Partida Rol por web

ÑLanetar sonrie a Otto para animarle. Se ve claro que aun está muy afecvtado y que poco útil nos va a ser en combate, peor como apoiyo en segund alinea siempre va bien tener brazos fuertes y ojos atentos. Va a ser una ayuda sin luchar. Muchas gracias por tu esfuerzo Otto. es de extrema utilidad el tener este sitio preparado ahora que nos defenderemos de los orcos. Con esfuerxzo de todos y la ayuda d elos Valar saldremos todos de esta, ya lo verás 

Aprovechando el fuego de Taurir, Lanetar pide la lámpara. Vamos a ver qué hace esto cuando lo encendamos. Quizá nos resulta util si tanta gente está interesado en ella. Diciendo esto, prende la llama d ela lámpara. 

Nuestros perseguidores nos han dado una pequeña tregua pero dudo que estos momentos de tranquilidad duren mucho. Mientras espero que aparezcan la multitud de enemigos que nos perseguían, descanso mi maltrecho cuerpo dejando mi fiel espada y mi escudo al alcance de la mano.

Otto se deja atender por Ardan. Aunque sus heridas están prácticamente sanadas, agradece un bálsamo en su hinchado tobillo izquierdo. Ahora sí, acepta la lanza que le ofrece Bearum. Tras las palabras de Lanetar, parece un poco mejor preparado para luchar.

Lanetar agarra la lámpara esmeralda con una mano y con la otra lleva una rama encendida a su interior. La lámpara se enciende de inmediato, bañándolo todo de una suave luz verdosa. De repente, la charca está más y mejor iluminada, con las sugestivas sombras empequeñeciéndose y, a la vez, haciéndose más pronunciadas: la luz revela lugares entre las raíces que no habíais visto, detalles en el agua que no conocíais, y en los rostros de vuestra compañía hay un resplandor de color verde. Otto avanza un paso.

- Esta es la Lámpara Esmeralda. Durante semanas, la usé para ocultarme, pues revela lugares secretos y perdidos. Allá donde los ojos no llegan, la luz de la lámpara lo hará; o eso decía Jorbert. Los caminos y los escondrijos son claros cuando la lámpara los ilumina.

- Esta es la Lámpara Esmeralda. Durante semanas, la usé para ocultarme, pues revela lugares secretos y perdidos. Allá donde los ojos no llegan, la luz de la lámpara lo hará; o eso decía Jorbert. Los caminos y los escondrijos son claros cuando la lámpara los ilumina.

Pero el momento es repentinamente cortado por una ráfaga de viento que hace temblar la hoguera y la luz de la lámpara. Un cuerno suena en la distancia. Oís el ruido de monstruos a la carrera. Ya vienen los orcos.

El momento es repentinamente cortado por una ráfaga de viento que hace temblar la hoguera y la luz de la lámpara. Un cuerno suena en la distancia. Oís el ruido de monstruos a la carrera. Oís aullidos en la distancia. Ya vienen los orcos. 

Os acercáis a las barricadas. Los primeros están subiendo la cuesta. Cargan picas y espadas curvas.

Pero el momento es repentinamente cortado por una ráfaga de viento que hace temblar la hoguera y la luz de la lámpara. Un cuerno suena en la distancia. Oís el ruido de monstruos a la carrera. Ya vienen los orcos.

Los segundos se desgranan lentamente, la tensión se palpa en el ambiente. Siento la agitación en el bosque, como los orcos lo recorren y lo sacuden siguiendo nuestro rastro. No les lleva mucho tiempo encontrarnos, pero para mí apostado en la barricada y con el arco a punto para disparar casi me parece una vida entera. Es curioso pero solo realmente siento el tiempo, su transcurro, su importancia en los momentos críticos en los que sé que me juego la vida. Una vida humana puede transcurrir a veces en un mero suspiro y los segundos que anteceden a un combate parecer una eternidad.

Suena un cuerno, orco, no hay duda, nos han encontrado, cierro los ojos unos instantes buscando serenidad, preparando a mi alma por si esta es mi última hora y musito una queda plegaria a los Valar.

-Ya vienen, todo el mundo listo son seis y suben por el terraplén!. Concentremos nuestros ataques en el primero, luego en el segundo…

Con la rapidez y la gracia propia de mi raza, inhalo, apunto, disparo y exhalo. Una flecha tras otra. 

Lanetar empieza a manipular la lampara y esta comienza a brillar con una luz sobrenatural, me quedo eclipsado mirando el estraño objeto ya que todas las cosas bañanas por su haz se ven distintas a mis ojos.

De repente un frío viento hace que vuelva a la realidad y nos percatamos de que nuestros enemigos nos han encontrado y avanzan hacia nosotros. Ascienden rapidamente hacia el campamento asi que cuando veo al elfo preparar su arco yo aprovecho para coger el mio.

Al sonar el cuerno nos ponemos enseguida en guardia y al poco tiempo los orcos comienzan a subir para atacarnos .El elfo y el mediano comienzan a disparar sus arcos sobre los primeros enemigos y aunque intento aportar mi grano de arena con mi lanza fallo estrepitosamente .Empuño el hacha a dos manos y me lanzo al combate poniéndome en primera fila detrás de las barricadas .

El momento que tuvimos de tranquilidad pasó bastante rápido, pues pronto escuchamos sonar un cuerno que nos hizo ponernos tensos a todos. Aunque la eficiencia de mis camaradas, el ver las flechas volar por encima de mi cabeza hizo que mi motivación aumentase.

- Serra mejorr que yo me ponga en una posición delanterra, confío en vosotrros parra cubrrirrme la espalda. – grité mientras me ponía de los primeros (Abierta), tenía que crear algo de distancia entre los orcos y los arqueros si estos querían pelear a gusto.

Los servidores de Melkor, los Corruptos, ya estan aqui. lanetar aparta la vista de la lámpara, que le ha encandilado y se prepara para enfrentarse a la horda. 

Al no tener ninguna lanza a mano (viaja lo más ligero que puede), agarra una piedra y la arroja contra las abominaciones, aunque resulta poco efectiva. Está algo cansado, asi que prefiere seguir el liderazgo de uno de los guerreros del grupo; se sitúa cerca de Bearum para cubrirlo, aunque algo más retrasado que éste para darle espacio para blandir su gran hacha. 

Cuando un orco evita el hachazo de Bearum y abre su defensa, da un paso al frente en posición agachada y le acuchilla con saña. Aralun sale disparada por un lateral del escudo del Vallense y se entierra en el cuerpo del orco, que grita de dolor al recibir un palmo de afilado acero enano en el abdomen.

Muere escoria!

Taurir lanza una flecha certera que se cuela en el pecho de uno de los orcos; este se frena en seco y una segunda saeta élfica le atraviesa la garganta. Quedan cinco. El hobbit dispara su arco hacia otra de las criaturas, y esta se le clava en el corazón. Solo alcanza a dar tres pasos antes de caer de bruces. Quedan cuatro.

Cada orco se lanza hacia uno de los luchadores. Lanetar enfrenta uno, Bearum a otro, Ardan a un tercero y el hobbit hace frente al último. Otto se coloca junto a Fortinbras, dispuesto a hacer frente a los enemigos, usando la lanza como un medio para mantenerse a distancia de su enemigo.

No recuerdo un tiro tan certero en mi vida, la flecha que dispara mi pequeño arco sale disparada al corazón de mi primer enemigo traspasando su corazón de parte a parte y fulminandolo en el acto.
Pero en la batalla no hay tiempo para nada ya que al segundo veo frente a mi nuevos orcos con la mirada inyectada en sangre, tiro el arco al suelo y desenvaino mi fiel espada mientras embrazo mi escudo y me preparo para la acometida de esas bestias dando mandobles contra mis enemigos mientras intento no separarme de Otto para que no nos puedan rodear.

Los orcos comienzan a cargar cuesta arriba por el terrplen, haciendo gala de la habilidad elfica en el uso del arco, consigo realizar 4 disparos abatiendo a uno de los orcos que subia por el terraplen. El valiente mediano consigue abatir a otro. Cuatro orcos llegan arriba de la colina y comienza el baile con mis companeros.

Yo me retiro un poco buscando una posicion en la retaguardia desde la que seguir usando mi arco y disparo al orco que me quede mas cercano.

Con una crujido y un brutal chasquido, os enzarzáis en una brutal danza de acero contra los orcos.

Ardan no logra acertar al orco al que enfrenta. Este pivota sobre una pierna y adelanta un brazo, haciendo una veloz finta que Ardan no logra esquivar. Su espada se clava en la carne del hombre de los bosques, que aulla de dolor.

Bearum emplea su gran hacha con una velocidad inusitada. En menos de un segundo, la cabeza del orco contra el que lucha sale despedida por los aires: le ha destrozado de un único golpe. Lanetar también maniobra con inteligencia, y su oponente cae también con sesenta centímetros de acero en el vientre.

Fortinbras y Otto intentan maniobrar contra el orco. La pobre tentativa de Otto se queda en nada, pues el orco rechaza con su hoja la punta de la lanza prestada y carga contra Fortinbras, que no solo logra mantenerle a raya sino que, además, consigue darle un corte profundo en el muslo. En medio del caos, Fortinbras se da cuenta de que su carcaj se ha debido de rajar en algún momento: no le quedan flechas.

Otros cuatro orcos llegan corriendo desde lejos; a su cabeza, uno de ellos es más grande y fuerte, y mejor armado.

Viendo a Ardan en apuros, Lanetar se lanza contra el orco al que se enfrenta el hombre de los bosques, pero su ataque es evitado por el orco, que ya huele sangre. 

Con fallar no era suficiente ademas el orco que tengo enfrente  me alcanza y empuja  su arma  intentando  atravesar mi armadura .Solo puedo retorcerme  intentando  que  falle  y que la espada  resbale  sobre  mi protección .No creas que  te sera tan fácil  acabar conmigo cara de puerco  y aunque consigas matarme te llevare conmigo .Le escupo en su cara  mientras  me preparo para aniquilarlo antes de que lleguen sus refuerzos .

Viendo que la situación dentro de nuestras defensas no va mal me dispongo a ver a los próximos atacantes que llegan por el mismo lado que los anteriores. 

"No crreo que las piedrras hagan mucho, perro con suerrte le pego en la cabeza a alguno y lo dejo tieso" pensaba mientras tiraba lo primero que encontraba contra los atacantes.

Cuando vi que la cabeza del orco había salido volando me di media vuelta para ver cómo estaban mis compañeros. Estaban todos en un 2 contra 1 bastante ventajoso para nosotros y aunque parecía que el enemigo del Hobbit estaba bastante mal herido decidí acudir en su ayuda, pues Otto no parecía que fuese la mejor de las opciones para tener como compañero de peleas. Por lo menos no en su estado actual.

Así que manteniendo mi posición abierta cargué hacia el enemigo.

Mientras Ardan pelea contra su oponente, el grupo de cuatro orcos se acerca peligrosamente: además, incluso peor, otros dos orcos vienen detrás, junto a un gran lobo huargo que aúlla a la noche mientras corre hacia vosotros.

El combate es feroz y sangriento, todos somos conscientes de que nos va la vida en ello, no consigo tener un disparo claro y mi flecha se pierde en lontananza. Consigo atisbar mas alla del baile de aceros que mas orcos se unen a la refrigeria. - Atentos! suben mas por el terraplen!

Cargo de nuevo flechas en mi arco y disparo contra el primero de los ocos que suben por el terrapen asi como al mas herido de los que se hallan en el combate cuerpo a cuerpo.