Partida Rol por web

Volvían a estar difusos en el combate. Esos enemigos eran realmente duros de pelar. Los "aliados" invocados por Sargs desaparecerían en breve, con lo que sopesó que debería de crear una nueva distracción en la parte de la zona del mago para poder tener más tiempo a que la balanza se declinase de su lado.

Volvió a recurrir a las energías mágicas para invocar un nuevo insecto. Y eso pareció tener resultado, ya que pareció despistar al mago, que se giró momentáneamente, momento que aprovechó uno de los escarabajos para hincar sus pinzas en él.

La runa en su brazo brilló durante un instante, conjurada por la necesidad del tabernero. Su musculatura se marcó aún más de lo normal, y las venas de su cuerpo de hincharon en un intento de colmar la demanda de sangre.

El assatzi se giró y lo miró, Y en ese momento la flecha del elfo se clavó en el costado. La mueca de dolor de la criatura desencadeno la tremenda fuerza que se estaba acumulando en el brazo de Arlen. La lanza salió desde el costado en trayectoria rectilínea buscando el pecho enemigo.

La lanza penetró la carne y volvió a salir tintada en sangre. La velocidad ampliada que le proporcionaba la runa lo hizo volver a la posición de defensa en un instante... Volvía a esperar el próximo ataque de la criatura...

Arlen preso de una furia incontrolable lanzó la punta de su lanza contra el assatzi que estaba frente a él. La punta de su arma hendió las escamas de la criatura, sumiéndola en una muerte atroz y brutal. El cuepo del guerrero se encontraba completamente deformado e hinchado por efecto de la magia. El ladino enemigo cayó sobre un charco de sangre negruzca, retorciéndose entre estertores mortales

Mientras tanto, tanto el noble mago, como su escolta, daban cuenta de los escarabajos invocados por parte de Sargs con bastante eficacia. Sólo era cuestión de tiempo de que el grupo fuera el objetivo de aquellos malvados seres.

Que larga se le estaba haciendo la distancia al escurridizo rátido, pero la lentitud era el precio que debía pagar a cambio del refugio de las sombras. sus enemigos se movían a gran velocidad y ganaban las distancias a los proyectiles en un suspiro, pero a él de momento eso le importaba poco, su objetivo aun andaba lejos, aunque quizás se le acercara al derrotar a los insectos que habían aparecido para salvaguardarle.

 No le gustaba como había empezado el combate, No habían esperado a que tomase posición para empezar y ahora, mientras todos luchaban, él solo hacía que caminar. O quizás la semielfa lo había hecho a posta para apartarlo del combate considerándole un estorbo? ñiiiic maldita semielfa

Talbot salió corriendo hacia delante, imbuido por una renovada sensación de coraje, cuando vio caer sin vida al hombre serpiente que tantos quebraderos de cabeza había ocasionado. Cuando llegó a una distancia óptima del otro soldado assatzi, extrajo una exquisita daga de su ornamentado tahalí, y la lanzó con supina precisión.

El arma se hundió entre las escamas del guerrero, que furioso centró la mirada en el truhan semielfo. 

Mientras la lanza de Arlen destrozaba al guerrero que los había entorpecido, y el mestizo apuñalaba de lejos al escolta del mago, Rythen vio su oportunidad de deslizarse por el flanco de la batalla y cargar el arco mientras sus pies devoraban los pasos que lo separaban del arcano reptil. Aun restaba un escarabajo invocado por el sacerdote de Nemorga, que bregaba contra el supuesto lider de aquella partida, y el escolta, aunque sin separarse de su dueño, centraba ahora su ojos antinatura en el tunante. Tales obstaculos no eran ya problema para la letal punteria del elfo antiguo, y así lo demostró. La emplumada saeta silbó furiosa y fue a estrellarse en el escamoso cuerpo del hechicero, hundiendose hasta mitad del astil. ya Rythen se había mostrado de sobra al assatzi...llegaba la hora del duelo arcano...

El sacerdote de Nemorga avanzó como sus compañeros. La distracción que habían causado los monstruos que había invocado, pronto finalizaría, y tenían que desplegarse para atosigar, e intentar reducir, los siempre difíciles assatzi. Con su ballesta pesada preparada apuntó al guerrero assatzi que tenía justo enfrente, y disparó, ..., pero el ataque del sacerdote no tuvo mucha fortuna ...

Tras la posición defensiva, el tabernero ve como cae la víbora. Saliendo tras la semielfa en un suspiro, se dirige rápidamente al enemigo más próximo. Está rabioso y de mal humor por como se ha estado desarrollando la batalla, y sabe que el mago es el enemigo mas letal. Pero sabe que las cosas son así, y su lanza le pide sangre enemiga para calmar su ánimo. Y por Chardún que se la va a dar.

Al pasar cerca de Talbot frena un poco el movimiento y vuelve a cubrirse con el escudo. Su próximo puyazo esta cerca...

El combate seguía desarrollándose sin remisión. Arlen, comenzó a correr con su escudo hacia el lugar donde el noble assatzi y su escolta se debatían contra un escarabajo. El gran insecto aguantaba las fuertes embestidas de los hombres serpentinos, a pesar de la dureza de sus golpes y cuchilladas. 

Shouddrim, viendo el campo mucho más despejado, cargó una nueva flecha en su arco y disparó sobre el guerrero assatzi, que usando su cimitarra pudo repeler el débil ataque de la iniciada.

Ya quiasi estioy ya lliego ya lliego ñiiiic

Ixir empezaba a ponerse nervioso, las flechas llovían a su alrededor y ya estaba muy cerca del destino final, su gran prueba

El joven semielfo, aprovechó la coyuntura para aproximarse con su estoque en ristre y lanzar una estocada. Parecía que la punta de su hermoso acero entraría en las entrañas del assatzi sin oposición, pero nada más lejos de la realidad, el soldado serpentino esquivó con naturalidad el ataque del bardo.

- ¡¡Por la lira de Idra!!- blasfemó el truhan viendo una vez más como el assatzi lograba eludir uno de sus embates...

Sargs comenzaba a ver las cosas con preocupación. Los enemigos costaba mucho abatirlos, y las distracciones invocadas, aunque habían hecho a la perfección su papel, se acababan de desvanecer. Sargs cargó de nuevo su ballesta, se escoró hacía su izquierda para tener una mejor posición de disparo, y accionó el resorte, ...., pero sin embargo, presenció frustrado como su virote se perdía en la lejanía sin provocar daño alguno.

Tanto Sargs como él mismo se dedicaron a llenar el aire de proyectiles alrededor del hechicero reptil, aunque sin mucha repercusión por el momento. Rythen cargó una vez más otro proyectil emplumado. Su carcaj comenzaba ya a pesar muy poco. De nuevo fijó la punta de la flecha en el escamoso cuerpo del mago, y el twang! de la cuerda al destensarse liberó la saeta como un relampago. La flecha siguí las oredenes del elfo como por arte de magia, y se estrelló en el cuerpo del asssatzi...pero aquella piel dura como el cuero no era tan fcail de atravesar...

Arlen se acerca rápidamente al siguiente enemigo. Su decisión es férrea. Derrotarán a estos antagonistas. Su mirada esta fija en su presa, y solo la muerte lo alejará de conseguir su objetivo.

la posición no es la ideal, ya que ha llegado algo desestabilizado, debido a la prisa por aproximarse. Lanza la punta de su arma en un ataque poco preciso, pero con la intención de medir las distancias y las reacciones de la criatura. Si es tan hábil como la anterior, tendrá que esforzarse sobremanera.

Retorna rápidamente a la posición defensiva, esperando el contraataque y generando tensión en el brazo. Su próximo ataque debería ser el definitivo...

El guerrero serpentoide esquivó con agilidad la puya del exsoldado. Sus mayores temores se habían confirmado. los assatzi eran criaturas de destreza y rapidez supina, a pesar de sus cuerpos desgarbados. Aun así, el tabernero se recompuso y aguardó el contraataque de su adversario. Así funcionaba el oficio de la guerra.

Pero algo se inmiscuyó en las cábalas de Arlen. El mago assatzi comenzó a salmodiar un hechizo con palabras arcanas, y la superficie que tanto él como Talbot pisaban, se recubrió de una película grasienta y legamosa más resbaladiza que los líquenes que crecían sobre las rocas por efecto de la humedad.

Tras las arcanas palabras del mago, el suelo bajo Arlen se transmuta el algo gelatinoso y resvaladizo.

En otro momento el tabernero estaría en el suelo, pero la posición defensiva de los luchadores de trincheras bajaba el centro de gravedad y aumentaba la estabilidad del luchador. Otra vez el entrenamiento y las duras lecciones aprendidas en la guerra lo habían salvado...

Sin preguntarse nada más, observo a su oponente. 

Poco a poco y paso a paso se acercaba  a su presa. Un baile de muerte se desencadenaría en segundos. La tensión se acumulaba en el cuerpo preparandose para el próximo encontronazo.

Tanto el guerrero como el bardo mantuvieron el equilibrio en tan resbaladiza superficie. Acto seguido, el enemigo serpentino descargó su furia sobre Arlen y Talbot, alcanzando al tabernero en el hombro con su cimitarra. Aquellas criaturas endemoniadas se movían como relámpagos ante sus propios ojos. 

Por su parte, Shouddrim aprovechó el lanzamiento arcano del assatzi mago para clavarle una flecha entre sus escamas. La flecha fue disparada con fuerza y puntería, hincándose en un costado de la criatura y manchando sus ropajes de sangre negruzca.

Por fin había llegado el momento, al fin la decisión final... Ixir se colocó a un costado del hechicero serpentino y apuñaló con la espada corta mágica impregnada de veneno.. ahora solo podía rezar por que el mago callese de ese golpe o sería pasto de los gusanos a no tardar.

La espada del rátido pícaro profundizó en el cuerpo de la simiente de los titanes sin oposición apenas. A pesar de la correosa piel escamosa de los correoso assatzis, la espada de manufactura enana se hundía incisivamente rasgando carne, tendón y hueso por igual. Cuando Ixir quiso darse cuenta, la punta de la espada corta emergió por el otro costado del enemigo y el reptoide se sorprendió cayendo sobre su propio peso.

Había oído leyendas de unas espadas cortas asesinas... Unas espadas creadas para matar en los tiempos oscuros de la Guerra Divina.

Sargs contempló como el combate se decantaba claramente a favor del grupo. Era hora de rematar la faena. Volvió a cargar un nuevo virote en su ballesta y apuntó, pero, aunque cada vez iba afinando más el tiro, esto no era suficiente ...