Partida Rol por web

Keloa, que ya sujeta su jabalina con una mano, lista para lanzar y matar, se agacha entre los arbustos y localiza a uno de los orcos, centrando su mirada en él y sólo en él.

Pocos segundos después, la jabalina sale volando en su dirección acompañada del sonido característico.

Udokal ves como Keloa avanza sigilosamente hacia los distraidos orcos, como si de una agil depredadora se tratara. Cuando llega a cierta distancia, lleva su brazo hacia atras y lanza con firmeza la jabalina incrustandose en el pecho de uno de los orcos que mira incrédulo el arma.

Tu jabalina sale volando a gran velocidad, desde luego es un buen lanzamiento, pero en el ultimo momento el orco le da por moverse, hiriendolo en un brazo, pero no de gravedad. El grito del Orco-Orog hace que el resto de los pieles verdes salgan de su letargo, uno te señala y con feroces gritos comienzan a correr hacia ti.

Keloa calibra la distancia. En un segundo sabe perfectamente si tiene tiempo de lanzar una jabalina más antes de salir corriendo. Sin dudarlo, lanza de nuevo al orco ya herido, aprovechando que está más cerca aunque se esté moviendo.

En cuanto la jabalina sale despedida de su brazo, la pelirroja echa a correr en dirección a la emboscada que su hermano tiene preparada, saltando por encima de ramas tiradas en el suelo y agachándose para no golpearse con ninguna de las que todavía hay en los árboles. Intenta en todo momento poner entre ella y sus enemigos algún árbol que pueda contener cualquier lanzamiento que sus enemigos pretendan hacer.

Esta vez el lanzamiento es incluso mejor que el anterior, la jabalina sale tan rapida lanzada por tu brazo que el orco no tiene tiempo ni de pestañear antes de que esta le atraviese la garganta de lado al lado.

Sus tres compañeros ni siquiera se molestan en mirar si sigue vivo o no, siguen corriendo furiosos y lanzan dos jabalinas mientras huyes. Su lanzamiento es tan malo, que estas pasan a varios metros de ti.

Mientras, Udokal, cada vez mas ansioso por entrar en combate, aprieta los dientes y el mango de su hacha hasta quedarle los nudillos blancos, mientras ve la evolución de la emboscada.

Para cuando acabas de correr estas a 55 metros de Udokal (has corrido y atacado, luego te has movido la mitad del máximo) y los orcos están incluso algo mas lejos de ti (puesto que también han atacado, solo se mueven la mitad, como tu, pero su indice movimiento es menor), están a 65 metros.

Siguiente Round... (vas tu y Udokal de nuevo)

Keloa no se para a disfrutar del placer de haber matado a uno de sus enemigos. Aunque empieza a paladear un ligero sabor a venganza. Sin embargo, no tiene tiempo que perder. Sigue corriendo en dirección a Udokal tan rápido como le permiten sus piernas. Entre los 2 sí podrán acabar con los tres orcos.

Otras dos jabalinas sobrevuelan sobre tu cabeza, pero lo suficientemente lejos para no tener que preocuparte de ellas, desde luego has visto lanzamientos de O´shars de 10 años mucho mejores que estos.

Esta vez llegas hasta donde se encuentra Udokal, intentando esconder su enorme cuerpo, con el rostro contraído por la furia y el deseo de venganza. Te mira con sus fríos ojos azules y en ellos ves la claa determinación de lanzarse ya por los Orcos.

Keloa para algo más atrás de donde Udokal está escondido, esperando que los orcos no se paren de repente al verla quieta. Sin embargo, no puede esperar, y coge la última jabalina de su espalda para lanzársela. De este modo, además, fingirá que no tiene escapatoria y quiere morir luchando... Mientras en su interior, desea con todas sus fuerzas acabar con ellos sin piedad.

Tropiezas al lanzar la jabalina y esta pasa demasiado cerca de Udokal, tanto que te lanza una mirada un tanto enfadada.

Los Orcos siguen corriendo, con el único objetivo de acabar contigo y después que les sirvas de cena.

Habiéndose quedado sin jabalinas, Keloa sólo veía una nueva opción posible. Esperar a que sus enemigos estuvieran a suficiente distancia para cargar contra ellos.

Así pues, esperando pacientemente a que los orcos se vayan acercando, desenfunda su puñal Kryll y lanza una corta pero significativa mirada a Udokal. Cuando ella saltara sobre ellos, esperaba verlo a su lado.

Udokal te mira y asiente con clara determinación, mientras los Orcos Orog continuan acercándose, corriendo tan rápido como les permiten sus piernas mientras lanzan amenazadores gruñidos.

Al llegar a la distancia adecuada, el enorme cuerpo de Udokal se ponen en pie y lanzando un grito desafiante se lanza como enloquecido contra los orcos. Es la primera vez que no lo ves cojear...