Azariah niega para si mientras suspira. Sus hermanos nunca entenderán, pues sus mentes son cerradas y no ven la verdad. Pero el bibliotecario sabe que ésta no es su guerra; su deber es aconsejar al hermano Skif para que tome una buena solución. Sin embargo, no puede evitar responder al comentario de Hex.

Hermano Dargus, lo sucedido entre el hermano Baldur y mi capítulo es asunto nuestro. Os pido que no hagáis suposiciones sin conocimiento ni intentéis desagraviarme.

Tras esas misteriosas palabas, Azariah vuelve a quedar en silencio, observando la reunión con atención.

- Por favor no malinterpreteis mis palabras, vuestros asuntos son vuestros, y muy lejos de mi intencion desagraviar u ofender a ningun hermano.- miro al suelo, y despues fijamente a los dos contendientes.- Pero lo quiero decir para que despues no os lleveis sorpresas: si alguno de vosotros pone en peligro la mision por esas viejas rencillas, o me pone en peligro a mi y a mi escuadra, por Dorn que el problema lo tendreis conmigo.
 

- No te preocupes por el bolter Dargus, simplemente no lo exhibas demasiado. - le respondo con total tranquilidad - El problema de los ritos sagrados es que muy pocos son comunes, y el rito del combate difiere entre Capítulos, por lo que tendrían excusas varias para tratar de impugnar el resultado. Y tampoco vamos a dejar el devenir de los hechos en manos del azar de un combate. Nuestro tiempo es oro, y ahora mismo planetas arden bajo el ataque de Xenos, así que pienso zanjar esto lo más rápido posible. - suspiro por un instante, eligiendo las palabras - La voluntad del Emperador es que trabajen juntos como unidades independientes, no que unos se vean sojuzgados por otros en base a un resultado trivial en un rito interpuesto por ajenos al Capítulo. Debemos hacerles ver eso, y las posibles consecuencias de no cumplirlo. No creo que haga falta recordarles lo que sucedió con Prospero por contradecir al Emperador.

-Escuchemos lo que tienen que decirnos y veamos cual es el problema real entre los 3 capitulos.

Sin dudar un momento os encamináis al hangar, donde un Thunderhawk os transporta hasta el "Espada de Prometeo" a vuestros pies, la superficie siempre cambiante del planeta Rheelas. A simple vista un lugar inhóspito donde ninguna forma de vida podría crecer de forma natural, y cuyas ciudades-colmena-flotantes dependen de forma vital del intercambio de minerales con los planetas cercanos, para conseguir suministros de agua y comida. El aire del planeta es sucio y viciado por el polvo en suspensión de los volcanes que emergen sin avisar en cualquier lugar de la superficie. Con todo, los sensores indican una atmósfera respirable, aunque cargada de dióxido de carbono. En la cubierta del "Espada de Prometeo" el propio Capitán Tibias os recibe acompañado de su guardia personal. Saludándoos con respeto. A vuestro alrededor podéis observar a varios marines espaciales ajetreados preparando los equipos para el ataque. Un Land Raider y varios vehículos terrestres de ataque ligero. -Es un honor contar con la Guardia de la Muerte a nuestro lado en estas horas difíciles. -Aunque os habla a todos en general, se dirige de forma más concreta a Skif, al que identifica como líder por el estandarte.- Seguidme, por favor, os guiaré hasta la sala de estrategia donde ya esperan los otros capitanes. -A medida que os acompaña por los pasillos de la nave, no deja de hablar, mirando de vez en cuando vuestros rostros. A vuestras espaldas, su guardia de honor cierra la comitiva.- Me alegra vuestra presencia aquí, y espero que sirva para dirimir algunas de las diferencias existentes entre los marines aquí presentes, al tiempo que con vuestra ayuda podamos suprimir esta vergonzosa rebelión antes de que sea demasiado tarde. Si tenéis cualquier duda o queréis que os amplíe la información de que disponéis, preguntadme y os daré todos los detalles.

Acompaño al Capitán con paso firme, mientras me siguen mis Hermanos de Batalla. Ver que estos marines aún reaccionan con muestras de respeto ante el estandarte de la Guardia me reconforta en cierto modo, aunque no demasiado.

- No debería haber tales diferencias entre los Capítulos, Capitán. - le miro por un instante, con gesto interrogante, antes de volver a erguir el rostro, altivo - Mi escuadrón estaría interesado en saber tanto la índole de la rebelión en curso como sus causas, al menos hasta el grado de detalle de que dispongáis. - ya debíamos estar cerca de la sala de estrategia - Así como la información referente a los Capítulos desplegados. Equipamiento, numero de escuadras presentes, y quién está al mando de los otros Capítulos. También sería interesante saber cómo aún no se ha podido sofocar la revuelta...

No están a mi altura, les faltan décadas aún. Ya lo había notado antes pero, igual que los destacamentos de Guardia Imperial me inspiraban lástima en mis tiempos de Novicio, un sentimiento parecido comenzaba a aflorar con respecto a los Marines de otros Capítulos, incapaces de sofocar una pequeña revuelta en un planeta insignificante.

-No, no debería haber diferencias entre los capítulos... -Las palabras de Tibias denotan un aire de pesadumbre y tristeza, como si toda esta situación fuera desagradable en extremo. No detiene su marcha, ni tampoco dedica una mirada profunda a su interlocutor.- Hemos podido averiguar que el origen del bloqueo se debió a un intento no autorizado de contacto por parte de los Tau. Se desconoce el motivo, pero los archivos indican que acudieron a este planeta con regalos de comida y agua. No tenemos más información, pero se supone que en un intento por comerciar con los vastos recursos minerales del planeta. Ante la potencial amenaza de una traición o una invasión, el Señor Feudal en aquel momento, Lord Ebongrave, impuso el estado de cuarentena sobre el Sistema Solar, lo que incluye a los planetas de Kaggeran y Argoth. -Tibias hace una pausa y aminora el paso. Se os hace evidente que la sala de estrategia debe estar cerca, y que quiere informaros antes de llegar a ella.- Sólo son suposiciones, pero creemos que o bien algún agente Tau ha conseguido eludir la cuarentena, o bien los propios habitantes han contactado con ellos de alguna manera, bajo la esperanza de falsas promesas de prosperidad. Al respecto de nuestras tropas, Los Salamandras somos el contingente más grande, en esta contienda, motivo por el cual he asumido el mando. Contamos con treinta marines espaciales y un Land Raider que habéis podido ver en el hangar. Los otros dos Capítulos presentes son los Puños de Hierro, bajo las órdenes del Comandante Felross. Son la tropa menos numerosa, pero cuentan con el poderoso apoyo de dos venerables Dreadnoughts, Jutlund y Darnak. Son además, los hombres más veteranos y mejor entrenados, y mejor equipados de todos. Por último, se encuentra el Capítulo de Los Cicatrices Blancas, a los que dirige el Comandante Akhutai. Cuentan con veinticinco marines espaciales y varias motos de combate. -Tibias tuerce el gesto cuando se le pregunta porque no se ha sofocado la rebelión, como si la pregunta fuera una impertinencia- Desconocemos por completo a que nos enfrentamos. Recopilar la información y estudiar una estrategia apropiada no es cuestión de improvisación. Estamos hablando de una población de millones de personas, si los Tau han conseguido proporcionar armas a los rebeldes, podríamos vernos en un callejón sin salida y perder la batalla antes de descubrir que pasa en realidad. Bien... Hemos llegado. -Tibias para ante la puerta cerrada de la sala y hace una pausa incómoda, como esperando alguna otra pregunta.

- Me sorprende que un número tan alto de marines capaces no haya sido capaz aún de apaciguar los ánimos en este inmundo planeta. Nuestro capitán nos habló al respecto de problemas entre ustedes.- remarqué con tono serio.- ¿Quizás esta lentitud se deba a más motivos además de la supuesta dificultad que entraña?

El líder de los Salamandras se había atribuido el mando, pero los informes indicaban que la cooperación entre capítulos estaba siendo inadecuada: aquel era el motivo principal por el que nosotros hemos acudido al crucero. 

- Estaría gustoso de saber que piensan los demás dirigentes ante vuestros aires de comandancia. 

Un Capitán de los Marines Espaciales, amedrentado por un puñado de rebeldes civiles armados con escoria alienígena. Consigo mantener el tipo, pero el desprecio interior no hace más que acrecentarse. ¡Incluso disponen de un sagrado Land Raider y siguen inmóviles en la órbita! O son todos un atajo de completos cobardes, o algo muy grave está ocurriendo entre estos Marines.

- ¿Se sabe algo de la posición actual de las fuerzas Tau? - quizá un ataque a la raíz del problema finiquitara rápidamente los deseos imposibles de los civiles...

-¿Habeis intentado rastrear el origen o el destino de la comunicacion de la que nos habeis hablado?

Skiff tiene razon, algo huele mal. Temen a unos civiles armados pobremente? Con dos venerables Dreadnoughts y mas de 60 marines espaciales, aunque no sean lobos espaciales, es un poderosa fuerza, con esa fuerza a mis ordenes, ya se estarian escuchando los lamentos de los Taus. Quizas no nos lo ha contado todo, veamos a los otros capitanes.

Me asombra como mis compañeros solo piensan en matar... incluso siendo civiles de lo que hablamos.

Quizás... simplemente no consideren oportuno borrar a todos los civiles del planeta como solución a la rebelión.
Es probable que podamos utilizar otros medios como bien dice Skiff.
Hay que erradicar el virus y no al infectado.

La fuerza bruta no sirve de nada si no se aplica sobre el punto correcto. Y los civiles no son mas que marionetas manipuladas por fuerzas mayores y mas inteligentes.

Seamos cautos... no es potencia de fuego lo que les falta a nuestros camaradas... es un objetivo claro.

Nosotros se lo daremos.

Me sorprende que un número tan alto de marines capaces no haya sido capaz aún de apaciguar los ánimos en este inmundo planeta.

Esta afirmación parece desagradar a Tibias. -Me sorprende que un miembro de la Guardia de la Muerte haga semejante afirmación, más propia de un Guardia Imperial o de un simple soldado, que de un Marine Espacial. En este planeta hay millones -Tibias parece hacer incapié en la palabra- de almas en este planeta, por poderoso que sea un grupo de Marines Espaciales, aun contando con un Sagrado Land Raider y dos Venerables Dreadnougth, subestimar a la población entera de un planeta me parece insensato y prepotente en extremo. -Al resto de las palabras de Baldur parece ignorarlas, aunque no le agradan nada.

Estaría gustoso de saber que piensan los demás dirigentes ante vuestros aires de comandancia.

Las palabras de Baldur encuentran de nuevo lo que parece un punto débil del Capitán Tibias, que de nuevo se enoja ante la insinuación de que no es el verdadero líder de la toma del planeta. -Mi autoridad es más que firme, pero si lo desea, en breve podrá preguntarle a los líderes de los respectivos Capítulos en la contienda- Las palabras son escupidas, más que pronunciadas.

¿Se sabe algo de la posición actual de las fuerzas Tau?

-No, de hecho, no se ha avistado ninguna nave extraña en este Sistema Solar, ni en ninguno cercano. Del barrido suborbital profundo tampoco se ha obtenido ningún resultado clarificante. -Al cambiar de interlocutor parece calmarse un poco, como si considerara la pregunta de Skif más apropiada o menos insultante para su estatus.

¿Habeis intentado rastrear el origen o el destino de la comunicacion de la que nos habeis hablado?

-Si, la señal proviene de la ciudad colmena de Hellsmark, aunque algunas otras ciudades colmena están respondiendo favorablemente a su mensaje. 

Quizás... simplemente no consideren oportuno borrar a todos los civiles del planeta como solución a la rebelión.

-No, es evidente que no es una solución. -Llegados a este punto, Tibias parece haberse calmado completamente y haber olvidado las palabras de Baldur- Este planeta es un bien muy valioso, tanto estratégica como logísticamente. Repoblarlo sería demasiado caro, costoso y difícil. Aunque no todo el mundo opina igual...

Y dicho esto, abre la puerta. Al otro lado, se vislumbra una enorme sala llena de marines. Los Comandantes Felross y Akhutai escoltados por su Guardia Personal, y acompañados de algunos consejeros, Bibliotecarios y Apotecarios. La pared opuesta a la puerta es un gigantesco ventanal a través del cual se ve la superficie siempre cambiante del planeta Rheelas. En el centro de la misma, una gran mesa circular, alta y sin sillas, cuyo centro ocupa una proyección holográfica del planeta, rotando despacio sobre su eje. En el mismo, algunos puntos aparecen remarcados.

-Por favor, pasen.

-¡Gracias al Emperador! Espero que nuestros hermanos de la Guardia de la Muerte puedan poner algo de orden y cabeza en esta reunión. -El aspecto de Felross es el de un hombre anciano, más máquina que humano.

-Bienhallados, hermanos. -Akhutai tiene la mirada de un hombre curtido en mil batallas, que no conoce la piedad ni el perdón. Su rostro parece lleno de ira y odio permanentes. El pelo canoso recogido en una larga coleta tras su cabeza, y su ojo derecho cruzado por dos enormes cicatrices que no debieron costarle el ojo merced a algún extraño milagro.- Tal vez la Guardia de la Muerte haga comprender a Salamandras y Puños de Hierro que esperar sólo favorece al enemigo.

-Hermano Skiff, tengo una idea. Los Tau nos deben estar espiando, es lo que cualquiera haria en su lugar. Averiguar cuales son nuestros planes para poder enfrentarnos con ventaja. ¿Y si les "regalamos" esa ventaja?

Una comunicacion que puedan descifrar, quizas dirigida entre nuestras naves a tierra. Una comunicacion que los advierta de una presencia de marines lo bastante poderosa para sacarlos de sus escondrijos, que piensen que es una genial oportunidad de asestarnos un duro golpe. Pero no lo bastante poderosa para que teman enfrentarnos.

Ahora mismo estan ahi escondidos entre civiles leales e inocentes, escudandose tras ellos y entre ellos. Necesitamos sacarlos de ahi. La trampa tiene que ser creible. Debemos mandar marines a que hagan de cebo y cuando el cebo este siendo mordido, el resto de marines entrarian en accion. Quizas no demos con todos los Tau, pero es una forma de conseguir tomar prisioneros para interrogar. Estamos como con los ojos vendados, informacion extra seria inconmensurablemente valiosa.

Dicho esto, no queda sino ofecerme como parte del señuelo. Es mi idea y si la llevamos a cabo, he de estar ahi junto a los hermanos que se arriesguen.

Deberiamos buscar un lugar apropiado, un valle rocoso donde se pueda desembarcar tropas de forma oculta, para que parezca creible. Debemos hacer el desembarco como si nos creyeramos tranquilos y seguros, para lo cual, los hermanos que vengan conmigo, no deberian estar al tanto de nuestro plan.

Las motos, el land rider y los dreadnoughts crearian 3 frentes de ataque para atacar el valle cuando los Tau caigan sobre el cebo.

Decia lo del valle rocoso para que los que hagamos de cebo podamos guarecernos relativamente y trabar el comabte para distraer a los Tau mientras el resto de la fuerza toma posiciones.

No respondo a las palabras de Huss, ya no hay tiempo para quedarse en el umbral de la puerta discutiendo sobre maniobras de combate sin involucrar al resto allí presente.

- Hermanos... - hago un pequeño asentimiento con la cabeza, a modo de saludo, mientras tomo mi lugar como líder de la Guardia de la Muerte en esa reunión - La situación parece más delicada de lo que se nos informó. ¿Qué tienen que decir al respecto los distintos Capitanes? - inquiero, con voz altiva.

Te lo decia todo, pero no se porque cuando selecciono un texto y lo pongo en negrita, solo aparece en negrita el primer parrafo.