulsando de aquella ciudad y a Aeryn era en principio el único que le importaba. Con él no es que tuviera muchas posibilidades de llevar a cabo con éxito su "aventura", pero sin él desde luego no lo conseguiría sola, sobre todo después de haber visto todo lo que habían pasado hasta el momento.

Se metió en la cama intentando alejar todos esos pensamientos y, a pesar de que aún llegaban los sonidos de la taberna, poco a poco se fue quedando dormida. Los días de marcha, de tensión, a la intemperie habían dejado una huella que ahora había que borrar y el sueño era el mejor antídoto para los malos pensamientos.

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21/01/2013, 13:29

Tras la larga noche, os despertáis en vuestras mullidas camas al amanecer, no hay apenas ruido en contraste con la noche...

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21/01/2013, 23:57
Pazzo-Bialy Stehlen

Pazzo suspiró con bastante fuerza, para hacerse escuchar, ya que el desconocido declaró que no era hombre de mucho parloteo. Levantó la cabeza y agudizó el oído para captar algún movimiento de los pelirrojos. Quiso preguntar a la chica como se encontraba Udokal, pero se mordió los labios y se quedó callada.

Después de unas cuantas vueltas y algún que otro suspiro empezó a tener curiosidad acerca de toda esta gente, y el hombre sin rostro parecía tener algunas respuestas.

-Ehh... eeehhh... ¿Jefe guía, sigues despierto? No sabía ni como llamarlo, solo se acordó que fue el que trajo aquí al grupo. Me llamo Pazzo, trabajo de traductora, no de inventar rimas... aunque la gente presta atención cundo hablo, pero es por interés. De tus amigos solo sé el nombre del gigante, los otros no se dignaron a decirme nada. ¿Que andan buscando estos aquí en estas fechas? ¿Y tú, porque dices que era mala idea venir? ¿Y.. y...? Quiso preguntar muchas cosas más pero sabía que tenía que dar a cambio para recibir.

-El grandullón recibió una buena paliza, pero antes tumbó a unos cuantos. En realidad fue por un malentendido, yo les dije que se quedaran al margen, pero no me entendió a tiempo. Cuando estábamos cenando, unos mineros medían su fuerza a pulsos. Udokal retó a su hermana, yo hable con los mineros, la chica los ganó... Eehhh.... ¿me estás escuchando? A ver si hablo con las paredes, tan típico de mi, hablar y hablar... bufff...

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22/01/2013, 03:40
"Alegre" Voki

Alegre se rascó el interior de la oreja derecha con el meñique y se dio al vuelta, sobre la mesa.

—Mmmsí, sí, te oigo. Hablas bastante para alguien que no quiere hablar. Y ya me he dado cuenta de que no eres bardo. No entiendo ni jota de tu historia. —se incorporó un poco y acomodó el atajo de ropa que usaba como almohada—. En nuestro grupo venía una mujer Alhyon llamada Aeryn y dos sacerdotes: un hombre y una mujer. ¿Tienes idea de si saben que los O’Shar están aquí? Ellos son los únicos que pueden hacer algo por ellos o por ti. Ni se han dignado averiguar si estoy vivo o muerto, pero supongo que estarán más dispuestos a ayudar a los O’shar o a ti, siendo una completa extraña, que al miserable de Alegre.

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22/01/2013, 23:15
Phey Stern

Phey dejó que la luz se colase por la ventana e iluminase la habitación. La luz del alba era entrañablemente familiar, lo único en común que había entre esta cómoda habitación de posada y su vieja celda monástica.

El chico se arrodilló y rezó. No trató con Ihvist ningún asunto mundano: no rezó por la vida de Pazzo, ni por los golpes que sumieron a Udokal en la inconsciencia; no rezó por la liberación de Keloa, ni para que a Voki se le ablandase el corazón y el carácter. Fue una plegaria aséptica, limitada a ensalzar a Ihvist y loar sus virtudes, en lugar de rogar su intercesión por los asuntos mundanos.

Conocía a cuatro personas que estaban en la cárcel. Si Ihvist tuviese que intervenir, no le quedaría tiempo de ocuparse de los asuntos realmente importantes. Es que... menuda cruz tenía que cargar el guerrero sagrado por culpa de todos esos liantes...

Seguía vestido con la humilde ropa ofrecida por la taberna, pero al bajar se interesó en si sus ropas habituales habían secado ya.

Buenos días... Le dejé a una de las chicas mi ropa para lavar, ayer por la tarde. ¿Ya están listas?

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23/01/2013, 16:53
Pazzo-Bialy Stehlen

Pazzo intentaba ver su propia mano en la oscuridad mientras escuchaba al extraño hablando. No la consiguió ver muy bien y dejó el asunto.

-Ehmmm, te puedo asegurar que soy la última persona en la que esos dos tienen ínteres en ayudar. No te digo que son de hielo, buff... no sé por qué aventuras pasaron hasta llegar aquí, pero tenían unas caras de pocos amigos. No te digo... ni me han dicho sus nombres, maleducados. O sea, que la rubia se llama Aeryn, la niñata pija de papa. Bah, no se merece que gaste tanta saliva hablando de ella. Ahhh, perooo... solo hay un sacerdote, bueno... guerrero sagrado. No he visto a nadie más, seguro que era quien faltaba de este grupo, alguien con sentimientos hacia el sufrimiento de otros. Ay, el hijo de Ihvis, con su pelo moreno y sus ojos de color oscuro y ese cuerpo tan... bah otro insensible. Seguro que si tú ves a una chica como yo llorando, la abrazas o... o le dices algo, pero esos dos... Si es como dices, que son los únicos que pueden hacer algo por nosotros, estamos perdidos. Dudo hasta que ayuden a estos dos pobres infelices. O sea, que te llamas Alegre, porque no pareces serlo, aunque eso de miserable me lo creo, tus amigos tampoco olían a flores. No sé que no entiendes, si te lo he dejado todo muy claro. Estos llegaron a la posada, el guerrero y Aeryn se quedaron y yo lleve a los O'Shar a hablar con el "jefe de tribu", como ellos lo llaman. El lord dio permiso para que el sastre arregle las vestiduras de los gigantes y mañana teníamos que ir a ver que se podía hacer con sus armas. Pero como ya dije... no me apetece hablar... Habla tú, cuéntame como se llama el moreno y... y no sé yo, pero vaya mezcla mas rara de razas que sois, ¿los compraste en algún mercado, o como acabaste con esta gente?

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23/01/2013, 18:09

Udodal se despierta una media hora despues. Ahora, cuando la furia ha pasado, es cuando se empieza a dar cuenta del los golpes y moratones que tiene por todo el cuerpo.
La celda es bastante pequeña, en especial para vuestras dimensiones, el techo esta como mucho a 2.20 m de altura y las solidad piedras de los muros no parece que sirvan de mucho contra el frío (aunque para vosotros eso ultimo no sería problema)

Cargando editor
23/01/2013, 18:12

- Señor, le subiré a su habitación las ropas - Te responde una chica, que la recuerdas como una de las que os ayudo con el baño.

- Si desea comer algo, bajaré en unos minutos - Dice desde las escaleras. Una vez arriba, aprovecha el viaje no solo para llevarte tus ropas, si no también para dejar las de Aeryn frente su puerta.

La posada esta muy vacia, tanto que solo trabaja a estas horas una chica.