Partida Rol por web

Preparo otra lluvia de hielo para los enemigos que queden, o los que vengan.  Aunque mientrás recito mis palabras no puedo dejar de estar nervioso al no ver a la elfa oscura, mi salvadora, y rezó a mi dioses del gracial, porque no le haya pasado nada. Mientrás me situo encima de alguno de los cascoquetes para tener una visión mejor de mis enemigos. La luz de la magia en mis manos se concentra a expensas de lanzarla sobre cualquier enemigo que quede en el campo de batalla.

La Pixie parece acercarse flotando al encapuchado que queda mientras me coloco listo para decapitar a la criatura si intenta escaparse, mientras Feanor no deja de increparle

Tu, no me hagas enfadar, devuelveme mi espadin!

El gnomo sólo tiene ojos para la pobre mujer que está en el suelo, cubierta de sangre. Debe salvarla y teme lo que ese monstruo pueda hacerle si sus amigos no logran acabar con él rápidamente o se rinden (cosa que no va a suceder).

No sabéis en lo que os habéis metido. Elimínalos -dice al otro encapuchado, mientras coge a la mujer del brazo-. Y tú, ven conmigo -dice mientras la tira para sí simulando un tirón violento, mientras se encamina hacia la puerta para sacar de ahí a la mujer-.

A pesar de la aparición de mis compañeros, no me permito bajar la guardia.
Observo como nuestro compañero Gnomo quita de en medio a la mujer, todavía histérica por el mal trago pasado y, asiento aprobadoramente.
Es un obstáculo menos en combate.
Ahora miro de reojo al enano por un instante y nada digo.
Tan solo, me voy abriendo hacia la izquierda de nuestro oponente listo para golpear.

En el exterior se escucha un rugido, algo pasa, el suelo esta temblando, todo esta temblando y veis como una figura sale de la tierra resquebrajandola, llevandose el cuerpo de Frey desgarrandolo entre sus fauces.

Fuego, hielo, electricidad sale de su boca.

Descargo por fin el golpe contra el encapuchado, haciendome invisible de nuevo y dirigiendome hacia el dragon, comenzando a analizarlo

por fin un enemigo digno

De pronto, he aqui que mi compañero enano, se hace visible. Su hacha traza un arco y golpea con furia sobre el misterioso encapuchado. Y para, esa es señal mas que suficiente.

Salto hacia delante y lanzo dos rapidos tajos sobre mi objetivo. Por dos veces muerde el filo de mi acero a nuestro oponente y he aqui, que este retrocede ante la ferocidad del ataque. Pero naturalmente, no me permito relajarme en una situacion como esta. Sobre todo, por que desde el exterior llega hasta nosotros u rugido que no presagia nada bueno.

Los encapuchados caen dejando al a chica libre y fuera esa cosas esta destruyendo la ciudad, con sus alientos, con sus garras y con sus dientes.

Caballeros caen, magos mueren entre dolores atroces, es el fin de todo.

El gnomo, aún con el disfraz de encapuchado, lleva a la mujer hasta un lugar alejado, evitando la mirada del enorme dragón, conocedor que los dragones gozan de una vista excelente.

No te preocupes, pronto estarás a salvo -dice en voz baja y guiñándole un ojo a la mujer-.

La muerte caminaba a sus anchas por la que apenas unos minutos había sido una bella ciudad, llena de vida y gente buena y diversa. Ciudadanos inocentes viviendo un laborioso día a día por sacar a florecer una comunidad castigada en antaño por la mala suerte... según algunos. Por el capricho de otros dicen los más cínicos, y a juicio de un hombre solitario por la desidia de unos dioses, que exigían adoraciones y volvían la espalda a sus seguidores.

Esos juicios de valor poco importaban, aquel lugar de continuar el asalto quedaría reducido a un yermo sin vida, una necropolis con las cicatrices del fuego, el rayo, el frío invernal, el corrosivo ácido y todo aderezado con la peste del gas venenoso. Una minúscula porción de infierno traída el mundo real, un lugar de pesadillas y malos recuerdos en donde cientos de almas buenas perecieron sin saber el motivo, incapaces de proteger sus vidas ante enemigos de poder titánico.

Serían buenas palabras para describir en un futuro los hechos que ahora se desarrollaban. Quizás fueran las palabras que utilizará para narrarlos algún día, pero la superviviencia era algo con lo que no contaba y a decir verdad no había miedo alguno en ese funesto pensamiento.

El más formidable dragón jamás visto destrozaba la ciudad al igual que un niño pisa y juguetea con hormigas indefensas. Incluso los edificios más grandes y robustos parecían alfileres insignificantes en comparación con aquella mole de escamas, garras, músculos y cabezas. Tan solemne y tan poderosa que ni siquiera se dignaba a fijarse en las pequeñas figuras que asesinaba con impunidad.

Doclan no era el hombre más piadoso ni honesto, pero era un hombre valiente®. Toda su vida había luchado por una libertad que no podía alcanzar, pues sus ideales contemplaban la idea infame del deicidio. Sus temores y cordura se habían esfumado hace años, en tristes sucesos y decepciones que prefería no recordar.

Solo un loco o un inconsciente actuaría así, y ese hombre entraba en las dos categorías. Impelido por un odio y una rabia preternatural aferró su arma como si la vida misma dependiera de la firmeza en la sujeción. Vislumbró en su mente el rostro familiar de viejos amigos, el buen Ishamar, Blahu, Aralar, La Rosa Negra, Gulf y muchos más. - Gracias, gracias por todo. -

De su mujer y su hija, dedicando sus últimas palabras a ellas. - Merece la pena vivir y morir por vosotras. -

Y entonces, como un loco y un hombre libré cargó entre el mar de alientos que destrozaba el lugar. Directo hacía aquella abominación, con total y absoluta convicción en en su acto y total desprecio por las consecuencias, fueran póstumas o no.

- ¡ARRRRRRRRRRRRRRRRGGGGGGGGGGGGHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH! -

MIentras el combate se recrudece en la calle y tanto Erik como los dos hermanos caballeros estan luchando contra esa cosa. Blahu prepara sus conjuros y los lanza contra el sin mucho efecto, hace mas las armas por lo que parece.

Solo hay eso en la calle, solo hay eso nada mas cuando escuchais un rugido desde el cielo y veis

con una especie de manto negro cubriendolo y con un baculo en las manos. Parece que va hacia donde estais.

En el suelo ves luchando contra

a un guerrero. Erik le recuerdas de la ultima vez a dos hermonos que se parecen bastante y a un monje calvo. Tambien esta Blahu y ves que salen de una casa Frizt y alguien encapuchado para luchar.

Con una velocidad que asusta, la bestia aterriza cerca de los luchadores, el manto de oscuridad que le cubria como una capa imperial, se despliega de el tomando la forma de una figura que muchos conocen muy bien, Corazonfrio, Gabriel D´rebus, el hechicero de las sombras.

Ah....lamento reunirme con rostros conocidos en circustancias tan desafortunadas saluda la sombra cortes sin que la situacion lo altere lo mas minimo; la bestia a su espalda eleva el baculo al cielo, acumulando la oscuridad en la hermosa figura femenina que remata el baculo, a traves de su boca picuda escapan varias palabras que solo escucharlas hacen rechinar los dientes, palabras impias que solo se escuchan en boca de diablos o entidades peores.

Por favor, no dañeis mi forma mutada; he venido a ayudaros por orden expresa de la Tuorzhulan, esta bestia ha de caer por el bien de todos los seres..

Al pronunciar estas ultimas palabras, la quimera termina su cantinela; la oscuridad sale despedida de la punta del baculo, envolviendo al terrible dragon en un campo transulido de fuerza negre; solo dejando unso pequeños huecos en el que se cierran conforme los que rodean al dragon huyen del interior del campo, que refleja los rostros de algunos de sus pecados.

La figura liquida que habia tomado la forma de Gabriel, se deforma, vomitando una guesa capa de alquitran extraños sobre el campo cegandolo en ambos sentidos.

Con esto ganaremos unos pocos segundos  la bestia se gira hacia los heroes con ademan regio pero atletico, algo inusual en la masa de musculos que es y lo extraño de sus formas ¿Cual es su sitiacion señores?, ¿esta alguno herido?.

Todo sucede muy aprisa. Mientras que mi compañero Gnomo trata de tranquilizar a la mujer rescatada, los rugidos en el exterior aumentan mientras que el enano, desaparece una vez mas ante nuestra vista. Le hago un gesto casi imperceptible a mi compañero gnomo, y a continuación, vuelvo a la calle por el mismo camino que use para entrar. Salto a través de la ventana y aterrizo en la calle flexionando las piernas.

Y llego justo a tiempo para ver como uno de los nuestros se lanza contra el dragón con un desprecio absoluto por su propia vida. Pues eso es lo que tenemos delante. Otro dragón. Y este, parece aun mas peligroso que el anterior. Me voy aproximando a la bestia tratando de pasar desapercibido cuando, he aquí que un nuevo individuo hace su aparición. Y tras escuchar sus palabras, mi voz apenas se alza para contestar.

Me temo que el caos es en factor determinante en estos momentos. Aunque no quiero parecer cruel, creo que ahora tenemos, ante todo una prioridad.

Y tras decir esto, señalo escuetamente a la nueva bestia que ruge ante nosotros.

hay que centrarse en uno de ellos, hagamos que caiga cuanto antes, quiza Gabriel pueda intentar distraer al otro. Salvo que su poder este vinculado, nos puedes decir algo?

Pregunto apareciendo un instante junto al recien llegado antes de volver a desaparecer

Ah...amigos mios, me temo que os equivocais....esto...

Soy, yo, es un conjuro de transformacion pensado originariamente para conceder a los magos cierto poder fisico de cara a batallas, la forma fantasmal que os habla no es mas que Glacius, mi hermano oscuro, mi familiar, he venido a ayudaros a vencer a la bestia, solo la he encerrado de momento en el interior del domo de oscuridad dudo mucho que aguante demasiado, como ya he visto es una encarnacion de un wyrm de cinco cabezas cromaticas, peligroso, muy, muy peligroso..

¿Cuanto hace que ruge libre por la ciudad?...

La forma liquida de Gabriel acompaña a los guerreros alli por donde van, mientras la autentica forma monstruosa del mago, amparada en la fuerza adicional y la capacidad de vuelo, se eleva sobre la ciudad canturreando nuevos conjuros preparandose para la batalla que sin duda se avecina...

El gnomo se llevó a la mujer lejos del campo de batalla, esperando encontrar un lugar donde poder hablar con ella para tranquilizarla y para que le explicara qué había pasado. Para el pequeño, la mujer era su principal prioridad...

El dragon vuelve a atacar a lo que tiene delante mientras intenta escapar del santuario de oscuridad, lo rompe tras un rato en mil pedazos completamente furioso y con un golpe de su cola golpea el templo derribando una pared y buena parte de otra sino el interior comenzando este a desmoronarse.

Erik esta cerca pero mas cerca aun hay alguien que no habeis visto. No hay mas de un segundo antes que de una sombra salga alguien y golpee con furia al dragon antes de volver a desaparecer, miles de hilos surgen de otra para intentar dominar a la criatura sin exito.