Partida Rol por web

Udokal miró con curiosidad a la pequeña humana que se les acercó, y se sorprendió de que hablara su idioma, o al menos el mismo que Aeryn, lo cual significaba que podía entenderla. Se miró su armadura de pieles, sucia y aún rota por algunas partes como resultado de las batallas. Realmente ahora no parecía una armadura impresionante, aunque comparada con las de Aeryn y Phey si que resultaba distinta. Se sintió un poco extraño cuando la muchacha comenzó a tocar su armadura pero no hizo ningún gesto por detenerla.

- Yo soy Udokal. ¿También hablas nuestro idioma? Pensé que nadie lo hablaría aquí. Para él ya había resultado una suerte que Aeryn pudiera comunicarse con ellos, parecía como si los pequeños humanos tuvieran otro idioma distinto y al llegar a la colonia le dio la sensación que tampoco hablaban como ellos. ¿De qué dices que trabajas? No había entendido el significado de esa palabra, ni tampoco la había podido entresacar del contexto. Y no somos hermanos, pero venimos de la misma tribu.

En menos tiempo de lo que había podido ver repasó a todo el grupo uno por uno. Udokal se quedó esperando la reacción de los demás, sobre todo la de su compañera ante la actitud curiosa de la joven. Phey parecía haberse sentido algo incómodo y prefirió hablar con una de las muchachas que trabajaba en aquel sitio.

La camarera alza los ojos al cielo como preguntando que ha hecho ella para merecer esto. A continuación comienza a vocear a grito pelado "Miryam!!!! Vanne hay que preparar unos baños!!!

A los pocos segundos dos jovencitas con aspecto somnoliento bajaron por las escaleras y tras haceros una corta reverencia (a todos) preguntaron

- ¿Cuantos baños Lidl? ¿cuatro? - preguntaron sin mucho entusiasmo

- Vosotras ir preparando dos de momento.. venga no os quedéis hay paradas, hay mucha agua que carretar.

Cuando las dos salían por una puerta detrás de la barra escucháis que una le dice a la otra - Como se supone que esos dos van a poder meterse en la bañera???

Pazzo siguió por un momento con la mirada al moreno menos alto. Parecía incomodo, hm estara cansado, seguro que hablara con ella después de descansar.
Hola Udokal, mi trabajo es hablar con gente como tu y ayudar que te entiendas con hombres bajitos que hablan diferente. Eso lleva un coste, no lo hago gratis, pero tu seguro que no tienes dinero. Hmmm como te lo digo, yo te hago un favor y te ayudo que te entiendas con los demás y tu me harás un favor, trabajaras algo para mi. Pazzo mira con cara de curiosidad al grandullón, no sabia si se ha echo entender. Seguro que le vendría de ayuda en algún momento. Podría ayudarla a cargar cosas, o defenderla cuando se vaya a marchar de la mina. Le gusta ayudar a la gente pero si se puede aprovechar de ellos es mucho mejor.

Sin inmutarse ante la expectación que levantaba, Aeryn se adentró en la posada mirando a su alrededor. Después de lo que habían pasado hasta el momento no podía quejarse del alojamiento, en aquellos momentos lo único que deseaba era un buen baño y una cama confortable.

- ¿El jefe de la colonia? Sí, supongo que todos deberemos hablar con él. -Contestó a Udokal sin prestar demasiada atención a lo que decía pendiente como estaba de una joven que se estaba dirigiendo a ellos de manera un tanto descarada.

La observó de arriba abajo enarcando una ceja. Pero ¿qué modales son estos? ¿qué se ha creído esta muchacha? He visto más educación en estos dos Oshar que en los habitantes de esta mina. Habrase visto qué descaro.

- Nuestros asuntos son cosa nuestra y si hay que dar explicaciones no será a ti precisamente. -Lo único que quería Aeryn era relajarse y descansar y no que una deslenguada jovencita la estuviera interrogante, por ese motivo el tono de su voz sonó bastante cortante. Sin prestarle más atención se dirigió a los Oshar- ¿Os váis a dar un baño? Si es así deberemos encargar dos bañeras más.

Aunque no lo muestra en ningún momento, Keloa se muestra sorprendida ante la confianza con la que se acerca la joven a ellos. Era tan menuda que de un sólo guantazo estaba segura de que podría tumbarla. Le parecía curioso la falta de precaución que tenían aquellos pequeños humanos para parecer tan débiles. Una vez más, se pregunta cómo es posible que alguien deje a otra persona de su misma tribu salir de ella siendo tan frágil. Ya había visto a la hechicera y al malhumorado explorador.

Una de sus cejas se enarca al escucharla hablar su idioma, pero por segunda vez en tan sólo un momento, la lugareña consigue volver a sorprenderla al tocarle el pelo. Frunce levemente el entrecejo y sigue con la mirada gris cada uno de sus gestos.

- Yo que tú, sería más prudente cuando te encuentres con otro O'Shar. -Advierte en un tono de voz tan cortante y distante que contrarresta en mucho la dulzura de su voz. Luego mira a Udokal de reojo un instante y vuelve a clavar su gélida mirada en la tal... ¿Pazzo? Que nombres tan ridículos... - Sí somos hermanos. * - Para los O'Shar, las relaciones consanguíneas no tenían ningún sentido... Todos los miembros de una tribu compartían la misma sangre.

Keloa presta atención ahora a Aeryn, enarcando una ceja ante una pregunta que no acaba de entender.

- ¿Bañera? ¿Te refieres... al río? -A pesar de su confusión, sus rasgos faciales ni se inmutan.

Torció el gesto con expresión un tanto impaciente ante la pregunta de Keloa.

- No, no... el río no. Bañera... un gran recipiente que se llena de agua caliente y en el que te metes dentro para poder asearte. -La miró esperando alguna reacción de aquella inmutable mujer.- Pero si prefieres y te sientes más cómoda yendo a bañarte al río... por mi no hay inconveniente.

Phey abandona su posición en la barra de la posada y vuelve a acercarse al resto del grupo. Ahora le tocaba a él ser el aislado por culpa de una lengua desconocida. Udokal y Keloa hablaban en su idioma natal, Aeryn charlaba con ellos y hasta la lugareña se había puesto a usar el idioma de los bárbaros.

Aeryn, ¿dos bañeras o cuatro? ¿Tanto les cuesta decidirse?

Y tú, muchacha...-añadió dirigiéndose a Pazzo, a pesar de que el joven Phey no debía de ser mucho más viejo-Es la primera vez que estos Oshar visitan una gran colonia. Están distraídos y abrumados con todo. Déjales descansar y mañana podrás hablar con ellos con más calma.

Que era lo mismo que decir que la distracción era la propia Pazzo. Phey se sentía incómodo. Aunque fuesen ellos los clientes, estaban haciendo esperar inapropiadamente a los dueños del negocio, en una pregunta muy sencilla de responder.

¿Y bien? ¿Dos o cuatro?

Aeryn se volvió hacia el sacerdote cuando éste la interpeló, miró hacia la mujer que parecía estar impacientándose y con un gesto de la mano dio a entender que lo mismo le daba lo que hicieran los demás. Ella necesitaba un baño urgentemente y sería lo que haría en aquellos momentos, si los demás necesitaban pensárselo dos veces que lo hicieran, pero que a ella la dejaran en paz. No era la niñera de nadie.

- Que preparen dos bañeras. Si estos dos quieren bañarse también que esperen... o que vayan al río que seguro que lo disfrutan más. -Y dándoles la espalda a todos se acercó hasta la camarera.- Me gustaría saber cuál es mi aposento, quiero dejar mis cosas y preparme para el baño. Por cierto... si es tan amable quisiera también que alguien se encargue de nuestros caballos que ahora mismo se encuentran en el establo.

- Claro milady - Respondio mostrando una sonrisa mas que forzada

- En cuanto a sus aposentos todo dependera del tipo de habitación que desee... una habitación simple? una doble? incluso tenemos habitaciones con cuatro camas y tambien otras reservadas para ricos mercaderes...

Las dos jovencitas comenzaban a acarrear los primeros cubos de agua.

Pazzo no se tomó muy bien la reacción de los nuevos, solo uno fue tan educado como para decirle su nombre. Sabía que su reacción fue algo exagerada pero se estaba aburriendo mucho últimamente.
-Bueno, vosotros es mejor que os deis un baño y si mañana sigo por aquí me podéis preguntar lo que os haga falta, a lo mejor os puedo ayudar... si me da la gana.

Dicho eso volvió a su sopa y siguió mirando la escena con interés. Deben de estar muy cansados, por la pinta que llevan no han dormido bajo techo en un buen tiempo.

Pasando la cuchara por el plato su mente seguía dando vueltas. Se les veía manchas de sangre de orcos el la ropa, seguramente han luchado en su camino hasta aquí. Algo realmente importante tenía que haber aquí para arriesgar sus vidas por llegar en este sitio alejado; algo mas importante que el dinero y los tesoros que se extraían de la mina. A visto a muchos negociantes y estos no lo eran.

Según seguía comiendo, cuchara tras cuchara, de su caliente sopa, volvió a mirar a cada uno de ellos.
Sus ojos se pararon en el guerrero sagrado este quien se ha creído que es para llamarme muchacha? Pensaba los de su tipo son mas amables, pero un guerrero sigue siendo un borde con armas.

Pazzo empezó a comer ya de su segundo plato y solo pensaba en ir a dar una vuelta para informarse...

Keloa no puede creer las palabras que está escuchando. ¿Un recipiente con agua caliente? ¿Tanto esfuerzo sólo para quitarse la porquería de encima? Enarca una ceja mirando a Udokal y, antes de poder contestar, Aeryn ya se ha dado la vuelta dándoles la espalda.

Mira a su compañero, intentando ordenar las ideas en su cabeza y su plan de acción.

- No necesitamos estar limpios. Necesitamos hablar con el cabeza de este sitio, conseguir ropas y armas y preguntar por la colonia de O'Shar más cercana... Con suerte podríamos llegar allí nosotros dos solos. Ya no estamos en deuda con ellos ni parecen necesitarnos aquí.

Espera alguna reacción por parte de Udokal para ver si está de acuerdo.

Pazzo estaba comiendo tranquilamente cuando escucho a la O`shar hablando. Ella no conocía personalmente al "cabeza de este sitio" pero sabia donde encontrarlo. Sin pensárselo dos veces, y al ver que la rubia ya le había dado la espalda, se levanto de su sitio y mientras se acercaba de nuevo al grupo dijo en el idioma que la pudieran entender:
-Yo se donde donde vive el que estas buscando, cabello rojo, si quieres te puedo llevar hasta allí.
Ahora ya sabia que los grandullones buscaba a los de su raza, pero porque están solos?  Y porque estaban en deuda con los otros?

Todo el mundo parecía de mal humor. La Naiss al fin se había retirado, aunque algo airada. Aeryn había alcanzado el límite de su paciencia. Los Oshar... Phey no sabría decir cual era su estado de ánimo, pero sus rostros salvajes y hoscos daban siempre la impresión de enfado.

¿Qué vamos a hacer con esos dos gigantes...?

Phey pospuso su decisión sobre la habitación. Quizás una de dos camas para compartir con Udokal... ¿Pero haría lo mismo la orgullosa Alhyon con Keloa? Estaba espectante a la respuesta de Aeryn, y de si transformaría su personalidad ahora que estaban de nuevo en la civilización. Él tendría todo el tiempo del baño para pensárselo.

Aeryn se quedó mirando a la mujer como si la hubiera ofendido con aquella pregunta.

- Para mí una habitación simple será suficiente. -Le contestó con un gesto impaciente de la mano mientras que esperaba las indicaciones oportunas para dirigirse al cuarto que le asignaran.

Después del baño y de una abundante cena lo único que deseaba era meterse entre las sábanas de una cama y sumirse en sus pensamientos. Tenía mucho en lo que meditar y prefería hacerlo en la intimidad.

- Avíseme cuando el baño esté preparado.

Udokal permaneció en silencio un buen rato después de contestar a Pazzo y observó las reacciones de sus acompañantes y de la pequeña muchacha. Aeryn y Phey parecían preocupados por sus asuntos personales, sobre todo en encontrar un lugar donde dormir y asearse, aunque lo de tener que bañarse en un recipiente fue una idea que no atrajo para nada a Udokal e hizo un gesto de sorpresa cuando Aeryn les dio la explicación.

-Gracias, pero debemos hablar con el jefe de la colonia antes que nada. Después podremos atender a otros asuntos.

Para Udokal aquello no era prioritario, incluso le extrañaba aquella actitud de sus compañeros, para él era inconcebible llegar a un poblado y no presentar sus respetos ante el jefe de la tribu. Eso era lo prioritario, en cualquier tribu O'Shar sería visto como una gran afrenta lo que los dos guerreros estaban haciendo. Decidió dejar a los guerreros con sus costumbres aunque no las compartiera y se volvió hacia Keloa.

-Tienes razón, debemos hablar con el jefe de esta tribu. Después ya tendremos tiempo para asearnos. Pensó un poco sobre la situación de la colonia. Hacia el norte deberíamos encontrar otro clan O'Shar, seguramente el jefe de la colonia pueda decirnos la situación con los pieles verdes.

A Udokal le parecía lógico que la colonia tuviera sus propios exploradores, tal y como en su tribu acostumbraban a hacer para vigilar el territorio de alrededor contra las incursiones, así que alguien debería poder darles alguna explicación sobre la situación. En estos casos el jefe de la tribu era siempre el que disponía de la información más completa y reciente.
Además también esperaba recibir algo de hospitalidad por su parte, como era costumbre entre los clanes O'Shar.
Ante las palabras de Pazzo se volvió hacia la muchacha.

-Entonces llévanos ante él. Necesitamos hablarle.