Partida Rol por web

Al regresar de tu meditación, te encuentras con Jennifer en la cocina, tomando café. Tu noche termina, pero su día esta por comenzar, lista para representarte en el mundo mortal. Te mira con esa mirada inquisitiva que conoces muy bien.

-¿Así que, es un hecho? ¿la ciudad se queda sin príncipe? -Te comenta de manera casual. Pero tu la conoces muy bien, sabes todas las dudas que deben cruzar por su cabeza: ¿Que significa para nosotros? ¿te ofrecieron algun “trabajo”? ¿Tomaras partido por algún vástago? Desde luego te respeta demasiado para preguntarte.

Cuando regreso de la meditacion a la cocina para tomar algo de mi reserva, me encuentro a Jennifer ella siempre se levantaba temprano, era una gran adquisicion. Pero en su mirada notaba algo raro, la conocia guardaba algo. Pase de preguntar esperaba que ella lo soltara le seria imposible aguantar, asi que tome un sorbo de mi vaso y la miraba, con esa mirada que da entender que sabia que por su mente pasaba algo.

Al final no pudo esperar y pregunto aunque no todo lo que queria. Si eso parece, mañana tengo una reunion con el principe saliente. Respondo a Jennifer mientras tomo el ultimo trago y tomo camino a mi cuarto. Pero tranquila niña, por ahora no cambia nada y si te preguntas si tomare parte por alguien, nada seguire mi camino no importunare a nadie. Aunque temo que pronto empezaran a llegar encargos de algun tipo. Le digo a la chica mientras ahora si me voy a mi cuarto a descansar. Voy a descansar nos vemos luego, cualquier novedad me dices. Y como siempre le dejo mi telefono movil para que si por casualidad llegaba algo me informara al despertar.

"Mañana debo reunirme con Calebros y ver si me da permiso para lo del vastago, si no aun asi lo haria sin permiso"

El día transcurre sin incidentes. Tu duermes cómodamente y te levantas ya que la noche domina el cielo.

Tras un gratificante descanso me despierto en mi habitación, tras unos segundos pensando en la reunión con Calebros me levanto y como todas las mañanas me dirijo hacia el gimnasio del Penthouse, al salir saludo a Lucia que como siempre alegre me besa en la mejilla y se dedica a hacer la cama y colocar las cosas para mi baño, al igual que colocarme la ropa, ella tenía un gusto exquisito para esas cosas.

Buenos días Jennifer, hola Mike. Saludo a ambos pasando por delante de mi despacho que normalmente se lo cedía a Mike para los temas de los números, al fondo ya estaba Zorina preparada siempre entrenábamos juntos. Así que ambos nos dispusimos a entrenar por una hora de tiempo, luego tocaba otra media hora de meditación esta vez solo en mi pequeño jardín interior, en ese rato reflexione sobre lo ocurrido ayer y lo que vendría en el futuro.

Tras toda la rutina y el baño pertinente, me vestí y fui al salón ahí estaba Jennifer y Lucia, al cabo de unos segundos apareció Zorina aun con el pelo húmedo. Tengo una pequeña reunión, debo asistir solo. Si os apetece luego podríamos acercarnos al Velvet Night. Espero no se demore mucho mi reunión. Acabo por comentar con las chicas y Mike, a la vez que me dirijo al ascensor que lleva hasta el garaje para tomar la limusina. Aunque antes tomo algo de rica vitae antes de ir, no quería perder el tiempo en cazar, no me agradaba el sabor de la sangre envasada pero a veces tenia ciertas ventajas.

Así que tras tomar el trago desciendo por el ascensor, con cierto nerviosismo ante la contestación de Calebros, aunque con permiso o sin él tenía claro que haría. Al llegar un gorila me abre la puerta me introduzco en ella y me quito el botón de la americana oscura a juego con el resto del elegante traje. En marcha a Grand Central. Este era el hogar de Calebros lo cierto que era un gran escondite varias salidas y entradas muy difícil de controlar todas y encima en un lugar cerrado donde podría el cazador ser cazado.

Al llegar a la terminal entro en ella, la hora que era hacia que hubiera movimiento de gente que venía de trabajar, otra que marchaba a ello y la que simplemente tomaba el metro para ir a divertirse, así que podía moverme sin llamar mucho la atención. Tras unos minutos llegue al lugar que daba acceso a la parte oculta del lugar, una zona de amplias cloacas con un aspecto nauseabundo, al acabar de bajar a unos metros se encontraba la campana para llamar al transporte "Aun recuerdo mi primera vez, casi me da un infarto si eso fuera posible" Lo cierto que tenía cierta gracia el vehículo a usar.

La mascota del príncipe llega nadando con tranquilidad. Se detiene en frente de ti y espera a que subas. Por la siguiente media hora te da un paseo turístico por las cloacas de la ciudad. La verdad es que no hay mucho que ver y todos los túneles te parecen iguales. Sospechas que, de hecho, algunos lo son pues el caimán parece moverse sin sentido por los túneles con el objetivo de hacer el camino difícil de recordar.

Cruzas el marco sin puerta y entras a la habitación del trono de Calebros, que ya te espera sentado en su silla de madera podrida.

-Gracias por venir. -Te saluda-.

Tras un viaje de idas y vueltas encima de aquel caimán hiperdesarrollado, llegamos al destino, al lugar en que esta Calebros en su trono. Con calma me acerco hacia el dejando unos metros entre ambos.

Mi señor, como siempre un placer estar ante vos. Saludo junto con una reverencia. Un honor que me recibáis en vuestro dominio, como hablamos estoy aquí para obtener un último favor como regente, ya sabéis mi señor a que me refiero. Le digo con tono suave, aparte yo no soy de esos que dan vuelta a las cosas si no que soy más bien directo. Ahora me quedaba esperar la contestación del regente, deseaba tener su permiso siempre era mejor, aunque en la época que se avecinaba el crearme un vástago posiblemente pasaría por alto, aparte que no prometí nunca obediencia a nadie, simplemente por respeto he seguido las normas.

-Si, se a que te refieres. -Te dice el príncipe pensativo, al parecer aun sin estar seguro de su decisión-. Assamita, he pensado mucho acerca de tu petición. Y aunque no puedo darte autorización abiertamente, pues si se llegara a saber yo quedaría muy mal, tengo una propuesta para ti. Pero antes permiteme hacerte una pregunta que espero no te ofenda: ¿Alguna vez has considerado formar parte de la Camarilla?

La pregunta ya estaba en la mesa, como siempre cuando dos facciones se enfrentaban y existía una que no quería tomar parte por ninguna de las dos enfrentadas, todas querían llevársela a su terreno. "Camarilla, esos que originaron la caída de los míos"

Mi señor, lo cierto con todo respeto es que no me gustan las facciones ya sabe que desde siempre los míos nos dedicamos a colaborar con los que pagan. Digo con tono suave y educado. Algunos pueden tildarnos de mercenarios sin escrúpulos, pero creo que es la mejor manera de llevar estas cosas, no aspiro a nada no tengo deseos de poder ni territorios, solo hago mi labor y trato de sobrevivir simplemente. Sigo y respeto las normas de la Camarilla como el que más, puesto que soy un invitado en su casa, pero tomar parte por unos u otros lo cierto es que prefiero seguir en mi posición. Comento con un tono que no suene altivo y si educado a la pregunta, casi propuesta del príncipe "Los únicos que me preocupan son mis hermanos, ojala un día podamos estar unidos como fue antaño"

-Entiendo. Es una lastima. -te dice el príncipe-. Entonces solo nos queda una opción, señor Sarhin. No puedo dar mi permiso oficialmente. Pero lo que si puedo hacer es, a discreción mía, permitir a nuevos vampiros residir en mi ciudad. A cambio de un favor en el futuro, podemos pretender que tu posible chiquillo es en realidad un vástago de fuera, a quien yo he aceptado en Nueva York. Siempre y cuando el neonato y usted mantengan las apariencias, nadie nunca lo sabrá. Así usted obtiene su deseo y yo guardo las apariencias. ¿Que le parecen mis términos? Al final podemos verlo como el tradicional favor por favor.

Escucho las palabras de Calebros, lo que decía es lo que más menos me podía suponer, siempre existe un favor que pagar por una u otra razón, pero en principio era lo justo entendía que el regente no quisiera mancharse las manos y abrir una puerta que pudiera originar un gran problema cosa que yo tampoco deseaba.

Está bien mi señor, es más para evitaros problemas el futuro vástago podría ser abrazado justo fuera de vuestros límites y que luego entrara en ellos, de esta forma tampoco nadie nunca podría alegar que nadie rompió vuestras leyes, estando vuestra imagen a salvo de todo. Puesto que no querría que os acusaran de nada por hacerme un favor aparte así nadie mentiría ya que se acataron las leyes. Comento al regente. Claro está si os parece bien ya que quiero evitaros cualquier tipo de problema. Aparte podéis estar seguro que mi vástago cumplirá las normas con las que me crie yo. Bien sabéis que soy hombre de tradiciones y cuáles eran las de mi gente.

Esta manera hacia que todo se cumpliese y que nadie pudiera demostrar que se rompieron las reglas, cierto era que es aprovechar un pequeño vacío legal, pero en estos asuntos era lo habitual.

-Perfecto, señor Sarhin. Una cosa mas ¿Para cuando planea abrazar a este nuevo chiquillo? De ser posible me gustaría conocerlo antes.

Mi intención sería hacerlo rápido, de todas formas la conocéis lleva a mi lado mucho tiempo, es Zorina la joven pelirroja que hace funciones de guardaespaldas, llevo años observándola y examinándola sin que ella lo sepa tal como me enseño mi padre y ha pasado las pruebas, aparte su belleza la dotara de una ventaja que yo no puedo poseer. Comento con una sonrisa pues era cierto que la belleza femenina era una terrible arma. Pero si lo deseáis podríamos ir al Casino de mi hotel y estar con ella aunque ni sabe aun lo que pretendo, quería antes tener vuestro beneplácito. Explico a Calebros.

-Ahhh, no gracias. Paso de meterme a un lugar con tanta gente. ¿Tal vez un lugar mas privado?

Pues entonces que os parece el aparcamiento 24h que tiene aqui al lado de la estacion, a estas horas no habra nadie y podreis tener la intimidad que deseais, solo tendria que decir que viniera en apenas unos pocos minutos estaria alli. Ofrezco esta opcion ya que era la que se me ocurria mas rapida y con los requisitos del principe, aparte si pasara algo tenia muchas vias de escape. Confia en todos pero desconfia del demonio que llevan dentro, una de las enseñanzas de mi padre.

-Me parece un excelente lugar. Pero si le parece bien, que sea la noche de mañana, hoy desgraciadamente tengo otros asuntos que atender. -y después de una pausa, agrega-. ¿Le parece bien a las 10 de la noche?

Está bien mi señor mañana nos reuniremos en el parking a las 10 de la noche en la última planta que está siempre vacía. Si no disponéis mas os dejare con vuestros asuntos mi señor. Acabo de hablar esperando el permiso para retirarme, otro día mas no era nada si hasta una década era como el aleteo de una mariposa para un cainita. Aunque mañana iré un par de antes a la reunión para comprobar que está todo bien.

Cuando salga dire a las chicas que vayan al Velvet Night, celebraremos la ultima noche de Zorina como mortal.

-Excelente. -Asiente el príncipe-. Hasta mañana entonces Sr. Sarhin.

Comienzas pues, el largo camino de vuelta por las cloacas. Desde luego, ahí abajo no hay señal, así que tienes que esperar hasta llegar a Grand Central para llamar al refugio.

Te contesta Jennifer, siempre atenta a tu linea privada. Le dices tus planes de celebrar. Ella te pelea primero, alegando que hay mucho trabajo, pero después cede. Aun así, lo mejor que te puede prometer es que estarán listas en dos horas; Ella no te lo diría nunca, pero sabias que detrás de esa fachada de profesionalismo,podía ser tan vanidosa como Lucia.