Partida Rol por web

No entiendo la premura ni la necesidad de viajar en la noche. El ataque de unos bandidos habían provocado ese revuelo? ¿Había algo más? La mera mención de la sombra había tensado los ánimos de la compañía.

Ni preparar el desayuno ni ningúna de las otras seis comidas habían mitigado esa sensación extraña que tenía. Ese hormigueo nervioso en las palmas de ls manos. Le pasaba a menudo cuando se embarcaba en alguna misión de la que desconocía algún detalle. Y esta vez, el detalle parecía importante. 

Así pues, cuando se encontraron a los cuatro beornidas acampados en el camino, algo dentro de ella se tensó. 

tras marchar un día entero tras la noche anterior con los problemas con el grupo de bandidos, nos encontramos con un grupo de beornidas, los cual era bueno porque significaba que nuestro objetivo estaba cerca y puede que pudieramos descansar bien y sin ningún problema antes de llegar a la casa de Beorn

La Compañía afortunada se tomó unos segundos cuando divisó a los Beórnidas y fue Lurick el que tomó la iniciativa de acercarse. En cuanto lo vieron, los Beórdinas se pusieron en guardia e incluso alguno fue a coger sus armas. Estaban tensos. Tras unos minutos de tensión los Beórnidas hicieron gestos para que el resto se acercara, tal vez hayan divisado a los dos hobbits, al elfo y al enano.

La Compañía afortunada se acercó y cuando estos vieron al bandido que tenían atado y preso los Beórnidas sonrieron.

- Vaya vaya, debéis ser buenos - dijo el que parecía el Líder - Este hombre lleva semanas esquivándo nuestras guardias y a tormentando a los viajeros que pasan por el camino del Anguin.

Si había tensión y desconfianza esta estaba desapareciendo.

- Mi nombre es Loen, uno de los hombres de Beorn, guardamos los caminos. - se presentó a la Compañía.

.-Lurick, Guardián de Caminos de Esgaroth.-dije levantando una mano a modo de saludo:-Éstos son mis compañeros. Anaryenel, Béli Hachahierro, Felggo Hojarasca y Patukkas Pies Ligeros. Los cinco formamos la Compañía Afortunada.-dije presentando al resto de la compañía.

.-Gracias por el cumplido, su grupo tuvo mala suerte al intentar saquearnos. El resto de sus hombres están apilados a cien metros de nuestro improvisado campamento a dos días de aquí, a las orillas del Anduin.-dije para que supieran que no éramos bandoleros y entonces introduje al último miembro de nuestra comitiva.

.-Él es Brofi, hijo de Bofur, compañero de Thorin Escudo de Roble.-comenté introduciendo al enano:-Estamos escoltándole hasta la casa de Beorn, vuestro señor, para entregarle una carta del Rey Dain.-añadí a continuación. 

.-Si queréis quedaros al bandido, por nosotros encantado, si no lo llevaremos hasta Beorn y que él decida qué hacer con él.-dije al final haciendo referencia al bandido:-Nosotros nos conformamos con haber acabado con ellos, y yo personalmente me he quedado con su escudo a modo de trofeo.-añadí a continuación. 

Saludo con una sonrisa al escuchar mi nombre en la presentación de Lurick.

Permanezco callada en todo momento escuchando a mi compañero sorprendida por la cortesía mostrada por los hombres de Beorn. Las historias que había oído sobre Beorn relataban las proezas de un hombre descomunal y fuerte como un oso. Salvaje en la batalla.

¿Trofeo? Todavía no acababa de entender las extrañas costumbres de alguno de sus compañeros. 

Cuando Lurick saluda y ya los hombres de Beorn son presentados al resto de la compañía, Anaryenel se lleva una mano al pecho, y se inclina con gracia y ligereza, indicando su saludo, más allá de las palabras. Cuando Lurick cita su nombre, inclina levemente la cabeza, dando a entender que es él. Inmediatamente despues, les acerca al prisionero: 

- Vuestro es, si así los juzgáis oportuno, ha hecho mal, y debéis juzgarlo acorde a vuestras leyes. Si no, como ha dicho nuestro guardián, lo llevaremos al Señor Beorn, para que él imparta justicia y esta caiga sobre los hombros de este errado hijo de Iluvatar. 

Esperando que hicieran algún gesto de tomar al prisionero, o dejarlo bajo su custodia hasta la casa de Beorn, Anaryenel se quedó expectante y presto a cualquier tontería que hiciera el prisionero. Mientras, les pregunta: 

-¿Habéis notado, pues, mayores problemas en los caminos, signo de una oscuridad creciente?

Los músculos del joven mediano se relajaron tras escuchar la respuesta del beórnida.

Hizo una reverencia cuando lo presentaron y mientras sus compañeros compartían información con Loen, Felggo se mantuvo en silencio.

Loen se levantó y toda la Compañía Afortunada pudo comprobar que era bastante más alto que Lurick y mucho más corpulento. La comparación con el enano Beli o con los hobbits sería toda más abultada. Los otros tres beórnidas se levantaron también y se acercaron para coger al bandido. Dos de ellos lo aseguraron bien y lo llevaron a una de las tiendas que tenían montadas.

- Gracias - dijo Loen cuando hubieron terminado - Le impondremos un castigo, tendrá que patrullar estas tierras con nosotros y algunos otros cautivos que hemos venido.. recolectado - dijo y aunque su rostro no denotaba chanza alguna, su tono así lo indicaba. - Podéis acompañarnos, tenemos cena y bebida. Nos habéis ahorrado un par de días de trabajo dando caza a este y a su banda. - explicó.

Los otros tres beórnidas se sentaron junto al fuego e hicieron sitio para que la Compañía Afortunada pudiera acomodarse con ellos.

- Si lleváis un mensaje a Beorn habéis llegado en el momento oportuno pues dentro de unos días partirá junto con varios de nosotros... - dice y parece que está dudando si continuar hablando o callarse el resto de la información. - Sabemos que Beorn era buen amigo de Thorin y del la compañía, también del Rey Daín. Bienvenidos seais a nuestras tierras.

La pregunta de Anaryenel hace que los beórnidas se miren unos a otros. Es una vez más, Loen el que toma la palabra.

- Sí - dice escuetamente - La actividad de la Sombra ha aumentado, en general... hemos tenido problemas con lobos que se aventuran fuera del Bosque Negro, las Colinas... en general. Lo hemos notado. - explica.

estabamos cerca de la casa de beorn, tal como nos había dicho los beornidas, y que teníamos suerte, ya que pronto iba a partir, y aunque también notaban la presencia de la sombra, pero solo era en lobos y no en orcos, lo cual hacía que se me cayera un poco el animo, "Una pregunta, ¿como esta Beorn?, estuve en la batalla de los cinco ejercitos y recuerdo cuando llego transformado en un oso y empezó a matar a los orcos como como un niño lanza piedras" les digo a los beornidas, normalmente no me gustaba pensar en las batallas pasadas, pero todavía me acordaba de como aquel cambiapieles transformado entro en la batalla, cambiando ampliamente el curso de la misma, aunque me había perdido como inrrumpia, si me acordaba como iba matando trasgos y huargos sin parar.

El menor de los Hojarasca se animó cuando escuchó sobre la cena, y por el propio hecho de sentirse más protegido con esos fortachones cerca.

–Pe-pero... disculpe, señor Loen, ¿Tienen las fronteras controladas o creen que necesitarán ayuda? ¿Podríamos saber a dónde se dirige la comitiva del caudillo de la Carroca? –dijo con una sonrisa algo nerviosa.

–Oh, por cierto. Si necesitan ayuda con la cena, tal vez mi compañera Pat y yo les podemos ayudar. Yo estorbo más que otra cosa, sinceramente sólo sirvo para hacer recados y lavar los utensilios. Pero la buena de Patukkas tiene un don especial para las artes culinarias –terminó diciendo con mejor humor, al tiempo que guiñaba el ojo a su compañera.

Nuestra buena fe hace que los beornidas se relajen y nos inviten a descansar y llevarse al bandido:-Un castigo peculiar si me lo permites pero acertado.-dije bajando de la montura y acercándola a un árbol para atarla. descolgué el arco y eché la espada a un lado cuando me senté junto al fuego, los beórnidas y el resto:-Yo le hubiera ejecutado pero me parece mejor idea, creo que la aplicaré en el futuro. Gratitud por la oferta de cena y bebida.-dije a continuación.

Aquél era un buen momento para conseguir algo más de información además de descansar un poco:-En Esgaroth dijeron lo mismo pero no lo asociaron con la sombra. La actividad animal ha aumentado considerablemente y no me sorprende que los animales se envalentonen a salir y cazar fuera de su territorio.-comenté después de que Loen comentara sobre la Sombra:-Tranquilo Felggo, es la primera vez que compartes comida con beórnidas pero una pieza asada al fuego es buena.-comenté a continuación al ver la reacción de Felggo. 

Me sonrio ante las respuestas de los Beornidas. Me gustaba la forma de actuar de los mismos, sus leyes no parecían tan bárbaras y salvajes como ellos.

Me muerdo el labio inferior al ver el torso de Loen. Sin duda la visión del hombretón semidesnudo me obnubila impidiéndome estudiar su lenguaje corporal. Salvo esos pectorales. 

Cuando escucho a Felggo la sugerencia de cocinar me vengo arriba pero recuerdo que nos acaban de invitar a cenar así pues supongo que la cena ya está preparada.

-¿Carne asada? No es la mejor forma de cocinar un trozo de carne pero sí la más simple para las manos no expertas. 

Supongo que no les importará que especie un poco la pieza de carne. Todavía estaba a tiempo de caramelizar un poco de salsa sobre la carne al espeto.

-¿Puedo? -pregunto a los Beornidas para no ofenderlos y ya me lio con la barbacoa y se me olvida preguntar nada. Sólo quería agradar a esos hombres. A Loen en especial... 

-Felggo, compañero -digo afable al hobbit mientras le guiño un ojo cómplice -rulaté una pipa.

Nuevamente, Anaryenel se inclina al recibir el comentario sobre lo que harán con el prisionero. - Parece justo, y sabio, que el que ha hecho mal, pague reparándolo y evitando más males del mismo origen, sobre todo si tiene capacidad para hacerlo, y la sombra se extiende de nuevo fuera del bosque. 

Intentó hacer algunas chanzas y comentarios con aquellos hombres, pero no era el estilo al que estaba acostumbrado, así que antes de estropear el buen ambiente y para no pifiarla, calló y se quedó observando todo, el cómo Patukkas preparaba las especies para ayudar al asado, y como los demás comentaban con los beórnidas, e íbamos a compartir una buena cena, en agradable compañía. Un elfo siempre podía aprender de la gente que aún no conocía. 

Felggo y Patukkas se pusieron manos a la obra para tratar de adecentar la comida que los beórnidas tenían preparada. No fue difícil pues con un poco de maña y gracias a la experiencia y habilidad de Patukkas lo que parecían trozos de carne asados sin más se convirtieron en una buena barbacoa sazonada.

Los beórnidas sonrieron, ellos eran rudos y poco dados a cocinar, pero no rechazaban una buena comida.

La compañía afortunada estaba algo obnubilada. El combate de unas horas atrás les había cansado algo y la perspectiva de dormir protegidos y comer bien les había hecho relajarse. Las preguntas de la compañía parecieron incomodarles pero fue el joven Felggo el que consiguió llamar la atención de los Beórnidas con un tono y una buena pregunta. El asado que había preparado Patukkas relajó el ambiente también.

- Está controlado - dijo e hizo una pausa - De momento.

El beórnida reflexionó unos segundos y cogió unos trozos de carne sazonada. La comió, casi engulló y sonrió para luego mirar a la pequeña hobbit y asentir dando su aprobación.

- Saldrá una partida hacia el Bosque Negro por el camino viejo del Bosque. Hemos hecho pequeñas incursiones y al parecer hay una actividad por esa zona que tiene alterada a la Sombra... y Beorn quiere atajarlo antes de que vaya a más. - responde a las preguntas de Felggo.

Con el estómago contento, Felggo comentó acerca de la información proporcionada.

–Vaya, maese Loen, noticias aciagas porta. Pero me reconforta saber que un grupo de grandes guerreros irá a limpiar la zona de mal.

EL joven Hojarasca hizo una pausa para mirar a sus compañeros antes de continuar.

–Por cierto, habíamos fijado ese camino como nuestro trayecto de vuelta, si no recuerdo mal. Tal vez podríamos acompañarles y ayudarles con esa tarea. Creo que hablo por todos si digo que nos sentiríamos mucho mas seguros, además de que sería una gran oportunidad para fortalecer los lazos que se pretenden tender.

Mientras hablaban, y a petición de su compañera, el hobbit preparaba las hierbas para varias pipas.

–Aquí tienes, Pat. ¿Gustan? –dijo, ofreciendo al resto. –Ya no me queda mucha de nuestras tierras natales, pero qué mejor uso que disfrutarlas con amigos. Oh, maese Loen, ¿sabe usted de algún compatriota que podría llevar un mensaje a Bree, mas allá de las Montañas Nubladas? Pagaría buen dinero por ello.

Anaryenel se sentó y tomó la ración de comida con gusto, y en cuanto pudo les dió una palmada en la espalda a los dos hobbits, agradeciendo de ese modo que con su arte hubieran evitado que su desconocimiento de los beornidas les incomodase demasiado. Rechazo con amabilidad la pipa, como hacia siempre. Era un modo de relacionarse con las plantas que tanto amaba que no le gustaba, pero no desaprobaba, puesto que para los medianos era un arte y puro protocolo, y le gustaba acompañarlos cuando lo hacían. En el humo aromático veía las vidas de aquellas plantas y sus historias, y le contaban hermosas historias de la Comarca. 

-En efecto, Loen, ese es nuestro camino de vuelta, así que como ha indicado el buen Felggo, quizás sería bueno que al hablar con Beorn fuéramos parte de ese grupo para combatir a la sombra, que maldita sea, puesto que ha empañado la belleza del Bosque y del mundo. 

Estaba disfrutando del buen asado de la hobbit, cuando oigo lo de que su patrulla iba a pasar justamente por parte de nuestro recorrido de vuelta, alzo la vista, "estoy con el hobbit y el elfo, lo mejor sería que les acompañaramos y ya allí poder separarnos de vuelta a nuestra casa, no creo que Beorn le moleste unos cuantos brazos fuertes de mas durante parte del trayecto" le digo a los beornidas, parecía que al final iba a tener la oportunidad de enfrentarme a la sombra, y en cierta parte esperaba que hubiera orcos en vez de las arañas esas que habitan en el bosque negro.

Loen escuchó con atención las intervenciones de Felggo, Anaryenel y Beli. Lo que planteaban parecía razonable. Ya que se iban a adentrar en el Bosque Negro tal vez ser unos pocos más y diversos pues diversos eran los peligros del bosque, podía ser una buena idea. 

Loen miraba a Felggo y a Patukkas, seguramente era conocido entre los beórnidas que fue Bilbo quien libró a la compañía de Thorin de las arañas. Tambien miraba a Beli y a Bofri. A Anaryenel un poco de reojo y a Lurick le miraba con cierta curiosidad. 

- Si habéis acabado con los bandidos y habéis capturado a este... - señala al líder de los malechores.- No me cabe duda, a Beorn le interesará vuestro ofrecimiento. Además, venís de parte del Rey Daín. - añade dando notoria importancia a ese hecho. 

Loen dio un par de bocados más y se dirigió a Beli. 

- Exceptuando la creciente actividad de la sombra, nuestro señor Beorn se encuentra perfectamente. Si estuvisteis en la batalla de los cinco ejércitos él os tendrá en estima inmediata. Fue a raíz de aquella batalla que muchos decidieron unirse a él y vivir en paz en estas tierras. 

era un placer saber que iba tener buena relación con beorn por la batalla de los cinco ejercitos, lo cual era bueno, pero de momento no tenía nada mas de que hablar, salvo irme a dormir ya que tenía el estomago lleno "¿quien hace la primera guardia?"